GERONA - DIA 04. Besalú y lago de Banyoles

27 de Agosto de 2009.

Besalú es uno de los pueblos más bonitos de la zona y en su reducido espacio se concentra una sorprendente riqueza monumental que le ha valido la declaración  de Conjunto Histórico Artístico. La imagen de su puente en curva sobre el río es una de las más típicas postales de la provincia gerundense, sus baños árabes destacan por su rareza y pasear por sus calles y plazas es como retroceder a la Edad Media, por lo que bien merecía dedicar a una de las poblaciones más antiguas de España al menos toda la mañana.

Besalú

Los primeros documentos sobre Besalú datan del siglo X, cuando al morir Wilfredo el Velloso se convierte en condado independiente, aunque en el año 1111, al morir Bernat III y por políticas matrimoniales, pasa a patrimonio de los condes de Barcelona.

Nuestra visita nos llevaría hasta los siguientes lugares de importancia:

Pont Vell: también llamado puente fortificado, data del siglo XI y presenta un trazado en ángulo, forzado por las rocas utilizadas para asentar sus pilares. Volado durante la Guerra Civil, fue reconstruido respetando su estilo original.

Pont Vell. Besalú

Pont Vell. Besalú

Plaza Mayor: denominada igualmente plaza de la Libertad, se trata de un espacio porticado cuyo trazado data del siglo XVI  y que antiguamente fue su centro comercial. Aquí se levanta el palacio real del siglo XIV donde tuvo su sede la veguería (algo parecido a un tribunal de asuntos menores).

Plaza Mayor. Besalú

Soportales Plaza Mayor. Besalú

Calle Tallaferro: sale de la Plaza Mayor y en ella se verán unos cuantos edificios señoriales con sus portones y ventanas esculpidos.

Judería o Call: tenía una cierta importancia, de ahí la existencia de una sinagoga, cuya autorización para ser construida fue concedida por Jaime I el Conquistador, cuyos restos fueron descubiertos durante unos trabajos y recuperados entre 2002 y 2005, y unos baños (Miqvé) del siglo XII y únicos en su género. Están dentro de una casona que conserva una puerta típica románica y se crearon, junto a la sinagoga, en tiempos de Jaime I cuando concedió este privilegio a los judíos asentados en la ciudad.  Se utilizaban en ritos de purificación de los fieles en determinados acontecimientos de su vida.

Plaza de Sant Pere: otro de los centros de Besalú. Aquí destaca la presencia del Monasterio de Sant Pere, monasterio benedictino levantando en el siglo X del que sólo queda la iglesia, considerada como uno de los mejores edificios románicos  de Cataluña. En su interior destaca la girola del ábside central, con ocho columnas y capiteles labrados con escenas  bíblicas, además de una serie de enterramientos.

Monasterio de Sant Pere. Besalú

Monasterio de Sant Pere.Besalú

Museo de Miniaturas: localizado en la plaza de Sant Pere y abierto todos los días en temporada alta (10:00 a 19:00). Se trata de un curioso museo privado que distribuye sus piezas en tres salas: una para las miniaturas, casas de muñecas y demás, que pueden verse a simple vista; otra para las obras que tienen que verse con una lupa, y una tercera para las que se necesita un microscopio.

Museo de las Miniaturas. Besalú

Casa Cornellá: en la parte contraria al monasterio de Sant Pere, se trata de un edificio románico del siglo XII que perteneció a la familia Cornellá hasta el siglo XV, cuando pasó a ser propiedad de la familia Llaudes. Hay que entrar para ver el patio con su galería y la bodega.

Hospital de Sant Juliá: hoy convertido en centro socio – cultural, lo más bonito es el portal con sus capiteles labrados y las arquivoltas.

Sant Juliá: detrás del monasterio de Sant Pere. Una iglesia y hospital construida en el siglo XII por los condes de Besalú para acoger a los peregrinos.

Colegiata de Santa María: en un principio formaba parte de las dependencias del castillo. De su arquitectura original románica, no conserva más que la cabecera y parte del crucero. Bonitos capiteles.

