CHILE - DIA 10. Volcán Rano Kau y alrededores de Hanga Roa

24 de Agosto de 2014.

Ya se sabe que después de la tormenta siempre llega la calma y parece que así iba a empezar el día en todos los aspectos. El sol se dejaba ver entre nubes a las que no había que temer, la cámara parecía que había revivido milagrosamente, al menos de momento, y yo me encontraba descansado después de dormir diez horas como un lirón, así que me sentía con una fuerza y alegría que nada tenían que ver con como acabé la jornada ayer.

Hoy había decidido conocer los lugares más cercanos a Hanga Roa, la capital y ciudad más importante de la Isla de Pascua, y había decidido que lo haría andando que, como ya se sabe, me gusta un poco. Así que tras el desayuno de turno de unos bollos de chocolate y un batido, traídos de Santiago, comenzaría mis andanzas por la costa de la isla en dirección hacia el volcán Rano Kau.

La primera  sorpresa que me encontraría, en los primeros pasos que daba, era el Ahu Mata Ote Vaikava con un pequeño moai con ojos blancos de los que, prácticamente, ya no se puede ver ninguno, ya que entre el paso del tiempo y que fueron expoliados, los perdieron la gran parte de ellos. Muy cerca de este encontraría la Rosa de los Vientos, nombre que se da al mástil con flechas indicando las distancias entre Rapa Nui y algunas ciudades del mundo como San Francisco (7090 km), Sidney (4344 km), etc

Ahu Mata Ote Vaikava.Hanga Roa


Rosa de los Vientos.Hanga Roa

Mientras seguía bordeando la costa pude ir viendo como las olas rompían con fuerza contra las rocas de origen volcánico que hacen de barrera por miles y un poco hipnotizado por ello llegaba sin darme cuenta hasta el Ahu Ataranga, con un único e imponente moai, y la aldea Hanga Piko, presidiendo el muelle, con pequeñas barcas de pescadores en sus inmediaciones.

Costa de Rapa Nui

Caleta de Hanga Piko

Ahu Ataranga. Hanga Piko

El próximo lugar que podría visitar sería la cueva ceremonial de Ana Kai Tangata que traducida significa la caverna de los caníbales, lo cual no quiere decir que aquí se llevaran a cabo prácticas tan horripilantes. El acceso se encuentra perfectamente señalizado y bajas hasta ella por unas escaleras talladas en la roca y que desembocan en la propia cavidad. Unas barreras de madera te indican también hasta donde puedes acercarte, como máximo, como consecuencia del peligro de desprendimientos. En el techo pude ver la presencia de algunas pinturas rupestres de hombres – pájaro, las cuales dejan bastante que desear por encontrarse muy deterioradas. Lo que si impresiona mucho es la fuerza con que las olas rompen contra las piedras.

Costa de Rapa Nui

Caverna Ana Kai Tangata

Vistas desde la Caverna Ana Kai Tangata

Y sin darme cuenta, con tantas sorpresas en el camino, llegaba hasta el Te Ara O Te Ao. Dicho de otra manera “ El camino del Mando”, la ruta que me llevaría hasta la cima del volcán Rano Kau y en la que se llevaban a cabo antiguos rituales que culminaban en la aldea de Orongo. La misma está perfectamente señalizada y no tiene perdida. El camino es bastante sencillo y aunque tiene algo de desnivel, tranquilamente, lo puede hacer cualquiera. Durante el trayecto vas observando unas increíbles vistas de la isla a medida que vas ganando altura y acompañado en muchos momentos por diferentes especies de plantas como eucaliptos, miros, cipreses, acacias, etc. Además tienes áreas de descanso en pequeñas praderas naturales con bancos de madera para descansar y todo sin ver la carretera en ningún momento, lo que le da un encanto muy especial a la ruta.

