ANTIGUA MESENE
Después de una hora y media para realizar 73 km y una pequeña parada para desayunar, mi primera visita del día iba a estar dedicada al espectacular yacimiento arqueológico de la Antigua Mesene, situado en un fértil valle, al sur del monte Ithome. La ciudad fue fundada en 369 a. C. por el general tebano Epaminondas, después de la batalla de Leuctra en 371 a.C., que resultó en la derrota espartana y el establecimiento de la hegemonía tebana. Fue así como se convirtió en la capital del estado mesenio libre tras un largo periodo de cuatro siglos de ocupación por parte de los espartanos.
Antes incluso de llegar a la entrada del yacimiento, en la carretera podría encontrar, entre una exuberante vegetación, las impresionantes murallas de la Antigua Mesene, lo que significaba que ahora estaba ya dentro de los límites de la vieja ciudad. Los muros datan del siglo III a.C. siendo uno de los logros más importantes de la arquitectura militar antigua.
Murallas y Puerta de Arcadia. Antigua Mesene |
En menos de un kilómetro encontraría también la puerta de Arcadia, otro monumento impresionante, un símbolo de poder y un ejemplo de alta técnica de fortificación. Es una de las dos puertas principales de la Antigua Mesene (la otra es la puerta Laconiana), siendo parte, a su vez, del conjunto fortificado. Es una construcción monumental, circular y espaciosa, realizada con grandes piedras calizas rectangulares que posee doble entrada. La interna conducía a una calle pavimentada hacia el centro de la ciudad y la externa a la calle que terminaba en la capital de Arcadia, Megalópolis. Hay dos torres de protección cuadradas, a derecha e izquierda de la entrada exterior, que comunican con la construcción principal de la puerta.
Puerta de Arcadia. Antigua Mesene |
Puerta de Arcadia. Antigua Mesene |
Fuera de la puerta se pueden ver los recientes descubrimientos de un grupo de monumentos funerarios que datan del siglo II al IV a. C., en un sitio utilizado para el entierro de familias nobles de la ciudad.
Tras esta parada inicial, continuaría hacia el
gran estacionamiento de vehículos del recinto arqueológico y compraría mi
entrada en las taquillas. El horario es de 08:00 a 20:00 en verano y la entrada
cuesta 12 euros.
En el solar de la ciudad se conservan edificios
públicos y religiosos, muchos de ellos reconstruidos en gran medida, que dan
testimonio de la dimensión de la urbe y de su importancia política, religiosa,
económica y social.
El primer lugar con el que me toparía sería con
el antiguo Teatro mesiniense, el
cual data del siglo III a. C. y está considerado como uno de los mejores
ejemplos de este tipo, alcanzando casi los cien metros de largo y con una
capacidad para 10.000 personas. También fue utilizado para reuniones políticas
masivas.
Teatro. Antigua Mesene Teatro. Antigua Mesene
El Ágora (mercado) se extiende unos cincuenta metros al este del teatro y funcionaba como mercado comercial y centro de la vida cotidiana, junto al Asclepion, que además reunía funciones políticas. Ocupaba una gran área y era cuatro veces más grande que este último. En esta zona se encontrarían los santuarios de Zeus, Poseidón y Afrodita.
Ágora. Antigua Mesene Ágora. Antigua Mesene
El ya mencionado Asclepion albergaba un buen número de obras de arte, principalmente estatuas. Era el lugar más destacado de Mesene, el centro de la vida pública de la ciudad, que operaba junto al ágora adyacente. Más de 140 pedestales para estatuas de bronce de figuras principalmente políticas y cinco plataformas rodean el templo dórico y el altar, mientras que muchos otros pedestales se ubican a lo largo de sus galerías.
Santuario de Asclepion. Antigua Mesene Santuario de Asclepion. Antigua Mesene
Por su parte, en el Ekklesiasterion – Odeion se llevaron a cabo representaciones de adoración y reuniones políticas. Se trata de una pequeña estructura teatral de armazón rectangular cóncavo y orquesta circular de casi diez metros de diámetro. A cada lado se pueden ver almacenes para los escenarios utilizados en las actuaciones.
Ekklesiasterion. Antigua Mesene Ekklesiasterion. Antigua Mesene
Entre el Teatro y el Ágora se alza una gran fuente de nombre Arsinoe, la hija del mítico rey de Mesene. La fuente incluye un depósito alargado de aproximadamente cuarenta metros de longitud.
