Tras desayunar en nuestro apartamento, decidiríamos comenzar
la ruta de hoy por una de las localidades más bellas, no sólo de la zona, sino
de todo Portugal. Hablo de Óbidos, que siempre se encuentra en los listados de
los pueblos más bellos del país.
ÓBIDOS
Cuando el rey Dinis se casó con Isabel de Aragón, Óbidos fue
uno de los presentes de boda. En aquellos tiempos era un puerto relevante, pero
en el siglo XVI el río se encenagó y perdió su importancia estratégica. Desde
entonces se ha conservado como un pueblo pintoresco de blancas casas rodeado
por una estilizada muralla, entre colinas.
Tras recorrer sólo catorce kilómetros desde nuestra
localidad, lo que no supondría más de diez minutos, aparcaríamos el coche en el
parking que se encuentra justo al lado de la Caixa Geral de Depósitos, el cual
es gratuito, para desde aquí recorrer Óbidos caminando.
Veamos los puntos de interés a los que nos llevarían
nuestros pasos:
ACUEDUCTO DE USSEIRA: Elegiríamos este monumento para empezar a conocer Óbidos, simplemente por pura cercanía de donde habíamos dejado el coche. El acueducto de Usseira es una obra que combina funcionalidad e historia. Fue construido en el siglo XVI, por orden de la reina Catarina de Austria, esposa de João III, quien deseaba resolver el problema de abastecimiento de agua en Óbidos. Financiado íntegramente por la reina, este acueducto se extiende unos 3 kilómetros, desde las fuentes de Usseira hasta la villa. Sus arcos, robustos pero elegantes, descienden sobre el terreno ondulado. Aunque hoy ya no transporta agua, su silueta sigue siendo un símbolo del ingenio renacentista. Pasear a su lado evoca imágenes de mulas cargadas, campesinos trabajando y una villa próspera que dependía de esta estructura para su vida diaria.
![]() |
Acueducto de Usseira. Obidos |
CRUCEIRO DA MEMORIA: Muy cerca del anterior, este es un monumento cargado de simbolismo y orgullo nacional. Fue erigido para conmemorar la victoria en la batalla de Aljubarrota en 1385, cuando las tropas portuguesas, lideradas por el rey João I y su legendario aliado Nuno Álvares Pereira, derrotaron al ejército castellano. Este hito se encuentra en un lugar estratégico, en las afueras de la villa, donde se cree que se celebró la victoria. La cruz, sencilla pero imponente, esculpida en piedra, no solo representa la fe religiosa, sino también la determinación de un pueblo que defendió su independencia. Su entorno tranquilo invita al viajero a reflexionar sobre los momentos decisivos que forjaron la historia de Portugal.
![]() |
Cruceiro da Memoria. Obidos |
![]() |
Cruceiro da Memoria. Obidos |
IGLESIA DE SÃO JOÃO BAPTISTA: Esta iglesia, que destaca entre los tesoros de Óbidos, fue construida en el siglo XIV, aunque sus raíces probablemente sean anteriores, ya que el sitio se vinculó desde temprano a la devoción religiosa. Su arquitectura es una mezcla de estilos que refleja los cambios y renovaciones a lo largo de los siglos. Originalmente gótica, fue embellecida en el Renacimiento con un altar mayor que aún brilla en su esplendor decorativo. Dentro, se pueden admirar obras de arte religioso, frescos y detalles de azulejos que narran historias bíblicas y locales. La iglesia está estrechamente ligada al carácter espiritual de Óbidos, sirviendo como refugio para la comunidad y como testigo de numerosos eventos históricos y religiosos.
