Hoy era un día importante y esto no quiere decir que el resto no lo fuesen, pero si todo salía según lo previsto, podía suponer un ahorro considerable de dinero sin haber comprado la Florencia Card, como ya comente en su momento. Y es que al ser primer domingo de mes todos los museos estatales y cívicos eran gratis, por lo que imaginaros poder entrar a los museos más emblemáticos de Florencia sin pagar ni un solo euro. Acordaros que esto sólo es aplicable de octubre a marzo, ambos incluidos.
Todo tiene sus pros y sus contras, y en este caso temía especialmente la masificación que pudiese haber y que por esto mismo hubiese algún tipo de restricción o cupos. Por ello llamé a las oficinas de información de los respectivos museos, donde me confirmaron que siendo diciembre no tendría por qué suceder nada de ello, así que me fiaría de lo que me dijeron pero siguiendo a su vez sus propias recomendaciones de la hora más apropiada de estar en los mismos, como ahora se verá, para disfrutar al máximo la experiencia.
GALERÍA UFFIZI
La jornada empezaba fuerte y con el fin de seguir las recomendaciones que me dieron, me encontraba en la misma puerta de la Galería Uffizi, quince minutos antes de la hora de su apertura, es decir a las 08:00 estaba allí. Y mi sorpresa sería que en la fila había ya unas 200 personas, lo cual no fue problema para entrar rápido dentro de la galería.
El palacio Uffizi, que alberga la propia galería, es por su parte uno de los mejores ejemplos del urbanismo y arquitectura renacentistas. El enorme palacio, que tiene dos plantas que se alzan sobre unos soportales, fue diseñado en 1560 por Vasari para albergar la administración del gobierno del duque Cosme I. El arquitecto utilizó refuerzos de hierro para crear una pared casi totalmente acristalada en la planta alta. A partir de 1581, los herederos de Cosme I usaron este espacio luminoso para exponer los tesoros artísticos de la familia de los Médicis, creando así uno de los museos más antiguos del mundo, en el que están algunas de las obras maestras del Renacimiento.
Galería Uffizi |
Gracias a su enorme fortuna, los Médicis pudieron contratar a los artistas florentinos más prestigiosos y completar a lo largo de varios siglos una colección única. Anna María Ludovica, la última de los Médicis, la legaría al pueblo de Florencia con la condición de que nunca saliera de la ciudad.
Galería Uffizi |
Como ya he hecho en otros grandes museos europeos, llegaba aquí con la idea muy clara de ver las obras que los expertos consideran las más importantes o las que yo más ilusión tenía en contemplar, ya que ir con la intención de verlo todo, y más en un museo de tales características, es sinónimo de fracaso y de saturación garantizada.
Por tanto, tras pasar los controles de seguridad y adquirir mi entrada gratuita, me dirigiría directamente al segundo piso del museo, que es donde se encuentran las salas más importantes y por donde recomiendan empezar la visita.
Mi primera parada sería para admirar los tres grandes retablos procedentes de iglesias florentinas que son obra de los grandes maestros Duccio di Buoninsegna, Cimabue y Giotto, los cuales muestran la transición del gótico al Renacimiento emergente.
Virgen en Trono con Niño de Giotto. Galería Uffizi |
Adosada a la anterior hallaría un díptico de Piero della Francesca, que por un lado representa a los duques de Urbino, y por el otro muestra sus virtudes. Son dos de los primeros retratos renacentistas. En la misma sala se encuentra La Virgen con el Niño entre ángeles de Fra Filippo Lippi, una obra maestra que aúna ternura y humanidad. Como tantos artistas renacentistas, Lippi utiliza la temática religiosa para celebrar las delicias terrenales.
Duques de Urbino de Piero della Francesca. Galería Uffizi |
Virgen con Niño de Filippo Lippi. Galería Uffizi |
A continuación, vendría lo que para mí es el plato fuerte, lo más esperado, de la galería Uffizi: la sala donde se agrupan los maravillosos cuadros de Botticelli, la cual no tiene parangón. Aquí se encuentran El nacimiento de Venus que sigue cautivando al visitante 600 años después de que se pintara. El brillo de los colores y el vigor de las formas atestiguan el afán por experimentar con nuevos colores para lograr efectos sorprendentes. Y también se halla aquí La Primavera, con la elegancia de sus figuras y la poesía de su conjunto. También en esta sala hay otras obras del increíble artista como la Virgen del Magnificat o la Anunciación, entre otras.
