DIA 03. FLORIDA. Miami: Key Biscayne, Little Havana, Brickell y Downtown

28 de Agosto de 2017.

South Beach se encuentra a unos 25 kilómetros, aproximadamente, de Key Biscayne o Cayo Vizcaíno, en vehículo particular, lo que supone una media hora en llegar hasta allí. Este sería nuestro objetivo de la mañana de hoy, por lo que tras un buen desayuno en casa, nos pusimos en dirección al mismo.

Se trata de una isla ubicada en el extremo norte del estrecho de Florida y su único acceso es a través de un gran puente, desde el que se pueden ver excelentes vistas del Downtown.

Aunque hoy sigue siendo un misterio, algunos estudiosos dicen que su nombre proviene de cómo llamaban los exploradores y misioneros españoles a los nativos de la zona, “vizcaínos”.

El descubrimiento  de Key Biscayne se debe a Juan Ponce de León, quien navegaba desde Puerto Rico buscando ciudades con oro y acabó desembarcando aquí por su situación peculiar, hallando agua dulce y leña y convirtiéndose en un importante punto para los primeros que navegaban en esta zona.

La isla es bastante grande, por lo que teníamos claro que no podíamos disfrutarla entera en medio día, así que nosotros íbamos a dirigirnos hacia el sur donde se encuentra el parque estatal del cabo de Florida de Bill Baggs. Su nombre está dedicado a un periodista y activista de los derechos civiles, que en la época en la que se empezó a urbanizar la isla, se opuso a que aquí se construyeran viviendas, lográndolo al final y consiguiendo crear el espacio verde que hoy se puede ver.

Costa de Cayo Vizcaíno o Key Biscayne

Miami desde Costa de Cayo Vizcaíno o Key Biscayne

Para acceder es necesario pagar ocho dólares por vehículo, independientemente del número de ocupantes. Una vez dentro continuamos conduciendo hasta el último parking que existe, casi al lado del mar. Nos acercaríamos a la costa y disfrutaríamos de las vistas de Miami en la lejanía, que ofrece el mirador allí situado. Poco después rodearíamos el litoral por la ancha pista de tierra que nos llevaría en pocos minutos a tener delante de nosotros el histórico faro.

Lancha en las cercanias de Cayo Vizcaíno o Key Biscayne

Faro de Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Es uno de los edificios más antiguos de la zona y data de 1821, sirviendo de guía y de protección para los barcos que navegaban a lo largo de la costa del Estado, incendiándose por primera vez en 1825. En 1836 los indios semínolas que se estaban desplazando hacia el sur de Florida, forzados por las guerras que se encontraban librando entre ellos, lo utilizarían como refugio procediendo a quemarlo de nuevo. Años después, en 1847 se volvería a reconstruir dándole la altura actual con treinta metros.

Faro de Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Faro de Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Su entrada es gratuita y no se permite acceder a los niños que no lleguen a la altura que marca el poste situado justo a la entrada. Si hay demasiado viento o tormentas también se cierra a todo el público.

Afortunadamente el día era bueno y no tendríamos problemas en entrar a su interior y afrontar los 92 escalones que te llevan a lo más alto, permitiéndote situarte en el balcón de hierro fundido que rodea toda la estructura y te obsequia con unas vistas espectaculares de toda la isla de Cayo Vizcaíno y de la costa y los edificios de Miami en la lejanía. Eso sí el lugar es tan estrecho que casi no te permite cruzarte con otra persona que vaya en sentido contrario al tuyo. También se puede acceder, subiendo unas últimas escaleras, al enorme foco que desprende la luz por la noche.

Miami desde Faro de Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Key Biscayne desde Faro de Bill Baggs Cape Florida State Park

Para aquellos que estén interesados hay visitas guiadas por el guardaparques a las 10:00 y a las 13:00, de jueves a lunes.

De nuevo en tierra firme, nos alejaríamos del faro a través de un precioso corredor de palmeras que invita a darte la vuelta y recrearte haciendo fotografías.

Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Por cierto que no he comentado que en las cercanías del mismo también es interesante detenerse para fijarse en una  de las antiguas canoas que probablemente servirían como vía de escape a muchos de los cubanos que huían del régimen impuesto en su país.

Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Tras estos momentos culturales, era el momento de descansar un poco y para ello que mejor que utilizar la paradisiaca playa que se encuentra al lado del faro, por su otro lado, y que se caracteriza por su arena blanca y fina y sus aguas cristalinas.

Faro y Playa de Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Playa de Bill Baggs Cape Florida State Park.Key Biscayne

Aquí nos relajaríamos hasta la una de la tarde, una buena hora para empezar a levantar el campamento y empezar a deshacer el camino recorrido, pues para la tarde todavía nos quedaban muchos  puntos interesantes por conocer.

No obstante y antes de dejar la isla de Key Biscayne, todavía nos quedaría una parada importante que hacer y es que aunque ya habíamos tenido oportunidad de ver desde el coche diferentes perspectivas diurnas y nocturnas del skyline de Miami, en ninguna de ellas fue posible poder parar para disfrutar un rato del espectáculo, salvo que nos hubiéramos jugado la vida o expuesto a una importante multa. Así que investigando encontré un restaurante llamado “The Rusty Pelican”, desde cuya terraza exterior se pueden contemplar estas, tomando algo o directamente acercándote sin tener que consumir nada.

Dowtown Miami Skyline desde The Rusty Pelican

Dowtown Miami Skyline desde The Rusty Pelican

Hay que reconocer que la parada merece la pena ya que te permite apreciar, sin ningún obstáculo, algunos de los casi 300 rascacielos que conforman el Downtown, siendo uno de los horizontes más grandes de Estados Unidos.

Este está poco antes de empezar a cruzar el puente que te lleva al continente y aunque está indicado hay que ir muy pendiente para no pasarte el desvío.

Era el momento de cambiar de aires y dirigirnos hacia otro de los barrios más famosos y característicos de Miami. Me estoy refiriendo a Little Havana, donde antes de empezar a conocerlo, nos dirigiríamos de forma directa a comer a, probablemente, el mejor restaurante de toda la zona y, sin duda, el más popular: Versailles. Ello lo corrobora que lleva abierto desde 1971 y que en él han comido políticos de la talla de Reagan, Bush y Clinton.

Restaurante Versailles.Little Havana

Restaurante Versailles.Little Havana

En él se sirve auténtica comida cubana con una gran oferta de exquisitos platos de este tipo de cocina, además de caribeña e incluso española. La cantidad que se sirve es abundante y están buenísimos. Es un lugar muy concurrido y casi siempre está lleno, aunque al ser tan amplio no se suele esperar mucho entre semana. Los fines de semana la cosa cambia y es complicado encontrar sitio. Los camareros son agradables y serviciales.

Restaurante Versailles.Little Havana

Pediríamos ropa vieja (carne deshilachada con arroz blanco, plátano, cebolla, pimiento), Vaca Frita (similar a la anterior pero con la carne tostada o frita como su propio nombre indica), además de arroz con leche y el famoso pastel de limón o Lemon pie, que es casi obligatorio probarlo. Estaba todo delicioso y saldríamos encantados de allí. (22 dólares por persona).

Ropa Vieja. Versailles.Little Havana

Lemon pie. Versailles.Little Havana

Hay que decir que Versailles aunque se encuentra en la calle Ocho, está bastante alejado de los lugares más simbólicos de esta arteria y salvo que quieras que te de un síncope en fechas de calor como las que estábamos es conveniente volver a coger el coche para desplazarte a los mismos, como así haríamos nosotros.

En estos momentos nos hallábamos a la altura de la calle 36, desplazándonos hasta la calle 27, donde bajaríamos nuevamente del vehículo para fotografiarnos con el famoso y colorido mural que te da la bienvenida.

