23 de Julio de 2012.
Hoy comenzaríamos el día
volviendo al centro de Victoria para acabar de ver aquellos lugares que nos
habían faltado durante la jornada de ayer. Así empezaríamos con dos
significativas plazas comerciales. Por un lado, Bastion Square, más dedicada a
centros comerciales, y por otro Market Square, el mercado de alimentos por
excelencia de la ciudad.
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Bastion Square |
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Bastion Square |
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Market Square |
Dimos una vuelta por ambas y
desde aquí nos dirigimos a atravesar la calle más estrecha de Canadá, según
dicen, la Fan Fan Al, donde casi no caben dos personas pegadas la una a la
otra. Esta hace de conexión con el pequeño barrio chino y su gran puerta de
bienvenida al mismo.
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Fan Tan Alley Street |
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Barrio Chino |
Anduvimos un rato por él y luego
nos dirigimos a ver el peculiar puente de Johnson, que a mí personalmente
tampoco me gustó demasiado. Seguiríamos paseando hasta llegar de nuevo al
Parlamento y desde aquí y en dirección contraria a dónde veníamos, nos
plantaríamos en tan sólo unos minutos en el mirador Laurel Point, desde donde
tienes unas perspectivas de la bahía de Inner Harbour estupendas.
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Johnson Street Bridge |
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Inner Harbour desde Laurel Point |
Aquí estaríamos descansando otro
rato para reponer fuerzas, antes de afrontar el paseo que nos llevaría hasta la
catedral de Victoria y al peculiar castillo Craigdarroch Castle, una
elegante mansión con torreones,
construida por un magnate del carbón del S. XIX. Mientras la rodeábamos por
fuera, íbamos pensando si pagar los 14 dólares que costaba la entrada y al
final decidimos dejarlo, ya que todavía quedaban muchas cosas que hacer y ahora
sí había que ir prescindiendo de algo.
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Christ Church Cathedral |
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Craigdarroch Castle |
Comeríamos en The Old Spaguetty
Factory, a tan solo unas manzanas del centro y con un ambiente bastante
agradable. Yo me pediría una lasaña de quesos que estaba para chuparse los
dedos. (26 dólares por persona).
Cuando salimos del restaurante y
como ya habíamos acabado de ver todo lo que queríamos de Victoria, decidimos
irnos a pasar la tarde a unos cuantos kilómetro fuera de la capital, por lo que
contratamos al lado de la bahía, pegado al Empress Hotel, los servicios de una
de las muchas empresas que tienen comerciales por allí, para que nos llevaran
hasta dos interesantes destinos en la isla de Vancouver y muy cerca el uno del
otro y como a treinta kilómetros de distancia de la ciudad. Hablo de los
Butchards Gardens y de los Butterfly Gardens. El trayecto hasta la entrada de
ambos, el regreso a Victoria y las entradas nos costaron 61 dólares cada uno.
Primero visitaríamos los
Butterfly Gardens, donde llegaríamos a eso de las 16.30 y estaríamos como hora
y media dentro. Puede parecer exagerado el tiempo que permanecimos en su
interior, pero eso ya depende de lo que te gusten las mariposas y otros
peculiares animalitos. Como su nombre indica, este es un jardín adaptado a las
condiciones del ecosistema en el que viven estos insectos. Encontramos de
muchas clases y de todo tipo de tamaños, formas y colores en sus alas. Andan
por allí revoloteando y de vez en cuando se nos posaban y podías ver con más
exactitud las peculiaridades de cada una de ellas. Nunca había visto mariposas
tan bonitas y la verdad que mereció mucho la pena. Además pudimos ver
flamencos, unos bicharracos que eran como pequeños pollitos sin alas, que no
tengo ni idea de que animales se trataban, un camaleón de Yemen y ranas
venenosas de centro América. Así que te entretienes bastante y se te pasa el
tiempo volando.
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Butterfly Gardens |
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Flamenco en Butterfly Gardens |
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Butterfly Gardens |
A las 18.00 nos volvería a
recoger el autobús que nos había traído, para en tan sólo dos kilómetros
dejarnos en la puerta de los Butchart Gardens. Estos jardines cubren un área de
22 hectáreas y son una combinación de arbustos, flores y árboles exóticos.
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Butchart Gardens |
A lo largo de la ruta que vas
realizando te encuentras con impresionantes jardines a cada cual más bonito e
impresionante. Así comienzas en el Sunken Garden o jardín hundido, uno de los
mejores para mí, que fue iniciado en 1904 por Jennie Butchard, quien comenzó a
embellecer la antigua cantera de piedra caliza que había sido explotada por su
esposo para su empresa cementera. Comenzaría con unas pocas plantas de
guisantes y hoy en día son uno de los más hermosos del lugar.
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Sunken Garden. Butchart Gardens |
A continuación y a través de un
pequeño sendero llegaríamos hasta el jardín de las rosas, repleto de cientos de
variedades de estas traídas de multitud de países como Nueva Zelanda y
Australia entre muchos otros.
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Rose Garden. Butchart Gardens |
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Rose Garden. Butchart Gardens |
Te quedas embriagado ante tanta
belleza y sus magníficas fragancias que te acompañan en todo momento, hasta
encontrarte poco tiempo después con dos nuevos jardines, el japonés y el
italiano con características típicas de cada uno de ellos. Finalmente llegamos
hasta el estanque estrella que conecta los dos anteriores y con el que terminas
este recorrido que te deja con la boca abierta.
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Japanese Garden. Butchart Gardens |
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Italian Garden. Butchart Gardens |
Al acabar el paseo, justo estaba
empezando en el pequeño escenario que hay en el recinto un concierto de un
grupo de música celta, por lo que nos fuimos a escucharlo y a relajarnos
mientras iba anocheciendo.
Cuando este acabó y con la noche
ya echada sobre los jardines, volveríamos a dar una vuelta, de nuevo, por todo
el recorrido, iluminado tenuemente y con un gusto excepcional. Es una pasada y
merece muchísimo la pena. Si se dispone de tiempo no se puede ir uno de aquí
sin verlo de esta otra manera.
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Sunken Garden Iluminados.Butchart Gardens |
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Ross Fountain Iluminada.Butchart Gardens |
A la vuelta de la excursión, ya
en Victoria, y antes de irnos para el hotel, pararíamos un momento a ver los
edificios del Parlamento iluminados con motivo del sesenta aniversario del
reinado de Isabel II de Inglaterra. La verdad, todo hay que decirlo, que me
pareció un poco hortera, pues parecía la entrada al circo, pero en fin, sobre gustos
ya se sabe.
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Parliament Building Iluminado |
De esta manera nos despedíamos prácticamente de
Canadá, ya que mañana nos íbamos del país, snif, snif, ¡qué duro!
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