Sendero Te Ara O Te Ao o Camino del Mando

Volcán Rano Kau desde el camino Te Ara O Te Ao

Rapa Nui en la ascensión del Volcán Rano Kau

Y de esta forma tan especial llegaba hasta el mirador del inmenso y sorprendente cráter del volcán Rano Kau, el cual tiene una altura de 324 metros. El diámetro del cráter es de 1,5 km y la laguna interior está a 250 metros de profundidad. Estos datos dan una idea de lo inmenso que es el mismo. Aquí pude recrearme más de media hora y es que mi idea era tomarme todo con muchísima calma y disfrutar al máximo de Rapa Nui. Desde este mirador sale un pequeño camino que va bordeando el cráter y que no tiene ninguna dificultad y, lo mejor, que vas viendo diferentes perspectivas de este, por lo que lo hace muy espectacular, llegando al final al centro de interpretación. Igualmente que en la subida, hay alguna zona de descanso con un banco para sentarse, pero está, más que nada, para disfrutar, pues no tiene la mayor complicación.

Volcán Rano Kau

Area de descanso en el Volcán Rano Kau

Volcán Rano Kau

El Centro es la entrada a la aldea ceremonial de Orongo, uno de los lugares más especiales de la isla. Aquí tendría que enseñar mi entrada comprada en el aeropuerto. Se me olvidó comentar que esta sólo te da derecho a entrar una sola vez tanto aquí como en Rano Raraku.

Y, ¿qué es Orongo? Pues como decía es una aldea ceremonial construida con motivo del culto de Make Make, el dios de la fertilidad, y de la competición del tangata – manu u hombre pájaro.

El uso de la misma era sólo estacional, pues se utilizaba sólo unas cuantas semanas al año, en el inicio de la primavera. En ella se desarrolló un tipo de habitación único, en base a piedras lajas. Orongo además es el principal sitio de arte rupestre de Rapa Nui, con centenares de petroglifos.

Aldea Ceremonial de Orongo

Aldea Ceremonial de Orongo

Este lugar supone además una ruptura con el culto a los antepasados, representado por los moais, y una nueva expresión política y religiosa que se va a representar por el culto al ya mencionado dios Make Make. Por tanto se trata de una nueva fase histórica.

Y ¿qué era el ritual del tangata – manu? Pues se trataba de una ceremonia anual en la que jefes de diferentes tribus o sus representantes competían para conseguir el primer huevo del manutara (Gaviotín Apizarrado), que llegaba a anidar en uno de los islotes que se encontraban justo en frente de la aldea.

Motus o Islotes en frente de Orongo

Llegando la primavera, grupos provenientes de toda la isla acudían a Orongo, donde se preparaban para la competición. En esta, los participantes descendían por el acantilado y nadaban hasta Motu Nui, uno de los islotes, donde permanecían días o semanas esperando la llegada de los manutara, hasta que alguno de los participantes encontraba un huevo.

El competidor regresaba a la aldea y era investido como tangata – manu u hombre pájaro o recibía esta condición el jefe a quien representaba. El nuevo hombre pájaro era considerado tapu, es decir sagrado, y vivía en reclusión ceremonial por un año. La última competición se celebraría en el año 1867.

Una vez que había recorrido la isla junto a sus familiares y aliados, el Tangata Manu fijaba como lugar de residencia el volcán Rano Raraku, en el sector de Anakena, donde vivía aislado únicamente acompañado de un sacerdote. Nadie podía acercársele, ni mirarlo y sólo el sacerdote o Ivi Atua podía proveerle comida y bañarlo. Tampoco podía cortarse el pelo y las uñas.

Explicado todo esto, en el circuito que se realiza se pueden ver los famosos islotes donde anidaban los manutara, las casas donde residían los grupos de las diferentes tribus, petroglifos y una nueva vista del cráter del volcán.

Aldea Ceremonial de Orongo

La visita merece mucho la pena y creo que debe ser una de las cosas que uno no se puede perder.

Comentar también como dato curioso, a la vez que triste, que el único moai de Orongo era el Hoahakananai´a, singular por tener grabados varios petroglifos. Formaba parte de la ceremonia poki – manu y se hallaba en una de las casas. Desde allí fue removido por la expedición del buque Topaze, en 1868, y llevado a la reina Victoria. Se le conoce como el amigo robado y hoy se encuentra en el Museo Británico de Londres. Quien me iba a decir a mí que cuando me encontraba delante de él hace algo más de un año, allá por Marzo del 2013, acabaría yendo a su verdadero hogar.

