Formentera es la más pequeña y mejor conservada de las islas habitadas en Baleares. En su reducido espacio se pueden encontrar numerosas playas vírgenes, impresionantes acantilados costeros bajo los cuales no es nada raro ver nadar a los delfines, aguas cristalinas lamiendo largos arenales, fondos submarinos limpios y transparentes, puestas de sol inolvidables, bares auténticos que tratan de mantener la esencia de la cultura hippie que se dio en la isla, un mundo rural que parece anclado en el tiempo.
En definitiva un universo de vida, olores y colores, donde
es muy fácil olvidarse de que no tienes que viajar al otro lado del mundo para
encontrar lugares auténticos y de verdad, donde todavía puedes tener la
impagable sensación de pisar una isla legendaria donde es posible la reflexión
y el descanso con la cantidad justa de visitantes, salvo en contadas ocasiones.
Dos serían los veranos, 2011 y 2013, en los que decidiría
pasar junto a mis amigos, una semana en cada ocasión, en esta isla afortunada y
paradisiaca del Mediterráneo donde podríamos disfrutar de muchos y maravillosos
lugares que ahora pasaré a citar por si puede servir de referencia a aquellos
que se dejen caer por estos lares.
Nuestro alojamiento en ambos casos sería una pequeña casa
unifamiliar que nos había alquilado Luisa, su dueña, en el interior de la isla,
protegida del sol por las extendidas sabinas, su árbol más característico. Se
encontraba cerca de la playa de Migjorn, al lado de un hotel -restaurante de
nombre Casbah. Efectivamente huiríamos de los clásicos lugares de costa, pues
además de contar con más paz si cabe, también lograríamos abaratar
considerablemente la estancia, teniendo en cuenta que al ser una isla tan
pequeña, podíamos llegar rápidamente en cochea a cualquier destino que
quisiéramos.
Casa Rural |
Casa Rural |
Veamos, por tanto ya, cuales fueron esos lugares imprescindibles, únicos y auténticos que visitamos entre nuestras dos estancias en la isla y que, desde mi punto de vista, no puedes dejar pasar por alto.
QUE VISITAR EN FORMENTERA:
1. PLAYA DE SES ILLETES
Es uno de los lugares más paradisiacos de la isla por lo que
no es de extrañar que muchas agencias publicitarias acudan hasta aquí cuando
quieren recurrir al Caribe sin salir de Europa. Se podría decir que en este
sitio Formentera se convierte en simple arena y como tal parece deshacerse en
el mar, teniendo a veces la impresión de estar pisando un espejismo que en
cualquier momento va a desaparecer bajo las aguas. No es de extrañar, por tanto
que muchas veces se la haya considerado la mejor playa de España, segunda de
Europa o quinta del mundo.
Playa de Ses Illetes |
Su nombre le viene de las dos pequeñas islas que se pueden observar enfrente y que se encuentran a breve distancia de la costa y a las que se puede llegar nadando sin ningún problema.
Esta playa forma parte de la península de Es Trucadors, al igual que la playa de Llevant, en el otro lado de la
misma, pudiendo alternarlas según sople más el viento en un lado que en el
otro.
Península Es Trucadors |
Otra opción muy interesante aquí, que nosotros llevaríamos a cabo, es llegar paseando justo hasta la punta de dicha península, plantándonos enfrente de la isla de S´Espalmador, con unas vistas espectaculares tanto de esta como del entorno. Lo que ya no recomiendo es cruzar hasta la misma nadando pues aunque pueda parecer cercana, no lo está tanto y las corrientes son fuerte y peligrosas. Otra de las peculiaridades de esta pequeña ruta es la gran cantidad de montículos de piedra que vas encontrando en el camino, algo que últimamente tiende a desaparecer ya que se considera perjudica al medio ambiente, pues debajo de esas piedras que se mueven viven invertebrados y les ocasiona daños irreparables.
Península Es Trucadors |
Isla S´Espalmador desde Punta des Trucadors |
En cualquier caso te aconsejo que madrugues si tienes pensado venir a esta zona de la isla de junio a septiembre, ya que el acceso está controlado para coches y motos, llenándose sobre las 10:00. Una vez completado el aforo ya no podrás pasar. El precio es de 4 euros los coches y 2 euros las motos. Andando o en bicicleta sí se puede pasar sin restricciones ni costo alguno.
2. CALA SAONA
Es otra de las playas que es imprescindible visitar en la
isla. De arenas blancas y aguas transparentes en un bellísimo paraje rodeado de
acantilados de baja altura, formados por rocas calizas, blancas, brillantes al
sol. El agua es tan limpia que se puede ver perfectamente el fondo de arena
fina, la más fina, dicen.
Cala Saona |
Muy frecuentada por los locales, en esta cala también podemos contemplar los varaderos de llaüts, es decir las barcas de pesca típicas de las Baleares, tan comunes en la isla, con sus rampas de madera de sabina y sus techumbres de alga seca.
Llaüts en Cala Saona |
Otra opción desde aquí es un breve paseo a pie que lleva entre los pinos y el mar hasta el paraje de Punta Rasa, con acantilados de una belleza sublime.
