CROACIA - DIA 02. P. N. Lagos de Plitvice y base aérea de Zeljava

22 de Agosto de 2021.

Nuestra intención en la jornada que empezaba era, como puede ser evidente, visitar tranquilamente Zagreb y al terminar poner rumbo a la casa que habíamos reservado en las cercanías de los famosos lagos de Plitvice, para conocer estos al día siguiente, pero las nefastas predicciones meteorológicas que daban para mañana nos harían cambiar radicalmente los planes.

No tendríamos dudas y, tras hablar entre nosotros, la decisión sería unánime. Lo mejor era madrugar y aprovechar el día de hoy para recorrer los lagos, aunque supusiera más paliza de coche, pues iba a hacer un tiempo excepcional, y volver mañana a Zagreb y conocer esta con mal tiempo y desde la capital continuar hasta Zadar y seguir con los planes previstos desde este punto.

Soy consciente de que mucha gente hubiera prescindido de la capital croata, ya que es cierto que no ofrece tantos alicientes como otras capitales europeas, pero en nuestro caso no queríamos irnos del país sin conocerla pues es probable que no tuviéramos otra oportunidad para ello y siempre nos han interesado las ciudades más importantes de cada país, las que son el motor del mismo y donde se concentran sus principales instituciones y organismos, por lo que, como he dicho, no era una opción dejar de visitarla.

Por tanto, nuestro día comenzaba madrugando bastante, levantándonos a las 07:30 y saliendo tan sólo media hora después camino hacia los lagos de Plitvice, realizando en el camino una breve parada en un supermercado para comprar zumos y bollos y llenar el estómago mientras seguíamos rumbo hacia nuestro destino.

El camino se hace parte por autovía y parte por carretera de doble sentido, por lo que entre la mencionada parada anterior y que había algo de tráfico en algunos tramos al ser domingo, llegaríamos al parking del Parque Nacional sobre las 10:30. En condiciones normales los 130 km de distancia se hacen perfectamente en dos horas.

El Parque Nacional de los lagos de Plitvice se encuentra en el corazón de Croacia y es su joya de la corona en cuanto a espacios naturales se refiere. Su extraordinario paisaje se formó a lo largo de varios milenios, cuando el agua que fluía por el travertino, una roca blanda de la zona, llevaba consigo fragmentos que se depositaban río abajo, creando las cascadas y cataratas, hoy tan características del parque.

P.N. Lagos de Plitvice

La avifauna es también extremadamente variada, documentándose la presencia de hasta 160 especies, entre ellas águilas, halcones peregrinos, abubillas, martines pescadores y mochuelos. En las orillas de sus espesos bosques habitan, por su parte, algunas de las especies animales más grandes de Europa: lobos, linces, zorros, jabalíes, corzos, nutrias y tejones.

Su protección se estableció en 1949 y cuenta con una extensión de 300 km cuadrados, la cual cubre un territorio de lagos y bosques designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. El parque comprende 16 lagos que serpentean a lo largo de 8 km y que pueden ser recorridos por sendas  y pasarelas de madera.

Nada más aparcar nos dirigimos a las taquillas del parque donde nos tocaría esperar casi cuarenta minutos de fila para ello. La entrada para adultos nos costaría 250 HRK  y para menores de 7 a 18 años 70 HRK. Estas fueron nuestras tarifas por ser la época estival pero dependiendo la época del año en que visites el lugar los precios varían. Por cierto, el horario de verano es amplísimo ya que va de 07:00 a 20:00, así que en ese sentido no hay que preocuparse. El único pero, es que cuanto más tarde llegues más gente encontrarás.

El parque cuenta con dos entradas y con diferentes rutas clasificadas por letras de diferente longitud y dificultad. Ahí ya entran las preferencias de cada cual para realizar la senda que más se adapte a sus necesidades y condición física. Nosotros optaríamos por realizar la ruta H que nos recomendarían en la oficina de información turística al ser la más completa de todas, aunque no la más larga, título que se lo lleva la ruta K. El tiempo estimado para realizarla va de las cinco a las seis horas, dependiendo de las paradas y el ritmo. La distancia a recorrer son unos 9 km.

