OESTE EEUU - DIA 19. San Francisco: De Alcatraz al barrio financiero

22 de Septiembre de 2010.

Hoy comenzaríamos con la visita a la que probablemente sea la cárcel más famosa del mundo: Alcatraz. La visita la teníamos concertada para las 10.00 por lo que no tendríamos que madrugar demasiado, teniendo en cuenta que además contábamos con las cestas de desayuno que el hotel nos dejaba en la puerta de la habitación. Los tickets para el renombrado presidio los sacaríamos unos meses antes por internet en la página www.alcatrazcruises.com y nos costarían 26 dólares por entrada. También se pueden sacar en las taquillas situadas donde se toma el barco hacia la prisión, pero te expones a que no haya para la hora que desees o incluso para ese día concreto si es Julio o Agosto. Creo que para poder organizarte mejor lo mejor es sacarlas anticipadamente. Además para la vuelta puedes tomar el barco que mejor te venga ya que no están sometidos a horarios por lo que te puedes tirar en el peñón todo el tiempo que quieras.

Para llegar hasta el muelle 33 desde donde parten los barcos hacia Alcatraz tomaríamos un tranvía que en tan sólo 15 minutos nos había dejado allí. Esperaríamos la fila durante otros 10 minutos, enseñaríamos nuestras entradas y embarcaríamos en el barco. Ya estábamos listos para zarpar hacia La Roca.

Cuando hubo embarcado todo el pasaje, izaron el ancla y empezamos a navegar. En tan sólo 20 minutos nos encontrábamos desembarcando en la mítica isla, escenario de tantas películas famosas y de ostentar el dudoso honor de haber alojado en su presidio a algunos de los criminales más peligrosos que hubo durante los años en que funcionó.

Isla de Alcatraz

Isla de Alcatraz

Los primeros edificios con los que nos encontramos serían los cuarteles y apartamentos de los soldados asignados como guardias de la prisión y de sus familias, además del cuartel de la guardia que hacía de primera línea de defensa contra los posibles enemigos que pudieran llegar para invadir el peñón. Tras estos edificios vendrían la tienda de provisiones o casino de oficiales y la capilla militar y tras ascender por una pendiente, no demasiado pronunciada, nos adentraríamos en los misterios de la prisión. Nada más entrar te facilitan un audio guía en tú idioma donde se te va explicando todos los entresijos y anécdotas curiosas que aquí sucedieron.

“Usted tiene derecho a recibir comida, ropa, albergue y atención médica. Cualquier otra cosa que reciba es un privilegio”

Esta regla era una de las primeras cosas que escuchaban los internos nada más ingresar en las instalaciones, lo que ya hace que se te pongan los pelos de punta.

El recorrido te va llevando por las galerías de celdas, por las oficinas y puestos de oficiales y encargados de los presos, por la casa del director, por el faro, por los patios donde salían a airearse los detenidos, etc.

Alcatraz

Alcatraz

En cada nueva estancia que visitábamos, un escalofrío nos recorría el cuerpo y nos hacía tragar saliva, especialmente cuando entramos a alguna celda donde se permite el acceso y cierras la puerta con los barrotes a tus espaldas. Es estremecedor y escalofriante.

Hay muchas historias sobre la prisión y algunos de los hombres que vivieron en sus celdas que tienen más de ficción que de realidad, por ejemplo, sobre Al Capone y Robert Stroud “El hombre pájaro” y la información que contiene la audio guía te permite diferenciar entre lo uno y lo otro. Entre algunas curiosidades cabe destacar:

  • De los 1545 hombres que cumplieron condena en Alcatraz, sólo unos cuantos eran muy conocidos.
  • La mayoría de los presos eran hombres que habían sido problemáticos en otras penitenciarias, con intentos de fuga a sus espaldas o alborotadores.
  • De los 14 intentos de fuga de la época de la prisión federal, el más conocido ocurrió en 1962, cuando Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin consiguieron esfumarse por el agua. Utilizaron impermeables como flotadores y, supuestamente, se dirigían a San Francisco. Aunque nunca se encontraron sus cadáveres se cree que se ahogaron.
  • No se sabe con exactitud dónde quedaba la celda de Al Capone, quien pasó parte de sus cuatro años y medio en Alcatraz en una celda aislada del hospital.
  • No hubo ejecuciones en el presidio, aunque sí tuvieron lugar cinco suicidios y ocho asesinatos.
  • Los prisioneros permanecían en Alcatraz hasta que ya no eran considerados como indisciplinados o incorregibles, un promedio de 8 a 10 años.
  • Alcatraz se cerraría en 1963 y sus prisioneros fueron transferidos a otras instalaciones penitenciarias y la prisión quedaría a cargo de un guardián solitario.