Bienvenida en Little Havana

Es interesante saber que de los dos millones de cubanos que viven en U.S.A. el sesenta por ciento lo hace en Miami y que los primeros que vinieron, allá por los años sesenta, llegaron huyendo del régimen recién impuesto por Castro, estableciéndose en esta popular calle.

En esta zona histórica se recrea el estilo de vida de su país natal con tiendas, bares y restaurantes cubanos con fachadas llenas de color y en cuyo interior no deja de sonar música latina.

Calle Ocho en Little Havana

Uno de los lugares con más encanto en la pequeña Habana se encuentra a la altura de la calle 15; es el Parque Máximo Gómez, un lugar donde se reúnen los cubanos de avanzada edad para jugar al dominó o al ajedrez. Por cierto que con respecto al dominó se juega hasta el número nueve en vez de hasta el seis como en España. No hay que perderse tampoco el fabuloso mural que adorna una de las paredes donde se pueden encontrar a los presidentes de América Latina de una de las cumbres que hicieron.

Parque Máximo Gómez.Little Havana

Parque Máximo Gómez.Little Havana

Parque Máximo Gómez.Little Havana

Parque Máximo Gómez.Little Havana

También es interesante fijarse en los exteriores del bonito Tower Theater, con característicos elementos Art Déco, así como en las estrellas del pequeño paseo de la Fama, donde se pueden leer nombres como Raphael, Thalia, Rocío Jurado, Celia Cruz y otros muchos.

Paseo de la Fama. Calle Ocho.Little Havana

Estrella de Rocío Jurado.Paseo de la Fama. Calle Ocho.Little Havana

Tower Theater. Little Havana

No hay que conformarse con llegar a la calle 15, pues un poco más allá, en la 14 y la 13, podrás encontrar, en la primera, el mural más famoso del barrio en el que están representados los personajes cubanos más populares y que sale siempre que se habla de Little Havana en televisión. Mientras que en la segunda hallarás varios monumentos conmemorativos dedicados a los Caídos en la Bahía de Cochinos así como a varios revolucionarios que lucharon en defensa de sus ideales, además de una humilde Virgen blanca situada bajo un inmenso árbol el cual conviene no tocar ya que dicen trae bastante mala suerte.

Esquina de la Fama. Little Havana

Esquina de la Fama. Little Havana

Monumento a los Caídos en la Bahía de Cochinos.Little Havana

Virgen blanca de Little Havana

Hacía muchísimo calor y todos teníamos la ropa chorreando, así que decidiríamos volver al coche, tras esta última visita, y continuar en línea recta por la calle ocho, hasta dejar el barrio cubano y sustituirlo por el de Brickell, una zona predominantemente residencial y con algunas oficinas y considerada como una de las más lujosas de Miami. Está situada enfrente de la Bahía Biscayne y su nota más característica es que los edificios de apartamentos y empresas son altos y espectaculares, rodeados de paseos con palmeras y con posibilidad de disfrutar de magníficas vistas al mar.

En esta área es imposible dejar el coche en la calle por lo que no quedaba otra que utilizar alguno de los parkings que hay por lo alrededores. Nosotros no buscaríamos bien y nos dejamos llevar, entrando en el primero que tendríamos oportunidad, siendo este el que correspondía al lujoso edificio de apartamentos de Philippe Starck, un diseñador industrial francés con fama mundial, saliéndonos la broma por 16 dólares, dos horas.

Ediificio de Philippe Starck.Barrio de Brickell

Las sombras de los rascacielos y el hecho de estar cerca del río Miami y la bahía, permitiría que el sofocante calor remitiera un poco, pudiendo disfrutar algo más del paseo por la zona con unas preciosas vistas del Downtown, justo enfrente de donde nos encontrábamos, así como del mencionado río Miami en su último tramo y el puente levadizo que divide Brickell y el Distrito Financiero y que tendríamos la suerte de ver como se elevaba al pasar en esos momentos un barco de grandes dimensiones.