La cala es amplia aunque no muy larga, unos 150 metros, y
muy acogedora, sobre todo para familias con niños. Sus puestas de sol son de
las mejores de la isla.
3. CAP DE BARBARIA
En el confín más oriental de la isla se encuentra este
paraje casi lunar, un promontorio árido y pedregoso, sometido al sol y cubierto
tan sólo por matojos dispersos, que se encuentra dominado por un faro, y la cercana torre de defensa des Garroveret, del siglo XVIII, de la que se
asegura que desde ella, en días de especial claridad, se vislumbra la costa
africana, además de servir en el pasado como uno de los puntos de avistamiento
de posibles incursiones piratas.
Faro de Barbaria |
Si de por sí el desolador paisaje te impresiona, no es menor la sensación que te provocan sus abruptos acantilados con una dimensión imponente y donde las olas rompen a sus pies, mientras los sobrevuelan las gaviotas. Por cierto, no te vayas de aquí sin buscar la que se conoce como cueva Foradada a la que se accede por un agujero en el suelo que da a una galería subterránea con una balconada sobre el mar.
Cueva Foradada |
Acantilados desde Cueva Foradada |
Aquí se filmó también parte de la película “Lucía y el sexo” de Julio Medem, haciéndose especialmente famoso a partir de entonces.
Pero más allá del cine si por algo destaca este lugar es por
sus impresionantes puestas de sol, de las mejores sobre el mar Mediterráneo,
concentrándose un buen número de personas para contemplar este auténtico
espectáculo.
Puesta de Sol en Cabo Barbaria |
4. CALÓ DES MORT
Se trata de una de las pequeñas calas que forman parte de
los grandes arenales de Migjorn, siendo uno de los lugares más bellos de la
costa sur. Efectivamente es un sitio realmente bonito con esos pintorescos
embarcaderos de los pescadores, la punta rocosa que penetra hacia el gran azul,
esa arena blanca como harina bajo esas aguas tan cristalinas y la vista al
fondo del imponente Cap de Barbaria.
Caló des Morts |
La playa es bastante pequeña, unos 25 m por 10 m de arena emergida que no dan para mucho en el momento que se llena un poco, pues se ha puesto tan de moda que ha pasado a ser un secreto a voces. En cualquier caso, si la arena está completa siempre puedes situarte en las rocas de los alrededores trayendo una esterilla acolchada, pues muchas veces los mejores rincones no están en la misma playa.
Vistas desde Caló des Morts |
Para llegar lo mejor es aparcar en las cercanías del hotel Riu La Mola y caminar por el sendero que va sobre la costa unos 700 metros.
5. MIGJORN – ELS ARENALS
Otra de las mejores zonas de la conocida genéricamente como
playa de Migjorn, de cuatro kilómetros de longitud, es Els Arenals. Se
encuentra junto a la extensión dunar que desde hace tiempo está tratando de
recuperarse y que es un aliciente más de esta área.
Aquí también las arenas son finísimas y blancas e invitan a
relajarse y dejar pasar el tiempo. Las aguas son inmejorables en cuanto a su
limpieza, contando casi siempre esta zona del litoral con bandera azul y es que
se puede decir que esta playa se halla en estado virginal.
Els Arenals |
Este es otro de esos lugares donde se da una hermosa puesta de sol por si ya fueran pocos los sitios mencionados con una curiosa tradición que consiste en estallar en aplausos una vez que el sol ha caído. Y es que hay cosas que se hacen en Formentera que no se vuelven a hacen en otros sitios.
En las inmediaciones se encuentras bares o kioscos míticos
de la isla como el Pirata Bus o La Franja, donde es casi un rito venir
a tomarse un mojito mientras se contempla la ya comentada puesta de sol.
Els Arenals |
6. LA MOLA
Dentro de Formentera, La Mola es un mundo aparte. Se trata
de una altiplanicie de un centenar de metros de altitud media, situada en el
extremo oriental de la isla, en la que se sitúa la cota más alta de la misma.
Una carretera llena de curvas asciende entre un espeso pinar a este sector
elevado de la isla donde, al no haber playas, no ha llegado la masificación
urbanística. A decir verdad, La Mola es como una isla dentro de la isla. Los
contrastes paisajísticos, y el gran valor natural de sus ecosistemas, hacen de
ella una visita imprescindible.
El único núcleo habitado es El Pilar de la Mola, bella parroquia rural en la que destaca la
iglesia de Nuestra Señora del Pilar,
del siglo XVIII, la única encalada de la isla. En este pueblo se celebra, las
tardes de los miércoles y domingos en verano, una feria de artesanos heredera de esta actividad que cuajó en
Formentera en los años sesenta con la llegada de los hippies.
Mercado Artesanal en El Pilar de la Mola |
Muy cerca se encuentra también el llamado Molí Vell que, con más de 200 años de antigüedad, es el molino de grano mejor conservado de todas las pitiusas. Se cuenta, sin que nadie pueda afirmarlo, que en otro de esos molinos cercanos estuvo viviendo el cantante Bob Dylan durante su estancia en la isla.