![]() |
Iglesia de São João Baptista. Obidos |
PUERTA DE LA VILLA: Hasta ahora habíamos podido visitar algunos de los monumentos que se encuentran fuera del recinto amurallado de Óbidos, pero había llegado el momento de pasar a conocer las entrañas de la población y que mejor qué hacerlo por su Puerta de la Villa, la cual es mucho más que una entrada; es un preludio a la grandiosidad y belleza que ofrece Óbidos. Construida originalmente en la época medieval, esta puerta fue embellecida en el siglo XVIII con un revestimiento de azulejos de un azul profundo que relatan escenas de la Pasión de Cristo. También alberga una pequeña capilla dedicada a Nuestra Señora de la Piedad, patrona de la villa. Esta puerta tiene un diseño astuto: su estructura en forma de doble curva servía para ralentizar a posibles invasores, ofreciendo a los defensores una ventaja estratégica. Hoy, al cruzar sus arcos, eres transportado a una época donde las calles empedradas y las casas encaladas eran escenario de ferias, procesiones y la vida cotidiana dentro de las murallas. Es el lugar perfecto para imaginar cómo sería llegar a esta villa fortificada hace siglos.
![]() |
Puerta de la Villa. Obidos |
![]() |
Puerta de la Villa. Obidos |
PADRÃO CAMONIANO: Nada más cruzar la puerta anterior, nos daríamos de bruces con este homenaje sencillo pero poderoso a Luís de Camões, el célebre poeta portugués que inmortalizó a Óbidos en sus obras. Este monumento se erigió para celebrar la conexión entre la villa y el autor de Os Lusíadas, una de las obras literarias más importantes de la lengua portuguesa. Camões mencionó a Óbidos como un lugar cargado de belleza y espiritualidad, lo que refuerza su posición como musa de artistas y escritores a lo largo de los siglos. Aunque el monumento en sí no es ostentoso, su simbolismo es profundo, recordándonos cómo Óbidos no solo ha sido un bastión militar y religioso, sino también un rincón que ha inspirado la creatividad y el arte.
![]() |
Centro Histórico. Obidos |
![]() |
Monumento Padrão Camoniano. Obidos |
RUA DIREITA: Era el momento de recorrer la columna vertebral de Óbidos: la Rua Direita, una calle empedrada que conecta la Porta da Vila con el corazón de la villa. Este camino, testigo de siglos de historia, fue el principal eje comercial de la localidad durante la Edad Media y aún conserva su dinamismo. Flanqueada por casas encaladas adornadas con geranios y buganvillas, la calle está salpicada de tiendas de artesanía, librerías y locales que ofrecen la famosa ginjinha, el licor típico de la región. A medida que uno avanza por la Rua Direita, es fácil imaginar cómo en el pasado los mercaderes ofrecían sus productos mientras las procesiones religiosas y las celebraciones atravesaban este icónico recorrido. Hoy, sigue siendo el alma viva de Óbidos, una mezcla de tradición y vida contemporánea que atrae a visitantes de toda Europa.
![]() |
Rua Direita. Obidos |
LARGO DE SÃO PEDRO: En pocos pasos llegaríamos a este otro rincón lleno de historia, donde confluyen varios elementos clave de Óbidos. Preside el espacio la Iglesia de San Pedro, que originalmente fue construida en el siglo XIII pero sufrió varias modificaciones a lo largo del tiempo. Su estructura actual, de líneas barrocas, data del siglo XVIII. En su interior se puede admirar un retablo de gran belleza, teniendo este templo un vínculo especial con el pintor Josefa de Óbidos, una de las artistas más destacadas de Portugal, cuya tumba se encuentra en su interior.
![]() |
Iglesia de São Pedro. Obidos |
![]() |
Iglesia de São Pedro. Obidos |
En el mismo entorno se encuentra el Ayuntamiento, un edificio de apariencia sencilla pero de gran relevancia histórica, que ha sido el epicentro de la administración local durante siglos. Junto a él, se halla la Capilla de San Martín, una pequeña joya arquitectónica que pasa desapercibida para muchos visitantes, pero que esconde un importante legado espiritual. Este modesto edificio, situado en el entorno del Largo de São Pedro, destaca por su sobriedad y sencillez, características típicas de las capillas medievales. Aunque no cuenta con grandes ornamentos, conserva en su interior un altar con detalles de madera tallada y algunas imágenes que reflejan la devoción popular hacia San Martín, conocido por su generosidad. La capilla solía ser un lugar de oración íntima, frecuentado por los habitantes locales en busca de protección y guía espiritual. Su discreta presencia añade un toque de serenidad al conjunto del Largo de São Pedro.