Barrio de Brickell

Río Miami y Puente Levadizo desde Brickell

Barrio de Brickell

Tras esos entretenidos momentos, no dudaríamos en atravesarlo a pié y adentrarnos en la selva de modernos rascacielos construidos en cristal y acero, encontrándonos en pocos minutos en el corazón del mundo de las finanzas, negocios y cultura. Es quizá una de las pocas zonas de Miami donde el tráfico es más denso, sobre todo a las horas de trabajo. El Downtown no se puede considerar una zona residencial, si exceptuamos el cercano Brickell, siendo el lugar donde se encuentran la mayoría de los bufetes de abogados, entidades bancarias o centros de estudios. Esto implica que en los días laborales y durante el horario de trabajo la actividad en la zona es tremenda y que cuando todo ello acaba el área quede desierta, no siendo muy recomendable pasear por la noche por allí.

Rascacielos de Brickell desde Downtown

Rascacielos del Downtown

Rascacielos del Downtown

A  nosotros todavía nos quedaba algo de luz, por lo que tras el paseo inicial que nos había permitido llegar hasta el llamado Bayside Market place, una gran zona con infinidad de tiendas y restaurantes, quisimos adentrarnos un poco más entre tantos rascacielos, utilizando para ello un método menos cansado y más eficiente llamado Metromover. Para que nos entendamos este consiste en un monorraíl elevado que hace parada en lugares claves del Downtown, pudiendo subir y bajar las veces que uno quiera ya que es gratuito. Nosotros sólo bajaríamos en la parada Government Center con la intención de ver el elegante edificio del Palacio de Justicia del Condado de Miami y algún rascacielos más de la zona, para hecho esto volver a Brickell, en esta ocasión con el Metrorail que también tiene conexión en esta estación.

Metromover. Downtown

Palacio de Justicia del Condado de Miami.Downtown

Rascacielos desde Metromover.Downtown

Por cierto que antes se me olvidó comentar que muy cerca de Bayside Market place se toman los paseos turísticos en barco que te llevan a poder ver, de lejos, las grandes mansiones de los famosos, pero desgraciadamente la falta de tiempo nos haría tener que renunciar a ello.

Apenas quedaba media hora para que se hiciera de noche, pero quisimos acercarnos a un último lugar al que ayer no pudimos llegar. Este no era otro que donde se encuentra el Ayuntamiento de Miami, es decir, el barrio de Coconut Grove. Si alguien ha leído el capítulo anterior me dirá que ya estuvimos ayer, lo cual es cierto, pero no llegamos a la zona de la bahía, por lo que ese era nuestro objetivo de hoy en esta zona. Aquí veríamos anochecer además de los increíbles yates amarrados a la costa. Es una prueba más que permite ser testigo del dinero que se mueve en esta ciudad.

Ayuntamiento de Miami.Coconut Grove

Puerto y Bahía de Coconut Grove

Bahía de Coconut Grove

Eran las 20:00 cuando ya era noche cerrada por lo que decidiríamos volver al apartamento de South Beach, donde descansaríamos más de dos horas hasta que a las 22:45, Sergio y yo, no pudimos evitar salir a dar una vuelta por Ocean Drive para ver la marcha y el ambiente que había, y la verdad, que no nos defraudaría, pues las calles estaban a rebosar de gente, la música sonaba a todo volumen en la mayoría de los locales y la gente exhibía sus mejores galas a la par que no paraba de mover sus exuberantes cuerpos.

Ocean Drive

Ocean Drive

Hotel Colony. Ocean Drive

Aunque no teníamos ganas de cenar, después del festín de al mediodía, sí que nos hubiéramos tomado un mojito en alguno de los bares de moda, pero dado que sus precios rondaban más de los veinte dólares, al final desistimos, pues nos parecía una barbaridad.

Estaríamos hasta las 00:00 disfrutando del ambiente, pues aunque nos hubiéramos quedado más tiempo, no quedaba otra que volver a casa, si mañana queríamos estar frescos para madrugar y disfrutar de algo totalmente diferente a lo que habíamos conocido hasta ahora.

1 comentario :

  1. Pasote,que fantasia flipante no hay palabras en mi mente adorooo.

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