MALTA - DIA 03. Zona centro. De Attard a Mdina

6 de Diciembre de 2021.

Ya sabéis que siempre que tengo oportunidad me gusta conocer los edificios institucionales de los países que visito, ya sean los parlamentos o las residencias donde viven los presidentes de Estado. Por tanto, Malta no iba a ser menos y hoy me apetecía empezar la jornada con el Palacio de San Antón, situado en la población de Attard y terminado en 1636 por el 54º Gran Maestre de la Orden de San Juan, erigiéndose en la actualidad como la residencia oficial del Presidente de Malta.

Palacio de San Antón.Attard

Se encuentra ubicado casi en el centro geográfico de la isla de Malta y lleva siendo residencia oficial desde 1974. Se llamó así en honor a uno de los santos patrones de los Grandes Maestres y durante el bloqueo francés de 1798 a 1800, fue un lugar de reunión para los insurgentes malteses.

Palacio de San Antón.Attard

Siendo el lugar que es, evidentemente se encuentra cerrado al público, aunque tengo que decir que tendría un poquito de suerte y podría llegar hasta la misma puerta de entrada al palacio. ¿Cómo? Pues porque era temprano y no me encontré ni una sólo persona de seguridad en los controles de acceso. Por lo que las fotos que estáis viendo en condiciones normales es casi imposible poder realizarlas, así que eso que me llevé.

Lo que sí se puede visitar sin ningún problema son los jardines adosados al palacio que llevan abiertos al público desde 1882 y cuentan con bonitos senderos, fuentes, estanques, esculturas y aves, incluidos patos y cisnes.

Jardines Palacio de San Antón. Attard

Jardines Palacio de San Antón. Attard

Palacio de San Antón desde sus jardines. Attard

Hay árboles en el jardín amurallado que incluyen palmeras, cipreses, así como árboles de cítricos y aguacates, incluyendo además una hermosa variedad de flores de todo el mundo.

Tras esta agradable visita, volvería al coche y recorrería los sólo cuatro kilómetros que me separaban de la localidad de Mosta, donde todo mi interés estaba puesto en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, más conocida como Rotonda de Mosta.

Efectivamente, si hay algo que caracteriza esta localidad es su magnífica iglesia parroquial de estilo neoclásico con cúpula y dos campanarios que se ubica en el centro. Se piensa que posee la tercera cúpula de iglesia sin andamiaje más grande de Europa con unos muros que alcanzan los seis metros de espesor y una cúpula de 37 metros de diámetro y 67 metros de altura, aunque los gocitanos lo negaran y dirán que es la situada en su isla en la población de Xewkija y situarán a la de Mosta en cuarto lugar.

Ntra Sra de la Asunción. Mosta

La Rotunda, así conocida en maltés, fue construida a mediados del siglo XIX y los trabajos se alargaron durante 27 años hasta concluirse aproximadamente en 1860. Se siguió como modelo el famosísimo Panteón de Agripa en Roma. En su interior se albergan seis hermosas capillas laterales, un elaborado suelo de mármol y los murales casi tridimensionales pintados por Giuseppe Cali.

Ntra Sra de la Asunción. Mosta

Ntra Sra de la Asunción. Mosta

Dicha iglesia se salvó de ser destruida y sus feligreses masacrados en un milagroso acontecimiento que tuvo lugar en abril de 1942 durante uno de los numerosos bombardeos que sufrieron las islas durante la Segunda Guerra Mundial. Una bomba alemana cayó mientras se celebraba una misa y pese a que el artefacto perforó la cúpula no llegó a explotar. Hoy se puede ver una reproducción de la bomba de 200 kilos en el museo que se encuentra en su interior. También se puede subir a la cúpula y al espacio que existe entre las dos torres. Todo ello por el precio de cinco euros, ya que no está incluido en el pase de Heritage Malta.

Cúpula Ntra Sra de la Asunción. Mosta

Bomba II Guerra mundial. Ntra Sra de la Asunción. Mosta

A continuación pondría rumbo a Rabat, separada de Mdina después de la dominación árabe y habitada desde hace milenios, por ser un lugar estratégico dentro de las islas. Por aquí pasaron fenicios, romanos, árabes y normandos. Posee algunos lugares históricos de gran importancia que no quería perderme.