![]() |
Largo de São Pedro y Capilla de San Martín. Obidos |
PLAZA DE SANTA MARÍA: La siguiente parada sería ya para hacer acto de presencia en el corazón histórico de Óbidos, un espacio que concentra algunos de los monumentos más significativos de la villa. Presidiendo la plaza se encuentra la Iglesia de Santa María, cuya historia se remonta al siglo XII, cuando los templarios fundaron aquí un templo románico. Más tarde, en el siglo XVI, fue reconstruida en estilo renacentista, adquiriendo su forma actual. Uno de sus elementos más llamativos son los azulejos que cubren las paredes, con patrones geométricos y florales que aportan una sensación de movimiento y color al espacio. Dentro de la iglesia, se encuentra el majestuoso sepulcro de D. João de Noronha, una obra maestra de la escultura renacentista portuguesa, con detalles minuciosamente tallados que reflejan la habilidad de los artistas de la época. Este templo también fue el escenario de importantes eventos históricos, como el matrimonio de Alfonso V y su prima Isabel en 1441, cuando ambos eran apenas adolescentes. Cada rincón de la iglesia evoca la rica historia de la villa y su relevancia como centro espiritual y social.
![]() |
Plaza e Iglesia de Santa María. Obidos |
![]() |
Iglesia de Santa María. Obidos |
![]() |
Sepulcro de D. João de Noronha. Iglesia de Santa María. Obidos |
Frente a la iglesia se alza el Pelourinho, un elegante pilar de piedra que simboliza la autonomía municipal y la justicia local. Este pelourinho, adornado con anillos y motivos de hierro, era el lugar donde se exponían los decretos reales y se castigaba públicamente a los infractores en épocas pasadas.
La Fuente Real, situada cerca de la iglesia, es un vestigio del sistema hidráulico que abasteció a Óbidos durante siglos. Aunque sencilla, refleja la funcionalidad y el sentido práctico de los habitantes de la villa.
![]() |
Fuente Real. Plaza de Santa María.Obidos |
El conjunto de la plaza incluye también la antigua Oficina de Correos, un edificio de pequeño tamaño que, aunque aparentemente modesto, tiene una gran carga simbólica. Durante décadas, este lugar fue el punto de conexión entre Óbidos y el resto del país, facilitando la comunicación en una época en la que el correo era vital para el comercio, la política y la vida social. Sus ventanas de madera y su arquitectura armonizan perfectamente con el carácter histórico de la plaza. Aunque ya no cumple su función original, la oficina ha sido preservada como parte del patrimonio local, recordando un tiempo en el que las cartas eran el principal medio para transmitir noticias y mantener relaciones, incluso a grandes distancias.
El Museo Municipal,
por su parte, ofrece un fascinante recorrido por el legado artístico y cultural
de Óbidos. Además de su colección de arte sacro y pinturas, que incluyen obras
de Josefa de Óbidos, el museo alberga piezas arqueológicas y mobiliario antiguo
que ilustran la evolución de la villa a lo largo de los siglos. Entre los
objetos más destacados se encuentran documentos históricos y utensilios que
revelan la vida cotidiana de épocas pasadas. Este pequeño pero completo museo
permite al visitante adentrarse en la rica historia de Óbidos, apreciando tanto
su dimensión religiosa como su vibrante vida social y cultural.
Por último, la Iglesia de la Misericordia, construida en el siglo XVI, fue parte de la red de instituciones de la Santa Casa da Misericórdia, dedicada a la caridad y la asistencia social, pilares fundamentales en la vida comunitaria de la época. Su fachada es modesta, reflejo de la sencillez asociada a la labor misericordiosa, pero al cruzar el umbral, te encuentras con un interior sorprendentemente cálido y acogedor. El altar mayor, decorado con detalles dorados, es el punto focal del templo, mientras que las paredes presentan inscripciones y elementos que recuerdan las obras benéficas realizadas por esta institución a lo largo de los siglos. La iglesia también alberga imágenes religiosas de gran valor artístico, como la figura de Nuestra Señora de la Misericordia, que simboliza el acto de proteger y acoger a los más vulnerables bajo su manto.