Amigo Robado. Museo Británico de Londres

Cuando acabé de visitar Orongo y salí al exterior y estaba a punto de comenzar a andar hacia el siguiente destino, de repente, coincidí con unos chicos que amablemente se ofrecieron para tirarme unas cuantas fotos, por lo que ya que estaban allí les pregunté que si no les suponía mucha faena bajarme del volcán y dejarme donde mejor les viniera. No sólo no tuvieron inconveniente en ello sino que mira tú que coincidencia que íbamos al mismo lugar: Vinapu.

Ahu Vinapu

En el trayecto me enteré que se llamaban Nacho y Paula y que, casualidades de la vida, eran de Madrid y de Segovia, por lo que la alegría fue mayor. Fuimos charlando de mil cosas en el corto camino y durante la visita al yacimiento. Este complejo arqueológico está considerado como uno de los más importantes de la Isla tanto por su extensión como por su antigüedad. Se compone de tres Ahu que fueron construidos en diferentes épocas y que se encuentran dos de espaldas a un acantilado y un tercero ubicado frente a los tanques de almacenamiento de hidrocarburos. Podría ver construcciones similares a las que observé en Perú, en Sacsayhuamán, de estilo Inca. Pero este es uno de tantos temas donde los expertos no se ponen de acuerdo respecto a su procedencia y no parece que nada tenga que ver con ese origen. En la parte más moderna se observan seis moais tumbados en el suelo. Al lado y de época anterior se puede ver la cabeza de una supuesta mujer y en la última parte sólo ya piedras dispersas.

Ahu Vinapu

Ahu Vinapu

También podríamos ver una cabeza de moai antes de que mis efímeros amigos decidieran que tenían que irse y aunque me ofrecieron el llevarme donde yo quisiera, no era plan de abusar de su amabilidad, a parte que me apetecía quedarme por el lugar para recrearme con los acantilados cercanos.

Acantilados en Ahu Vinapu

Acantilados en Ahu Vinapu

Tras ello emprendería el regreso de cinco kilómetros que me separaban de Hanga Roa, donde llegaría a las 15.00 en punto. Por lo que me senté en un banco, cerca de la caleta donde ayer comenzaba el temporal, y me comí dos sándwiches de chorizo con una coca cola, como no, importados de Santiago.

Caleta de Hanga Roa

El resto de la tarde la emplearía para pasear relajadamente por Hanga Roa, ir viendo algunas tiendas de recuerdos y artesanía y su iglesia y su cementerio. Tras esto me encaminé al cercano complejo de Ahu A Rongo, repleto de petroglifos y algún que otro moai y al famosísimo también complejo de Tahai, justo después del cementerio, donde quería ver la que dicen que es una de las mejores puestas de sol de la isla. Mientras esta llegaba podría encontrarme con varios Ahu restaurados, así como restos de viviendas conocidas como casas – barco, en las que vivían las familias de los pascuenses más notables. En Tahai están por un lado el Ahu Vai Uri y sus cinco estatuas, el propio Ahu de Tahai con su única estatua y el Ahu Ko Te Riku.

Ahu A Rongo.Hanga Roa

Petroglifos de Hanga Roa

Complejo de Ahu Tahai

Complejo de Ahu Tahai

Me tiraría lo que quedaba de tarde tumbado en el césped de este lugar, hasta que por fin pude ver como detrás de los enigmáticos moai, el sol desaparecía por el horizonte. Una nueva imagen que pasará al archivo de mis recuerdos imborrables.

Atardecer en Ahu Vai Uri

Puesta de Sol en Ahu Vai Uri

Eran ya casi las 19.30 cuando quise llegar a la cabaña, pues tenía que atravesar todo Hanga Roa desde donde me encontraba, por lo que cuando llegué lo único que hice fue cenar una lata de pasta e irme a dormir.

No hay comentarios :

Publicar un comentario