Nada más aparcar al final de una pequeña calle, no perdería tiempo para acercarme a visitar las catacumbas de San Pablo, incluidas dentro del pase de Heritage Malta. Y es que la ciudad de Rabat conserva en su subsuelo diferentes complejos funerarios que dan muestra de la presencia y vitalidad de un cristianismo primitivo en el archipiélago, entre los siglos I y IV, en los difíciles años  de las persecuciones, de las ceremonias bajo tierra y de los entierros a la luz de lámparas de aceite.

Catacumbas de San Pablo. Rabat

Los diferentes complejos funerarios bajo tierra son más pequeños que los archiconocidos de Italia pero siguieron en Malta su propia evolución con claras influencias de los precedentes púnicos. Dichos complejos funerarios fueron  situados en las afueras de Mdina, la antigua capital romana del archipiélago, ya que la ley prohibía los enterramientos dentro de la ciudad.

Estas catacumbas forman un complejo típico de cementerio romano subterráneo interconectado  por una serie de corredores y salas que estuvieron en uso hasta bien entrado el siglo IV de la era cristiana. El lugar, de casi tres kilómetros de longitud, alberga más de 1400 tumbas. Su nombre tiene su origen en el mito ampliamente difundido de que estaba unido con la gruta de San Pablo.

Catacumbas de San Pablo. Rabat

Catacumbas de San Pablo. Rabat

Es un lugar increíble cuya arquitectura es el resultado de un desarrollo autóctono sin  influencias de otros complejos como puedan ser los presentes en suelo italiano. En el interior, un imponente vestíbulo es el centro de las catacumbas y desde allí tienen su origen los corredores construidos en varias direcciones que conducen a una serie de desconcertantes galerías donde están las 1400 sepulturas. Junto a los diferentes nichos se hallan pequeñas capillas con mesas y bancos de piedra que debieron servir para realizar servicios religiosos en los entierros.

Catacumbas de San Pablo. Rabat

Los pocos frescos que quedan son de considerable interés a pesar que las tumbas fueron desvalijadas a conciencia hace mucho tiempo. Dichas pinturas constituyen la única prueba que resta en las islas de la pintura del final de la época romana y de principios del periodo medieval. Según la época en que se produjeron se pueden diferenciar tres tipos de enterramientos, de tal forma que unas tumbas son de adolescentes, como una cama con columnas, otras son los locolus, pequeños nichos excavados en el muro, y finalmente las tumbas de suelo.

Catacumbas de San Pablo. Rabat

Era el momento de llevarme dos decepciones consecutivas y es que estaban cerrados al público los complejos de las catacumbas de Santa Ágata, localizadas debajo de la misma iglesia parroquial, que también estaba cerrada a cal y canto. Y la Domus Romana, cerrada por restauración y sin saber cuando tienen intención de volver a abrirla.

Iglesia de Santa Ágata. Rabat

Sin embargo, sí que me encontraría abiertas de par en par las puertas de la iglesia de San Cathaldus de estilo barroco, la cual poseía unos extraordinarios murales bizantinos que hoy apenas son visibles debido a la humedad. La pintura del retablo es una réplica del original y representa al obispo Cathaldus vestido con túnicas y predicando.

Iglesia de San Cathaldus. Rabat

Pero más allá de lo anterior, lo más interesante de esta iglesia son sus catacumbas que a menudo se ven eclipsadas por las de San Pablo y Santa Ágata. Pero la cripta y el hipogeo, debajo de la capilla de San Cathaldus, son pequeñas joyas que merece la pena visitar.

El hipogeo se alcanza a través de un tramo de escalones desde la cripta. La escalera conduce a una bóveda que se abre a las tumbas con dosel o de estilo baldaquino, donde un arco en la esquina está decorado con imágenes de palomas. La cripta, por su parte, posee hasta tres tipos diferentes de tumbas.

Catacumbas Iglesia de San Cathaldus. Rabat

Esta antigua cámara funeraria posee además uno de los mejores ejemplos de una mesa ritual de ágape que se puede encontrar: una plataforma circular con un borde elevado tallado en la roca y que se cree que se utilizó para los primeros rituales funerarios cristianos. Estos podrían haber incluido el uso de la mesa para comidas de celebración después del entierro de un pariente o amigo.

Mesa Ritual. Catacumbas Iglesia de San Cathaldus. Rabat

Para la visita se pide sólo un donativo.

