ALENTEJO - DIA 04. Montemor O Novo, Arraiolos, Estremoz y Evoramonte

1 de Mayo de 2023.

Hoy era uno de mayo, ¿qué significaba eso? Pues que era el día del trabajador y si en otros lugares como en España o Francia está ya de por sí arraigado y es un día importante y festivo, en Portugal se acrecienta, siendo una de las fechas más importantes del país. Si a ello le sumamos que era lunes, día en el que la mayoría de museos y lugares culturales cierran, pues el resultado es que era muy probable que no estuviera nada abierto durante toda esta jornada. Siendo consciente de todo ello desde el primer momento que preparé el viaje, decidiría dedicarme a visitar lugares en plena naturaleza y varios pueblos, buscando aquellos cuyas fortalezas fuesen de acceso libre y con la esperanza de que algunos de sus edificios religiosos sí que estuviesen abiertos. Teniendo todo esto claro y tras un buen desayuno, comenzaría otro día más en el Alentejo portugués.

MEGALITOS

Mi primer destino estaba situado a 17 km de Évora, en pleno campo, tardando en llegar casi media hora, y es que los últimos kilómetros es necesarios recorrerlos por una pista de tierra, sin asfaltar. Todo para llegar hasta una de las áreas megalíticas más importantes de Europa.

Los megalitos que iba a visitar datan de los años 4000 y 2000 a.C. y su simbolismo en muchos casos es un misterio, colocándose en lugares donde las comunidades neolíticas enterraban a sus muertos junto a sus posesiones.

Sería en la aldea de Guadalupe donde tomaría el mencionado camino de tierra que en tres kilómetros me permitiría llegar hasta el menhir dos Almendres, al que se accede por un pasillo entre alcornoques, encinas y olivos que pertenecen a la hacienda agraria que le da nombre. Con unas doce toneladas de peso, se eleva 3,5 metros del suelo.

Menhir dos Almendres

Por la misma pista, que describe una gran giro, como a un kilómetro y medio, alcanzaría el crómlech de Almendres, descubierto en 1966. Es el mayor de la península y pertenece a un periodo entre el neolítico y el calcolítico. En la actualidad aparece formado por 92 menhires de varios tamaños (de 1,5 a 2 metros de altura), que forman dos recintos orientados según las direcciones equinocciales. Algunos de los menhires muestran inscripciones geométricas o de carácter astral.

Crómlech de Almendres

Crómlech de Almendres

Continuaría hacia la aldea de Valverde, y tras cruzar el río, entre almacenes agrarios, encontraría el desvío a la izquierda del dolmen de Zambujeiro, el mayor de Portugal y uno de los más grandes de Europa, con un pasadizo de catorce metros de largo que conduce a una cámara construida con enormes piedras, aunque el acceso a la misma se encuentra clausurado por seguridad.

Dolmen de Zambujeiro

MONTEMOR - O - NOVO

Abandonaría esta zona y a través de la campiña alentejana llegaría tras 27 km y media hora de recorrido hasta la villa de Montemor - o - Novo, fortificada en el pasado por los romanos y los musulmanes; el guerrero árabe Almanzor es recordado por el nombre del cercano río. La ciudad reconquistada durante el reinado de Sancho I, consiguió su primera carta en 1203.

Tras aparcar cerca del mercado municipal, construido en el siglo XX para sustituir a otro más antiguo que se encontraba al aire libre y en él que destacan los bellos paneles de azulejos con escenas de profesiones tradicionales de esta región del Alentejo, continuaría por la rua 5 de Octubre, donde se yerguen varios palacios construidos entre los siglos XVII y XVIII y una bonita fuente, que darían paso, acto seguido, a la ermita de San Lázaro, un pequeño templo de una sola nave en el que destaca su portal gótico coronado de almenas.

Panel Azulejos. Mercado Municipal. Montemor O Novo

Palacio Rúa 5 de Octubre. Montemor O Novo

Ermita de San Lázaro. Montemor O Novo

Poco después me encontraría con el Ayuntamiento o Cámara Municipal, construido en 1745 para sustituir al anterior abandonado desde hacía mucho tiempo. Albergaba en la planta baja una cárcel. Enfrente del mismo se puede observar una lápida funeraria con una inscripción en latín. Subiendo un poco la calle, en el lado izquierdo, en la fuente de Nuestra Señora da Conceição, se encuentra otra lápida. Ambas lápidas están declaradas como Monumento Nacional.

