4 de Abril de 2012.
Durante estos días de Semana
Santa, me dejaría caer por la histórica región de Flandes. Famosa por el
patrimonio que allí dejaron los grandes pintores flamencos, por el nacimiento
en ella del emperador Carlos I y sobre todo por la belleza sin igual de algunas
de sus ciudades, quedando cautivado, en muchos momentos, hasta dudar si era
realidad o ficción donde me encontraba.
¿Pero… dónde vas sacando un
billete de avión con tanto tiempo? ¿Pero, tú eres consciente de que puede pasar
de aquí a Semana Santa? ¿Pero, como planificas las cosas a tantos meses vista?
Bla, bla, bla y etc., etc.
Todos estos comentarios me hacían
allá por el mes de Agosto de 2011, cuando se me ocurrió la brillante idea de
ponerme a mirar vuelos baratos para la Semana Santa de 2012. Y claro, con casi
un año, vaya que si los encontré. La verdad que tenía mil opciones, pero hacía
tiempo que me moría de ganas por conocer Brujas y Gante, por lo que casi sin
dudarlo, cuando vi que había un vuelo con Bruselas Airlines al aeropuerto de
Bruselas, que es el que está al lado de la capital, por 60 euros, ni me lo
pensé. Di al botón del ratón y para la saca. Si luego lo perdía, pues oye mala
suerte, pero al final me salió bien la cosa.
Evidentemente, como ya habréis
podido deducir, nadie se apuntó por aquel entonces a tal propuesta, tachándome
de loco y argumentando que qué cojones sabían ellos que iban a hacer dentro de
tantos meses, si no sabían lo que iban a hacer mañana. Por lo que al final el
Miércoles Santo me encontraba preparado para afrontar el que iba a ser mi
primer viaje en solitario por Europa, y por qué no decirlo, en esta ocasión me
encontraba algo más nervioso que cuando me marché a Perú, ya que el hecho de
viajar con mi pésimo nivel de inglés, me imponía bastante.
A las 17.30, salía con
puntualidad inglesa, el vuelo hacia Bruselas, donde llegaría tras un viaje de lo
más cómodo ya que no me tocaría nadie al lado y fui todo repanchingado.
Sobre las 20.00 estaba saliendo
por la terminal del aeropuerto de Bruselas y lo primero que hice fue dirigirme
al puesto de información del aeropuerto, donde me informaron de lo que hacer
para poder llegar a mi destino.
Así que nada, sólo tuve que bajar
hasta la planta -2 y allí en las ventanillas de venta de billetes, sacaría
uno con dirección para Brujas. (16,90
euros, incluido el cambio de tren). Después, tras esperar unos diez minutos
llegaría el tren que me llevaría hasta la estación norte de Bruselas. Te puedes
bajar en esta o en la estación central, da igual. Pero yo había leído que si te
bajas en la segunda es más complicado encontrar sitio para sentarse por lo que
como no tenía ganas de ir de pie, opté por la primera. Desde el aeropuerto
ningún tren va directo a Brujas, por lo
que hay que hacer transbordo te guste o no. Hasta la estación de Bruselas Norte
se tarda unos 12 minutos. Una vez en esta me bajé y en los paneles informativos
que están colgados en el techo miré la plataforma desde la que salía el tren
para Brujas y a esperar. Sólo fueron 15 minutos, así que fenomenal, por lo que
a las 20.55 salía hacia el destino. No tuve ningún problema en encontrar sitio,
aunque ya iba con gente y luego tal y como se predecía se llenó.
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Estación de Bruselas Norte |
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Paneles Informativos en la Estación de Bruselas Norte |
Decir también que tanto en un
tren como en otro me pidieron el billete y en el que iba a Brujas, dos veces,
así que aconsejo no jugársela con no comprarlo porque lo de los controles
aleatorios, pocos. Son controles por narices.
Tras una hora y cinco de viaje,
por fin, a las 22.00 llegaba a la estación de Brujas, donde una vez fuera me
iría dando un paseo de 15 minutos hasta mi alojamiento: Lybeer Hostel. Aquí
tuve la suerte que el chico de la recepción hablaba bastante bien español, por
lo que no hubo ningún problema para registrarme. Hecho esto subí a la
habitación y pff, todo bastante cutre, pero más o menos sabía que me
encontraría con esto, pues tampoco puedes esperar más de un sitio que se encuentra
casi en el centro histórico y que te cobra 27 euros por una habitación
individual con baño compartido. (Te hacen dejar 10 euros de señal por si
pierdes la llave de la habitación y al día siguiente te los devuelven). Está
muy antiguo con las paredes desconchadas y un olor a humedad bastante intenso
en la habitación, las duchas y los baños pasables, pero tampoco es que te
inviten a permanecer mucho tiempo en ellos. Si lo deseas también puedes
alojarte en habitaciones compartidas y más baratas todavía.
Una vez que dejé la mochila y me
organicé un poco, decidí salir a ver Brujas de noche, que me habían dicho que
merecía mucho la pena y ¡ooooh!, de repente el tiempo se había parado, parecía
que me había metido en una de esas máquinas del tiempo de las películas y había
sido transportado al S.XIV O XV, en la época dorada de la ciudad. No daba
crédito de lo que me iba encontrando a cada paso que daba por el centro. Era
todo como de cuento, como una de esas maquetas o decorados que construyen para
filmar una película épica, pero con la diferencia de que esto era real, aunque
parecía un sueño. Pff que jaleo, estaba ensimismado, sorprendido, atontado por
lo bonito que era todo aquello.
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Plaza Burg |
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Belfort o Campanario |
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Muelle del Rosario o Rozenhoedkaai |
Después de pasear un rato por el
centro y empezar a conseguir cerrar un poco la boca y a asimilar un lugar tan
increíble, mis tripas comenzaron a sonar, ¡pobres!, por lo que me sentaría en
un banco de la plaza Mark a tomarme una bandeja de patatas con salsas de tomate
y queso y algo de cebolla, una de las especialidades belgas, acompañado con una
botella de agua. (5 euros) Mientras me iba saciando, no quitaba ojo de cada
detalle de la plaza. Y así, después de ponerme ciego, pasearía otro rato más
por las calles desiertas y por la ribera de los misteriosos canales. No había
ni un alma y todo tenía un aire misterioso y de leyenda. Eran ya las 00.30 por
lo que me fui dirigiendo hacia el hostal, pues al día siguiente había mucho,
pero que mucho que disfrutar.
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Río Zwyn e Iglesia de Nuestra Señora |
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