La Primavera de Botticelli. Galería Uffizi |
Nacimiento de Venus de Botticelli. Galería Uffizi |
Pocas salas después, volvería a hacer un alto en el camino para fijarme en una increíble habitación conocida como La Tribuna, una increíble sala octogonal, que consideran la parte más antigua del museo y que se encuentra espectacularmente decorada con paredes rojas de terciopelo, piedras preciosas, una hermosa cúpula recubierta de nácar y suelo de mármol y por si fuera poco, varias pinturas en sus paredes. Merece mucho la pena por lo que es uno de los imprescindibles en la galería Uffizi.
La Tribuna. Galería Uffizi |
Tras un buen conjunto de salas, donde me detendría lo justo para admirar alguna obra de Antonello da Messina, Ghirlandaio, Perugino o Luca Signorelli, llegaría otro de los grandes momentos de la visita. Era el turno de la sala de Leonardo da Vinci con su Anunciación que la pintó deliberadamente para ser contemplada desde al ángulo inferior a la derecha del cuadro y no de frente ya que de esta manera el brazo de María parece demasiado largo, su rostro excesivamente luminoso y el ángulo de los edificios algo torcido. Otra célebre obra es La Adoración de los Reyes Magos, son su intensa emotividad y expresión de los sentimientos propios del maestro.
La Anunciación de Leonardo da Vinci. Galería Uffizi |
Adoración de los Reyes de Leonardo da Vinci. Galería Uffizi |
A continuación, con sólo dos salas de separación, vendrían los cuadros de Miguel Ángel y Rafael. Aquí se encuentra el famoso Tondo Doni o Sagrada Familia, el único cuadro de Miguel Ángel atribuido al artista con total seguridad que queda en Florencia y que es movible, es decir que no se encuentra en una pared. Respecto a Rafael habría que referirse a la maravillosa Virgen del Jilguero, la cual pintaría durante los cuatro años de su estancia en la capital de la Toscana. En su inconfundible estilo es de resaltar la dulzura de sus gestos, su gran serenidad y la belleza de su rostro. Sin embargo, no estaban expuestas dos obras que sí que es usual verlas por aquí. Hablo del Retrato de León X y el Autorretrato del artista.
Tondo Doni o Sagrada Familia de Miguel Angel. Galería Uffizi |
Virgen del Jilguero de Rafael. Galería Uffizi |
Era el momento de realizar un pequeño descanso en la terraza panorámica que posee la cafetería, donde los Médicis escuchaban la música que se interpretaba en la plaza, y disfrutar así de unas maravillosas vistas de Florencia, para acto seguido bajar a la primera planta por las escaleras y continuar la visita.
Puente Vecchio desde Galería Uffizi |
Aunque me hubiera gustado detenerme a admirar con tranquilidad muchas de las salas que se iban sucediendo con pinturas de Andrea del Sarto, Berruguete, Volterra, etc., optaría por realizar la siguiente parada en la sala de Pontormo y Rosso Fiorentino, dos interesantes y algo menos conocidos artistas que le dieron un estilo propio a la pintura del siglo XVI. Del primero podría admirar obras como Cena en Emmaus, La Expulsión de Adán y Eva, La Natividad de San Juan o el famoso retrato de Cosimo el Viejo. Del segundo habría que destacar Ángel tocando un laúd.
Cena en Emmaus de Pontormo. Galería Uffizi |
Angel tocando un Laúd de Rosso Fiorentino. Galería Uffizi |
Empezaba a ir algo justo de tiempo si quería cumplir con éxito mi planificación del día, por lo que decidiría detenerme ya sólo en dos salas. Mi primera parada sería para contemplar la maravillosa y famosa Venus de Urbino de Tiziano, una verdadera obra maestra que representa la alegoría del matrimonio, en el que el perro a los pies de la mujer es el símbolo de la fidelidad matrimonial y la doncella mirando a la niña simboliza a la maternidad. El equilibrio que se aprecia en la obra hace de esta un trabajo perfecto. La segunda parada sería en la sala de Caravaggio y Artemisia Gentileschi. Del legado de Caravaggio en el museo habría que destacar Baco; Cabeza de Medusa, encargada para un escudo ceremonial, que pasa por ser un autorretrato del artista; o El sacrificio de Isaac, que maravilla por la intensidad del episodio bíblico, donde un ángel sostiene la mano de Abraham mientras este blande un cuchillo para degollar a su hijo. Recordemos que Caravaggio era considerado vulgar en su época por su interpretación directa de la realidad. Respecto a la pintora Artemisia, es impactante su brutal obra maestra Judith decapitando a Holofernes, de un realismo inusitado.