Y finalmente, llegaba a una de las estructuras
más espectaculares de todo el recinto: el Estadio,
considerado como un prestigioso complejo de edificios. Tiene forma de
herradura, con rampas y huecos de escaleras, así como asientos para ciudadanos
destacados. En la parte inferior hay un añadido romano de murallas protectoras
ya que en aquellos años se convirtió en arena. La sección norte incluye 18
gradas con 18 filas de asientos, separados por escaleras.
Estadio. Antigua Mesene Estadio. Antigua Mesene Estadio. Antigua Mesene
Se encuentra rodeado por arcadas dóricas, cuyas columnas están en su mayoría en su lugar inicial. La arcada norte es doble, mientras que la este y la oeste son simples.
Estadio. Antigua Mesene Estadio. Antigua Mesene
Junto al estadio se salvan las columnas del Gimnasio que cubren un gran espacio que incluye galerías, palestra, salas y templos, además de la entrada con restos de propileos. Aquí se encontraron listas de deportistas y entrenadores, inscripciones y ofrendas de las que se extrajo información importante.
Propileos de entrada al Gimnasio. Antigua Mesene Gimnasio. Antigua Mesene
Muy llamativo a la vista es el llamado Heroon, un edificio que tiene la forma de un templo dórico de cuatro pilares y se ubica sobre una base rectangular, sobresaliendo de la muralla a modo de baluarte. Era un elemento integral del Estadio y tuvo funciones de monumento funerario para ciudadanos importantes que eran enterrados como héroes.
Heroon o Mausoleo Familia Saithidae. Antigua Mesene
Villas romanas particularmente lujosas, con espléndidos mosaicos, completan el plan urbano, mientras que una multitud de inscripciones arrojan luz sobre facetas hasta ahora desconocidas de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar durante el periodo de los sucesores de Alejandro y otros.
Mosaico Villa Romana. Antigua Mesene
Todos los edificios de Mesene comparten la misma orientación y se enmarcan dentro de la cuadrícula formada por calles horizontales y verticales. Este plan urbano se conoce como la cuadrícula de Hipodamio, en honor a su creador Hippodamus de Mileto, arquitecto, urbanista y astrónomo del siglo V a. C.
La ciudad tiene la rara ventaja de no haber sido
destruida ni cubierta por asentamientos posteriores y de estar situada en un
entorno natural mediterráneo virgen por excelencia. Este paisaje combina la
majestuosidad montañosa de Delfos y la tranquilidad ribereña de las tierras bajas de Olimpia, con la
imponente masa de piedra caliza del monte Ithome y su acrópolis, y el valle
bajo y fértil que rodea la antigua urbe.
En definitiva, los monumentos de la antigua
Mesene constituyen un testimonio excepcional del entorno urbano y las
condiciones de vida de una ciudad griega antigua, preservando todos aquellos
elementos que componen el día a día de esta.
Después de haber visitado el recinto
arqueológico, que debo admitir me fascinó, visité el pequeño pero interesante
museo en el que se encuentran los hallazgos de las excavaciones.
La visita me llevaría unas tres horas y media por
lo que es esencial llegar con tiempo para verlo todo con tranquilidad y sin
prisas ya que el recinto es gigantesco. Conviene además traer calzado cerrado,
crema para el sol, una gorra y bastante agua ya que apenas hay lugares para
resguardarse y el sol es implacable aún siendo septiembre. Por ello es
recomendable también llegar temprano para así aprovechar las temperaturas más
suaves de primera hora y también visitarlo sin apenas gente, aunque es un
yacimiento que recibe muchas menos visitas que otros más famosos.
AGIA THEODORA
Era el momento de afrontar cuarenta kilómetros,
en una hora, hasta llegar a una peculiar iglesia conocida como Agia Theodora. Seguro que os
preguntaréis que hacía recorriendo una
distancia de cierta importancia para conocer una iglesia un poco apartada de
todo, situada en la frontera de las regiones de Arcadia y Messinia. Pues la
respuesta es sencilla ya que es complicado encontrar un templo de tales
características en ninguna otra parte del mundo, dado que de su techo brotan 17
grandes árboles que alcanzan los veinte metros de altura. Eso hace que sea tan
especial y que esta pequeña capilla haya sido incluida en el libro Guinness de
los Records.
La iglesia ha atraído a muchos expertos en ingeniería a lo largo de los años de universidades griegas y extranjeras. Hasta ahora, ninguno ha podido explicar cómo los muros han podido resistir el crecimiento de raíces a través de ellos durante un período de más de 1.000 años sin que se destruya la diminuta estructura de la iglesia.