Lápida Funeraria. Montemor O Novo

En Largo São João de Deus, nombre del santo que nació en las proximidades, se alza la iglesia Matriz del siglo XVII, con pinturas murales en la bóveda y en las capillas laterales de la nave. Interesante también es una pila bautismal gótica de piedra donde fue bautizado el santo.

Largo São João de Deus. Montemor O Novo

Adosada a la anterior se encuentra la iglesia de la Misericordia, con un bello portal manuelino rectangular en mármol blanco delimitado por un cordón exótico. El interior parece que cuenta con un buen número de pinturas murales que cubren las paredes pero que no fácil contemplar al estar muchas veces cerrada al público.

Un poco más adelante, en la plaza Cândido dos Reis, podría observar nuevas viviendas de arquitectura tradicional con adornos de mampostería, portales góticos y estilo manuelino, así como la ermita de Nuestra Señora de la Paz, que contiene interesantes pinturas en su interior.

Plaza Cândido dos Reis. Montemor O Novo

Desde aquí me encaminaría hacia el castillo, de acceso libre, reconstruido a finales del siglo XIII, pero del que hoy apenas quedan unas ruinas, con excelentes vistas sobre el caserío  y el convento de Nuestra Señora da Conceição. Su elemento más simbólico es su torre del reloj, desde donde se vigilaba la entrada a la población.

Castillo de Montemor O Novo

Castillo de Montemor O Novo

En esta zona se encuentra también el que fue el palacio de los Alcaldes, que como su nombre indica sería la residencia oficial de los alcaldes de la villa. Aquí se llevarían a cabo varias cortes como la de 1477, 1481 o 1495, alojándose en sus instalaciones los monarcas de la época. Aquí se debatiría la primera propuesta que realizaría D. Manuel I de enviar la primera expedición marítima a las indias, la cual sería después efectuada por Vasco de Gama.

Palacio de los Alcaldes. Montemor O Novo

Entre otros lugares a destacar en la inmensa planicie en la que me encontraba habría que citar los restos de canalizaciones, cisternas, bodega o incluso la cárcel.

Tras pasar por las inmediaciones del convento de Santo Domingo, por la iglesia del Calvario, con una hermosa sacristía revestida de azulejos, y por la ermita de San Sebastián, me dispuse a abandonar la población camino hacia mi siguiente destino.

ARRAIOLOS

Tendría que recorrer 22 km en veinte minutos para llegar hasta Arraiolos, cuya fundación se atribuye a los celtas allá por el año 300 a.C.

Es otra de las localidades más hermosas de la región, con sus bellas casitas blancas ribeteadas de azul y su encantadora iglesia de la Misericordia, decorada con azulejos del siglo XVIII.

En lo alto de la localidad se encuentran las ruinas de su castillo con la extraña peculiaridad de poseer una planta circular. Tendría suerte y su acceso también es libre, no estando sujeto a horarios, por lo que no podía quejarme en un día tan complicado como el que tenía por delante.

Castillo de Arraiolos

De la fortaleza hay que destacar su torre del Reloj, edificada sobre uno de los cubículos de la antigua puerta de la barbacana, la puerta de Santarém, orientada hacia la misma ciudad y flanqueada por dos torres de planta cuadrada, así como la iglesia de San Salvador, del siglo XVI, ubicada en la misma plaza de armas, con planta en forma de cruz latina.

Castillo de Arraiolos

Iglesia de San Salvador. Arraiolos

Y por supuesto, no hay que dejar de destacar sus excelentes y amplias vistas alcanzando a poblaciones como Évora, Monsaraz, Estremoz, Alter do Chão, etc.

Entorno de Arraiolos desde su Castillo

Paseando por la población tendría también la oportunidad de toparme con otros edificios de interés como la capilla dos Pasos de Cristo, la iglesia Matriz, destacando su estilo barroco – rococó, o el Ayuntamiento, así como su hermosa plaza Mayor.

Iglesia Matriz.Arraiolos

Plaza Mayor de Arraiolos

Finalmente, tendría que hacer mención, más allá de sus monumentos, de que la localidad es afamada por su tapices de colores vivos, cuya fabricación, siempre artesanal, se remonta al asentamiento en la ciudad de poblaciones musulmanes expulsadas de Lisboa, como consecuencia del decreto de expulsión de 1496. De esta manera se puede observar como muchos de esos trabajos decoran innumerables casas solariegas y palacios de todo Portugal.

Existe incluso un centro de interpretación de los tapices de Arraiolos, pero estaba cerrado, por lo que me pondría en marcha hacia una nueva localidad.

