GRECIA - DIA 21. Combinando monasterios y senderismo en Meteora

15 de Septiembre de 2022.

Después de la grata experiencia de ayer donde llegaría caminando a los dos primeros monasterios que pude conocer, hoy había decidido ser continuista y realizar una nueva ruta de senderismo que me llevaría hasta otros tres cenobios de esta manera. Dejando el que me faltaba para mañana.

La ruta partiría del mismo Kastraki, por lo que no tendría ni que disponer del coche. Además para llegar al primero de los monasterios que iba a conocer hoy sólo necesitaría de menos de un cuarto de hora para ello desde mi alojamiento, ya que estaba a sólo 800 metros.

SAN NICOLÁS ANAPAFSAS

Ese no era otro que el monasterio de San Nicolás Anapafsas, un pequeño recinto de apenas diez celdas al que se accede por un tramo de 200 peldaños de escaleras. Como consecuencia de su estrecha base el monasterio se construyó hacia arriba, contando con hasta tres pisos que se distribuyen de la siguiente manera: en el primero se halla la capilla de San Antonio, con pinturas y frescos postbizantinos, además de la cripta que se utilizó para guardar códices y reliquias; en la segunda planta se encuentra el katholikón o iglesia principal del monasterio donde se honra a San Nicolás y donde se pueden ver pinturas del siglo XIV consideradas de las más antiguas y valiosas de todos los edificios religiosos; en el tercer piso se observa el antiguo banco del monasterio, que fue restaurado y hoy sirve como albergue, el osario y la renovada capilla de San Juan Bautista.

Monasterio de San Nicolás Anapafsas


Monasterio de San Nicolás Anapafsas

Monasterio de San Nicolás Anapafsas

Desde su terraza se consiguen, nuevamente, maravillosas vistas de la llanura de Tesalia y de los monasterios de los alrededores.

Vistas desde Monasterio de San Nicolás Anapafsas

Vistas desde Monasterio de San Nicolás Anapafsas

VARLAÁM

Continuando con mi paseo entre monolitos de formas imposibles y peculiares pináculos, llegaría hasta el convento de Varlaám, el cual viene precedido por una leyenda, pues en sus cimientos se encuentra la cueva del dragón expulsado por los hermanos Nectario y Teófanes cuando fundaron, en 1518, una comunidad donde el santo Barlaam, el primer monje anacoreta que se instaló aquí dos siglos antes, tenía su celda.

Ruta hacia Monasterio de Varlaám

Ruta hacia Monasterio de Varlaám

Se dice también que estos monjes se pasarían más de veinte años subiendo materiales a lo alto de la roca para construir después el recinto monástico. Y todo ello a través de un vertiginoso montacargas hecho a base de poleas y cuerdas que era el único medio que tenían entonces para ello. Cuentan que un abad, al ser preguntado por la periodicidad con que cambiaban la cuerda, contestó: “cuando se rompe”.

Es el segundo en importancia de los seis monasterios, después del Gran Meteora, y sus edificios ocupan completamente los 7000 metros cuadrados de la cima. La iglesia de Todos los Santos es su construcción principal y cuenta, una vez más, con maravillosos frescos decorando sus paredes. Junto a ella hay también dos capillas, del siglo XVI, que merecen una visita: la de los Tres Santos Jerarcas y la de los Santos Anágiros.

Monasterio de Varlaám

Monasterio de Varlaám

Monasterio de Varlaám

Monasterio de Varlaám

No hay que olvidarse tampoco de salir a la terraza a disfrutar de las nuevas y soberbias panorámicas de la zona.

Monasterio del Gran Meteoro desde Varlaám

Vistas desde Varlaám

GRAN METEORA

No tardaría mucho en llegar a la siguiente parada del camino: el monasterio de la Transfiguración o Gran Meteora, situado a 600 metros de altura; fue el primero en construirse e impulsó la creación de los demás, dando su nombre al lugar. Su fundador en el siglo XIV fue Atanasio el Meteorita quien, huyendo de las incursiones de piratas en el monte Atos, se instaló sobre el stylos, la columna pétrea. La leyenda dice que ascendió haciendo volar cometas o a lomos de un águila.

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Lo cierto es que hasta el siglo XVI la única forma de entrar al monasterio era a través de un sistema de escaleras de madera retráctiles para después construir una torre en la entrada que albergaba un mecanismo de cabrestante que permitía el transporte de personas y mercancías con la ayuda de una red. Esta fue la única forma de entrada incluso después del final de la Segunda Guerra Mundial.

Gran Meteora se enfrentó a numerosas fases de expansión y gradualmente llegó a ser uno de los centros monásticos más importantes de la iglesia ortodoxa oriental.

Como en otros anteriores, para acceder subiría a través de una escalera de casi 150 escalones excavados en el lecho rocoso de Meteora.