Ubicada a tiro de piedra de la anterior me daría de bruces con la iglesia de San Pablo. Aunque el edificio original fue construido en 1572, tras el terremoto de 1693 fue reformada y ampliada. Sus obras más sobresalientes son el retablo y algunos cuadros.

Iglesia de San Pablo. Rabat

Iglesia de San Pablo. Rabat

Pero al igual que pasaba con la anterior iglesia, lo más destacable aquí no es el edificio religioso en cuestión, sino la gruta o cripta donde se supone que, por allá en el año sesenta de nuestra era, el apóstol San Pablo encontró refugio tras su naufragio en la isla y predicó el Evangelio durante varias semanas.

En dicha cripta se encuentra una estatua conmemorativa del Santo donada por el Gran Maestre Pinto y las paredes sufren el desgaste de las súplicas de los peregrinos que le han atribuido poderes curativos al lugar.

Gruta de San Pablo. Rabat

También aquí se puede pasear por los pasillos creados como refugio durante la Segunda Guerra Mundial, así como nuevas y pequeñas catacumbas, por si no había tenido suficientes con las visitadas hasta ahora.

Refugio II Guerra Mundial. Iglesia de San Pablo. Rabat

La entrada a todo lo mencionado no se encuentra incluido en Heritage Malta y supone un desembolso de cinco euros por persona.

Merece la pena dar una vuelta por los alrededores ya que todavía se puede ver alguna sorpresa más como el monumento a San Pablo y, como no podía ser de otra manera, más iglesias entre las que destacaría la iglesia de Santa María de Jesús, fundada por la orden franciscana allá por el año 1500 y por la que el primer Gran Maestro en establecerse en Malta sentía un gran afecto, tanto que pidió que su corazón fuera sepultado en esta iglesia.

Monumento a San Pablo. Rabat

Iglesia de Santa María de Jesús. Rabat

Y sin más preámbulos, había llegado el momento de recorrer los poco más de 500 metros que me separaban de uno de los lugares más espectaculares de las islas maltesas y que no puede faltar en la visita a las mismas. Me refiero a la ciudad de Mdina.

Mdina es una ciudadela medieval hecha sobre cimientos árabes y romanos. Fue la capital de Malta hasta la construcción de La Valeta, y sigue siendo el lugar favorito de las familias aristocráticas, que continúan teniendo palacios en la ciudad. Mdina es como una cápsula del tiempo a diferencia de Rabat que es considerada como una ciudad moderna.

Mdina

Los malteses la llaman la “Ciudad del silencio” e internándome por sus estrechas calles iba a descubrir el porqué de ese sobrenombre que parece proteger a sus iglesias, palacios y conventos.

No cabe duda, que la mejor manera de entrar a Mdina es por su Puerta Principal de estilo barroco y desde donde se pueden ver los jardines que adornan el foso.

Puerta de Mdina

Puerta de Mdina

Nada más atravesarla uno se encuentra con una pequeña plazuela donde destaca el palacio Vilhena, de estilo barroco, mandado construir por el mismo gran maestre que le dio nombre y utilizado como residencia en sus estancias en la ciudad. Posteriormente sería utilizado como hospital y hoy alberga el museo de Historia Natural.

Palacio de Vilhena. Mdina

Otro edificio que destaca en este pequeño espacio es la torre de los Estandartes, la cual reemplazó una torre medieval anterior conocida como Torre Mastra, y estuvo destinada a advertir a los pueblos circundantes y al resto de la isla del peligro inminente que pudiera darse.

Torre de los Estandartes. Mdina

Desde aquí, en vez de seguir por la calle principal, me desviaría hacia la derecha para admirar el edificio conocido como Corte Capitanale, el cual albergaba los antiguos juzgados y hoy hace las funciones de Ayuntamiento. Posee una monumental portada enmarcada por columnas que sostienen un balcón central y flanqueada por figuras que representan la Misericordia y la Justicia. Da a una pequeña plaza pública que sirvió durante muchos siglos como lugar de concentración de la milicia de la ciudad.

Ayuntamiento. Antiguo Palacio de Justicia. Mdina

Aprovechando que empezaba a llover decidiría visitar la Catedral de San Pablo y su museo, cuya entrada no se encuentra incluida en el Heritage Malta y cuesta diez euros.