Rutas en el P.N. Lagos de Plitvice

Al decantarnos por esta opción aparcaríamos en la Entrada 2 que es la que se recomienda para realizar la ruta en sentido descendente. Tras una aproximación de unos quince minutos llegaríamos hasta la parada del autobús (estación 2) que nos conduciría por una estrecha carretera en continuos zigzags y un tupido bosque hasta la estación 3, donde se hallan los lagos superiores y el inicio de la ruta H, perfectamente señalizada, como todo en Plitvice.

Es así como empezábamos a dar nuestros primeros pasos por las pasarelas de madera que nos irían conduciendo a cada uno de los 12 lagos superiores. Es cierto que a estas horas ya había gente, pero no sería óbice para empezar a deleitarnos con el maravilloso color verde intenso de sus bosques, cubiertos casi en cualquier rincón por musgos y helechos. No tardaríamos tampoco en encontrarnos con el discurrir de los primeros riachuelos, con aguas extremadamente limpias y transparentes que pocas veces he podido contemplar en otras partes del mundo.

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

Esos bosques de hayas y abetos nos conducirían poco a poco a las diferentes masas de agua con una espectacular gama de colores intensos que iban desde el verde esmeralda hasta el azul celeste. También encontramos algún que otro pequeño salto de agua que adornaba el paisaje, aunque tengo que decir que en este aspecto no tendríamos demasiada suerte ya que al ser el final del verano y no haber llovido en exceso, el espectáculo de ver caer cientos de cataratas por doquier, no era el más idóneo.

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

Y aunque habían transcurrido dos horas desde que iniciamos el paseo, apenas nos habíamos dado cuenta de ello cuando quisimos llegar al embarcadero 2 del lago Kozjak, donde existe un servicio de barcos eléctricos que ayudan a cruzar el lago para poder continuar la ruta que hayas elegido. Aquí nos tocaría esperar aproximadamente un cuarto de hora para subir a la embarcación, aunque sería por los pelos, pues había demasiada gente y en cuanto quitaron la cuerda que impedía el paso, la fila se rompió y primó la ley del más hábil o el más fuerte. Nosotros utilizamos mezcla de ambas para poder embarcar y es que hay gente que le echa mucha cara.

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

Lago Kozjak. P.N. Lagos de Plitvice

El paseo, como todo en este lugar, es idílico, pudiendo disfrutar de un entorno incomparable mientras navegas sobre las aguas azul turquesa, que se complementan a la perfección con el resto de diferentes tonalidades verdes que ofrece el resto de vegetación que rodea la masa de agua.

Lago Kozjak. P.N. Lagos de Plitvice

En media hora llegaríamos al embarcadero 3, donde nos encontraríamos un área inmensa de servicios, así como multitud de gente. Había de todo, desde un centro de información hasta tiendas, pasando por varios restaurantes que ofrecían diferentes opciones de comida rápida.

Nos habíamos recreado bastante entre fotos y paradas y eran más de las 14:00 cuando hicimos acto de presencia en este lugar. Y dado que no habíamos podido ser demasiado previsores al cambiar in situ los planes y no habíamos comprado comida, no dudamos en sentarnos en una de las mesas de madera libres y pedir unas hamburguesas y unas coca colas para saciar el hambre, que no era poca.

Tras tomarnos con muchos relax la sobremesa era el momento de continuar la ruta y pasar a conocer los cuatro lagos inferiores que se encuentran incrustados entre imponentes paredes de rocas verticales.

Lago Kozjak. P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

P.N. Lagos de Plitvice

Una nueva sucesión de pasarelas de madera nos permitirían caminar sobre las aguas y seguir disfrutando de los maravillosos colores de Plitvice, así como algún que otro salto de agua que en otros lugares no habíamos podido contemplar. Sería la antesala de la guinda final, de la última sorpresa que ofrece este lugar tan especial. Me estoy refiriendo a la “Gran Cascada” o “Veliki Slap” en lengua croata. Aun no contando tampoco con mucha agua, esta catarata es soberbia y realmente bella, siendo prueba de ello la gran multitud que se agolpaba allí para admirar semejante espectáculo de la naturaleza. Y es que estamos hablando de una caída de 80 metros que la convierte directamente en la catarata más alta de toda Croacia, por lo que como veis no se puede dejar en el olvido, ya que os perderíais uno de los símbolos del parque.

