2 de Enero de 2018.
Me había comentado uno de los chicos que lleva el refugio
que era afortunado, pues para hoy daban a partir de media mañana o incluso
antes una previsión de un día excepcional, tras cinco jornadas en las que había
estado nuboso y con lluvias intermitentes, así que me levanté entusiasmado,
pues hoy además, por lo que había leído, los paisajes que me iba a encontrar
eran soberbios y en nada tenían que ver con los de ayer, pudiéndolo así
corroborar durante toda la ruta.
Por delante me esperaban 19 kilómetros con algo más de
desnivel que el día anterior, pero es cierto que de primeras la mochila parecía
pesar algo menos y no era por la poca comida que me había quitado ayer, sino
porque el cuerpo empezaba a acostumbrarse.
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Indicaciones hacia Campamento Dickson |
Tras tomarme unas galletas y un zumo en la tienda, comenzaba
la caminata a las ocho de la mañana, avanzando sólo unos pocos metros y
atravesando una valla que me
introduciría en un paisaje muy similar al que tendría en el último tramo de
ayer, pero bastante más plagado de mosquitos que trataban de buscar mis puntos
débiles como la cara y las manos, las únicas partes de mi cuerpo al
descubierto. Nada como avanzar a paso ligero sin pararme como para zafarme de
ellos.
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Saliendo del Campamento Serón |
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Río Paine |
El sendero pronto me enseñaría el río Paine, de ese color
tan característico de las aguas patagónicas y que no te cansas de contemplar,
para iniciar poco después un pequeño ascenso que me permitiría ver una bonita
laguna cuyo nombre desconocía. Esta primera subida sería una buena preparación
para afrontar una segunda, no mucho tiempo después, considerada la más dura de
la etapa, y que me llevaría hasta los 400 metros. El esfuerzo merecería la pena
pues al llegar a lo más alto, al llamado Paso del Viento, se mostraría ante mí
la recién mencionada laguna anterior, por una vertiente, y por la otra, nada
más y nada menos, que el lago Paine en todo su esplendor y con un cielo que
empezaba a despejarse, tal y como ya habían previsto los partes meteorológicos.
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Laguna camino hacia Refugio Dickson |
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Laguna camino hacia Refugio Dickson |
Salvando las distancias, este lago me recordaba muchísimo al
lago canadiense Peyto que podría ver en las montañas rocosas de ese país.
A partir de este momento comenzaría un descenso progresivo,
teniendo, en todo momento, la masa de agua a mi derecha y, de frente, el macizo
Ohnet y picos como el Punzón, La Teta y La Proa. Unas vistas preciosas que me
harían detenerme, cada poco tiempo, para contemplarlas con serenidad y es que
Torres del Paine es de una belleza elegante, de esa que te lleva a reflexionar
de forma inconsciente.
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Lago Paine |
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Lago Paine |
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Montañas alrededor del Lago Paine |
Después de diez kilómetros llegaba al paso Coirón, verdadera
entrada al Parque Nacional, pues hasta ahora había transitado por sus límites,
donde se encuentra la administración de CONAF, antiguamente abandonada y ahora
salvada para hacer de control, pues a partir de aquí si no cuentas con reservas
en los próximos refugios no te dejarán pasar. El guardaparques te solicitará
que le muestres los documentos respectivos y si no los tienes, repito que no te
permitirán que continúes el camino, aunque llores, patalees o te pongas a rezar
a los dioses. Aún así y todo sigue habiendo gente que lo intenta teniéndose que
dar la vuelta con la cara desencajada en este punto, lo cual no llego a
entender cuando se especifica de forma tan clara en cada vez más lugares.
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Indicaciones al Campamento Coirón |
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Lago Paine |
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Montañas alrededor del Lago Paine |
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Campamento Coirón |
Después de charlar un rato con el responsable y de que nos
contara alguna que otra anécdota con respecto al asunto anterior a otra pareja
chilena y a mí, continuaría mi camino sin el mayor problema.
Los kilómetros seguían transcurriendo y pronto encontraría,
frente a mí, nuevas vistas de otro sector del macizo Paine con montañas míticas
como Cerro Escudo o los Tres Indios, estando justo detrás de todos ellos, el
también famoso valle del Silencio.