Venus de Urbino de Tiziano. Galería Uffizi |
Sacrificio de Isaac de Caravaggio. Galería Uffizi |
Judith decapita a Holofernes de Gentileschi. Galería Uffizi |
Y aunque no tenía intención de pararme ya más, como había comentado, no pude evitar volver a hacerlo para observar en las últimas salas de la primera planta obras de Rembrant, Rubens y Van Dyck.
Emperador Carlos V de Van Dyck. Galería Uffizi |
De esta manera ponía fin a una visita impresionante y única que me había llevados tres horas y que me hacía salir de la galería Uffizi pletórico.
El horario de la Galería de los Uffizi es de 08:15 a 18:50 todos los días excepto los lunes que se encuentra cerrada. Su precio en temporada baja, de octubre a marzo, es de 12 euros. Y en temporada alta de 25 euros.
PAPELERÍA SIGNUM
Dicen que es una de las papelerías y tiendas de regalos con más encanto de Florencia, donde buena parte de lo que venden se hace de manera artesanal y por ello no quise dejar pasar la oportunidad de entrar a echar un vistazo y así confirmarlo. Tienen un montón de cosas peculiares y con gusto, ideales para regalar o llevarse de recuerdo de la ciudad. Se encuentra en la ribera del río Arno, exactamente en Lungarno degli Archibusieri, 14R.
Papelería Signum |
PUENTE VECCHIO
Era el momento de atravesar uno de los símbolos más icónicos de la ciudad de Florencia: el hermoso puente Vecchio. Construido en el siglo XIV, fue un lugar muy comercial debido en gran parte a que los comercios situados en esta zona estaban exentos de impuestos. Hasta el siglo XVI, la mayoría eran tiendas de comestibles, especialmente carnicerías. Esta práctica llegó a su fin cuando Cosme de Médicis encargó a Giorgio Vasari que construyera un pasillo en 1565 (el corredor vasariano) encima del puente para conectar el palacio Vecchio con el palacio Pitti, y suprimir de esta forma la necesidad de mezclarse con los plebeyos al pasar de un lado a otro. Cosme no podía soportar el olor de las carnicerías y mandó, en 1593, que las trasladaran, y fueron sustituidas por ricos comerciantes, principalmente joyeros y plateros.
Puente Vecchio |
Puente Vecchio |
Esta clase de establecimientos continúan predominando en la actualidad, legado que es reconocido por un monumento a Benvenuto Cellini, el joyero más famoso de Florencia.
El Ponte Vecchio no es sólo el puente segmentado en arcos más antiguo de Florencia, sino el más longevo de Europa. Su supervivencia se debe a la orden, dada supuestamente por el propio Adolf Hitler, de no destruirlo, cuando los alemanes se retiraron de la ciudad en 1944.
Río Arno desde Puente Vecchio |
Puente Vecchio |
SANTA FELICITÁ
Y nada más cruzar el Puente Vecchio, me daría casi de bruces con esta pequeña iglesia que cuenta con un pórtico añadido por Vasari y en su interior, en la capilla de la familia Capponi, dos obras del manierista Jacopo da Pontormo: un fresco de la Anunciación y un panel con El descendimiento de la Cruz. Se pintaron con colores inusuales e intensos propios de este nuevo movimiento. En las pechinas de la cúpula se pueden ver varias composiciones pictóricas en forma de disco que representan a los cuatro evangelistas y son también obra de Pontormo, pero en este caso ayudado por su discípulo Bronzino.
El descendimiento de la Cruz de Pontormo. Iglesia de Santa Felicitá |
Por cierto, que acaba de hacer acto de presencia en el ya barrio de Oltrarno, que traducido significa “Al otro lado del Arno”, la cual es una zona de lo más atractiva y llena de encanto para perderse y pasear por la misma.
PLAZA MICHELANGELO
Ante el día tan espectacular que hacía y aprovechando que no estaba a más de veinte minutos caminando, optaría por llegar a esta plaza que es una de las visitas imprescindibles en cualquier viaje a Florencia. Podemos decir que se trata del mirador por excelencia de la ciudad y donde siempre hay gente contemplando las maravillosas vistas que ofrece, mejores incluso que las que se obtienen desde el Campanile o el Duomo.