![]() |
Centro Histórico. Obidos |
![]() |
Iglesia de la Misericordia. Obidos |
![]() |
Centro Histórico. Obidos |
PUERTA NOSSA SENHORA DE GRAÇA: En nuestro camino se cruzaría esta nueva puerta situada en el lado norte del recinto amurallado de Óbidos, siendo una entrada menos transitada pero cargada de historia y carácter. Es de aspecto sobrio y defensivo y servía como punto de control estratégico en los tiempos medievales, cuando las murallas protegían a la villa de incursiones externas. Su diseño es sencillo, con un arco robusto de piedra que refleja su propósito militar, más orientado a la funcionalidad que al ornamento. Desde aquí se puede disfrutar de las vistas de los campos y viñedos que se extienden hacia el horizonte.
![]() |
Puerta Nossa Senhora de Graça. Obidos |
Otras puertas de la villa similares a esta serían Da Estrada de Cerca y Talhada.
IGLESIA DE SÃO TIAGO: Construida en 1186 bajo el reinado de Sancho I, la Iglesia de São Tiago fue erigida para honrar a Santiago Apóstol, protector de los peregrinos. Aunque sufrió daños durante el terremoto de 1755, su estructura fue restaurada con detalles góticos y renacentistas. Hoy transformada en una librería, sus estanterías se alinean a lo largo de los muros sagrados, ofreciendo un ambiente único donde se mezclan fe y cultura. Al visitar este espacio, se siente el peso de la historia en cada rincón.
![]() |
Centro Histórico. Obidos |
![]() |
Iglesia de Santiago. Obidos |
CASTILLO: Y por fin llegábamos al castillo, probablemente, el monumento más icónico de Óbidos. Este se erige como el alma de la villa, pareciendo que ha sido extraído de las páginas de un libro de caballerías. Su historia comienza en tiempos romanos, aunque su estructura actual es fruto de las reformas realizadas por los musulmanes en el siglo VIII y, más tarde, por los reyes cristianos tras la Reconquista. Este castillo, con sus torres almenadas y gruesos muros de piedra, fue no solo una fortaleza defensiva, sino también un lugar de residencia real y un regalo de bodas del rey Dinis a su esposa Isabel en 1282.
![]() |
Castillo de Obidos |
![]() |
Castillo de Obidos |
Al recorrerlo, los ecos del pasado se hacen presentes: la algarabía de los mercados medievales, el repique de espadas en los entrenamientos de los soldados y el bullicio de los banquetes reales en sus salones. Hoy, el castillo mantiene viva su magia, ya que alberga una Pousada que permite a los visitantes dormir en habitaciones que aún conservan su aire medieval, entre muros que han resistido siglos de historia.
![]() |
Castillo de Obidos |
![]() |
Castillo de Obidos |
Durante las noches de verano, el castillo cobra vida con eventos y festivales, como el famoso Mercado Medieval, donde actores y artesanos recrean el esplendor de su época dorada.
Es imposible visitar Óbidos sin detenerse a admirar el
castillo, un lugar que combina la majestuosidad de su arquitectura con el
romance de sus leyendas, dejando en la memoria una experiencia inolvidable.
MURALLAS: Justo al lado del castillo se encuentra uno de los accesos a la muralla, por lo que no dejaríamos de realizar su recorrido. Tienen casi 1,5 kilómetros y rodean la villa, perdurando desde el siglo XIV. Estas defensas no solo protegían a los habitantes de los invasores, sino que también marcaban el límite entre el bullicio medieval y el paisaje bucólico que se extiende más allá. Desde sus pasarelas, se puede apreciar el diseño compacto del pueblo, mientras que la Torre del Homenaje se alza como un símbolo de vigilancia y resistencia. Las vistas desde ellas son maravillosas, aunque hay que tener cuidado al recorrerlas pues no hay protección, el firme es irregular y en algunos tramos la altura impresiona bastante.
