Después de tantos días sin parar de madrugar, hoy nuestros
cuerpos dirían basta y no pudimos hacer caso al sonido del despertador. Es por
ello que hasta casi las diez no salíamos por la puerta de casa. Como
consecuencia no íbamos a poder abarcar tanto como nos hubiera gustado, aunque
por otro lado nos vino bien un día algo más relajado.
Antes de llegar a Roncesvalles, el plato fuerte del día,
haríamos una pequeña parada en Burguete, típico pueblo que tiene a uno y otro
lado del camino magníficos caserones con porches de arcos en la planta baja y
empinados tejados.
Plaza del Ayuntamiento. Burguete |
El pueblo nació en los primeros años del siglo XII y desde
entonces siempre ha estado ligado al trasiego de peregrinos.
Incendiado en repetidas ocasiones, tanto por los conflictos
bélicos que han azotado la zona como por la antigua costumbre de construir los
tejados en madera, muchas de sus casas muestran hoy una prudente separación en
prevención de nuevos incendios.
Casas Tradicionales. Burguete |
Ayuntamiento. Burguete |
El edificio más notable del pueblo es sin duda la iglesia
parroquial de San Nicolás de Bari, construcción renacentista transformada a
finales del siglo XVII, cuando se le añadió la curiosa fachada barroca adornada
con relieves que reproducen temas populares.
Después de la visita anterior y tras sólo cinco nuevos
kilómetros llegábamos a la mítica Roncesvalles, cuyo nombre nos remite casi sin
pensar a la legendaria derrota del ejército del emperador Carlomagno cuando
regresaba a tierras francesas tras su fallida expedición contra la Zaragoza
árabe y su retaguardia fue atacada en los desfiladeros próximos por tribus
vasconas dispuestas en lo alto de las paredes rocosas. El mítico Roldán y los
llamados 12 pares de Francia perecieron en ese ataque que aniquiló al grueso de
la retaguardia franca. Esa histórica derrota propició en los siglos posteriores
todo tipo de leyendas, recogidas en parte en el Cantar de Roldán.
Pero dejando un poco de lado la historia y las gestas y
centrándonos en el caserío de la villa de Roncesvalles, hay que decir que todo
en él gira en torno a la Real Colegiata de Santa María, bellísimo templo gótico
construido en los primeros años del siglo XII.
Surgiría con la única finalidad de ayudar al peregrino,
física y espiritualmente, llegando a pasar por aquí, en el apogeo de las
peregrinaciones medievales hasta 25000 viajeros diarios. Para muchos es el
arranque indiscutible del camino más espiritual de la Península, lo primero que
se encuentra quien atraviese la muralla pirenaica proveniente de Francia y
utilice este paso en preferencia al de Jaca.
La iglesia es el edificio más importante de todo el conjunto
y uno de los primeros y más puros exponentes del gótico importado de Francia
que se dieron en la Península. Una de sus principales características es su
gran luminosidad a la que contribuyen los diferentes rosetones que se abren en
los muros de las naves, así como los bellos ventanales de la cabecera,
decorados con vidrieras modernas.
Colegiata de Roncesvalles |
En su interior destaca la imagen de Santa María de Roncesvalles,
tallada en madera y forrada de plata, excepto manos y cara. Interesante es
también su museo – biblioteca con destacables piezas de orfebrería que
acompañan a más de 15000 volúmenes para uso interno del cabildo. Del museo, la
pieza más conocida es el Ajedrez de Carlomagno, un relicario del siglo XIV
hecho en plata dorada y esmaltada.
Hay que hablar también del claustro y la antigua sala
capitular, conocida como capilla de San Agustín o Preciosa, en la que se
recuerda a Sancho VII el Fuerte, vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa,
en una vidriera y en el sepulcro esculpido en su memoria, cuya magnífica
estatua yacente de 2,25 metros de largo dicen representa a la estatura real del
monarca.
Claustro. Colegiata de Roncesvalles |
Sala Capitular. Colegiata de Roncesvalles |
Vidriera Sala Capitular. Colegiata de Roncesvalles |
Fuera del conjunto de la colegiata hay otros dos edificios
destacables, prácticamente pegados uno al otro. El primero, la capilla del
Sancti Spiritus, el edificio más antiguo de Roncesvalles y lugar elegido por
Carlomagno para enterrar a sus doce pares muertos en la batalla. Sirvió como
cementerio para peregrinos y en la actualidad lo es para los vecinos de la
localidad. El segundo, la aledaña iglesia de Santiago, es un edificio del
gótico primitivo que acoge en su espadaña la famosa campana de Roncesvalles,
antiguamente instalada en la ermita de San Salvador de Ibañeta y que servía
para guiar a los peregrinos en días de niebla.
La visita a este histórico lugar nos había encantado, por lo
que lo abandonaríamos la mar de satisfechos y pondríamos rumbo hacia el alto de
Ibañeta, primitivo lugar de emplazamiento del hospital de peregrinos, donde
podríamos disfrutar de unas vistas excepcionales.
Vistas desde el Puerto de Ibañeta |
No hay comentarios :
Publicar un comentario