Catedral de San Pablo. Mdina

La Catedral ocupa el lugar de una antigua iglesia destruida por el terremoto de 1693 y de la que sólo se conservan el coro y la sacristía, siendo ambos integrados en la nueva construcción. En el interior se puede ver una interesante obra que describe el naufragio de San Pablo, así como una bonita cruz procesional en plata maciza traída de Rodas por los caballeros. El suelo está cubierto por lápidas de mármol con diversos colores y motivos entre los que no faltan las alusiones a la muerte, con esqueletos que representan la fugacidad de la vida. Las puertas de la sacristía  proceden de la antigua iglesia normanda del siglo XII. Interesantes también son los frescos de la bóveda que representan episodios de la vida de San Pablo.

Catedral de San Pablo.Mdina

El museo, por su parte, se halla en el hermoso edificio en el que encontraba el antiguo seminario. Fue construido en 1733 en estilo barroco siciliano, como se puede apreciar en la fachada con un hermoso balcón sostenido por atlantes. Dentro se pueden apreciar medallas, manuscritos antiguos, objetos religiosos, grabados de artistas malteses y europeos, una colección de cálices y casullas ricamente bordadas y un conjunto de pergaminos  procedentes de los archivos de la inquisición.

Antiguo Seminario. Museo de la Catedral. Mdina

Antiguo Seminario. Museo de la Catedral. Mdina

Cuando salí de visitar ambos, como continuaba lloviendo, me pareció un buen momento para comer, eligiendo todo un clásico en Mdina llamado Fontanella, donde su principal aliciente son las vistas que se pueden contemplar desde la terraza, divisando buena parte de la isla de Malta. Esta se encuentra protegida en invierno por lo que no es un problema en caso de mal tiempo, como era el caso.

Restaurante Fontanella

Malta desde Terraza Restaurante Fontanella

Respecto a la comida tengo que decir que es normal tirando a floja. Yo optaría por un sándwich de huevo, jamón y queso que no estaba mal y una tarta de cereza que como mucho estaba pasable. Esto me decepcionaría porque había leído que la repostería estaba espectacular.

Tras este merecido descanso continuaría hasta Bastion Square, un pequeño claro detrás de la muralla de las fortificaciones, en la esquina noroeste de Mdina. Es una plazuela flanqueada por hermosos edificios barrocos y un pequeño pozo en el centro, desde donde además se puede acceder a parte de la mencionada muralla desde la que se consiguen excelentes panorámicas del centro y de la costa norte de la isla.

Bastion Square. Mdina

Malta desde Muralla de Bastion Square. Mdina

Era el momento de recorrer la calle principal de Mdina conocida como Triq Villegaignon, flanqueada por los palacios más antiguos y bellos de la ciudad, muchos de ellos aún ocupados por familias nobles. Las aldabas decorativas son muy especiales. Así, por ejemplo, podría mencionar el palacio Falson, el palacio Santa Sofía, el Testaferrata Bonici o el palacio Inguanez.

Rincón de Mdina

Rincón de Mdina

Pero en tan pocos metros también había espacio para varias iglesias tales como la iglesia de San Pedro, la de Santa Ágata, la de San Roque o la iglesia de las carmelitas, para mí, la más hermosa de las mencionadas.

Iglesia de Santa Agatha. Mdina

Calle de Mdina

Esta última sería construida a finales del siglo XVII y su interior barroco se encuentra dedicado a la Anunciación. Una estatua de piedra de Nuestra Señora del Monte Carmelo, como ofrenda ex votiva después de la plaga de 1813, decora una esquina exterior de la iglesia.

Iglesia de las Carmelitas. Mdina

El frío y el viento gélido que me llevaban acompañando buena parte del día eran cada vez más intensos, pero eso no impediría que me siguiera perdiendo por las calles de otros sectores que me faltaban por recorrer, hallando así nuevos rincones e interesantes construcciones como la iglesia de San Nicolás, la iglesia de Nuestra Señora de la Visitación o la Puerta Griega. Esta última utilizada como acceso secundario, siendo a su vez otra joya, con una hermosa fachada barroca de 1724.

Puerta Griega. Mdina

Por fin, la noche se haría en Mdina y así podría recorrer esta bajo la tenue luz de sus farolillos y las luces navideñas en completa soledad, pues hacía tiempo que ya se había quedado desierta. Fue una experiencia maravillosa que pondría la guinda a otro día perfecto en el país maltés.

Plaza Interior Puerta de Mdina

Calle de Mdina


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