GERONA - DIA 08. Descubriendo una capital llena de personalidad

31 de Agosto de 2009.

Se había hecho de rogar pero hoy sería el día que visitaríamos la capital de la provincia y ojo que no es poco el patrimonio con el que cuenta, aunque es cierto que todo está a una distancia lo suficientemente corta como para ir paseando a todos los lugares de interés.

Varias serían las personas que me habían dicho que la ciudad se veía en unas pocas horas, pero sinceramente pienso que si quieres profundizar un poco e irte con una buena imagen de la capital, hasta me atrevería a afirmar que incluso con un día te quedas corto, pero como en todo dependerá de las inquietudes de cada uno.

La ciudad de Gerona es una de las urbes más cosmopolitas y agradables de toda Cataluña. En los últimos tiempos ha perdido su antigua condición de olvidada capital de provincias para convertirse en un importante centro universitario y turístico. Esa radical transformación se ha producido sin alteración de su conjunto urbanístico y monumental ni perdiendo su ambiente reposado, tan hospitalario para el visitante.

Gerona desde el camino de Ronda

Dos ciudades conviven armónicamente en Gerona. Por un lado, la moderna, amplia y despejada con zonas de modernas avenidas, entre las que se abren coquetas plazas y espacios verdes. Por otro, la que muestra con orgullo un casco histórico que se identifica por sus estrechas calles cargadas de historia.

Ya sabemos que el orden de los factores no altera el producto, por lo que da igual por donde comenzar el paseo, pero un buen lugar para ello sería la plaza de la Independencia, punto de transición entre las ciudades nueva y antigua, es unas de las plazas más conocidas y frecuentadas de Gerona. Sus soportales alojan bares y cafés con terrazas muy animadas, y en el centro del recinto puede contemplarse el monumento a los Defensores de Gerona contra el asedio francés.

Tras la plaza de la Independencia aparece una de las postales más repetidas de la ciudad y también una de las imágenes emblemáticas de la Comunidad Catalana. Me estoy refiriendo a las Casas del Onyar. El aspecto gris y descuidado del pasado ha sido sustituido por una vistosa fachada tras una atrevida intervención municipal que, además de rehabilitar los inmuebles, repintó  sus fachadas inspirándose en los colores originales, una gama que abarca 32 tonalidades diferentes a partir de ocres, sienas, cremas…

Casas del Onyar

Las mejores panorámicas se obtienen  desde los numerosos puentes que cruzan el río Onyar. El más antiguo es el de Isabel II, o Pont da Pedra, construido en el siglo XIX. El de mayor atractivo es el de Les Peixateries, que descansa sobre una estructura de hierro fabricada por la casa Eiffel y que desemboca en la Rambla de la Llibertat a través de un estrecho pasadizo. El mejor situado, probablemente sea el de Sant Agustí.

Casas del Onyar

Y dada la cercanía que mejor que pasear por la casi recién mencionada Rambla de la Llibertat, uno de los espacios urbanos más característicos y con mayor calidad de Gerona. Un extremo se apoya en la plaza del Pont de Pedra y el otro se hunde en el entramado de calles de la ciudad vieja. El lado este es el más antiguo, con amplios soportales y una intensa actividad que se desarrolla bajo esas arcadas irregulares tan típicas de la ciudad. En la acera oeste puede contemplarse  una de las obras más significativas del modernismo gerundense, la casa Norat.

Rambla de la Llibertat

A sólo unos pasos de La Rambla tenemos la Plaza del Vi o del Vino, enmarcada por los típicos y amplios soportales, en ella los vinateros montaban sus paradas de venta durante la Edad Media. Hoy se pueden ver algunos de los edificios más significativos de la Gerona Civil tales como el Ayuntamiento, con su fachada renacentista, el Teatro Municipal o las casas Carles y Barceló.

Plaza del Vi o del Vino

Ayuntamiento. Plaza del Vi o del Vino

De la misma Plaza del Vi y paralela a la Rambla de la Llibertat, sale otra importante arteria conocida como Carrer dels Ciutadans o de los Ciudadanos, que fue la arteria principal de la ciudad bajomedieval, época en la que estaba llena de palacios y casonas donde residía la flor y nata de la nobleza gerundense. La edificación más importante de la calle, e incluso de la ciudad  por lo que a edificios civiles respecta es la “Fuente de Oro”, cuyas dependencias se distribuyen en torno a un patio central, y en ellas se aprecian claramente los estilos románico y gótico.

Merece también la pena perderse por las callejuelas, pasadizos y pequeñas plazoletas empedradas, situadas entre la Rambla de la Llibertat y el Carrer dels Ciutadans, cuyos nombres recuerdan diferentes oficios. Es prueba de que en otro tiempo este sector de la ciudad hospedó a los miembros de varios gremios gerundenses, que trabajaban y vivían según  su profesión. Aún hoy en día, estas calles gremiales conservan su anciana semblanza medieval, tan silenciosa y pintoresca.

Muy próxima al área anterior, está la Ciutat Vella, localizada en el interior de la muralla, siendo uno de los conjuntos histórico artísticos de mayor personalidad de España. Sobre un dédalo de callejuelas llenas de vida y rebosantes de buena arquitectura aparecen espacios de tremenda fuerza urbana. Es el caso de la plaza de Sant Doménec, amplia y despejada, y el atractivo rincón formado por el arco rebajado del palacio Agullana y la pujada de Sant Doménec (Subida de Santo Domingo). Esta imagen es probablemente la que más me enamoraría de la ciudad, pues no hubo otra que superase a la calle escalonada de pronunciada pendiente de la segunda mezclada con los dos cuerpos unidos por un pasadizo del palacio y cuya calle lateral también asciende escalonada.

