NAVARRA - DIA 10. Roncesvalles - Burguete y camino a Francia

2 de Diciembre de 2007.

Después de tantos días sin parar de madrugar, hoy nuestros cuerpos dirían basta y no pudimos hacer caso al sonido del despertador. Es por ello que hasta casi las diez no salíamos por la puerta de casa. Como consecuencia no íbamos a poder abarcar tanto como nos hubiera gustado, aunque por otro lado nos vino bien un día algo más relajado.

Antes de llegar a Roncesvalles, el plato fuerte del día, haríamos una pequeña parada en Burguete, típico pueblo que tiene a uno y otro lado del camino magníficos caserones con porches de arcos en la planta baja y empinados tejados.

Plaza del Ayuntamiento. Burguete

El pueblo nació en los primeros años del siglo XII y desde entonces siempre ha estado ligado al trasiego de peregrinos.

Incendiado en repetidas ocasiones, tanto por los conflictos bélicos que han azotado la zona como por la antigua costumbre de construir los tejados en madera, muchas de sus casas muestran hoy una prudente separación en prevención de nuevos incendios.

Casas Tradicionales. Burguete

Ayuntamiento. Burguete

El edificio más notable del pueblo es sin duda la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, construcción renacentista transformada a finales del siglo XVII, cuando se le añadió la curiosa fachada barroca adornada con relieves que reproducen temas populares.

Después de la visita anterior y tras sólo cinco nuevos kilómetros llegábamos a la mítica Roncesvalles, cuyo nombre nos remite casi sin pensar a la legendaria derrota del ejército del emperador Carlomagno cuando regresaba a tierras francesas tras su fallida expedición contra la Zaragoza árabe y su retaguardia fue atacada en los desfiladeros próximos por tribus vasconas dispuestas en lo alto de las paredes rocosas. El mítico Roldán y los llamados 12 pares de Francia perecieron en ese ataque que aniquiló al grueso de la retaguardia franca. Esa histórica derrota propició en los siglos posteriores todo tipo de leyendas, recogidas en parte en el Cantar de Roldán.

Pero dejando un poco de lado la historia y las gestas y centrándonos en el caserío de la villa de Roncesvalles, hay que decir que todo en él gira en torno a la Real Colegiata de Santa María, bellísimo templo gótico construido en los primeros años del siglo XII.

Surgiría con la única finalidad de ayudar al peregrino, física y espiritualmente, llegando a pasar por aquí, en el apogeo de las peregrinaciones medievales hasta 25000 viajeros diarios. Para muchos es el arranque indiscutible del camino más espiritual de la Península, lo primero que se encuentra quien atraviese la muralla pirenaica proveniente de Francia y utilice este paso en preferencia al de Jaca.

La iglesia es el edificio más importante de todo el conjunto y uno de los primeros y más puros exponentes del gótico importado de Francia que se dieron en la Península. Una de sus principales características es su gran luminosidad a la que contribuyen los diferentes rosetones que se abren en los muros de las naves, así como los bellos ventanales de la cabecera, decorados con vidrieras modernas.

Colegiata de Roncesvalles

En su interior destaca la imagen de Santa María de Roncesvalles, tallada en madera y forrada de plata, excepto manos y cara. Interesante es también su museo – biblioteca con destacables piezas de orfebrería que acompañan a más de 15000 volúmenes para uso interno del cabildo. Del museo, la pieza más conocida es el Ajedrez de Carlomagno, un relicario del siglo XIV hecho en plata dorada y esmaltada.

Hay que hablar también del claustro y la antigua sala capitular, conocida como capilla de San Agustín o Preciosa, en la que se recuerda a Sancho VII el Fuerte, vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa, en una vidriera y en el sepulcro esculpido en su memoria, cuya magnífica estatua yacente de 2,25 metros de largo dicen representa a la estatura real del monarca.

Claustro. Colegiata de Roncesvalles

Sala Capitular. Colegiata de Roncesvalles

Vidriera Sala Capitular. Colegiata de Roncesvalles

Fuera del conjunto de la colegiata hay otros dos edificios destacables, prácticamente pegados uno al otro. El primero, la capilla del Sancti Spiritus, el edificio más antiguo de Roncesvalles y lugar elegido por Carlomagno para enterrar a sus doce pares muertos en la batalla. Sirvió como cementerio para peregrinos y en la actualidad lo es para los vecinos de la localidad. El segundo, la aledaña iglesia de Santiago, es un edificio del gótico primitivo que acoge en su espadaña la famosa campana de Roncesvalles, antiguamente instalada en la ermita de San Salvador de Ibañeta y que servía para guiar a los peregrinos en días de niebla.

La visita a este histórico lugar nos había encantado, por lo que lo abandonaríamos la mar de satisfechos y pondríamos rumbo hacia el alto de Ibañeta, primitivo lugar de emplazamiento del hospital de peregrinos, donde podríamos disfrutar de unas vistas excepcionales.

Vistas desde el Puerto de Ibañeta

Poco después atravesábamos la frontera francesa con dirección al pequeño pueblo de St Jean Pied de Port, del que nos separaban menos de treinta kilómetros y donde íbamos a concluir nuestras visitas de la jornada, pero dado que es ya otro país, te invito, si te apetece, a que leas el diario respectivo en la pestaña de Francia.

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