ESTREMOZ

Tardaría media hora en recorrer los 42 km que me separaban de Estremoz, cuyo perfil se puede apreciar bastantes kilómetros antes de llegar. Mientras tanto la carretera atraviesa por entre numerosas canteras, donde se amontonan grandes bloques de mármol en perfecto desorden, como si una inmensa metrópolis se hubiera desmoronado por efecto de un terremoto.

Y es que Portugal es el segundo exportador mundial del llamado oro blanco alentejano. Cerca del 90 % - unas 500.000 toneladas al año – se obtienen en Estremoz, cuyo mármol es de color blanco o rosa.

Estremoz es una de las ciudades más deslumbrantes del Alentejo, debido no sólo a sus casas encaladas, sino a que muchos lugares de la población están construidos con su inmaculado y perfecto mármol.

Estremoz

El casco urbano se divide en dos partes: la ciudad baja, a la que se accede cruzando las murallas levantadas en el siglo XVII; y la ciudad alta, que agrupa el antiguo barrio medieval, donde se sitúan los principales puntos de interés y los mejores restaurantes.

Mis primeros pasos en la ciudad comenzarían por su parte baja, exactamente por la inmensa plaza Rossio Marquês de Pombal, considerada la más grande de todo Portugal, después de haber traspasado las diferentes puertas que se abren en las murallas como la de Dos Currais, la de Santa Catarina y la de Santo Antonio, buena muestra de la necesidad de defender el reino de la ofensiva española en las Guerras de Restauración.

Puerta de Santo Antonio. Estremoz

Puerta Dos Currais. Estremoz

La soberbia plaza, en la que estuvieron concentradas las tropas portuguesas para la batalla dos Atoleiros de 1384, está flanqueada por varios edificios interesantes como el inacabado convento dos Congregados, del siglo XVII, convertido en Ayuntamiento, con una interesante escalinata interior de mármol; la iglesia dos Congregados, la cual acoge el museo de Arte Sacra, que para los que se lo encuentren abierto, podrán admirar un cáliz – custodia, pieza única en Portugal, del siglo XVI; la capilla del Santo Cristo y el hospital de la Misericordia.

Convento dos Congregados. Estremoz

Convento de la Orden de Malta. Estremoz

Capilla del Santo Cristo. Estremoz

Muy cerca de la plaza anterior se encuentra el convento de San Francisco, el cual alberga una iglesia gótica, del siglo XVIII, con una fachada rococó muy posterior y un interior de tres naves con cinco tramos y arquería ojival, donde puede contemplarse un curioso retablo en la nave septentrional con la talla dorada del árbol de Jessé, del siglo XVII. Unida al edificio está la capilla de Dom Fradique de Portugal, con portal renacentista y elementos manuelinos en ventanas e interior.

Iglesia de San Francisco. Estremoz

Árbol de Jessé. Iglesia de San Francisco. Estremoz

Justo enfrente del convento se puede ver un monumento dedicado a aquellos héroes anónimos que dieron su vida por la patria.

A continuación, me daría de bruces con la fuente y el lago de Gadanha, del siglo XVII, un amplio estanque con una estatua de Saturno armado con guadaña, situado en una plaza ajardinada, lindante a la del Rossio. Representa lo efímero de la vida. Desgraciadamente más de la mitad de la misma se encontraba en obras por lo que no la pude disfrutar en todo su explendor.

Lago do Gadanha y Fuente das Bicas. Estremoz

Me acercaría después hasta el convento de la orden de Malta para intentar admirar su hermoso claustro medieval, algo que no conseguiría al encontrarlo cerrado. En este lugar se encuentra también el museo de Ciencia Viva que puede ser un lugar interesante para asistir con niños.

Continuaría la visita llegando hasta la plaza del Pelourinho, de mármol rojo la base y blanco el fuste, torneado y rematado por una esfera armilar.

Plaza del Pelourinho. Estremoz

Desde esta plaza emprendería la ascensión a la ciudad vieja, por calles peatonales y escalinatas hasta el arco de Frandina o Porta do Sol, en la primitiva muralla medieval. Sólo 200 metros después llegaría a la placeta de Dom Dinis, que corona la colina y donde se agrupan los principales monumentos de la villa medieval.