La carretera termina bruscamente en el faro de Sa Mola, situado encima de los vertiginosos acantilados. Un
monolito recuerda a Julio Verne, quien en su novela Héctor Servadac hace una
breve referencia a Formentera. Por la noche el faro es todo un espectáculo.
Desde este, dos senderos permiten recorrer los acantilados, son fáciles y os aseguro que ofrecen panorámicas
espectaculares y que no olvidarás.
Cabo y Faro de la Mola |
Acantilados en el Cabo de la Mola |
7. EL MIRADOR
Situado en la mitad de la carretera por la que se accede a
la meseta de La Mola este restaurante ofrece un espectacular mirador desde el
que puedes tener la isla entera a tus pies, contemplando su estrecho istmo, observando
cómo el mar se encuentra en todas partes con sus gamas de azules y verdes y
comprendiendo por qué durante más de 200 años esta isla fue tan de fácil acceso
para los codiciosos piratas.
Isla de Formentera desde El Mirador |
Elegiríamos el atardecer para cenar en dicho restaurante ya que así pudimos ver la igualmente espectacular puesta de sol. Y tengo que decir que fue una gran decisión venir aquí a cenar tanto por las vistas como por la citada puesta de sol, pero no puedo decir lo mismo de lo que ofrece el restaurante en cuestión, ya que los platos y el servicio aun siendo normales tampoco destacan por nada en especial y el precio, para lo que se ofrece, me parece algo excesivo, aunque está claro que lo que se paga es el lugar privilegiado en el que se encuentra ubicado.
Puesta de Sol desde El Mirador |
8. SANT FRANCESC XAVIER
Es la población más importante de la isla y su centro
neurálgico, pero a diferencia de lo que se pueda esperar es encantadoramente
pintoresco. Destaca especialmente su austera parroquia del siglo XVIII con una singular arquitectura. A
principios del siglo XX se podían observar junto a ella, dos cañones que le
sirvieron de defensa, pues esa función tenía también esta iglesia de muros
altos y gruesos: proteger a los feligreses
de los ataques de los piratas turcos y argelinos. En un patio lateral
hay una cisterna para aprovechar la siempre preciada agua de lluvia.
La anterior iglesia preside la Plaza Mayor del pequeño pueblo en la que se pueden encontrar,
además del Ayuntamiento, bares, supermercados
y tiendas de souvernirs.
También en Sant Francesc se encuentra Tanca Vella, un primitivo templo cristiano del siglo XIV,
restaurado, creado para atender las necesidades religiosas de los primeros
colonos cristianos.
Y no hay que olvidarse de acudir a su mercadillo que abre diariamente de mayo a octubre por las mañanas
en el que podrás encontrar todo tipo de artesanía, bisutería, ropa o artículos
hechos a mano.
9. ES PUJOLS
Es Pujols es el único ejemplo en Formentera del urbanismo
desaforado, la excepción que confirma la regla. Pero aún así, tampoco es para
tanto, pues al final de la tarde es muy agradable pasear por su Carrer de la Mar, dejándote seducir por
los puestos callejeros que ofrecen artesanía, ilustraciones, abalorios, pareos
y pulseritas de estilo hippie.
Es Pujols |
Sus terracitas de verano, el olor a pizza y demás delicias de la gastronomía italiana, así como otros restaurantes no precisamente baratos se encuentran en cada rincón.
Y por supuesto también cuenta con dos playas separadas entre
sí por una franja rocosa. Ambas son de arena blanca y fina, con orillas
arenosas y tramos de orillas rocosas. Es fácil llegar a ellas siguiendo el
paseo marítimo y las pasarelas de madera.
Es Pujols |
Este es un buen lugar para alquilar un kayak, practicar el windsurf o alquilar un catamarán.
Respecto a los restaurantes, nosotros en esta zona sólo
estuvimos en uno llamado Chezz Gerdi
que se encuentra al final del paseo marítimo siguiendo un paseo de madera junto
al mar realmente bonito. Tiene una decoración preciosa y es perfecto si tienes
ganas de darte un capricho. Sirven carnes al grill, pescado y pasta, además de
unas pizzas buenísimas y unos excelentes espaguetis con almejas.
Restaurante Chezz Gerdi en Es Pujols |
10. BLUE BAR
Formentera carece de aeropuerto, por lo que la única forma de llegar a la isla es en barco desde el puerto de Ibiza o a través de una línea regular desde el puerto de Denia en Alicante. Aunque esta última sólo funciona en verano.
Respecto a la opción de llegar desde Ibiza que fue la que nosotros escogimos, la distancia hasta el puerto de La Savina en Formentera es de doce millas náuticas. Existen barcos rápidos que cubren el trayecto en unos 25 minutos; los convencionales lo hacen en poco más de 45 minutos y también transportan vehículos, saliendo cada media hora aproximadamente con compañías como Balearia o Trasmapi. Ibiza y Formentera están casi unidas por una cadena de islotes, con faros o balizas, que dejan pequeños pasos conocidos como es freus. La navegación es difícil, por lo que cuando las condiciones marítimas no son adecuadas, por fuerte viento o temporal, la comunicación entre las dos islas queda interrumpida.
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