13 de Junio de 2014.
Este fin de semana marchaba para la capital noruega, teniendo así la oportunidad de pisar
por primera vez un pequeño pedacito de los países nórdicos.
Imán de Oslo |
Aunque es cierto que parece un poco locura el ir a pasar un
fin de semana hasta Oslo, también es cierto que si todos los elementos
confluyen y se te presenta una oportunidad única para poder descubrirlo, sería
una pena no aprovecharla y dejarla pasar, por lo que como, justamente, eso fue
lo que me pasó pues no lo dudé y para allá que me fui.
Los culpables de embarcarme en esta aventura no serían otros que mi hermana y mi cuñado,
que por motivos laborales llevaban ya una temporadita por estas latitudes y
ante su invitación no tuve más remedio que decir que sí. Por un lado, y lo más
importante, venía a pasar un breve fin de semana con la familia y por otro y ya
de paso conocía una de las capitales más caras del mundo con el alojamiento
gratuito y con un vuelo que me saldría por un precio que parece de chiste:
setenta euros, ida y vuelta, con ryanair, gracias a una de esas ventanas que de
vez en cuando abren algunas compañías con ofertas a precios ridículos. Así que
ante la conjunción de todos estos factores no tuve más remedio que ir para allá
y eso que últimamente no soy muy partidario de pegarme este tipo de palizas en
un solo fin de semana, de hecho, la última vez que recuerdo un viaje tan fugaz
fuera de España se remonta al año 2011 cuando marché al norte de Italia.
Así que al finalizar mi jornada laboral, partí hacia Barajas
a tomar el vuelo de Ryanair que partía a las 19.45 y casi puntual despegábamos
rumbo a la ciudad más importante de Noruega. El viaje, de casi tres horas y
cuarto, transcurriría relajado entre una buena siesta y la cena de unos
sándwiches que había preparado en Madrid. Una de las cosas que más me llamarían
la atención es ver como a las 23.30 todavía estaba anocheciendo, lo cual no
deja de ser llamativo.
Oslo dispone de tres aeropuertos:
- Gardermoen, el principal, situado a 45 km de la capital.
- Rygge, situado a unos 60 km.
- Sandefjord, el más lejano y a una distancia de 110 km.
En mi caso aterrizaría en el segundo de ellos, el de Rygge, a
las 23.15. Este aeropuerto es bastante pequeño, por lo que una vez que hube
desembarcado tampoco tardaría mucho, apenas unos minutos, en llegar al
exterior, donde existen autobuses que te llevan hasta la estación central de
Oslo. De hecho existen dos, uno que puedes contratar con Ryanair y que lo haces
a través de su página cuando vas a hacer el check-in on line y otro que
directamente tomas según sales de la terminal (Rygge Ekspressen). Yo me
decantaría por esta segunda opción. El billete se lo compras directamente al
conductor y cuesta 160 coronas. El viaje hasta la capital dura unos cincuenta
minutos y una vez en la estación de autobuses, a la que llegaría sobre las
00.45, allí me estaría esperando mi cuñado para llevarme en coche hasta su
casa, donde tardaría lo imprescindible en meterme en la cama a descansar.
A TENER EN CUENTA:
- Si quieres llegar en tren hasta el centro de Oslo, también existe esta posibilidad desde Rygge. Para ello hay que tomar un bus hasta la estación de trenes de esta localidad que se encuentra como a 4 kilómetros y luego ya el tren.
No hay comentarios :
Publicar un comentario