5 de Septiembre de 2011.
Me levanté
bastante cansado y es que tantos días sin parar empezaban a pasarme factura.
Así que estuve un rato más en la cama y entre unas cosas y otras saldría del
hostal a las 09.30. A tan sólo dos cuadras estaba la avenida España, así que
para allá que me fui a coger una combi con dirección a Huanchaco (1 sol), la
cual me dejaría en el cruce de acceso a las ruinas de Chan Chan.
Nada más
bajarme tenía a tres taxistas abordándome, ofreciéndome distintas ofertas para
llevar a cabo el tour de los lugares que incluye la entrada a las ruinas.
Les dije a
todos que no y me fui directo a uno que se encontraba más apartado, para
pedirle que me llevara a la entrada de Chan Chan por 2 soles. Accedió y en el
trayecto de tres minutos con una verborrea propia de los mejores oradores me
convencería para hacer el dichoso tour que en principio no pensaba realizar.
(30 soles) La verdad que se aprovechó de que hoy era un día que estaba bastante
espeso, podría afirmar que el que más de todo lo que llevaba de viaje. Lo bueno
de estar sólo que sólo me aguantaba yo.
Estando ya
la cosa confirmada, le dije que me esperase en la puerta, mientras yo entraba a
recrearme con las ruinas, pero que sin tiempo, que no quería agobios a lo cual
accedió sin decir nada. El acceso me costó 10 soles.
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
Esta ciudad
fue uno de los centros de poder más importantes de otra de las culturas claves
en el norte de Perú, la etnia Chimú, que data de los S.IX al XV, hasta que como
pasó con el resto de tribus, vinieron los incas y les sometieron.
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
Lo que dejó
este pueblo es realmente espectacular, nada más y nada menos que diez palacios
amurallados de adobe, perfectamente decorados. No es de extrañar que por ello
sea la mayor urbe que se ha construido en el mundo con este material y haya sido
declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Pozo ceremonial.Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
De los
palacios mencionados, sólo se visita uno, que es en el que me encontraba y se
llamaba Ni Kan o Palacio Tschudi. Ingresaría por la única entrada que tiene el
conjunto amurallado y siguiendo la flecha en forma de pez, llegaría a
diferentes espacios. Las dimensiones del palacio eran tremendas y en la visita
fui conociendo la muralla, la plaza principal, los templetes con decoración y
destinados al culto, la plaza y el pozo ceremonial, el recinto funerario y la
sala de las 24 hornacinas donde se administraba justicia.
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Sala de las 24 hornacinas. Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
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Sala de las 24 hornacinas. Palacio Ni kan. Ruinas de Chan Chan |
Todo ello
conseguiría espabilarme bastante, pues no venía con especiales ganas, y salí de
allí impactado de lo que consiguió hacer esta cultura. Y eso que sólo se ve una
mínima parte del complejo.
A la salida,
después de hora y media dentro, me dirigí en el taxi que había contratado, a
los otros dos lugares que incluye la entrada: la huaca Esmeralda y la huaca
Arco Iris. Se tratan de dos templos que también pertenecieron a la ciudad de
Chan Chan, pero que por el crecimiento urbano han quedado aislados de las
ruinas principales. La decoración del segundo de ellos me gustó bastante, pero
creo que no merecen la pena después de haber visto la joya de la corona y más
por lo que te cuesta el taxi, ya que para hacerlo en combi se complica la cosa
por lo que se tarda y por ser zonas un poco peligrosas.
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Huaca Esmeralda |
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Huaca Arco Iris |
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Huaca Arco Iris |
Una vez
vistos, el amigo taxista me dejaría en el paseo marítimo de Huanchaco, dentro
de lo pactado, sobre la una de la tarde.
A primera
vista y sin apenas haber dado dos pasos, el pueblecito, al lado del océano
Pacífico, realmente me encantó, por lo que decidí que no me iba a mover de allí
en lo que quedaba del día y así me dedicaría a relajarme un poco y a descansar.
Y eso fue lo que hice, pasear descalzo por la playa y mojar los pies en el
Pacífico, tumbarme en la arena, caminar por el muelle (0,50 soles), comer en el
restaurante El Rey con vistas al mar un rico ceviche aderezado con limón y ají
(pensé que no me gustaría y me equivoqué) y un revuelto de carne (10 soles).
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Playa y Muelle de Huanchaco |
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Muelle de Huanchaco |
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Muelle de Huanchaco |
Y aunque el
cielo estaba nublado y gris, ¡Dios! ¡Qué bien me estaba sentando la tarde!
Seguiría relajándome, tomándome un
helado, mientras veía como hacían surf los jóvenes de la zona y como un
pescador se montaba en una barca de juncos, llamada popularmente caballito de
totora, que son típicas embarcaciones de la zona, etc. Por cierto que su uso se
remonta a la cultura moche hace unos 2500 años.
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Huanchaco |
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Caballitos de Totora en Playa de Huanchaco |
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Caballitos de Totora en Playa de Huanchaco |
Además
cuando estaba en el paseo marítimo sentado mirando al horizonte, me abordaría
una joven, que estaba estudiando turismo, para hacerme una encuesta sobre lo
que me parecía la localidad y le contase mis impresiones con respecto otras que
había visitado. Más tarde, mientras miraba unos puestos del malecón, volvería a
tener una larga conversación con otra chica de una de las tiendecitas.
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Caballitos de Totora en Playa de Huanchaco |
No quería
marcharme de allí, pues había disfrutado como un enano. Me había quedado
prendado de Huanchaco, de su tranquilidad, de sus gentes. Pero como todo se
acaba y tampoco quería que se me hiciera de noche, a las 17.00 cogí una combi
que me dejaría en el centro de Trujillo (1,50 soles). En media hora me
encontraba en la ciudad, para nada más llegar irme para el hotel y tirarme a la
Bartola hasta la hora de la cena.
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Huanchaco |
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Atardeciendo en el Muelle de Huanchaco |
Llegada esta
me iría por la avenida principal y me animaría, al final, con un sitio que se
llamaba Asturias, había que homenajear a España. Allí me tomaría un sándwich de
dos pisos con tortilla, pollo, tomate, etc. y un jugo de fresa y naranja.
(18,50 soles).
A la vuelta
haría lo que venía siendo tradición últimamente, antes de acostarme, que era
terminar el día con un helado de Nestlé. (2,50 soles)
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