Florencia desde Plaza Michelangelo |
La plaza se construiría en la década de 1860 y aún después de tanto tiempo sigue siendo un lugar evocador, especialmente cuando el sol se pone sobre el Arno y las lejanas colinas toscanas.
Florencia desde Plaza Michelangelo |
Además en los alrededores se puede admirar otra copia del David de Miguel Ángel, así como de una rosaleda con más de 350 variedades de esta flor, y algunas esculturas.
Copia del David en Plaza Michelangelo |
Como consejo decir que si lo que prefieres es no tener el sol de cara para así no deslumbrarte y conseguir las mejores fotografías, lo mejor es acudir hasta aquí antes de la hora de comer.
PALACIO PITTI
Dice la leyenda que el banquero florentino Luca Pitti, movido por la envidia que le suscitaba el espectacular palacio Medici, encargó que le construyeran una casa cuyas ventanas fueran más grandes que la entrada de este edificio. En el siglo XVI el historiador del arte Giorgio Vasari afirmó que el arquitecto había sido Filippo Brunelleschi, junto con su alumno Luca Fancelli; pero en realidad su estilo difiere mucho del empleado por Brunelleschi y se empezó a construir doce años después de la muerte de este.
Palacio Pitti |
A pesar de los deseos de Pitti, el edificio no superó al palacio Medici. Fancelli como arquitecto principal quiso imprimirle a la fachada un estilo más utilitario y doméstico, con mampostería rústica reforzada en series triplicadas de siete vanos arqueados que recuerdan a los acueductos romanos. Su diseño fue imitado en numerosas ocasiones desde entonces.
Pitti atravesó por dificultades económicas al final de su vida y murió en 1472 sin llegar a ver finalizado el edificio. Irónicamente, en 1549 uno de sus descendientes vendió el edificio a Leonor de Toledo, gran duquesa de Toscana y esposa de Cosme I de Médicis. El palacio, ampliado y restaurado, se convirtió en residencia de la gran familia ducal y adoptó el aspecto que conserva hoy en día.
Sala de Júpiter. Palacio Pitti |
En la actualidad el palacio alberga una cantidad ingente de museos, hasta seis, por lo que me decantaría por los dos que más interés tenía en conocer. Es cierto que entraría cuando estuve la vez anterior pero ya no me acordaba de nada.
En primer lugar optaría por la Galería Palatina, la cual alberga una importantísima colección de Pintura, sobre todo de los siglos XVI y XVII. Aunque muchas de las obras que pertenecieron a los Medici se encuentran actualmente en los Uffizi, las paredes de los salones del palacio Pitti están llenas de obras maestras colgadas atendiendo sólo a razones decorativas. Quizás los cuadros más famosos sean: “Mujer con velo”, “Virgen de la Silla” y “Virgen del Granduca” de Rafael; “Retrato de una Dama” de Sandro Botticelli; “Retrato de una Dama”, “El Concierto” y “La Magdalena Penitente” de Tiziano; o “Santa María Magdalena de Artemisia Gentileschi”.
Mujer con Velo de Rafael. Palacio Pitti |
El Concierto de Tiziano. Palacio Pitti |
Sin embargo, no faltan tampoco cuadros de Caravaggio, Rubens, Van Dyck, Veronés o Tintoretto. Hay además una Venus Itálica de Canova esculpida en mármol para Napoleón, que también hizo del palacio su residencia.
Venus Itálica de Canova. Palacio Pitti |
Su horario es de 08:15 a 18:30 y cierra los lunes.
El segundo museo por el que optaría serían los Apartamentos Monumentales, que datan del siglo XVII, aunque entre los siglos XVIII y XIX los duques de Lorena los renovaron, adaptándolos al gusto de la época. En cualquier caso, estos salones ostentosamente decorados con terciopelos, sedas, dorados, frescos, estucos y molduras han sido restaurados para tratar de devolverles su aspecto original.
Apartamentos Reales. Palacio Pitti |
Apartamentos Reales. Palacio Pitti |
El resto de museos serían, para aquellos que estén interesados: el de Arte Moderno, el de la Plata, el de la Moda y el de las Carrozas.
En ambos casos la entrada me saldría gratis ya que al ser museos estatales y ser primer domingo de mes no tendría que pagar nada, como ya comenté al principio del capítulo.
