ESLOVAQUIA - DIA 01. Entrada al país y datos prácticos

13 de Abril de 2022.

En 2017 tendría oportunidad de conocer Bratislava, la capital de Eslovaquia, aprovechando el viaje que haría por segunda vez a Viena y Praga y tengo que reconocer que me sorprendió, me resultó una capital agradable y bien cuidada, con un centro histórico monumental y el aliciente del poderoso Danubio bañando sus riberas. Si a ello se le suma el ambiente que hay por sus calles, repletas de cafés, terrazas y restaurantes, pues no es de extrañar que me fuese encantado de allí.

Castillo de Bratislava.(Junio de 2017)

Río Danubio a su paso por Bratislava. (Junio de 2017)

Pero reconozco que no sería su capital lo que despertaría en mí una mayor curiosidad por el país. Esto lo provocaría la excursión que también haría hasta el cercano castillo de Devín en un agradable crucero por el gran río. Sería en lo más alto de la construcción defensiva, mientras contemplaba las maravillosas vistas de la comarca en la que me encontraba con el discurrir de los río Danubio y Morava a mis pies, donde me di cuenta que este país debía esconder otros muchos tesoros iguales o más bellos, por lo que me propuse en un futuro volver a conocerlos. Por fin, ese día había llegado.

Castillo de Devín (Junio de 2017)

Castillo de Devín y Río Danubio (Junio de 2017)

Más asumo que cometería un error, pues sin subestimar su patrimonio monumental y natural, pequé de inocente al considerar que cinco días serían bastantes para conocer sus principales lugares de interés al no ser un país demasiado grande. Efectivamente, creía que sumando un día a la Semana Santa me sería más que suficiente, sin haberme informado antes de todo lo que podía ofrecer. Hecho esto me di cuenta que me había quedado corto en mi decisión, pues considero que al menos se necesitan diez días para poder llegar a la mayoría de lugares de interés. El problema es que ya no había vuelta atrás pues el billete de avión para ese periodo de tiempo estaba comprado.

Y es que Eslovaquia ofrece un buen número de Parques Nacionales y espacios naturales protegidos por donde realizar infinidad de rutas de senderismo, estando a la cabeza de todos ellos las impresionantes montañas del macizo de los Tatras con infinidad de lagos glaciares, picos nevados y prados cuajados de flores; soberbias fortalezas como las de Spis u Orava, por mencionar sólo algunas de ellas, que podrían estar perfectamente entre las más espectaculares de Europa y que debido a su anonimato es posible recorrerlas en casi completa soledad; cuevas cuyo interior es recorrido por ríos subterráneos o el hielo es su principal protagonista; museos etnográficos al aire libre, con mucho encanto, que muestran la arquitectura popular del país; sorprendentes iglesias de madera de interiores policromados que es imposible no dejen embelesado a quien las contempla; o hermosas ciudades como Kosice, Levoca o Bardejov que parecen sacadas de un cuento.

Así que no quedaba otra que elegir, optando en mayor medida por el patrimonio cultural y monumental del país y dejando buena parte de sus espacios naturales para mejor ocasión, pues al ser abril, muchos de esos lugares siguen cerrados y otros están cubiertos de nieve, no siendo la época idónea para hacer incursiones por los mismos. Aún así y todo, sí tendría la posibilidad de contemplar algunos de ellos.

Aunque la manera habitual de entrar al país es a través del aeropuerto de Bratislava o en tren o autobús desde Viena, como lo haría yo la vez anterior. En esta ocasión utilizaría la capital húngara para ello. Y es que desde Budapest, en dos horas en coche, puedes llegar al sur de Eslovaquia. La razón no sería otra que me caducaba el último bono aéreo de la pandemia y necesitaba gastarlo para no perderlo. La compañía aérea era Wizz Air y el destino más económico era el mencionado. ¿Y por qué no me quedé en la maravillosa capital húngara? Pues porque ya pude conocerla bastante bien en 2016 y me apetecía mucho, como ya he comentado, descubrir algo más de Eslovaquia. El vuelo costaba 120 euros, pero al tener el bono de 80, sólo tendría que pagar la diferencia.

Tras cambiarme, la aerolínea Wizz Air, hasta en dos ocasiones el horario del vuelo, que en esta ocasión tengo que reconocer que me beneficiaría, despegaríamos a las 19:30 del aeropuerto de Barajas. En poco más de tres horas aterrizaba en la capital húngara, encaminándome a paso ligero a la salida de la terminal donde tendría que hacer una llamada a la empresa de alquiler de coches Klasswagen para que pasaran a buscarme y llevarme hasta donde podría recoger este.

Como siempre hago el alquiler lo contrataría con www.rentalcars.com, asignándome en esta ocasión un Opel Adam con kilometraje ilimitado y política de combustible lleno. Por cinco días pagaría 171 euros, incluyendo el pase a Eslovaquia desde Hungría.

Eran las 23:15 cuando arrancaba el motor del coche y me ponía en camino hacia el lugar donde iba a pasar la noche e iba a ser mi primera visita del día siguiente. Por delante tenía 162 km y dos hora y cuarto hasta llegar a la localidad de Banska Stiavnica, en el sur de Eslovaquia.