![]() |
Muralla de Obidos |
![]() |
Obidos desde su Muralla |
![]() |
Obidos desde su Muralla |
SANTUARIO DO SENHOR JESUS DA PEDRA: Finalmente, ya con el coche, nos acercaríamos hasta este Santuario, el cual es un ejemplo notable de arquitectura barroca del siglo XVIII. Este singular templo hexagonal destaca no solo por su forma poco convencional, sino también por su robusta construcción en piedra, diseñada para resistir el paso del tiempo. En su interior se encuentra una cruz de piedra tallada, cuya antigüedad y simbolismo han alimentado la devoción de generaciones. Las líneas arquitectónicas del santuario reflejan una cuidada simetría, mientras que los detalles ornamentales, como las molduras y las columnas, denotan la influencia del barroco portugués. Un elemento curioso es su posición en las afueras de la villa, que lo convierte en un punto estratégico visible desde distintas direcciones. Además, su importancia no solo radica en el aspecto religioso, sino también en su papel como punto de convergencia cultural y social, especialmente durante las festividades en honor al Señor Jesús. Un lugar que, más allá de lo espiritual, es una joya arquitectónica y patrimonial.
![]() |
Santuario do Senhor Jesus da Pedra. Obidos |
RESTAURANTE MARIA DOS CACOS
Pasaban poco minutos de las dos cuando llegábamos a comer a
este fantástico restaurante situado en la localidad de Caldas da Rainha,
muy cerca de Óbidos. Habíamos leído buenas críticas de Maria dos Cacos y no tardamos en comprobar que eran más
que merecidas. El local, acogedor y con un ambiente moderno pero sin
pretensiones, nos recibió con la calidez de quien sabe que lo que importa está
en el plato.
Comenzamos con unos canutillos de carabineros y unas croquetas
caseras como entrantes. Ambos platos estaban deliciosos: los
canutillos, crujientes por fuera y con un relleno sabroso e intenso, y las
croquetas, cremosas y perfectamente fritas, con ese toque casero que siempre se
agradece.
Después, cada uno pidió su propio plato principal y todos salimos encantados. El estofado de carne resultó ser un guiso potente y reconfortante, con la carne melosa y una salsa bien trabajada. El bacalao a la brasa fue otro de los platos estrella, cocinado en su punto y acompañado de guarniciones que realzaban su sabor. También hubo quien se decantó por una hamburguesa, jugosa y con ingredientes de calidad, que no se quedaba atrás en sabor. Los postres, al igual que el resto de la comida, estuvieron también muy buenos, completando una experiencia redonda.
![]() |
Estofado en Restaurante María dos Cacos |
El servicio fue atento, cordial y muy profesional, y el ritmo de la comida fue el adecuado. En definitiva, Maria dos Cacos fue todo un acierto, una parada gastronómica que superó nuestras expectativas y que sin duda recomendaríamos a cualquiera que ande por la zona.
MONASTERIO DE ALCOBAÇA
Era el momento de abandonar los alrededores de Óbidos y
dirigirnos a nuestro siguiente destino: la localidad de Alcobaça, situada a
cuarenta kilómetros, tardando una media hora en llegar hasta ella.
Alcobaça es una ciudad que combina encanto, historia y
tradiciones en un entorno que cautiva a cualquiera que la visite. Situada en la
región Centro, es conocida por su papel fundamental en el desarrollo del Reino
de Portugal durante la Edad Media. La fundación del Monasterio de Santa María
en 1153, bajo el patrocinio del rey Alfonso Henriques, marcó un punto crucial
en la consolidación del poder real y territorial. Los monjes cistercienses que
llegaron a la región transformaron el paisaje, introduciendo avanzadas técnicas
agrícolas que impulsaron la economía local y aseguraron el abastecimiento para
el reino en expansión. Este legado de progreso y organización convirtió a
Alcobaça en un centro neurálgico tanto espiritual como económico, sentando las
bases para su importancia histórica y cultural que perdura hasta hoy.
No es de extrañar, por tanto, que nuestra visita se centrara precisamente en su monumento más emblemático: el Monasterio de Alcobaça. Al acercarnos, lo primero que captó nuestra atención fue su imponente fachada principal. La iglesia, de estilo gótico, se alza con una simplicidad que impresiona, pero al mismo tiempo revela detalles más elaborados en su portal y esculturas. Nos detuvimos unos instantes para observar la integración de elementos barrocos en las torres, añadidos en épocas posteriores. Este contraste entre lo sobrio del gótico y las decoraciones más recientes nos dio una idea del paso de los siglos en este lugar.