Después de esta fructífera visita volveríamos a tomar el barco de regreso pasada la una de la tarde. Me había encantado todo lo que había podido ver y creo que ha sido una de las visitas más interesantes que he podido realizar. La verdad que volvía pletórico. Si encima a esto le añades las increíbles vistas que tenía de San Francisco y del Golden Gate, bajo un cielo totalmente azul, ¿qué más se podía pedir? Creo que nada más.

Regresando de la Isla de Alcatraz

De nuevo en el muelle 33, decidiríamos ir dando un paseo hasta otro muelle pero este de mucho más renombre, el 39, y es que aquí se encuentra una inmensa colonia de leones marinos, los cuales parece que se habían ido de vacaciones porque vimos bastante pocos, la verdad. Así que dado que esta zona también es el centro neurálgico del puerto aprovecharíamos para darnos una vuelta por la multitud de tiendas de souvenirs que había. Además los precios eran bastante asequibles y no pudimos evitar caer en la tentación de hacer algunas compras.

Esta zona también está repleta de todo tipo de restaurantes y como ya era tarde nos decidimos a comer unos sándwiches y hamburguesas riquísimos, sentados en una mesa al aire libre.

Pier 39

Pier 39

La tarde la dedicaríamos a realizar una ruta que nos llevaría por  las áreas de North Beach, Telegraph Hill, Distrito Financiero y Chinatown.

El paseo lo realizaríamos andando pues aunque en San Francisco es duro lidiar con las inmensas e inacabables cuestas, pensábamos que era la mejor forma de conocer la ciudad y más con el tiempo tan bueno que hacía.

A través del pequeño barrio de Filbert Steps donde destacan las casitas de madera del S.XIX con lujosos jardines a rebosar de plantas, podríamos llegar a la cima de Telegraph Hill, donde se sitúa uno de los iconos de la ciudad: la Coit Tower, una curiosa torre acanalada en forma de manga de incendio que rubrica la admiración de una viuda excéntrica por los bomberos de su ciudad. Pero evidentemente no subiríamos aquí por esta razón sino por las increíbles vistas, que cortan la respiración, sobre North Beach y la bahía.

Coit Tower

San Francisco desde desde Telegraph Hill

Desde aquí nos dirigiríamos esta vez en bajada, para darnos un respiro, hacia Washington Square, el pulmón de North Beach y feudo italoamericano. Como siempre que vemos un espacio de estas características aprovecharíamos para sentarnos cinco minutos y en reposo admirar la silueta blanca de la iglesia de San Pedro y San Pablo. Como curiosidad decir que Marilyn Monroe y Joe Di Maggio posaron aquí el día de su boda, el 14 de enero de 1954.

Washington Square

En dirección al barrio financiero y a medio camino de este nos encontraríamos con los edificios de ladrillo de Jackson Square que suponen un retorno al S.XIX y con la Columbus Tower, la cual resistiría el seísmo de 1906. Sus característicos colores verdes grisáceos fascinarían al cineasta Francis Ford Coppola que no dudaría en instalar aquí las oficinas de su productora.

Tras atravesar la encantadora plaza de Portsmouth Square con un monumento a Robert Louis Stevenson, el creador de “La Isla del Tesoro” nos daríamos de bruces con la soberbia Transamérica Pyramid, un monumental rascacielos que viene a ser en San Francisco lo que el Empire State Building es en New York. Veníamos con la idea de subir hasta su observatorio pero nos encontramos el edificio cerrado a cal y canto, por lo que continuamos con el paseo tras las fotos de rigor.

Zona Financiera y Transamerica Pyramid

Transamerica Pyramid

Bank of America y Old Saint Mary´s, la primera catedral de la ciudad, serían los siguientes edificios importantes que podríamos observar antes de llegar al Barrio Chino que nos recibiría con un gran portal de tejas verdes, al estilo de las pagodas tradicionales y que nos daría paso a la comunidad china más numerosa que existe fuera de Asia. Bajo la mirada de dos leones de piedra, entraríamos en Gran Ave, una incesante algarabía de restaurantes, templos y tiendas.

Chinatown Gate

Chinatown

En unas cuantas manzanas más volvíamos a encontrarnos con Union Square, donde hoy nos enteraríamos  que en este lugar tendría lugar la incorporación de la población americana a las tropas de la Unión en pleno apogeo de la guerra de independencia americana. Además de que la estatua de bronce erigida sobre una columna corintia conmemora a la victoria estadounidense sobre España en Manila en 1898.

Sólo cinco minutos nos separaban ya de nuestro hotel, por lo que dado que ya era de noche decidiríamos  irnos a descansar antes de salir a cenar y finalizar la jornada.

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