OESTE EEUU - DIA 04. Yellowstone: el rey de los géiseres

7 de Septiembre de 2010.

No podíamos marcharnos de la zona de Mammoth Hot Springs sin acabar de visitar lo que nos habíamos dejado pendiente el día anterior, el lugar conocido como Upper Terraces (terrazas superiores), por lo que a ello que nos pusimos nada más desayunar.

Este circuito lo realizaríamos en coche, parando en los lugares más significativos del recorrido, pero sin duda uno de los más vistosos sería el precioso Orange Spring Mound. Poco después encontraríamos la White Elephant Back Terrace y la Angel Terrace, con la que diríamos adiós a esta zona.

Upper Terraces. Mammoth Hot Springs

Una de las zonas con mayor actividad geotermal de Yellowstone es la conocida con el nombre de Norris Geyser Basin. Para llevarnos una buena imagen de este área decidiríamos hacer una ruta de senderismo, de 2,4 kilómetros, llamada Back Basin que nos permitiría pasar muy cerca de piscinas y géiseres activos gracias a las pasarelas de madera sobre las cuales transitas. Este lugar está considerado como uno de los más inhóspitos del parque, pues no hay apenas organismos vivos en la zona, ni siquiera algas o bacterias que sí se dan en otros sectores, por lo que impresiona, si cabe, aún más.

Norris Geyser Basin

Norris Geyser Basin

Entre las muchas piscinas que veríamos estarían la Green Dragon Spring, la Emerald Spring, la Cistern Spring, etc. Y entre los géiseres, pasaríamos casi rozándonos con el Echinus, el Pork Chop, el Minute y el Steamboat. Lástima que ninguno de ellos entrara en acción y nos tuviéramos que conformar con ver pequeños intentos de estos expulsando algún que otro chorro de agua hirviendo pero con muy baja intensidad. El último que he mencionado, el Steamboat, está considerado el más potente del mundo, llegando a tener erupciones registradas de 115 metros de altura, pero es bastante irregular, al igual que otros muchos de los que aquí se encuentran, y es complicado verlos en su máximo apogeo.

Norris Geyser Basin

Norris Geyser Basin

Una vez terminada esta ruta, nos iríamos para el lado contrario de esta inmensa zona para hacer una ruta menor llamada Porcelain Basin, bastante más corta que la que acabábamos de realizar y donde también pudimos observar nuevas piscinas de todo tipos de formas y colores que hacen que te sumerjas en otro mundo.

Norris Geyser Basin

Lo más curioso de esta zona y de otras muchas del Parque es, que al ser Yellowstone una de las zonas más activas del mundo, en cualquier momento los lugares que visitas pueden cambiar y desaparecer por lo que te puedes encontrar que un sitio que habías visto de una forma un año, al volver en años sucesivos, o ya no esté o no tenga nada que ver con como lo viste la primera vez. Ello hace que cada paseo se pueda considerar, de alguna manera, como único y especial.

Norris Geyser Basin

Si hasta ahora los géiseres que habíamos podido contemplar nos habían impresionado, lo que iba a venir a continuación nos dejaría casi hipnotizados como consecuencia de la amalgama de colores y formas de la gran cantidad de piscinas y fuentes termales que se concentran en las tres zonas siguientes, casi contiguas las unas de las otras. Hablo de las Lower, Midway y Upper Geyser Basin. Son tal la cantidad de géiseres aquí concentrados que puede afirmarse que es la zona del mundo donde más de estos fenómenos existen por metro cuadrado. De hecho, hay más de estos aquí que sumando las cuatro grandes zonas localizadas en el resto del mundo: Nueva Zelanda, Península de Kamchatka, Desierto de Atacama en Chile e Islandia. Ante esto era evidente que tendríamos que conformarnos, simplemente, con llevarnos una pequeña idea de la zona y visitar una mínima parte de todo lo que aquí se pude ver.

En la zona de Lower Geyser Basin nos dedicaríamos a dar un pequeño paseo por algunos de sus senderos delimitados, con la suerte de llegar justo en el momento de poder ver entrar en erupción uno de ellos. Fue increíble observar la fuerza con que el agua hirviendo sale de las entrañas de la tierra. Nos quedaríamos embobados ante esa imagen que todavía no habíamos podido presenciar hasta este mismo instante. Tras ello veríamos alguna que otra piscina termal más, cuyos nombres no tengo claros, por lo que prefiero no ponerlos y continuamos con el coche hasta el siguiente sector: el Midway Geyser Basin. Aquí dejaríamos el coche en el parking habilitado para ello y nos dispusimos a hacer una ruta que nos llevaría hasta nuevos e increíbles géiseres. Ya de primeras atravesaríamos el puente sobre el río Firehole desde el que podríamos ver los canales de desagüe del Excelsior Geyser que vierten al río más de quince mil litros cada minuto. Unos metros después nos encontraríamos con este y sus fumarolas de humo saliendo a borbotones. Sus aguas azules transparentes llamaban, engañosamente, a sumergirte en su interior, pero rápidamente se me quitaría esa idea de la cabeza al recordar que estamos hablando de una temperatura de unos 90 grados.