![]() |
Monasterio de Alcobaça |
![]() |
Monasterio de Alcobaça |
![]() |
Monasterio de Alcobaça |
El monasterio fue fundado en 1153 por el rey Alfonso I de Portugal, quien lo estableció como un símbolo del poder religioso y político del joven reino portugués. Eligió el lugar de Alcobaça, en un contexto de consolidación tras la Reconquista, y lo cedió a la Orden Cisterciense, que construyó el complejo siguiendo las estrictas reglas monásticas de trabajo y oración. Con el paso del tiempo, el monasterio se convirtió en un centro de poder e influencia, contribuyendo al desarrollo de la agricultura y la viticultura en la región. Este lugar no solo fue un centro religioso, sino también un símbolo de la unidad del reino portugués.
Entramos por la iglesia, el corazón del monasterio. La nave central, larga y alta, nos acogió con su amplitud y luz natural, gracias a los grandes ventanales. Aquí destacan los sepulcros de Pedro e Inés, que cuentan una historia de amor trágica que marcó la historia de Portugal. Pedro, heredero al trono, e Inés de Castro vivieron un romance prohibido debido a las intrigas políticas de la época. Tras la ejecución de Inés, Pedro, ya convertido en rey, ordenó trasladar su cuerpo a Alcobaça y construyó dos sepulcros enfrentados para que, según se dice, puedan mirarse eternamente en la otra vida. Los detalles de las tumbas, llenos de símbolos de amor y sufrimiento, reflejan la intensidad de esta historia.
![]() |
Sepulcro de Pedro I. Alcobaça |
![]() |
Sepulcro de Inés de Castro. Alcobaça |
Salimos de la iglesia y nos dirigimos a explorar el resto del conjunto monástico, que forma parte de la visita de pago. Uno de los espacios más emblemáticos es el claustro del silencio, un claro ejemplo del estilo gótico cisterciense. Caminamos por sus galerías, admirando las columnas y arcos que rodean un espacio central donde los monjes buscaban la serenidad necesaria para sus meditaciones, con una disposición pensada para aislarlos del ruido exterior y facilitar su conexión espiritual.
![]() |
Claustro del Silencio o del Rey Dinis. Alcobaça |
![]() |
Claustro del Silencio o del Rey Dinis. Alcobaça |
En este recorrido, nos encontramos con la sala capitular, un espacio austero que reflejaba la funcionalidad de la vida diaria del monasterio, donde los monjes se reunían para tratar los asuntos más importantes. También visitamos el dormitorio común, un amplio espacio donde los monjes dormían, respetando su voto de pobreza y viviendo en condiciones de gran simplicidad.
![]() |
Dormitorio. Alcobaça |
![]() |
Sala Capitular. Alcobaça |
Uno de los lugares que más nos sorprendió fue la cocina, un área con dimensiones impresionantes. Su chimenea central podía albergar varias hogueras a la vez, y el canal de agua que cruzaba la estancia era un detalle innovador para la época, garantizando un abastecimiento constante.
![]() |
Cocina. Alcobaça |
Recorrimos también el refectorio, el lugar donde los monjes comían en silencio mientras escuchaban lecturas religiosas. Su diseño funcional y la acústica, que permitía escuchar las lecturas con claridad, evidenciaba el ingenio aplicado en la vida cotidiana del monasterio.
![]() |
Refectorio. Alcobaça |
Además de estos espacios, también visitamos muchas otras estancias del monasterio, cada una con su propio propósito y belleza, que completan la experiencia de este histórico lugar. Al salir, nos quedó claro que el monasterio de Alcobaça no solo representaba la vida espiritual de los monjes cistercienses, sino también la organización y el esfuerzo colectivo de una época que dejó su huella en cada rincón de este monumental conjunto.
![]() |
Claustro del Cardenal o de los Novicios. Alcobaça |
El monasterio está abierto de 09:00 a 19:00.