JARDINES BOBOLI
Aprovechando también la gratuidad de los mismos durante la jornada que me ocupaba, continuarían con un paseo por este inmenso espacio. Los jardines Boboli se trazaron para los Médicis en 1550, un año después de que estos compraran el Palacio Pitti. Son un magnífico ejemplo de jardinería renacentista y se abrieron al público en 1766. Las zonas más cercanas al palacio son las más refinadas del jardín, donde los setos aparecen recortados con formas geométricas. De allí se pasa a los espacios silvestres plantados de encinas y cipreses para reforzar el contraste entre lo natural y lo artístico. Numerosas estatuas de diversos estilos y periodos, se encuentran distribuidas por el jardín como La Abundancia, una de las que más destacan. Entre sus recovecos también cabría destacar el Fuerte de Belvedere, la fuente de Baco, el Anfiteatro, un pabellón rococó o la fuente del Océano de Giambologna, por lo que no tienen desperdicio.
Jardines Boboli |
Fuente de Neptuno. Jardines Boboli |
Jardines Boboli |
Hay que resaltar también las vistas que se obtienen de Florencia desde los mismos que son de las mejores que se pueden conseguir.
Como dato curioso decir que en 2017, la firma de moda Gucci donó dos millones de euros para devolver a los jardines su esplendor, ya que estaban algo deteriorados.
El horario de los jardines Boboli es de 08:15 a 18:30. Como decía hoy la entrada era gratuita, aunque en condiciones normales esta cuesta siete euros.
PUENTE ALLE GRAZIE
Decidiría volver al otro lado del Arno por este puente, para observar una de las mejores perspectivas del Puente Vecchio de lejos. Su nombre se debe a la existencia en el pasado de una escultura en relieve de la Madonna alle Grazie situada en el extremo. Sin duda, un nombre evocador: el puente de Gracia.
Puente Alle Grazie |
La primera noticia del puente original data de 1227, siendo en su momento más antiguo incluso que el puente Vecchio, siendo construido íntegramente en piedra. Se llamaba Ponte di Rubaconte, en honor al alcalde que lo había mandado construir. Sería después reconstruido en 1345 con nueve arcos, convirtiéndolo entonces en el más largo de Florencia. Conservaría su estructura medieval original hasta 1870 con algunas modificaciones posteriores, hasta que desgraciadamente, los alemanes lo volarían cuando llegaban los aliados a Florencia en 1944 un año antes de terminar la Segunda Guerra Mundial.
Puente Vecchio desde Puente Alle Grazie |
El puente seria reconstruido posteriormente respetando la tradición artística florentina y conservándose hasta la actualidad.
BASÍLICA SANTÍSIMA ANUNCIACIÓN
Aprovechando los últimos momentos de luz, llegaría a la plaza de la Santissima Annunziata, presidida por una estatua ecuestre del gran duque Ferdinando I de Médici, obra del último Giambologna, y dos fuentes realizadas por Tacca, uno de sus discípulos. Pero el mayor interés en esta plaza está en la basílica de la Santissima Annunziata, reformada a principios del siglo XV por Michelozzo, el cual retomó el motivo de los arcos creando una logia de columnas estilizadas.
Plaza y Basílica de la Santísima Anunciación |
Basílica de la Santísima Anunciación |
En el atrio se conservan unos frescos del siglo XVI, de los manieristas Rosso Fiorentino, Andrea del Sarto y Jacopo Pontormo, algunos muy dañados por la humedad. Los más famosos son El viaje de los Reyes Magos y El nacimiento de la Virgen de Andrea del Sarto.
La iglesia custodia una de las reliquias más estimadas de Florencia: un cuadro de la Virgen María pintado por un monje en 1252 y del que se dice lo terminó un ángel. La iglesia tiene nueve capillas, y en la central está el sepulcro de Giambologna, que él mismo adornó con relieves de bronce y un crucifijo esculpido.
Basílica de la Santísima Anunciación |
Reliquia Basílica de la Santísima Anunciación |
Por la puerta norte del transepto se entra en el claustro de los Muertos, que se utilizó en principio como cementerio y está lleno de lápidas. El fresco del pórtico de entrada es de Andrea del Sarto. Pintado en 1525, representa a la Sagrada Familia haciendo un descanso en su huida a Egipto; se le llama La Madonna del Sacco, porque San José aparece descansando sobre un saco.
GALERÍA DE LA ACADEMIA
Era el momento de la visita de otro de los grandes museos de Florencia, casi atreviéndome a decir que el más demandado por el público, ya que su interior alberga la escultura más famosa del mundo: “El David” de Miguel Ángel.