Firehole River

El camino continuaba pasando muy cerca de dos nuevas piscinas termales realmente bonitas a consecuencia de las bacterias que impregnan las mismas. Se llamaban Opal Pool y Turquoise Pool. Es increíble que esos bichitos microscópicos puedan crear colores tan espectaculares y vivos.

Old Faithful Area

Y un poco más adelante nos daríamos de bruces con la Grand Prismatic Spring, un arco iris de la biología sensible a la temperatura que haya en ese momento. Es como si un inmenso sol de otro planeta se hubiera pegado al suelo. Nos quedaríamos un rato largo contemplando los rojos oxidados, los vibrantes verdes y amarillos que rodean el lago hirviente. Era tan hermoso que me quedé como hipnotizado, con la mirada perdida, a la vez que fija, en este lugar que parecía que lo hubiese pintado en tres dimensiones un gran artista.

El recorrido volvía a girar para llevarnos, nuevamente, al Excelsior Geyser, pero por su parte superior. Lo bordeamos relajadamente y de esta manera acabaríamos el recorrido.

Old Faithful Area

Old Faithful Area

Ya era casi la hora de comer por lo que decidimos marcharnos hacia la última zona de este sector, el Upper Geyser basin, para ya almorzar allí, antes de afrontar una de las últimas visitas del día. Tras tomarnos unos bocadillos pasearíamos un rato por el interior del lujoso y espectacular Old Faithful Hotel, construido gran parte en madera y de lo más acogedor.

Muy cerca de esta construcción y ya en el exterior nos dirigimos hasta unos troncos colocados a modo de bancos y allí que nos sentamos. El motivo no era otro que presenciar la erupción de uno de los géiseres más famosos del mundo, el Old Faithful que significa el viejo fiel. Este géiser, con puntualidad suiza, cumple el rito de brotar de las profundidades de la tierra siguiendo intervalos regulares. De esta manera nosotros llegaríamos a las 15.05 y estando prevista la erupción para las 15.20 esta se produciría, dos minutos después, a las 15.22. Decir que el espectáculo tiene lugar cada hora y cuarto aproximadamente.

Los amigos que habían estado hacía unos años nos comentaron que esta zona está siempre a rebosar de gente, pero la verdad, que tuvimos suerte e incluso sobraba algún que otro espacio libre. Tal vez por ser Septiembre, pero el caso es que la cosa estaba de lo más tranquila. Así que tras disfrutar del inmenso chorro de agua y vapor elevándose por encima de los 60 metros de altura, nos dispusimos a recorrer un poco más la zona para poder observar nuevos géiseres.

Old Faithful Area

Dadas las horas que eran no nos quedaría otra que tener que elegir, por lo que nos quedaríamos en los alrededores del Old Faithful, centrándonos en los llamados Castle Group, Grand Group, Giant Group y Morning Glory Group. Todos estos grupos de Géiseres contienen innumerables e infinitas fuentes termales, fumarolas y demás fenómenos similares, por lo que no te da tiempo a aburrirte ni un segundo.

Old Faithful Area

Old Faithful Area

Desgraciadamente las sacrificadas serían las áreas de Biscuit Basin y Black Sand Basin, pero todavía nos quedaba mucho camino por delante hasta llegar a Jackson, localidad donde dormíamos hoy, y no quería ir conduciendo de noche todo el camino.

Eran las 17.30 cuando comenzamos a deshacer lo que restaba del camino para salir del Parque Nacional, pero todavía nos daría tiempo a parar en un mirador para contemplar el lago Shoshone y en el cartel en el que se indica que por ese lugar pasa la llamada Divisoria Continental de América, una línea imaginaria que indica el límite entre dos cuencas hidrográficas contiguas. Las aguas de lluvia caídas a cada lado de la divisoria acaban siendo recogidas por los ríos principales de las vertientes respectivas, pudiendo acabar bien en el Océano Pacífico, bien en el Atlántico o en el Ártico.

Continental Divide

Esta sería la última visita antes de abandonar Yellowstone. Un sentimiento de emoción no dejaría de acompañarnos durante los próximos kilómetros ya en dirección hacia la salida del Parque y por tanto hacia el Grand Teton y el pueblo de Jackson. Dejábamos atrás muchas experiencias imborrables en este paraíso de la naturaleza. Su omnipresente vida animal, sus estremecedoras montañas, sus fragorosas cataratas, las inabarcables praderas donde pacen las últimas manadas de bisontes se despedían de nosotros. La tierra de los géiseres nos decía adiós.

Un día excepcional nos llevaba acompañando toda la jornada por lo que no pudimos evitar la tentación de parar en las orillas del lago Jackson en el Grand Teton para quitarnos las botas y meter las piernas hasta las rodillas. Aunque el agua estaba fría era soportable, por lo que estuvimos allí como media hora, justo hasta que empezó a anochecer.

Jackson Lake. Grand Teton National Park

A Jackson llegaríamos con la oscuridad como acompañante y encontrándonos las calles prácticamente desiertas y eso que el reloj todavía no había marcado las 21.00. Nos dirigiríamos, como el primer día, al hotel Ranch Inn y tras comernos unos sándwiches no tardaríamos ni diez minutos en caer profundamente dormidos.


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