Gran Cascada o Veliki Slap. P.N. Lagos de Plitvice

Había que ir pensando en abandonar Plitvice y para ello optaríamos por llegar caminando hasta la estación 1, desde donde salen autobuses hasta la estación 2 donde teníamos el coche aparcado.

Y cual sería nuestra sorpresa que el camino en ascenso que lleva a dicha parada, nos iba a brindar unas panorámicas alucinantes de Plitvice a vista de pájaro, que no esperábamos.

P.N. Lagos de Plitvice

Por cierto, se me olvidaba comentar que la pequeña senda que sale desde justo enfrente de la Gran Cascada y que cada vez se estaba haciendo más famosa por sus vistas, se encontraba clausurada. Lo que ya no sé es si será temporal o definitivo. Para que lo tengáis en cuenta.

No obstante y a falta de pan, tengo que decir que la perspectiva que obtuvimos camino a la estación 1 tampoco están nada mal.

P.N. Lagos de Plitvice

En unos diez minutos el autobús mencionado nos dejaba donde había empezado todo por la mañana. Nuestra estancia en el Parque Nacional de Plitvice había llegado a su fin. Habían sido unas ocho horas de disfrutar de escenarios mágicos, de rincones naturales que cada vez cuesta más encontrar, de aguas tan cristalinas que no pensaba que pudieran existir, en definitiva, de una explosión de la naturaleza donde cualquier palabra se queda corta para expresar lo que se siente en semejante lugar.

Y aunque lo normal hubiese sido que desde el parque nos hubiéramos marchado ya a la casa que teníamos alquilada, sin embargo, todavía nos quedaba hacer una parada más dada la cercanía.

A sólo 10 km de Plitvice y unos quince minutos, en el mismo límite de la frontera con Bosnia – Herzegovina, se encuentran las ruinas de la antigua base aérea de Zeljava. En su momento sería una importante instalación militar yugoslava que incorporaba hangares, cuarteles y un centro de comunicaciones avanzado diseñado para servir como un sistema de alerta temprana de misiles balísticos de la era de la Guerra Fría. La mayoría de países, en igualdad de condiciones, tenían algo similar, pero lo que hacía único a Zeljava era su ubicación, ya que en un esfuerzo por hacer que la base fuera indestructible, se construyó dentro de una montaña ahuecada.

Aunque disfrutaría de los beneficios de la paz relativa y el libre comercio como parte del Movimiento de Países No Alineados, Yugoslavia realizó una importante inversión militar-defensiva después de la Segunda Guerra Mundial. En 1945, Estados Unidos había desatado armas nucleares contra Japón y, tres años después, en 1948, comenzó la construcción de la base aérea de Zeljava. Protegido por la montaña de arriba, se afirmó que esta nueva instalación podría resistir el impacto directo de una bomba nuclear de 20 kilotones, la misma fuerza que la bomba "Fat Man" que cayó sobre Nagasaki. El gobierno de Tito gastó el equivalente a seis mil millones de dólares en el proyecto. Fue uno de los planes de construcción militar más grandes, y más costosos, que Europa haya visto (su costo equivale aproximadamente a tres veces los presupuestos militares anuales contemporáneos de Croacia y Serbia combinados). Se dice que al menos parte de ese dinero provenía del Banco Mundial, que creía que estaban invirtiendo en la construcción de nuevas autopistas en Yugoslavia.