Hoy también era gratuito, por lo que imaginaros el privilegio de poder visitarlo sin tener que pagar un solo euro. Tal y como me recomendó uno de sus trabajadores, cuando llamé para informarme, optaría por llegar al mismo en las últimas horas de apertura, ya que de esta manera podría asegurarme un acceso con muchas menos colas y disfrutar del interior sin demasiada masificación. Tengo que decir que acertaría plenamente.
La academia de Bellas Artes de Florencia se fundó en 1563, convirtiéndose en la primera institución europea donde se enseñaban las técnicas del dibujo, pintura y escultura. La exposición de arte expuesta en la Galería se formó en 1784 con la idea de que sus alumnos tuvieran material para estudiar y copiar.
La galería cuenta con una importante colección pictórica de artistas florentinos de los siglos XV Y XVI, contemporáneos de Miguel Ángel, como Fra Bartolomeo, Filippino Lippi, Bronzino y Ghirlandaio. Algunas obras con magníficas, como “La Virgen del Mar” atribuida a Botticelli y “Venus y Cupido” de Pontomo, basada en un boceto de Miguel Ángel. También se expone un precioso arcón de madera llamado “Cassone Adimari”, pintado hacia 1440, el cual formaba parte de un ajuar de boda, y está decorado con detalles de la vida cotidiana, la ropa y la vida florentina, viéndose a los novios retratados ante el Baptisterio.
“El árbol de la vida” de Pacino di Bonaguida, destaca en la colección de objetos bizantinos y religiosos de los siglos XIII y XIV, muchos de los cuales llevan importantes engarces en oro.
El salón de la Toscana está lleno de escultura del siglo XIX, cuadros de miembros de la Academia y varios modelos de yeso del escultor Lorenzo Bartolini, que fue profesor de la Institución desde 1839 hasta su muerte, en 1850. Entre sus obras se hallan bustos del poeta Lord Byron y del compositor Franz Liszt.
Pero no cabe duda que a todo lo anterior le roba el protagonismo la extraordinaria escultura “El David” de Miguel Ángel de 1504, la más famosa de todas las que aquí se exponen del autor. Este colosal desnudo renacentista de más de cinco metros del héroe bíblico que venció a Goliat fue un encargo de la ciudad de Florencia y, una vez terminado, se colocó frente al palacio Vecchio. A la edad de 29 años, Miguel Ángel ya era considerado el mejor escultor de su tiempo. En 1873, la escultura se trasladó a la Academia para protegerla de los elementos adversos del clima. Ahora una copia ocupa su emplazamiento original en la plaza de la Signoria, y otra está situada en la plaza Michelangelo.
El David de Miguel Angel. Galería de la Academia |
El David de Miguel Angel. Galería de la Academia |
El David de Miguel Angel. Galería de la Academia |
Entre las otras obras maestras de Miguel Ángel que están aquí, se exponen una estatua de San Mateo de 1508 y los Quattro Prigionieri (cuatro esclavos), esculpidos entre 1521 y 1523 para la tumba del papa Julio II. Estas figuras, que luchan por escapar de la piedra, son unas de sus piezas más dramáticas. Las esculturas se llevaron a la Grotta Grande de los jardines de Boboli en 1585, donde ahora se exponen unas copias.
Galería de la Academia |
Recomiendo que si se llega en un horario de poca masificación, lo primero que se haga es dirigirse a ver “El David” y disfrutar de la escultura con tranquilidad, ya que en pocos minutos puede cambiar la situación y tardar mucho en volver a despejarse, por lo que es fundamental aprovechar esos momentos y luego ya seguir con el resto del museo.
Su horario es de 08:15 a 18:20 todos los días, excepto los lunes que cierra.
PIZZERIA SPERA
La anterior sería mi última visita de la jornada, hecha la cual me marcharía a cenar relajadamente a esta pizzería que me sorprendería gratamente. Es un local pequeño y apartado del centro, pero hace unas pizzas que es probable que sean de las mejores de la ciudad. Suele estar a rebosar por lo que conviene ir fuera de las horas punta. Optaría por pedir una pizza de salami picante, una tarta de queso y una coca cola. Todo por quince euros.
Pizzeria Spera |
Había sido un día agotador y muy intenso, pero repasando, mientras cenaba, todos los tesoros y obras que había tenido la fortuna de admirar, hacía que me fuese completamente exultante a descansar.
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