GERONA - DIA 10. Tossa de Mar

2 de Septiembre de 2009.

El viaje por la provincia de Gerona llegaba a su fin, pero quien me conoce sabe que no me gusta volver a casa de forma directa y que siempre trato de también el último día ingeniármelas para poder disfrutar de algún pueblo o espacio natural antes de montar en el coche o en el avión que me lleve de vuelta a Madrid.

Esta vez no iba a ser menos y dado que el vuelo desde Barcelona no salía hasta las 20:00 aprovecharíamos para conocer la popular localidad veraniega de Tossa de Mar.

Tanto la belleza de su parte antigua como de su entorno ha seducido a un gran número de artistas que tienen su principal representante en el pintor ruso – francés Marc Chagall, quien definió la villa y su entorno como Paraíso Azul.

La imagen más conocida de esta población es la de sus torres y murallas almenadas cayendo suavemente sobre la playa. Un bosquecillo de pinos culmina la colina del cabo de Tossa donde se asienta el recinto amurallado y, amparado en él, el núcleo antiguo llamado Vila Vella. La ciudad nueva, con buenas casas modernistas, las playas y la villa romana de Els Ametllers completan los atractivos del lugar.

Pero veamos con más detalle cuales son los lugares más interesantes para visitar:

La Ciudadela: contaba en su parte más alta con una torre de planta cuadrada que hacía las funciones de fortaleza y torre de vigía. En sus mejores momentos llegó a haber en su interior hasta unas ochenta casas. Antes de cruzar la puerta se puede observar una Cruz de Término de estilo gótico que tiene por un lado un Cristo y por otro a la Virgen. Las murallas datan de los siglos XII –XIV y fueron declaradas monumento Artístico Nacional en 1931. Su trazado se adapta a los desniveles de la colina dibujando un perímetro con hermosas torres cilíndricas, entre las que destacan la Torre de las Horas, que cubre una puerta de acceso a la plaza y que debe su nombre al reloj, la Torre del Codolar, o del Homenaje, que vigila la Cala Codolar, y la Torre d´en Joanás, dominando la bahía. Habría que mencionar también la parroquia de San Vicente y la estatua de Ava Gardner en el mirador de la Vila Vella, la cual fue inaugurada en 1998 en recuerdo de su estancia en la ciudad cuando rodó la película “Pandora y el holandés herrante”.

Muralla de la Ciudadela. Tossa de Mar

Muralla y Torre de la Ciudadela. Tossa de Mar

Tossa del Mar desde su Ciudadela

Tossa del Mar desde su Ciudadela

Vila Vella: se da este nombre al casco histórico, nacido sobre el monte Guardí. Se trata de una ciudad medieval de calles estrechas, con trazado anárquico y salteadas de escalinatas para salvar los desniveles del terreno. En la parte más alta se levanta la Ciudadela de Tossa, parcialmente cubierta de pinos y cercada de murallas.

Vila Vella. Tossa de Mar

Vila Vella. Tossa de Mar

Capilla de la Virgen del Socorro: se sitúa en la parte baja. Ha sido objeto de sucesivas ampliaciones ya que era bastante pequeña. En su interior un exvoto y poco más ya que su altar se perdió durante la Guerra Civil.

Capilla de la Virgen del Socorro. Tossa de Mar

Parroquial de San Vicente: en la plaza de la Iglesia. Se comenzó a construir en 1755 cuando la población ya se había extendido fuera de las murallas y la iglesia del interior, también de San Vicente, se había quedado pequeña. La mayor parte de su decoración barroca y altares, algunos procedentes de la antigua iglesia, se perdió durante la Guerra Civil.

Iglesia de San Vicente. Tossa de Mar

Torre de los Moros o Can Magí: algo apartada del centro, sería levantada por orden de Felipe II dentro de un plan de fortificaciones a lo largo de toda la costa mediterránea para prevenir los ataques piratas.

Residencia del Gobernador: actual sede del Museo Municipal en el que destaca el cuadro “El Violinista Celeste” de Marc Chagall, así como varios mosaicos romanos.

Villa Romana de Ametllers: una típica villa rural dedicada al cultivo de la vid y la exportación de vino y que se supone estuvo habitada  entre el siglo I a. de C y el IV d. de C. Las dependencias se distribuyen en dos zonas: la alta correspondía a la parte residencial, con sus termas, la piscina, y la baja, destinada a la elaboración del vino y almacenaje de sus productos. De todas maneras, sin ser gran cosa, lo más llamativo son unos mosaicos con figuras geométricas en la parte superior.

Todo lo anterior sería lo que veríamos a nivel cultural, pero también tendríamos tiempo de disfrutar de un buen baño en la inmensa playa Grande que se encuentra protegida por islotes que cierran la bahía.

Playa Grande y Vila Vella. Tossa de Mar

Y así de relajados terminaríamos nuestro viaje por la provincia gerundense, dirigiéndonos hacia el aeropuerto del Prat de Barcelona del que nos separaban cien kilómetros y un poco más de una hora, por lo que tampoco se puede decir que nos sobrara mucho tiempo, tras entregar el coche de alquiler, pasar los controles y encaminarnos a nuestra puerta de embarque.

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