30 de Junio de 2012.
Todo parecía indicar que, de nuevo, este año acabaría volviendo en solitario a algún país de Sudamérica, después de la gran experiencia vivida en Perú el año pasado. Sin embargo, por las casualidades de la vida, todo iba a cambiar debido a una simple llamada telefónica. Y es que mi amigo Javi, de repente, se encontraba con un montón de vacaciones y me llamaba para proponerme el irnos juntos a algún lugar interesante, si era capaz de esperar unos cuantos días más, antes de sacar ningún vuelo en solitario.
Todo parecía indicar que, de nuevo, este año acabaría volviendo en solitario a algún país de Sudamérica, después de la gran experiencia vivida en Perú el año pasado. Sin embargo, por las casualidades de la vida, todo iba a cambiar debido a una simple llamada telefónica. Y es que mi amigo Javi, de repente, se encontraba con un montón de vacaciones y me llamaba para proponerme el irnos juntos a algún lugar interesante, si era capaz de esperar unos cuantos días más, antes de sacar ningún vuelo en solitario.
Conseguí aguantar, plas, plas, plas, y por lo tanto
se materializaba el hecho de que ya no viajaría sólo este año.
Como él se quedó con muchas ganas
de hacer el viaje de la costa oeste de E.E.U.U. del 2010 y a mí no me importaba
repetir algo similar en otro lugar, decidimos que Canadá contaba con los
requisitos necesarios para poder disfrutar de ir con un coche de alquiler a
nuestro aire, a la vez que íbamos descubriendo grandes paisajes, donde poder
hacer rutas de senderismo, y famosas ciudades, donde poder cambiar un poco la
naturaleza por el asfalto y así que no se hiciera demasiado monótono.
Si a todo esto le sumamos que en
el último momento, se apuntaría también a la primera parte del viaje, nuestro
amigo Raúl, después de darle el coñazo durante unas cuantas veces, pues ya no
se podía pedir más.
Así que, de nuevo, volvíamos a
juntarnos los tres, para en esta ocasión cruzar el charco, rumbo al país de los
osos, de la policía montada y de los grandes glaciares.
Tras meses de preparativos
comparando vuelos entre las distintas compañías aéreas, reservando alojamientos
y coches de alquiler, sacando documentos como el ESTA, el carnet de conducir
internacional, el seguro médico, etc., por fin iba a llegar el ansiado momento.
ESTA: Para Canadá no es
necesario ya que con el billete de avión de ida y vuelta y el pasaporte con una
caducidad que no sea inferior a seis meses es suficiente. Pero nosotros
hacíamos escala en USA y por lo tanto te lo exigen. La autorización se saca por
internet en la página https://esta.cbp.dhs.gov/esta/ , y ahora
cuesta unos 14 dólares. En el 2010 era gratuita, así que aquí quien no corre,
vuela.
ALOJAMIENTOS: Después de
comparar entre varias páginas y con los propios hoteles, la conclusión final es
que en www.booking.com te sale más barato que en muchos sitios o al menos
igual, sin tener en cuenta los Bed and
Breakfast y los albergues y hostales, al menos en la mayoría de los casos, así
que optamos por hacer casi todas las reservas por aquí. En Canadá la temporada
alta es Julio y Agosto, que es cuando mejor tiempo hace y cuando es más
probable que la mayoría de las carreteras se encuentren abiertas al tráfico,
por lo que conviene reservar con meses de antelación los alojamientos, ya que
la demanda supera a la oferta, especialmente, en los parques nacionales. Esto
hace que esté todo bastante más caro, a parte de que el País ya es caro de por
sí, valga la redundancia. No pondré los precios de los hoteles ya que depende
mucho de las ofertas que se encuentren y de la disponibilidad de estos, por lo
que pueden variar considerablemente de un día para otro o incluso desaparecer
dentro del mismo día.
SEGURO MEDICO: Canadá
tiene un sistema sanitario de los mejores del mundo y también te puede costar
un ojo de la cara cualquier consulta médica o ingreso hospitalario, por lo que
conviene llevar un seguro contratado desde España. Yo me saqué el de Mapfre con
la cobertura básica y con gastos médicos cubiertos hasta 12.000 euros. Me costó
62,05 y te lo hacen en cualquier oficina.
ALQUILER DE COCHES:
Nosotros elegimos Hertz, en un caso, que aunque cara, no teníamos otra opción
para poder cuadrar el dejar el coche en el aeropuerto y la salida del vuelo. En
el otro caso elegiríamos Dollar, que siempre ofrece precios más que
competitivos y al menos a mí nunca me han dado ningún problema en los distintos
viajes que he contado con sus coches.
CARNET DE CONDUCIR
INTERNACIONAL: Te lo hacen en la Delegación de Tráfico, en el momento,
llevando la documentación que puedes ver en la página:
Allí mismo ingresas los 9,80 euros que te
cuesta el obtenerlo.
Pues eso, que como iba contando,
el sábado a las 09.00, estábamos en el aeropuerto de Barajas, preparados para
facturar las maletas. La compañía con la que volábamos era US Airways y el día
que sacamos los billetes por internet, los listos querían cobrarnos 40 dólares
por elegir el sitio, a lo que claramente me negué y decidí esperar a este
momento para ello. Evidentemente ya no había sitio juntos y tuvimos que ir los
tres separados, pero bueno entre que vas entretenido con unas cosas y otras,
nos dio un poco igual.
A las 12.50, estábamos
despegando, con unos veinte minutos de retraso, rumbo a Philadelphia, donde
teníamos que hacer escala. El vuelo duró unas siete horas aproximadamente. El
viaje se lleva bastante bien, ya que con las pantallas individuales de
televisión con películas, series, juegos y demás, vas entretenido. Conviene
llevarse cascos de casa, ya que hoy por hoy, casi que te cobran por ir al baño.
Los auriculares cuestan cuatro euros o cinco dólares. Se acabó el que te los
regalen, al menos en esta compañía.
La comida sí que es gratis y,
como casi siempre, nos dieron a elegir entre pollo y pasta. El pollo estaba
bueno que fue lo que yo me pedí. La merienda consistió en un bocata de queso
provolone fundido con tomate.
A lo tonto se fueron pasando las
horas y a las tres, hora americana, estábamos aterrizando.
El paso de la aduana
y los controles los hicimos con toda normalidad, incluido el traslado en bus
hasta la terminal F, desde donde salía el vuelo a Ottawa, por lo que a las
16.30 nos encontrábamos ya sentados al lado de la puerta de embarque con cuatro
horas por delante hasta que saliera el siguiente vuelo. La verdad que la espera
fue un auténtico coñazo, ya que la terminal no podía ser más pequeña al estar
la mitad en obras y encima sólo había dos tiendas de nada con cuatro cosas,
donde sí que picaríamos algo para matar el gusanillo.
Por fin, a las 20.30 despegaba
nuestro avión rumbo a Ottawa, donde desembarcábamos a las 22.00 en punto. Aquí
teníamos reservado un KIA, gama intermedia con la empresa Hert, el cual
recogimos sin ningún problema, después de hacer el papeleo oportuno.
Luego recorreríamos unos 20 km
prácticamente solos por aquellas carreteras hasta llegar al centro de la
ciudad, donde nos esperaba nuestro primer alojamiento, un Days Inn, un poco
antiguo y bastante normalito, pero muy bien situado para ir andando a todos los
sitios importantes.
Eran ya las 23.15, con lo que
llevábamos 15 horas de viaje, contando el tiempo de espera en los aeropuertos,
por lo que no podíamos con nuestras almas, así que subimos a nuestra habitación
y dimos por finalizado el largo día.
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