El espacio está dominado por una torre del homenaje de mármol, del siglo XIII, que tiene 27 metros de altura y es conocida como torre Menagem o de las Tres Coronas, en recuerdo de los reyes durante cuyos reinados se construyó. Afortunadamente, al ser parte de la bella Pousada  - Palacio de João V podría acceder de forma gratuita y subir hasta lo más alto de la misma, donde pude admirar las panorámicas sobre la ciudad y la llanura del Alentejo. Sólo hay que entrar y preguntar al trabajador que estará en recepción, el cual amablemente te indicará por donde ascender.

Torre de las Tres Coronas. Estremoz

Estremoz desde Torre de las Tres Coronas

Al bajar y teniendo en cuenta que los precios de Portugal son todavía bastantes más razonables que en España, aprovecharía para comer algo en uno de los bellos salones donde se sitúa la cafetería, optando por un sándwich de jamón y queso con pan alentejano a la plancha que estaba buenísimo, con un coca cola. Todo me saldría por 12 euros.

El palacio serviría de residencia al rey Dinis y a la reina Isabel de Aragón, y en él se puede admirar la monumental escalinata de la entrada realizada con mármol y azulejos, el patio con pozo y la galería, así como el inmenso salón de recepciones en el que cada mueble es una obra de arte. Sería aquí donde el rey Manuel hizo solemne entrega a Vasco de Gama de la bandera portuguesa en 1497, antes de que el navegante zarpara hacia la ruta de indias.

Palacio - Pousada de João V.Estremoz

Adosada al ángulo norte del torreón estaría la capilla de la reina Santa Isabel (rainha Santa Isabel, en portugués), en cuyo interior se pueden ver una serie de azulejos que relatan su vida. Es aquí donde se ubica el famoso milagro de las Rosas, cuando ante los requerimientos de su marido, el rey, las monedas de oro sustraídas por la reina para limosna a los pobres salieron convertidas en pétalos de los pliegues de su vestido. En este caso no habría suerte y sí que estaba cerrada a cal y canto.

Capilla de la Reina Santa Isabel. Estremoz

En las inmediaciones, se puede ver la iglesia de Santa María del siglo XVI, de planta cuadrada, con pinturas de la primitiva escuela portuguesa, sobre todo en la sacristía, donde además se puede admirar un curioso lavabo de mármol.

Iglesia de Santa María. Estremoz

Destacable también es la próxima sala de audiencias del rey Dinis, un elegante edificio reformado en estilo manuelino, separado en una esquina de la plaza, constituyendo para muchos el monumento más bello de Estremoz. Cuenta con cinco arcos apuntados que descansan en capiteles decorados y una bóveda de crucería con decoración vegetal.

Sala de Audiencias del Rey Dinis. Estremoz

Adosada a la anterior se encuentra la capilla de Nuestro Señor de los Inocentes, dedicada a los huérfanos, ya que antes había un hospital en este lugar. Como se puede apreciar no tiene fachada, quedando la cabecera de la capilla protegida tan sólo por una reja. En frente de esta se halla la estatua de la reina Isabel, desde donde además se consiguen unas excelentes vistas.

Estatua de la Reina Isabel. Estremoz

Capilla de Nuestro Señor de los Inocentes. Estremoz

Finalmente, habría que citar en esta zona, el museo Municipal con colecciones de cerámica, artesanía o estelas de mármol con cruces de todo tipo.

Después de disfrutar de esta importante área procedería a abandonarla por la puerta de Santarém, con una torre cilíndrica y otra cuadrangular, lo que denota una mayor necesidad defensiva, indicando a su vez, que esta pudiera ser, inicialmente, la puerta principal de la villa medieval.

La recién atravesada puerta me llevaría, por el barrio de Santiago, hasta una nueva vía de acceso a la población, en este caso la puerta de Évora, en el que cabe resaltar su puente emplomado como elemento más relevante, así como sus pesadas cadenas de hierro.

Puerta de Évora. Estremoz

Continuando el descenso de la parte alta, me toparía con la iglesia de Santiago, edificio que existía ya en el reinado de Afonso III. Es un templo sencillo con un pequeño campanario.

Iglesia de Santiago. Estremoz

De vuelta a la plaza Rossio Marqués de Pombal, mientras atravesaba la población de lado a lado, todavía me encontraría con otro lugar destacable. En este caso sería con las torres de Couraça, las cuales formaban parte de la estructura amurallada que conectaba las diferentes torres y que fue destruida a finales del siglo XVII, quedándose aislada. Tuvo una función eminentemente defensiva, formando parte de la arquitectura militar traída por la civilización musulmana en el siglo XII y adaptada por los cristianos a sus construcciones militares.