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Una vez arriba encontraría dos iglesias: la de la Madre de Dios, que fue la primera en ser construida, y la de la Transfiguración, la más importante del monasterio. Su interior es espectacular pues cuenta con importantes frescos del siglo XV y un retablo cubierto de oro. Mires donde mires la decoración te sobrecoge.

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Además de las dos anteriores, aunque de menor importancia, también habría que mencionar para su visita la capilla de los Santos Constantino y Helena, la capilla de San Juan Bautista, la capilla de San Athanasios, el refectorio, las antiguas cocinas, la bodega, la biblioteca con incunables, manuscritos y textos clásicos únicos, la sacristía,  e incluso un osario en el que reposan las calaveras de los antiguos monjes. También existe un pequeño museo en el que se puede ver reliquias y otros objetos sagrados y que ocupa el lugar de un antiguo hospital.

Monasterio del Gran Meteoro o de la Transfiguración

Como se ve el monasterio no tiene desperdicio, siendo por ello el más visitado de los seis de Meteora, ya que además de su importancia, también es uno de los que es más sencillo su acceso. Yo no encontraría demasiada gente, pero parece que en pleno verano y los fines de semana la masificación es importante, por lo que es recomendable madrugar si vas a acudir en fechas señaladas como esas.

Por cierto que, una vez más, no puedo dejar de obviar las espectaculares vistas que se consiguen desde sus terrazas, obteniendo en esta caso, al estar situado en lo más alto de la zona,  la visión de un buen número de monasterios, por lo que es una auténtica gozada poder disfrutar en la lejanía de los mismos.

Monasterio de Varlaám desde el Gran Meteoro

Vistas desde Monasterio del Gran Meteoro

Eran las 15:00, una buena hora para hacer un alto en el camino y sacar de la mochila los sándwiches que me había preparado junto con una coca cola. Tras este descanso proseguiría con mi ruta.

YPAPANTI

Recordemos que estaba realizando una ruta de senderismo, por lo que al salir mis pasos se dirigirían hacia lugares menos conocidos y trillados por el turismo de masas. Por tanto, entre nuevas rocas de arenisca y un bosque donde se combinaba la piedra con la vegetación, llegaría hasta el icónico monasterio de Ypapanti, el cual a diferencia de los otros cenobios, se localiza dentro de una estrecha cavidad a unos cincuenta metros sobre un acantilado vertical. Estuvo abandonado durante mucho tiempo debido a su complicado acceso, hasta que hace no demasiado se talló una escalera lateral a lo largo de la roca, lo que permitió a los monjes de las abadías vecinas restaurarlo y, ocasionalmente, celebrar misas. No obstante ahora estaba cerrado, así que continuaría mi camino.

Monasterio de Ypapanti

Monasterio de Ypapanti

Para llegar hasta él lo mejor es tomar como punto de referencia los puestecillos de recuerdos que se encuentran justo enfrente del Gran Meteora. El camino se toma algo más allá de los mismos y va justo por detrás de la loma que tienen a sus espaldas. Aunque lo mejor es preguntarle a alguno de los vendedores que te indicará sin el mayor problema.

Ruta hacia Monasterio de Ypapanti

Ruta hacia Monasterio de Ypapanti

La senda me llevaría hasta un magnífico mirador con excelentes vistas del monasterio de Ypapanti, la comarca en su conjunto y una estatua de un monje guerrero que parece vigilar la zona.

Estatua del Monje Guerrero

A partir de aquí el camino comenzaría a descender, una constante que no cesaría hasta volver a llegar a Kastraki, donde pasaría por mi hotel para reponer fuerzas tras unas ocho horas de ruta entre el camino a recorrer y la visita a los monasterios.

Ruta Monasterios de Meteora

Ruta Monasterios de Meteora

Tras un merecido descanso reponiéndome de la intensa mañana, a media tarde cogería el coche para dirigirme a otro mirador, distinto al de ayer, cercano al monasterio de Roussanou, el único que me faltaba por visitar y que dejaría ya para mañana. Ahora mi única intención era hacerme con una buena posición y esperar a que el sol se fuera escondiendo en el horizonte, deleitándome así con otra imagen única para la posterioridad, momentos insustituibles que quedarán para siempre ya en mi retina.

Puesta de Sol en el Mirador de Roussanou

Con la noche como acompañante regresaría a Kastraki, donde me dirigiría al restaurante To Paramithi, con una bonita decoración y un ambiente de lo más agradable, donde dos guitarristas deleitaban en directo a los clientes tocando canciones griegas tradicionales. Para cenar elegiría una crema de lentejas y Yemistá (tomate y pimiento rellenos de arroz), junto con una coca cola (18,50 euros). Una vez más todo estaba muy bueno y es que la gastronomía griega es espectacular.

Restaurante To Paramithi. Kastraki

Yemistá. Restaurante To Paramithi. Kastraki

Era el momento de dar por finalizado el día, rebosante de felicidad por todo lo que este viaje y la vida, una vez más, me estaba permitiendo disfrutar.


No hay comentarios :

Publicar un comentario