Aunque el tiempo no nos permitió explorar más de Alcobaça,
la ciudad ofrece otros puntos de interés que tal vez también merecería la pena
visitar, como el Castillo de Alcobaça,
el Jardín del Amor, la Iglesia de Nossa Senhora de Ajuda
y la ribera del río Baça. Sin
embargo, dado que nuestro siguiente destino nos esperaba, nos vimos obligados a
dejar estos lugares para otra ocasión.
NAZARÉ
Y qué mejor que terminar el día en Nazaré, un pintoresco
pueblo costero famoso por sus impresionantes playas y sus gigantescas olas que
atraen a surfistas de todo el mundo. Situado a tan solo quince kilómetros de
Alcobaça, llegamos en menos de un cuarto de hora, aparcamos y nos dispusimos a
disfrutar de las últimas horas de la jornada en este encantador rincón del
Atlántico.
Nuestra primera parada fue el Forte de São Miguel Arcanjo, una sólida construcción del siglo XVII que se alza al borde del acantilado con vistas privilegiadas al océano. Originalmente levantado como defensa costera frente a los ataques piratas, en la actualidad el fuerte alberga un pequeño museo dedicado al surf, en particular a las legendarias olas gigantes que han hecho de Nazaré un destino de fama mundial. Dentro del fuerte se encuentra también el Faro de Nazaré, cuya terraza superior nos regaló una de las vistas más espectaculares del viaje. A un lado se podía ver la extensa y urbana praia da Nazaré, con su paseo marítimo y su hilera de casas blancas; al otro, la salvaje y mítica praia do Norte, conocida por acoger algunas de las olas más grandes jamás surfeadas. Fue imposible no quedarse allí unos minutos, contemplando el paisaje y sintiendo el rugido lejano del Atlántico.
![]() |
Fuerte de São Miguel Arcanjo y Faro. Nazaré |
![]() |
Playa do Norte desde Fuerte de São Miguel Arcanjo. Nazaré |
![]() |
Playa de Nazaré desde Fuerte de São Miguel Arcanjo |
Desde el fuerte nos dirigimos al Mirador del Suberco, un balcón natural colgado sobre el océano que ofrece una panorámica inigualable de toda la línea costera. A nuestros pies, de nuevo, la playa de Nazaré se desplegaba con su arena dorada y sus barcas de pesca, mientras que el horizonte se perdía en una sucesión infinita de azules. Este rincón, además de ser uno de los más fotografiados de la región, transmite una paz que invita a detenerse y respirar profundamente.
![]() |
Playa de Nazaré desde Mirador del Suberco |
Seguimos nuestro recorrido hasta la plaza principal del Sitio de Nazaré, donde se encuentran dos de los lugares más emblemáticos del pueblo: el Santuario de Nuestra Señora de Nazaré y la Ermita da Memoria. El santuario, de origen medieval aunque reformado en época barroca, guarda la venerada imagen de la Virgen de Nazaré, vinculada a antiguas leyendas y milagros. Sus interiores, decorados con azulejos y elementos dorados, nos hablaron de la devoción que durante siglos ha atraído aquí a peregrinos de todo el país. Justo enfrente se alza la humilde Ermita da Memoria, construida en el lugar donde, según la leyenda, la Virgen salvó milagrosamente a un noble y su caballo de caer por el acantilado en plena niebla. Este pequeño templo, modesto pero cargado de simbolismo, es testimonio del vínculo entre fe y mar tan presente en esta comunidad.
![]() |
Santuario de Nuestra Señora de Nazaré |
Al caer la tarde, tomamos el coche y descendimos hasta la parte baja del pueblo para terminar el día con un tranquilo paseo por la playa de Nazaré. Recorrimos el paseo marítimo junto a las tradicionales barcas de pesca pintadas de vivos colores y nos detuvimos a observar cómo algunas mujeres locales seguían secando pescado al sol, perpetuando una de las costumbres más antiguas del lugar. El sonido de las olas, el olor a salitre y la luz dorada del atardecer fueron el cierre perfecto a un día repleto de historia, paisajes y emociones.
![]() |
Playa de Nazaré |
Sólo nos quedaba ya recorrer los algo más de cincuenta kilómetros que nos separaban de nuestra casa en Serra d´El – Rei, donde cenaríamos y nos iríamos temprano a descansar.
No hay comentarios :
Publicar un comentario