CANADA - DIA 24. Alrededores de Victoria

23 de Julio de 2012.

Hoy comenzaríamos el día volviendo al centro de Victoria para acabar de ver aquellos lugares que nos habían faltado durante la jornada de ayer. Así empezaríamos con dos significativas plazas comerciales. Por un lado, Bastion Square, más dedicada a centros comerciales, y por otro Market Square, el mercado de alimentos por excelencia de la ciudad.


Bastion Square



Bastion Square

Market Square

Dimos una vuelta por ambas y desde aquí nos dirigimos a atravesar la calle más estrecha de Canadá, según dicen, la Fan Fan Al, donde casi no caben dos personas pegadas la una a la otra. Esta hace de conexión con el pequeño barrio chino y su gran puerta de bienvenida al mismo.


Fan Tan Alley Street

Barrio Chino

Anduvimos un rato por él y luego nos dirigimos a ver el peculiar puente de Johnson, que a mí personalmente tampoco me gustó demasiado. Seguiríamos paseando hasta llegar de nuevo al Parlamento y desde aquí y en dirección contraria a dónde veníamos, nos plantaríamos en tan sólo unos minutos en el mirador Laurel Point, desde donde tienes unas perspectivas de la bahía de Inner Harbour estupendas.


Johnson Street Bridge

Inner Harbour desde Laurel Point

Aquí estaríamos descansando otro rato para reponer fuerzas, antes de afrontar el paseo que nos llevaría hasta la catedral de Victoria y al peculiar castillo Craigdarroch Castle, una elegante  mansión con torreones, construida por un magnate del carbón del S. XIX. Mientras la rodeábamos por fuera, íbamos pensando si pagar los 14 dólares que costaba la entrada y al final decidimos dejarlo, ya que todavía quedaban muchas cosas que hacer y ahora sí había que ir prescindiendo de algo.


Christ Church Cathedral

Craigdarroch Castle

Comeríamos en The Old Spaguetty Factory, a tan solo unas manzanas del centro y con un ambiente bastante agradable. Yo me pediría una lasaña de quesos que estaba para chuparse los dedos. (26 dólares por persona).

Cuando salimos del restaurante y como ya habíamos acabado de ver todo lo que queríamos de Victoria, decidimos irnos a pasar la tarde a unos cuantos kilómetro fuera de la capital, por lo que contratamos al lado de la bahía, pegado al Empress Hotel, los servicios de una de las muchas empresas que tienen comerciales por allí, para que nos llevaran hasta dos interesantes destinos en la isla de Vancouver y muy cerca el uno del otro y como a treinta kilómetros de distancia de la ciudad. Hablo de los Butchards Gardens y de los Butterfly Gardens. El trayecto hasta la entrada de ambos, el regreso a Victoria y las entradas nos costaron 61 dólares cada uno.

Primero visitaríamos los Butterfly Gardens, donde llegaríamos a eso de las 16.30 y estaríamos como hora y media dentro. Puede parecer exagerado el tiempo que permanecimos en su interior, pero eso ya depende de lo que te gusten las mariposas y otros peculiares animalitos. Como su nombre indica, este es un jardín adaptado a las condiciones del ecosistema en el que viven estos insectos. Encontramos de muchas clases y de todo tipo de tamaños, formas y colores en sus alas. Andan por allí revoloteando y de vez en cuando se nos posaban y podías ver con más exactitud las peculiaridades de cada una de ellas. Nunca había visto mariposas tan bonitas y la verdad que mereció mucho la pena. Además pudimos ver flamencos, unos bicharracos que eran como pequeños pollitos sin alas, que no tengo ni idea de que animales se trataban, un camaleón de Yemen y ranas venenosas de centro América. Así que te entretienes bastante y se te pasa el tiempo volando.


Butterfly Gardens

Flamenco en Butterfly Gardens

Butterfly Gardens

A las 18.00 nos volvería a recoger el autobús que nos había traído, para en tan sólo dos kilómetros dejarnos en la puerta de los Butchart Gardens. Estos jardines cubren un área de 22 hectáreas y son una combinación de arbustos, flores y árboles exóticos.


Butchart Gardens

A lo largo de la ruta que vas realizando te encuentras con impresionantes jardines a cada cual más bonito e impresionante. Así comienzas en el Sunken Garden o jardín hundido, uno de los mejores para mí, que fue iniciado en 1904 por Jennie Butchard, quien comenzó a embellecer la antigua cantera de piedra caliza que había sido explotada por su esposo para su empresa cementera. Comenzaría con unas pocas plantas de guisantes y hoy en día son uno de los más hermosos del lugar.


Sunken Garden. Butchart Gardens

A continuación y a través de un pequeño sendero llegaríamos hasta el jardín de las rosas, repleto de cientos de variedades de estas traídas de multitud de países como Nueva Zelanda y Australia entre muchos otros.


Rose Garden. Butchart Gardens

Rose Garden. Butchart Gardens

Te quedas embriagado ante tanta belleza y sus magníficas fragancias que te acompañan en todo momento, hasta encontrarte poco tiempo después con dos nuevos jardines, el japonés y el italiano con características típicas de cada uno de ellos. Finalmente llegamos hasta el estanque estrella que conecta los dos anteriores y con el que terminas este recorrido que te deja con la boca abierta.


Japanese Garden. Butchart Gardens

Italian Garden. Butchart Gardens

Al acabar el paseo, justo estaba empezando en el pequeño escenario que hay en el recinto un concierto de un grupo de música celta, por lo que nos fuimos a escucharlo y a relajarnos mientras iba anocheciendo.

Cuando este acabó y con la noche ya echada sobre los jardines, volveríamos a dar una vuelta, de nuevo, por todo el recorrido, iluminado tenuemente y con un gusto excepcional. Es una pasada y merece muchísimo la pena. Si se dispone de tiempo no se puede ir uno de aquí sin verlo de esta otra manera.


Sunken Garden Iluminados.Butchart Gardens

Ross Fountain Iluminada.Butchart Gardens

A la vuelta de la excursión, ya en Victoria, y antes de irnos para el hotel, pararíamos un momento a ver los edificios del Parlamento iluminados con motivo del sesenta aniversario del reinado de Isabel II de Inglaterra. La verdad, todo hay que decirlo, que me pareció un poco hortera, pues parecía la entrada al circo, pero en fin, sobre gustos ya se sabe.


Parliament Building Iluminado

De esta manera nos despedíamos prácticamente de Canadá, ya que mañana nos íbamos del país, snif, snif, ¡qué duro!

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