Colegiata de Sta María. Besalú

Iglesia de San Vicenç: junto al carrer Major. Es una construcción románica del siglo XII, donde sucesivas reformas  y ampliaciones han alterado su estructura original. Interesante la portada lateral, de Sant Rafael, con los capiteles decorados con motivos orientales. En su interior, una tumba de alabastro del siglo XIV y la imagen de la Virgen dels Dolors, patrona de Besalú.

Iglesia de San Vicente. Besalú

A todo lo anterior hay que sumarle el continuo encuentro con hermosos edificios románicos y góticos casi en cada esquina, por lo que cada rincón de la localidad es un regalo para la vista.

Después de picotear algo en una terraza teníamos claro que la tarde nos la íbamos a tomar mucho más relajada que la mañana, cambiando además lo cultural y monumental por un hermoso espacio natural: el lago de Bañolas o L´Estany de Banyoles.

Situado a tan sólo 14 kilómetros de Besalú, sólo tardaríamos quince minutos en llegar.

Con más de nueve kilómetros de perímetro y una profundidad que oscila entre los 6 y 62 metros es el lago más grande de Cataluña. Se encuentra rodeado en uno de sus lados por montañas, aunque los árboles de la ribera constituyen su mayor riqueza paisajística, unidos a los juncos y cañizos que crecen en las orillas, donde estacionan patos y otras aves.

Lago de Banyoles

Sus aguas, como las de las restantes lagunas de la zona, son de origen kárstico. Proceden de la afloración a la superficie de aguas subterráneas infiltradas a través de rocas calcáreas.

Sus agradables paisajes se pueden recorrer por una carretera que lo bordea casi en su totalidad, destacando especialmente el paraje conocido como Los Desmais y la fuente del Vilar, con árboles que inclinan sus ramas hasta la orilla del lago.

Lago de Banyoles

Otras fuentes como la del Ferro y de Filosa son muy codiciadas por los excursionistas en verano.

Pero si hay una actividad que destaca sobre las demás esa sería la de dar una vuelta al lago en barco, como así haríamos. Embarcaríamos muy cerca de la oficina de turismo. Su precio es de siete euros y la duración del trayecto es de unos cuarenta minutos.

De verdad que merece la pena la navegación porque las perspectivas que se consiguen en nada tienen que ver a las obtenidas desde las orillas, aparte de poder disfrutar de la paz y tranquilidad que se disfruta desde la cubierta, mientras ves un gran número de aves sobrevolar los alrededores.

Lago de Banyoles

Antes de abandonar la zona no desaprovecharíamos la oportunidad de dar una pequeña vuelta por lo localidad de Bañolas, del mismo nombre que el lago y asentada en su orilla.

Del siglo XII son su plaza Mayor, cuadrada y rodeada de arcos, y los restos de la muralla que se pueden ver desde la calle Pia Almoina. La industria textil medieval ha dejado huellas como la Llotja del Tint, donde se teñía la lana, actual sala de exposiciones, o la calle gremial de la Paraireria. También habría que mencionar el monasterio de Sant Esteve y la iglesia de Santa María.

Plaza Mayor. Banyoles

Murallas. Banyoles

Pia Almoina. Banyoles

Era el momento de dejar esta zona de la provincia y sus alrededores, por los que nos habíamos movido durante estos cuatro días, y acercarnos un poco más a la costa para poder tener más cerca los destinos a los que queríamos acercarnos en días posteriores.

Para evitar el alto coste que supone alojarse en plena Costa Brava, optaríamos por un alojamiento rural en un pueblo del interior, no demasiado alejado del mar, pero que hacía bajar el precio de la noche de forma considerable. La localidad se llamaba Garriguella y nuestro nuevo centro de operaciones Can Coll, situado en la calle  Sant Sebastia, 3.

Todo en la casa está muy bien cuidado y las habitaciones están limpias y bien decoradas. Los desayunos con productos locales son dignos de reseñar y su localización es ideal para conocer la región del Alt Ampurdá y otros lugares cercanos.

Después de una agradable conversación con la dueña de la casa, nos retiraríamos a descansar pues el cansancio empezaba a pesar después de varios días sin parar.

No hay comentarios :

Publicar un comentario