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Tramo Campamento Coirón - Refugio Dickson |
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Macizo Paine desde Tramo Coirón - Dickson |
De repente, los paisajes abiertos dejarían paso a un tupido
bosque con zonas embarradas, pero que en ciertos momentos volvía a mostrar
alguna nueva zona abierta que me deleitaría con la imagen de la parte trasera
de las maravillosas Torres del Paine, una imagen única y que me hacía cumplir
el primer deseo de este recorrido tan sujeto a los caprichos del tiempo, pues
como dice uno de los lemas del Parque se pueden llegar a vivir las cuatros
estaciones en un solo día, por lo que me sentía muy afortunado.
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Macizo Paine desde Tramo Coirón - Dickson |
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Macizo Paine desde Tramo Coirón - Dickson |
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Torres del Paine desde Tramo Coirón - Dickson |
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Torres del Paine desde Tramo Coirón - Dickson |
El último tramo se caracterizaría por tener que caminar
sobre tablones de madera durante bastante tiempo, ya que es una zona embarrada
y llena de agua. Tras salir de ella, sólo hay que afrontar ya una última subida
al final de la cual te encuentras con las maravillosas vistas del lago y el
glaciar Dickson, así como el refugio del mismo nombre en la lejanía.
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Tramo Campamento Coirón - Refugio Dickson |
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Torres del Paine desde Tramo Coirón - Dickson |
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Lago Dickson |
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Lago Dickson |
Tan sólo tendría que bajar una última cuesta y, tras
atravesar una cerca, llegaría a la llanura donde está el refugio. Me recibiría
un chico muy amable llamado Nicolás que me pediría que me registrara y enseñara
mi reserva, hecho lo cual me conduciría al alojamiento, donde me mostraría la
cama que me había correspondido y que me había supuesto 32 dólares.
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Refugio y glaciar Dickson |
Después de asentarme, me daría una buena ducha de agua
caliente y me prepararía el sándwich de turno, además de organizar un poco la
mochila. Con todo hecho, charlaría un rato con una de las chicas que llevan el
refugio, la cual me recomendaría que me acercara a la playa situada en la parte
trasera de la construcción, justo detrás de donde se encuentran ubicadas las
tiendas de campaña, por lo que no dudaría en ir para allá.
Sería una buena decisión pues la imagen del glaciar Dickson,
justo en frente, con el lago del mismo nombre haciendo de barrera natural entre
él y yo, serían otra increíble sorpresa. Seguía haciendo bueno por lo que no
tardaría mucho en acomodarme sobre las piedras y pasar el resto de la tarde
allí tumbado, disfrutando del entorno idílico que me rodeaba. Esto unido a
algún que otro paseo por la orilla me harían reponer las fuerzas perdidas
durante la etapa de hoy. Además lo bueno de esta zona es que no había mosquitos
debido a que por la influencia del glaciar es un área más fría, así que no se
podía pedir más.
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Lago y Glaciar Dickson |
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Lago y Glaciar Dickson |
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Lago y Glaciar Dickson |
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Lago Dickson |
A las 21:00 me preparaba un nuevo sándwich y empezaba a
comérmelo en uno de los extremos de una de las mesa del comedor en la que
también se encontraban cenando los encargados del refugio. Después de los
primeros bocados, la chica con la que había hablado horas antes, me ofrecía si
quería compartir cena con ellos sin tener que pagar ninguna cantidad extra. No
me lo podía creer, pero, por supuesto, que le diría que sí. Así que me pusieron
carne estofada con puré de patatas y ensalada, acompañado todo ello de un vino
blanco riquísimo y de postre tarta de queso.
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Refugio y Camping Dickson |
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Refugio Dickson |
Junto con Paola, Camila y Mateo pasaría una cena de lo más
amena y divertida, contándome un sinfín de anécdotas que les suceden a diario
en su trabajo. Entre vinos y risas nos darían las 22:30, por lo que no quedaba
otra que dejarlo ahí. Aunque me ofrecería para ayudarles a recoger, no me
dejarían por lo que, poco después, me retiraba al confortable colchón sobre el
que situaba mi saco, así que suponía algo más de comodidad que en la noche de
ayer. Por cierto, que nadie más entraría a mi habitación, quedando el resto de
las cinco camas vacías, por lo que es de imaginar lo bien que descansaría con
un silencio absoluto.
En este segundo día la diferencia de paisajes me había
impactado sobremanera con respecto al primero, por lo que veríamos a ver si conseguía
superarlos la jornada de mañana, lo cual no era nada fácil.
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