Fuente del Espíritu Santo y Torres de Couraça. Estremoz

En esta misma plaza destaca también la fuente del Espíritu Santo, creando una agradable estampa junto a las torres defensivas.

No me quedaba ya nada más por hacer en Estremoz, por lo que me dirigiría al coche y pondría rumbo a mi siguiente y último destino del día.

EVORAMONTE

Situada en un montículo de casi 500 metros de altitud, dominando la planicie alentejana y a casi 20 km de Estremoz, se sitúa Evoramonte, con un importante protagonismo en la historia contemporánea portuguesa por haber sido el lugar donde se firmó la paz en mayo de 1834, tras varios años de sangrienta guerra civil entre liberales y absolutistas.

Evoramonte

En 1306, con el objetivo de proteger la villa y sus habitantes, el monarca D. Dinis ordenó la construcción de las murallas medievales, adornadas por nudos de piedra, que aún se mantienen en pie, subsistiendo también desde su fundación las cuatro puertas de arco ojival: S. Sebastião, S. Brás, do Sol y do Freixo.

Puerta do Freixo. Evoramonte

Puerta del Sol. Evoramonte

Sería en ese recorrido del perímetro exterior donde me encontraría con algún que otro elemento que tanto me gusta en la visita de ciudades o poblaciones. Es el caso de las letras de la población, un columpio o un mirador con una moldura en forma de corazón y todo ello con unas vistas maravillosas de la región, por lo que cada uno de esos puntos invitan a detenerte y disfrutar del paisaje y de la tranquilidad.

Mirador y Moldura del Corazón. Evoramonte

Letras de Evoramonte

Columpio de Evoramonte

Extramuros, también encontraría las ermitas de Santa Margarida y São Sebastião, así como la fuente de Santo Estevão, todas ellas con una arquitectura sencilla, pero por su privilegiada situación, con nuevas y hermosas panorámicas del entorno que las rodea.

Ya dentro de las murallas y en su punto más elevado aparece la fortaleza y Palacio Ducal del siglo XVI, de gusto italiano. La torre es un ejemplo único de arquitectura militar de transición y sirvió, esencialmente, como residencia de caza para los duques de Braganza. Su posición dominante y escénica, en medio de la llanura, cumple sobradamente el propósito con el que se construyó: afirmar la Casa de Braganza como la segunda más poderosa del reino, dando así significado a la máxima: “Después de ti, nosotros”, es decir, después del rey, la Casa de Braganza.

Fortaleza y Palacio Ducal. Evoramonte

También en este núcleo se alza la iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, la que fuese la primera iglesia del pueblo. Presenta dos puertas góticas ojivales, en la fachada y en el lateral izquierdo. Posee una pila bautismal, un púlpito y algunas pinturas al fresco. También destaca el panel de azulejos sevillanos de finales del siglo XV que se encuentra bajo el altar de Nuestra Señora del Rosario.

Iglesia Matriz de Ntra Sra de la Concepción. Evoramonte

A la misma centuria pertenece el templete de la Misericordia, con un pequeño porche que descansa sobre simples columnas clásicas de mármol. Su interior está decorado con azulejos de temática referente al Antiguo Testamento.

Iglesia de la Misericordia. Evoramonte

Intramuros, destacaría también la casa da Convenção, donde se reunirían los liberales y absolutistas para firmar la paz y que puso fin a la guerra civil. Una placa conmemorativa hace referencia a ello.

Merece también la pena pasear por sus calles de gran tipismo que conservan antiguas viviendas alentejanas con sus latas chimeneas triangulares y donde hallaría también otros puntos interesantes como el granero, la cisterna, el pelourinho o picota y el Ayuntamiento.

Granero. Evoramonte

Ya en el arrabal, por debajo de las murallas, destaca la iglesia gótica de San Pedro de tres naves y del siglo XV.

De esta manera ponía fin a mi jornada cultural, optando antes de regresar a Évora, por cenar en un restaurante situado en la parte baja de la población del que había oído que tenía muy buena fama. Se llamaba O Emigrante y en él sirven platos típicos alentejanos muy sabrosos y a un precio inmejorable. Pediría algo similar a una sopa de tomate con verduras acompañado por un plato de pequeñas costillas y chorizos al horno que estaban impresionantes. Tal era la cantidad que no podría terminarlo. De beber tomaría una cerveza Sagres. Todo me saldría por 14 euros.

Restaurante O Emigrante. Evoramonte

Tras recorrer los treinta kilómetros que me separaban de Évora, optaría por dar un último paseo nocturno por la ciudad en mi última noche en el Alentejo.


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