DIA 5. CROACIA - Umag y el encantador Groznjan

24 de Septiembre de 2011.


Hoy sería un día mucho más relajado que los anteriores y especialmente dedicado a disfrutar de la compañía de la familia. Después de desayunar tranquilamente, nos iríamos a ver jugar a uno de mis primos, el torneo de clasificación de tenis para entrar en el circuito profesional, pero no hubo suerte. Eso sí, como el torneo se jugaba donde se organiza todos los años el Open de Croacia, un Máster 250, pude ver las instalaciones profesionales de tierra batida del Hotel Stella Maris, el encargado de que todo salga a la perfección. Nunca había tenido la oportunidad de ver este tipo de cancha y a este nivel, por lo que disfruté como un niño.

Stella Maris Resort


Stella Maris Resort

Después, mi tío, dado que trabaja en el sector de la hostelería, nos enseñaría varios de los hoteles y campings distribuidos por la península de Umag, pudiendo ver el tipo de vacaciones que practica la gente de la zona y países limítrofes. Las instalaciones eran una gozada y con un nivel elevado. Los más destacados fueron el Meliá Coral y el Meliá Aurora, pero sin desmerecer el resto, para otro tipo de presupuestos inferiores. También muy recomendables.

Hotel Sol Aurora

Hotel Sol Aurora

Pero sin duda lo que más me llamaría la atención fueron una parte de las instalaciones de un hotel en el que no podían alojarse menores de 16 años. Nos contaba mi tío que era consecuencia de un tipo de turismo que cada vez se empieza a llevar más. El destinado a parejas que no quieren ser molestadas por niños ni adolescentes de otros y que optan por este tipo de hoteles. Realmente curioso.

La tarde, después de comer en casa un pollo al horno riquísimo hecho por mi tía, la dedicaríamos a descubrir un poco más Umag, paseando por su centro histórico que aún conserva algunos restos de las murallas de la época veneciana. También pudimos ver el exterior de la iglesia de la Asunción y acercarnos hasta el pequeño puerto deportivo.

Vistas desde Umag

Ya al atardecer la familia nos sorprendería con una visita con la que no contábamos a unos veinte kilómetros de Umag. En un abrir y cerrar de ojos estábamos afrontando una modesta carretera secundaria que ascendía tortuosa hasta el bonito pueblo de Groznjan, terminando al pie de su muralla.

Como dato curioso decir que por estas tierras caminaría el descubridor del lago Tanganica y cónsul de Gran Bretaña en Trieste, Sir Richard Francis Burton.

La historia, no demasiada lejana, de esta pequeña villa es curiosa ya que quedaría prácticamente abandonada cuando el general Tito obligó a salir de la región a los italianos. Sin embargo, allá por los años sesenta, un grupo de artesanos, pintores, escultores e instrumentistas la rescató de la decadencia y desde entonces es complicado, en primavera y verano, que cada noche no se improvise un concierto o un espectáculo. Es por ello que  este caserío se ha convertido en uno de los más bohemios y característicos, no ya de la zona, sino de Europa.

Caminaríamos por las angostas callejuelas adoquinadas de la ciudad y nos dejaríamos llevar por una música que llegaba de lejos. Efectivamente, no tardaríamos mucho en dar con un conjunto de jóvenes que estaban tocando varios instrumentos.

Groznjan

Groznjan

Groznjan

Tras escucharlos un rato, nos asomaríamos a la cercana atalaya para contemplar desde ella, en el horizonte,  un enorme sol, que más parecía fuego, que iba descendiendo poco a poco hasta desaparecer, en la lejanía, por el cabo de Salvore.

Puesta de Sol en Groznjan

Groznjan

Y qué mejor que despedirnos de Groznjan,  tomándonos unas buenas cervezas en uno de sus encantadores establecimientos. Cuando terminamos nos iríamos a cenar a la taberna NONO, un restaurante cercano a Umag (7 kilómetros), especializado en pasta. Degustaríamos varias especialidades, destacando, sobre todo, la hecha con setas y la cocinada con trufa. ¡Estaban buenísimas! De postre probaría la panacota  con frutas del bosque, que tampoco tenía nada que envidiar los anteriores platos.
 
De esta manera tan gastronómica terminaría nuestro penúltimo día de viaje.

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