Cuando
comenzaba este año 2011, nada hacía presagiar que mi estancia por Perú sería mi
primer viaje en solitario fuera de España.
Y es que en
principio, allá por el mes de Marzo, unas amistades estaban dispuestas a
apuntarse a distintos destinos internacionales y sólo faltaba decidir cuál
sería el destino elegido.
Éste, a
decir verdad, no tuvimos mucho problema en decidirlo, la gran cantidad de lugares
interesantes y diferentes dentro del mismo país, unido a el poder ver Machu
Pichu, hacía que fuera un lugar complicado de rechazar.
Hecho esto
comencé a mirar precios de vuelos y fechas para irnos. Aquí comenzarían los
desajustes, dado que los precios que salían económicos no coincidían con las
fechas disponibles de algunos amigos y las fechas en las que sí podían, salían
demasiado caras para la gran mayoría.
Después de
valorar otras posibilidades y viendo que no había quórum y que el hecho de
seguir esperando conllevaba que al final no acabara en ningún lugar demasiado
llamativo para mí, me hizo dar el paso y sacar el billete de avión en
solitario.
Si nada lo
impedía me esperaban ciudades coloniales, culturas milenarias, las inigualables
ruinas de Machu Pichu y el misterioso pueblo inca, dunas inmensas, islas a
rebosar de fauna, cataratas espectaculares, líneas misteriosas. Un país lleno
de contrastes que iba a tener el placer de visitar durante tres inolvidables
semanas.
La compañía
elegida sería LAN y el precio de ida y vuelta de los vuelos directos de Madrid
a Lima, más cuatro vuelos internos dentro de Perú, me saldrían por 1280 euros.
Unos dos
meses antes de la salida pasaría por el centro de vacunación internacional
donde me recomendarían que me pusiera la vacuna de la fiebre tifoidea y un
recuerdo del tétanos. Así lo hice en el ambulatorio de mi barrio sin tener que
pagar nada por ello.
Luego
vendría el preparar detalladamente la ruta y, haciendo caso a un compañero
peruano del trabajo, quince días antes, cerraría las reservas de varios
alojamientos en la zona sur de Perú, ya que al ser temporada alta me dijo, que
aunque siempre se suele encontrar sitio, bien en un alojamiento o en otro, que
era mejor así para evitar dar muchas vueltas y no perder demasiado tiempo en la
búsqueda.
Por último
cambiaría dólares en el banco y mi compañero me cambiaría 60 euros a nuevos
soles, que le habían sobrado de un viaje en el que fue a ver a la familia.
Total que conseguí 240 soles para pasar los primeros momentos por allí.
Y por fin
llegaría el día 19 de Agosto. Con todo el mochilón a cuestas, un amigo me
recogería en casa y me llevaría al aeropuerto de Barajas para a las 00.15 del
recién estrenado día 20, comenzar mi primera aventura en solitario fuera de
casa.
El vuelo con
LAN fue genial. Salimos en hora y llegamos antes de lo previsto, lo que no me
había pasado en la vida. Tienen pantallas individuales de ordenador con mandos
personales donde puedes seleccionar estrenos de películas, jugar a juegos como
el ahorcado y el tetris o escuchar las últimas novedades musicales distribuidas
por álbumes alfabéticamente. ¡La leche! La comida riquísima y el servicio
inmejorable.
Snacks en el Vuelo hacia Lima |
A las 04.40,
hora peruana, después de once horas de vuelo, estábamos ya en tierra y justo
antes de salir del avión, comenzaría a charlar con quien había sido mi
compañera del asiento de al lado todo el viaje. Tantas horas sin hablar y luego, la verdad, que hubo buen rollo desde
el primer momento y por lo menos las cuatro horas que nos restaban a Yoli y a
mí en Lima hasta coger las conexiones respectivas, ella a Juliaca y yo a
Arequipa, nos servirían para hacer el tiempo más llevadero, echándonos unas
cuantas risas y probando los Kekitos, que aunque el nombre suena a risa, no son
ni más ni menos que unas magdalenas rellenas de chocolate.
Aeropuerto Alfredo Rodríquez Ballón. Arequipa |
Aeropuerto Alfredo Rodríquez Ballón. Arequipa |
Algunas
cosas a tener en cuenta:
- Documentación: Pasaporte en vigor.
- Salud: En la mayor parte del país no hay problemas especiales, salvo en las regiones amazónicas en donde conviene vacunarse en base a lo que te digan en el Servicio de Sanidad Exterior – c/ Francisco Silvela, 57. (Tel: 91 272 9453/68/72) – para viajar con cierta seguridad. Otra cuestión importante a destacar es en lo referente al mal de altura, ya que puede suponer un problema, aunque casi nunca es grave. Afecta sin previo aviso y se manifiesta en forma de dolores estomacales, angustia, malestar general y dolor de cabeza. Para aclimatarse a la altura se aconseja beber mucha agua, andar despacio y con pasos cortos y comer moderadamente. Uno de los mejores remedios para ello son sin duda los caramelos y el té de coca.
- Clima: Perú posee dos estaciones claramente diferenciadas: la estación húmeda y la seca. La primera comprende los meses de octubre a mayo, con temperaturas muy altas, mientras que la seca cubre los meses de mayo a septiembre, con temperaturas frescas, especialmente en las zonas de sierra.
- Vestimenta: Las diferencias de altura y temperatura obligan a equiparse para toda clase de climas, sobre todo si se viaja en los meses de mayo a septiembre. Aconsejo ropa ligera para las regiones bajas, mientras que en las altas, la temperatura puede obligar a llevar ropa de abrigo, especialmente en las horas en las que se pone el sol cuando el termómetro puede rondar los cero grados.
- Gastronomía: El plato más típico de Perú es el cebiche. Una excelente combinación de pescado crudo troceado, marinado en gran cantidad de jugo de limón, con cebolla cortada fina y ají. Algo que todo aquel que visite el país debería probar. Otra protagonista indispensable de la gastronomía peruana es la papa, no en balde Perú posee la mayor cantidad de variedades de papa en el mundo. La bebida típica es el pisco, cuya nacionalidad originaria se la disputa con el país vecino, Chile. Además de todo lo anterior hay infinidad de platos que hacen del país sudamericano uno de los líderes en gastronomía de toda América.
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