Un ingeniero griego señaló que el peso de los árboles en el techo sería de alrededor de nueve toneladas, que es cuatro veces mayor de lo que normalmente toleraría una estructura de este tamaño. Sumado a esto, durante las épocas de fuertes vientos y lluvia, habría una carga aún mayor y más desastrosa en el edificio.
Hay que tener en cuenta además que en el interior apenas hay rastros de raíces de árboles, pareciendo que estos crecen directamente desde el techo.
Ante tantos misterios no es de extrañar que la gente local haya creado su propia leyenda la cual cuenta que una joven piadosa de un pueblo cercano en Arcadia o Messenia quería convertirse en monja y, por lo tanto, decidió unirse a un monasterio. Ella pensó que podía lograr más como monje y por eso se disfrazó de hombre, cambió su nombre a Theodoros y se unió a los monjes en una comunidad monástica masculina en Arcadia.
Teodora era un “monje” muy dedicado, y le asignaban
importantes misiones. Durante una grave hambruna en la zona, fue enviada a las
casas de los cristianos para ayudar o recolectar dinero. Fue entonces cuando
una mujer se enamoró de "él". Theodora obviamente no
respondió al amor de la mujer y ahí fue cuando “él” fue acusado de dejarla
embarazada. Por razones desconocidas, Theodora no expuso su género real. En
cambio, las autoridades la llevaron a Vasta, donde
la decapitaron.
Justo antes de su ejecución, le había rezado a Dios para que
convirtiera su cabello en árboles, su sangre en un río para regar estos y su
cuerpo en un templo.
Las autoridades que se sorprendieron al descubrir al enterrarla que
la persona decapitada era en realidad una mujer y por lo tanto había sido
acusada injustamente, decidieron construir una capilla en su honor. Justo
cuanto se construyó en el siglo X, los árboles empezaron a brotar de su techo y
se formó un pequeño río al pie de la ermita.
La verdad que mirando la capilla, es realmente un milagro que sus
paredes hayan podido soportar el peso y el crecimiento de los árboles a través
de ella durante mas de mil años y es por ello que bien merece la pena
desplazarse hasta aquí.
Iglesia Agia Theodora |
A pocos metros de la iglesia se sitúa un restaurante que sería el lugar donde comería. La comida es de calidad y tiene una gran terraza donde se está de maravilla. Tomaría ensalada griega y una enorme tortilla francesa más una coca cola. (15 euros).
Entorno Iglesia Agia Theodora |
Creo que es importante reseñar que la carretera para llegar hasta Agia Theodora es terrorífica, con curvas constantes y muchas de ellas sin apenas visibilidad. Además mucho cuidado con el GPS dependiendo de donde vengas o hacia donde vayas, ya que para mi siguiente destino el GPS me llevaría por un camino diferente al que llegué y llegado un momento me encontraría con un tramo de carretera sin asfaltar, repleto de rocas y en pendiente de bastante peligrosidad y donde pensé que me quedaría tirado. Al final conseguiría atravesarlo pero creo que tuve una suerte inmensa. Por lo que sólo recomiendo llegar hasta esta iglesia a quienes tengan ya una cierta experiencia conduciendo.
APOLO EPICURO
Cogiendo carretera y manta, y tras otros cuarenta kilómetros, mi
siguiente parada iba a ser en el templo
Apolo Epicuro, un nuevo lugar que tuvo el privilegio de ser el primer
monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en Grecia en 1986.
Aunque el templo se encuentra alejado de prácticamente todo, en un
paisaje desnudo y rocoso en Bassae, sin embargo es objeto de numerosos estudios
y visitas ya que tiene multitud de características inusuales, tanto en su
apariencia externa como interna.
El edificio data del 420-400 a. C. y se cree
que es obra de Ictinus, quien modificará magistralmente varios
rasgos arcaicos impuestos por la tradición conservadora de los arcadios con las
características del nuevo estilo clásico.
Se encuentra orientado de este a oeste en lugar de lo habitual de norte a sur, posiblemente debido a la tradición establecida en la zona. El edificio fue construido con piedra caliza gris local, y partes del techo, los capiteles de la cella y la decoración escultórica fueron de mármol. Este es el único templo conocido de la antigüedad que combina tres órdenes arquitectónicos.
El santuario posee seis columnas en los lados
cortos y quince en los lados largos, en lugar de la proporción habitual de la
época de 6:13, lo que le da la forma alargada característica de los templos
arcaicos. Dentro de la cella, a ambos lados, había una serie de cinco medias
columnas jónicas encajadas en contrafuertes, que sobresalían de las paredes
laterales, dividiendo así el espacio en nichos.
