HUELVA - DIA 01. Cumbres Mayores y Jabugo

6 de Diciembre de 2006.

En esta ocasión y junto con mi padre, aprovecharía el puente de la Constitución, al que le sumaría dos días más, para realizar una hermosa ruta, en su mayoría por el interior de la provincia de Huelva, que me permitiría descubrir algunos de los rincones más fascinantes de Sierra Morena con paisajes repletos de cerros, montañas y dehesas de mediana altura, en cuyas faldas hallaron acomodo villas y pueblos de arquitectura blanca tales como Aracena, Almonaster la Real o Cortegana, erigidos en tiempos de la dominación árabe, y que durante siglos constituyeron la frontera de dos reinos en continua pugna: árabe y cristiano.

También tendríamos oportunidad de llegar hasta la peculiar aldea de El Rocío y el maravilloso Parque Nacional de Doñana, donde haríamos una intensa e inolvidable visita guiada, sin olvidarnos de los lugares Colombinos, es decir las villas, monasterios y paisajes íntimamente relacionados con el Descubrimiento de América.

No nos quedaríamos tampoco sin vivir la experiencia que implica conocer todo lo relacionado con el museo y las minas de Riotinto, un parque minero con multitud de actividades que no te deja indiferente, ni nos olvidaríamos de conocer los monumentos más importantes de la capital onubense, ni de poblaciones cercanas como Niebla y Moguer.

Como se ve un viaje intenso y bien aprovechado que comenzaríamos entrando por la zona norte de la provincia de Huelva, tras haber conocido Zafra y Jerez de los Caballeros en la provincia de Badajoz y cuyo pequeño diario se puede consultar en la pestaña correspondiente de Extremadura.

Quedaban pocas horas para quedarnos sin luz, después de haber dedicado toda la mañana a visitar los municipios pacenses indicados en el párrafo anterior, por lo que tan sólo tendríamos tiempo para seleccionar dos pequeños pueblecitos de la nueva provincia que abarcábamos, pero suficientes para abrir boca.

Después de disfrutar de las vistas que nos ofrecía el paisaje con tramos de media montaña, en el que se intercalaban sierras de cierto porte con zonas de valle por las que discurrían algunos cursos de agua, llegaríamos hasta Cumbres Mayores, con la inconfundible silueta de su castillo e iglesia de fondo, en la que en unos minutos dejaríamos el coche aparcado en la Avenida de la Constitución.

Cumbres Mayores

Ya caminando llegaríamos hasta la plaza de Andalucía, espacio cívico en el que se encontraba el primer punto de nuestra visita. A escasos cien metros, en la calle Santa Clara, se conserva todavía la portada del antiguo convento fundado por el Papa Paulo II en el siglo XV que da nombre a la calle. Tras la Desamortización de 1836, el antiguo convento de las Franciscanas Clarisas fue abandonado y de él sólo se conserva esta portada en granito de estilo gótico tardío.

Retrocederíamos unos metros y subiríamos por la calle La Portá, una de las vías más importantes de Cumbres mayores y en la que se desarrolla parte de la animada fiesta del Corpus Christi y sus populares vaquillas. A lo largo de esta calle pudimos encontrar los mejores ejemplos de arquitectura señorial ligada al desarrollo industrial del siglo XIX, casas de gran porte que ocupan toda la manzana y que también albergan las instalaciones de la fábrica de embutidos e incluso un punto de venta al público.

La subida por esta calle también nos permitiría contemplar parte de la muralla del castillo que visitaríamos en breve. Poco después y sin pérdida alguna llegaríamos  a la plaza de Portugal, donde se encuentran dos de los principales monumentos de la villa.

Por un lado, la iglesia de San Miguel, declarada Monumento Histórico y cuya edificación puede estar relacionada con las empresas militares iniciadas por el rey Sancho IV, lo que explicaría su emplazamiento, junto al recinto fortificado, así como su carácter hermético, la sobriedad de su espacio original y la robustez de sus muros. Este templo es uno de los que mayor patrimonio artístico original conserva de todo el parque natural. Lo mejor, sin duda, su retablo mayor.

Iglesia de San Miguel. Cumbres Mayores

Iglesia de San Miguel. Cumbres Mayores

Por otro, el castillo, un monumento en el que Cumbres Mayores acoge siglos de historia e identificación con sus murallas y torres. La fortaleza está situada en la parte alta de la villa, con torreones cuadrados y semicirculares y la puerta principal o de San Miguel que está conectada a un paseo de ronda. Lástima que las escalinatas que acceden al adarve estuvieran cerradas, privándonos de esa manera de las estupendas vistas del casco urbano y de las llanuras de pastizales que desde allí se obtienen. Decir como curiosidad que sus muros alcanzan una altura de diez metros y un espesor de casi tres.

Castillo de Sancho IV. Cumbres Mayores

Acaba la visita, continuamos nuestro camino en coche hacia Jabugo, situada tan sólo a treinta kilómetros y una media hora. Esta localidad es una de las más conocidas del mundo del jamón. Hablar hoy día de Jabugo es símbolo de calidad suprema, de manjar y delicatesen en el mundo gastronómico. Pero tras ese nombre asociado al mundo del ibérico se encuentra una localidad cargada de historia.

Su extraordinaria posición en la sierra del Castaño como encrucijada de caminos, permite llegar hasta ella sin pérdida posible. Ese privilegiado enclave también es un aliado para sus valiosos jamones y embutidos ibéricos, que se benefician del aire de su microclima de montaña durante el periodo de curación.

Una vez dentro de la población, el sentido común nos llevó a la travesía de la carretera San Juan del Puerto – Cáceres, donde estacionamos el vehículo. Aquí se puede adquirir todo tipo de productos derivados del cerdo ibérico e incluso degustar el exquisito jamón ibérico en algunos de los establecimientos de esta zona comercial.

Poco después nos dirigiríamos por la famosa calle Barco, un tramo elegantemente empedrado con una forma cóncava singular y desembocamos en la plaza del jamón, el centro neurálgico de la vida jabugueña.

Allí, localizada en uno de sus laterales, descansa la iglesia de San Miguel Arcángel, un templo cuyo porte y torre – campanario destaca sobremanera frente al resto de construcciones del entorno. Esta iglesia, levantada en la primera mitad del siglo XVIII sobre los restos de un templo mudéjar, funde elementos neoclásicos con el barraco andaluz. En su interior conserva una importante muestra de piezas artísticas de los siglos XVII al XX, entre las que merece especial atención el retablo mayor.

Iglesia de San Miguel Arcángel. Jabugo

Paseando por el pueblo también se pueden observar casas señoriales de gran apariencia y distinción, como el casino (frente a la iglesia) e interesantes muestras de corte modernista, como el edificio situado en la calle Talero, de piedra vista. Asimismo, la calle La Fuente, próxima a la plaza del Jamón, conserva un hermoso escudo de armas en mármol.

Otro lugar destacable es el Tiro Pichón, una edificación localizada en una de las zonas más elevadas del casco urbano y construido a principios del siglo XX. El edificio posee dos partes claramente diferenciadas, aunque la más antigua es de estilo modernista, con la combinación de piedra caliza y ladrillo rojo. Desde este punto se consiguen buenas vistas de Jabugo y del valle de Múrtigas con el pueblo de Galaroza al fondo.

Ya con la noche como acompañante, afrontaríamos los últimos veinte kilómetros del día, hasta llegar al pueblo de Aracena, donde nos alojaríamos las tres siguientes noches. Estábamos realmente agotados por lo que, tras devorar unos sándwiches, caeríamos rendidos en nuestras camas.

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