Base Aérea de Zeljava

El complejo subterráneo de la base aérea, conocido como la instalación "KLEK", incluía una red que totalizaba 3,5 kilómetros de túneles dentro de la montaña que podían albergar hasta 60 aviones. Las galerías principales, dispuestas en forma de "M", medían hasta 16 metros de ancho y hasta 12 metros de altura. La montaña albergaba dos escuadrones de combate y un escuadrón de reconocimiento, todos originalmente equipados con MiG-21 construidos por los soviéticos, además de sus instalaciones asociadas de mantenimiento y reabastecimiento de combustible. La base fue diseñada, en la medida de lo posible, para ser autosuficiente. Tenía generadores y una fuente de agua subterránea independiente. Había habitaciones para la tripulación y un comedor con capacidad para alimentar a mil personas, mientras que las tiendas contenían suficiente comida, combustible y municiones para 30 días en caso de que la montaña tuviera que ser sellada contra el mundo exterior. El combustible de las aeronaves podría reabastecerse a través de un oleoducto subterráneo de 20 kilómetros, conectado a un almacén militar cerca de Bihać (ahora Bosnia y Herzegovina). El complejo incorporó centros de comunicaciones y operaciones, depósitos de misiles y bombas, instalaciones de prueba de armas y un avanzado sistema de aire acondicionado.

Base Aérea de Zeljava

El complejo "KLEK" tenía cuatro entradas, tres de ellas lo suficientemente grandes como para pasar aviones, y cada una protegida por una puerta presurizada de 100 toneladas. Estos se abrieron a cinco pistas de despegue y aterrizaje. Además, el territorio de superficie de la base aérea presentaba 34 edificios externos, incluidos los cuarteles cercanos (ubicados a tres kilómetros de la entrada a los túneles), así como garajes de vehículos, talleres y una estación de radar ubicada en la cima del monte Plješevica.

La base aérea sería destruida durante la Guerra de Independencia de Croacia con el fin de que no cayera en manos enemigas. Se utilizaron más de 56 toneladas de explosivos y el complejo de seis mil millones de dólares fue devastado por las explosiones y consumido por incendios internos. Se informó que los lugareños que vivían en la cercana ciudad de Bihać sintieron que la tierra temblaba y que seis meses después de los acontecimientos, aún podían ver columnas de humo que salían de los túneles.

Pero si ya las viejas pistas de aterrizaje y las entradas a los antiguos hangares impresionan, así como los primeros metros interiores de estos antes de hacerse la oscuridad, lo más espectacular de todo, y especialmente para niños, es un Douglas C-47 abandonado. El estatus de no alineado de Yugoslavia permitió a sus fuerzas armadas hacer uso de aviones construidos tanto por Estados Unidos como por la Unión Soviética. Este avión probablemente sea uno de los veteranos que participó en la Segunda Guerra Mundial que usó la fuerza aérea Yugoslava. El avión muestra numerosos agujeros en su fuselaje, seguramente del resultado de los combates que tuvieron lugar en esta base cuando llegaron las fuerzas croatas en 1992.

Avión Douglas C-47. Base Aérea de Zeljava

Avión Douglas C-47. Base Aérea de Zeljava

Avión Douglas C-47. Base Aérea de Zeljava

Lo mejor es que se puede acceder a su interior gracias a una valla puesta a modo de escalera y observar lo que queda de la zona de carga y de la cabina de los pilotos. Una experiencia única.

Avión Douglas C-47. Base Aérea de Zeljava

Avión Douglas C-47. Base Aérea de Zeljava

Sólo quedaba ya retirarnos a nuestro alojamiento, una preciosa cabaña de madera ubicada en los cercanos bosques de Plitvice. Su nombre en www.airbnb.es es House “Wood” y su localización es en Sertic Poljana, Lika – Senj. Tenía dos plantas con tres dormitorios y estaba en un excelente estado de conservación. El salón de la planta baja unido a la cocina también era espectacular. Tenías la sensación de estar en un verdadero hogar. La cocina cuenta con todo el equipamiento necesario. Tal vez el único pero sería el camino de acceso a la casa que es estrecho y con bastantes curvas, pero merece la pena por el alojamiento que tienes.

Cabaña House Wood

Un buen plato de pasta sería la cena perfecta para concluir este primer día completo en Croacia que dejaba el listón muy alto.


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