En el trayecto apenas encontraría vehículos e iría prácticamente sólo durante todo el camino, algo normal si tenemos en cuenta las horas intempestivas que eran.

Veinte minutos antes de llegar a mi alojamiento llamaría al responsable para que me estuvieran esperando, tal y como quedamos unos días antes por mail. El hotel se llamaba Vila Magnolia y era realmente bonito, decorado con muy buen gusto, limpio y habitaciones amplias y a sólo 15 minutos caminando del centro histórico, disponiendo de parking para dejar el vehículo. La noche me saldría por 40 euros.

Vila Magnolia. Banská Stiavnica

Vila Magnolia. Banská Stiavnica

Con mucha ilusión me enterraba bajo mis sábanas, para mañana empezar a descubrir este desconocido pero fantástico país.

No obstante, y antes de concluir el capítulo, me refiero a continuación a algunos datos prácticos del país por si pueden ser de utilidad a quienes vayan a viajar al mismo.

DATOS PRÁCTICOS ESLOVAQUIA:

REQUISITOS DE ENTRADA: Los ciudadanos de la Unión Europea simplemente necesitan el DNI válido o el pasaporte sin caducar dos meses antes de la fecha prevista de partida. Los menores de edad también deben estar en posesión de un pasaporte o documento de identidad individual válido.

CUÁNDO IR: Eslovaquia se caracteriza por un típico clima continental. Los inviernos son generalmente fríos y pueden llegar a ser muy rigurosos, especialmente en el noreste. En las zonas de montaña y elevadas, es decir, en gran parte del país, se verifican frecuentes y abundantes nevadas entre diciembre y marzo.

Como suele ser habitual en el clima continental, los veranos suelen ser cálidos y secos, clima ideal para quienes buscan el contacto con la naturaleza, además de hallarse abiertos la totalidad de iglesias, museos y monumentos. Por lo que serían los meses de junio, julio y agosto, los más recomendables tanto por las horas de luz como por el buen tiempo. Abril, mayo, septiembre y octubre podrían ser también una opción, como así elegiría yo, pero el tiempo puede ser más inestable y encontrarse cerrados más de un sitio, por lo que es bueno informarse y tenerlo en cuenta.

MONEDA: Desde 2009 se encuentra en vigor el euro. Aceptan Visa y Martercard en casi todos los hoteles y restaurantes de zonas turísticas. Fuera de las principales ciudades, en pensiones y apartamentos, sólo se suele aceptar efectivo. Los eslovacos en general no dan propinas, pero si suelen redondear la cuenta al siguiente euro.

SANIDAD: El convenio de Seguridad Social entre España y Eslovaquia incluye asistencia sanitaria y es recomendable llevar la tarjeta sanitaria europea.

IDIOMA: El idioma oficial es el eslovaco, aunque en algunas zonas del país se habla también el húngaro. En cuanto a las lenguas extranjeras se hablan el alemán y el inglés.

ELECTRICIDAD: En Eslovaquia el voltaje común es 230 V, por lo que las clavijas y enchufes son de tipo F. Son validos, por tanto, los utilizados en España. No hace falta ningún adaptador.

CONDUCCIÓN: La red de carreteras es densa y alcanza todos los rincones del país, teniendo un estado satisfactorio en general. Existen cuatro autopistas que enlazan con las principales capitales: Praga, Budapest, Viena y Kosice. Estas se designan con uno o más números precedidos por la letra D. Es importante saber que en dichas autopistas se paga peaje, adquiriendo una pegatina electrónica que se puede comprar por internet en la página www.eznamka.sk/en, en la frontera, en las oficinas de correos y en las gasolineras con el logotipo “E-znamka” disponible para periodos de 10 a 30 días. No se debe colocar en el parabrisas del vehículo, ya que los controles se efectúan electrónicamente  por el número de matrícula.

Para conducir es suficiente con el permiso español que obviamente debe llevarse siempre a mano, junto con un documento de identidad en vigor, el permiso de circulación del vehículo y el seguro del mismo.

Es obligatorio el uso de la luz de cruce durante todo el día, el cinturón de seguridad, así como el uso de neumáticos especiales para nieve entre los meses  de octubre y mayo.

Los límites de velocidad máxima permitida oscilan entre los 50 km/h en las poblaciones, los 90 km/h en carreteras convencionales y los 130 km/h en las autopistas.

TRANSPORTES: El tren puede ser una buena manera de moverse por el país, pues estos se encuentran en buen estado y son rápidos, conectando las principales ciudades del país de manera frecuente. También existen buenas conexiones con otras ciudades europeas como puedan ser Viena, Budapest o Varsovia. Si se opta por viajar en autobús la mejor opción es la compañía estatal SAD, la cual suele ser más económica  que el ferrocarril, a igualdad de recorrido, con la ventaja de que también llega a las localidades más alejadas. Otro medio de transporte que permite llegar a Eslovaquia desde Austria y desde Hungría es el barco, ya que el Danubio es navegable entre abril y septiembre. Las principales navieras serían Lod (www.lod.sk), que conecta con puertos de Austria y Hungría, y Twin City Liner (www.twincityliner.com), que efectúa tres viajes diarios en catamaranes de alta velocidad entre las ciudades de Viena y Bratislava.

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