Ciutat Vella

Sería injusto no hacer mención, en este espectacular rincón, a la iglesia de Sant Martí Sacosta (San Martín de la Cuesta), justo en lo más alto de la subida de Santo Domingo, cuya notable decoración escultórica y diversos elementos clasicistas contribuyen, aún más, a hacer único este espacio.

La Força, otra de esas calles interesantes desde el punto de vista monumental y turístico, ya que cuenta con un bonito conjunto de edificios y unos cuantos restaurantes, anticuarios y tiendas, nos introduciría en el increíble Barrio Judío.

La Judería o El Call, como se la denomina habitualmente, se extiende por un laberinto de angostos callejones de acusada pendiente. Se trata de uno de los núcleos medievales mejor conservados de toda Europa. La activísima comunidad hebrea gerundense estuvo integrada en sus mejores tiempos (siglos XII – XIII) por un millar de personas.

Barrio Judío

Las anteriores calles nos llevarían de forma ascendente hasta la plaza de la Catedral (entrada siete euros y abierta de 10:00 a 19:30 en verano), imponente por su marco arquitectónico y donde destaca muy especialmente la presencia de la espectacular escalinata que asciende hasta su fachada, cuya portada recuerda las formas de los retablos del más típico barroco. Pero eso no es todo, pues la catedral de Santa María es universalmente conocida por las dimensiones de su atrevida nave única, que con sus 23 metros de anchura es la mayor del gótico europeo y la segunda más amplia de toda la cristiandad tras la vaticana basílica de San Pedro.

Catedral de Gerona

Catedral de Gerona

Tampoco se puede dejar de mencionar su riquísimo altar mayor y un museo que atesora algunas de las más cualificadas piezas del arte religioso, como por ejemplo el tapiz de la Creación, bordado románico único en su género.

Para terminar habría que referirse al claustro de los siglos XII y XIII, cuyos 112 capiteles muestran una rica decoración escultórica con episodios y personajes bíblicos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, además de escenas de caballería y bélicas. En el patio se distingue el pozo en el centro, el estanque de las monedas y deseos y una lápida romana del siglo I, el resto más antiguo encontrado en la propia ciudad de Gerona.

Claustro Catedral de Gerona

Claustro Catedral de Gerona

Con un breve paseo se puede llegar hasta el rincón que forman el ábside de la basílica de Sant Feliu (San Félix) y el formidable portal de Sobreportes, que se abre paso en la muralla. Es, sin duda, uno de los parajes más vigorosos de la ciudad. Respecto a la recién mencionada construcción religiosa es interesante saber que es la segunda en la jerarquía eclesiástica de la ciudad y que fue construida sobre un cementerio paleocristiano donde recibieron sepultura los santos Félix y Narciso, patrón de Gerona. Su campanario gótico se ha convertido en una de las imágenes más representativas de la urbe. (Entrada: siete euros).

Portal de Sobreportes

Basílica de Sant Feliu

Casi adosados a la anterior están los Baños Árabes (entrada dos euros y abiertos de 10:00 a 19:00 de lunes a sábado y los domingos de 10:00 a 14:00). Hay que decir que la estructura románica del edificio es una imitación de los baños musulmanes medievales. Según documentos de la época, a finales del siglo XII, el noble Arnau de Llers obtiene la licencia de construcción y explotación de unos baños como recompensa por su colaboración en la conquista de Lérida. Por lo que a pesar de su nombre, no se trata de una obra árabe, sino de una construcción cristiana levantada sobre un edificio precedente, tal vez los baños originales.

Baños Arabes

Constan de diferentes salas: vestuario, la estancia para baños fríos, la sala tibia de masajes, el caldarium para el baño caliente. En el centro se encuentra la piscina ochavada que se empleaba para realizar las abluciones.

Baños Arabes

El tiempo se nos había echado encima y cuando quisimos llegar a nuestra siguiente y esperada visita nos la encontraríamos cerrada, lo que me disgustaría un poco al considerar que es uno de los monumentos esenciales de Gerona. Hablo de la iglesia de Sant Pere de Galligants, una auténtica joya románica del siglo XII, al otro lado del arroyo del Galligants en un paraje que en el pasado abundaban las huertas y granjas.

El caso es que nos quedaríamos sin poder disfrutar de su maravilloso claustro, más pequeño que el de la catedral pero igualmente notable por la riqueza de su talla. Habrá que plantearse volver en alguna ocasión.

Ante este imprevisto que mejor que concluir la visita que con un paseo por el camino de ronda o, para que nos entendamos mejor, por lo alto de las murallas carolingias que rodean la ciudad y por las que los soldados hacían guardia para avisar en caso de ataque del enemigo.

Gerona desde el camino de Ronda

Gerona desde el camino de Ronda

Sería aquí donde nos daríamos por satisfechos con la visita a Gerona, aunque éramos conscientes que nos habíamos quedado sin ver lugares tan importantes como la Casa Masó o parques como el de La Dehesa o el de las riberas del río Ter, pero, como siempre se dice, puede ser una buena excusa para volver.

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