El último par de medias columnas divide la cella en diagonal, no en ángulo recto como las demás. Entre ellos había una sola columna. Su capitel, registrado en los dibujos de los primeros viajeros modernos, es el ejemplo más antiguo conocido de un capitel corintio en la historia de la arquitectura griega; los fragmentos de dicho capital se encuentran ahora en el Museo Arqueológico Nacional.
Como se ve es un templo excepcional que bien merece la pena visitar, aunque suponga salir de las rutas tradicionales. El único pero, aunque comprensible, en la enorme carpa similar a la de un circo que lo cubre para preservarlo de los agentes externos, aunque le quita el encanto que tuvo antes de ser cubierto por esta, cuando estaba a la intemperie y daba un aire mágico al lugar.
ANDRITSENA
Era el momento de dirigirme al lugar donde
pasaría la noche, aunque dado que me pillaba de camino pararía en un bonito
pueblo de montaña llamado Andritsena,
al cual llegaría en veinte minutos, tras recorrer catorce kilómetros.
El pueblo desempeño un papel crucial durante la revuelta de Orlov y la guerra de la independencia griega, aunque en 1826 fue destruido por las tropas de Ibrahim Pasha.
Hoy, la villa cuenta con impresionantes casonas
antiguas, calles empedradas, una plaza rodeada de altos árboles, una iglesia y
magníficas vistas. La fuente de la plaza es la más antigua del Peloponeso,
construida en 1724. La famosa biblioteca Nikolopouleios fue fundada en 1840
gracias a las donaciones de un importante humanista, cuya familia procedía de
Andritsena, contando con más de 40.000 volúmenes.
Plaza Principal. Andritsena Fuente. Andritsena Andritsena
Tras deleitarme un rato con la localidad y recorrer sus entresijos, continuaría mi camino pues todavía me quedaba otra parada intermedia antes de llegar a mi destino final.
KARITENA
Dicha parada sería en el pueblo de Karitena, situado a 30 kilómetros del
anterior, que me recibiría con una bonita vista del conjunto histórico.
El pueblo se remonta a la Edad Media, pero su historia es desconocida antes de la conquista cruzada en 1205. Ha estado bajo el control bizantino, veneciano y otomano hasta la guerra de la Independencia griega donde fue de los primeros pueblos en levantarse contra los turcos.
Posee un llamativo castillo del siglo XIII, en un
escarpado saliente rocoso en la colina de San Elías, además de otros monumentos
medievales y otomanos que le han valido el sobrenombre de “Toledo griego”,
representándose en el reverso del billete del banco griego de 5000 dracmas del
periodo 1984 – 2001.
Castillo de Karitena Castillo de Karitena Karitena desde su Castillo
La ciudad está llena de mansiones de piedra de varios pisos y hermosas iglesias, entre las que destaca la de Zoodochos Pigi, en la plaza central, construida en el siglo XVI, con su campanario de mármol de tres pisos.
Son también atractivas la de Agios Nikolaos del siglo XVII con frescos muy interesantes en las diversas cúpulas de su interior, y en el lado sur de la colina del castillo, la iglesia Panagia tou Kástrou, con notables capiteles de mármol del siglo XI, de profusos relieves.
Iglesia Agios Nikolaos.Karitena
Sólo me quedaban otros treinta kilómetros para llegar a mi destino final del día: el pueblo de Dimitsana, al que llegaría tras algo más de cuarenta minutos de conducción y donde lo primero que haría sería buscar mi alojamiento: Andrea Sofi Guesthouse. Este se encontraba a dos kilómetros del centro de la localidad y tenía un amplio espacio de aparcamiento. El anfitrión me recibió con gran amabilidad y me solucionó todas las dudas que tenía con respecto a las visitas que quería realizar. La habitación era grande y cómoda e incluso tenía una pequeña cocina por si quería preparar algo. Todo estaba muy limpio. El precio por las dos noches sería de 120 euros y el desayuno se encontraba incluido, dejándote preparado en la nevera de la cocina zumo, mermeladas, mantequilla, pan y bizcocho.
Andrea Sofi Guesthouse. Dimitsana Andrea Sofi Guesthouse. Dimitsana
Tras asentarme y aunque tenía la idea de acercarme al pueblo a dar una vuelta, al final optaría por no salir y cenar algo del mismo desayuno, ya que era demasiado para el día siguiente, e irme a la cama de forma inmediata, pues estaba realmente agotado.
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