Dicen de Navarra que es la única región de Europa en la que
se puede pasar, en apenas una hora, de la soberbia naturaleza de la alta
montaña al paisaje inerte del desierto. Lo dicen y es verdad, ya que ese es el
tiempo que se tarda en llegar por carretera desde algunos valles pirenaicos
hasta las desoladas planicies de las Bardenas Reales. Definitivamente, Navarra
es tierra de contrastes, en todos los sentidos.
Su territorio de 10.500 kilómetros cuadrados es
relativamente reducido pero, sin embargo, alberga ecosistemas tan dispares como
el sistema alpino y la estepa, zonas húmedas y roquedos, turberas, masas
forestales casi vírgenes o importantes lagunas sin salida fluvial.
Foz de Arbayún |
Esa gran variedad de paisaje, climas y relieves que atesora
Navarra se resume tradicionalmente en tres grandes regiones, de norte a sur: la
Montaña, la Zona Media y la Ribera, decantándonos por conocer las dos primeras
y dejando la última de ellas para mejor ocasión.
Todas esas comarcas y regiones mencionadas atesoran lugares
de interés que me llevarían, junto con mi amigo Iñaki, a disfrutar durante diez
días de pueblos del Medievo, conjuntos monumentales cargados de historia y
palacetes, pequeñas aldeas en medio de paisajes memorables, profundas foces
excavadas por poderosos ríos, cañones apenas transitados por el hombre,
monasterios por donde el tiempo se ha detenido o vías tan legendarias como el
Camino de Santiago por las que hoy da gusto pasear y tiene en estas tierras
algunas de sus etapas más memorables.
Palacio Real de Olite |
Aunque diez días puedan parecer una exageración para
recorrer a fondo esta Comunidad Autónoma, sin embargo es tanto el patrimonio
monumental y paisajístico que tiene que a nosotros se nos quedaron cortos, pero
como siempre digo dependerá, claro está, de los intereses y la forma de viajar
de cada uno.
Nuestro centro de operaciones sería el pequeño y tranquilo
pueblo de Monreal, donde nos alojaríamos todo el tiempo y todo gracias a la
generosidad de mi amiga Sara que no dudó en prestarnos su casa cuando le expuse
los planes que rondaban en mi cabeza para estas vacaciones. Es evidente que
esto nos permitiría un importante ahorro al no tener que pagar alojamiento y
poder hacer los desayunos y las cenas en la misma, ciñéndose nuestros gastos a
las comidas, gasolina y entrada a lugares de interés.
Valle del Baztán |
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