DIA 07. FLORENCIA. Palacio Medici - Riccardi, jardines Bardini y otras visitas, antes de la despedida de Florencia

 7 de Diciembre de 2023.

Como ya comentaba en el primer capítulo, supuestamente, si todo marchaba según lo previsto y hubiese conocido todos los museos y lugares de interés que tenía en mente de Florencia, hoy me hubiese marchado a conocer la maravillosa localidad de San Gimignano. Pero ni siquiera tendría que esperar al tercer día para tomar esa decisión, pues ya en el segundo en la capital florentina me di cuenta que iba a necesitar de una cuarta jornada para poder irme satisfecho de la ciudad, así que tampoco me importó mucho renunciar a aquella visita porque en el futuro mi idea es volver a la Toscana a conocer tanto esa localidad como muchas otras que sin tener el protagonismo de las visitadas en este viaje, son también encantadoras y llenas de historia.

Así que esta última jornada en Florencia me iba a dedicar a recrearme de nuevo con muchos de sus lugares más simbólicos que ya había recorrido en días anteriores, complementándolos con los que siguen a continuación, poniendo así la guinda al pastel en la ciudad del arte.

PALACIO MEDICI RICCARDI

A Via Cavour da la fachada almohadillada y sobria del primer palacio renacentista construido como residencia familiar por Michelozzo para Cosimo il Vecchio. Es el fabuloso palacio Médici Riccardi, que no suele aparecer entre los imprescindibles de Florencia debido principalmente a eso, de que hablamos de Florencia y es muy complicado dar cabida a todo lo que tiene para mostrar a los visitantes en los pocos días con los que suelen contar estos en su estancia en la ciudad. Es por este edificio por el que comenzaría mi jornada cultural.

Palacio Medici Riccardi

Fue el hogar de los Médicis durante cien años, por lo que cuenta con auténticas joyas. En el interior hay un patio cuadrado sobre el que se levanta una galería, que supone uno de los mayores logros del arquitecto y que en el pasado estuvo decorado con numerosas esculturas, de las que se conserva el “Orfeo” de mármol de Bandinelli. Parece que en el pasado la escultura del David de Donatello también estuvo aquí (ahora está en el museo Bargello).

Aunque son pocas las salas abiertas al público debido a que muchas de ellas albergan varias dependencias oficiales, sin embargo habría que destacar la maravillosa capilla de Magi, donde se encuentra el fresco “El cortejo de los Reyes magos”, pintado por Benozzo Gozzoli (Fra Angelico) entre 1459 y 1460, donde aparecen varios miembros de la dinastía Médicis. La sala de Luca Giordano o Galería de los Espejos es probablemente la habitación que más merece la pena, donde el gran artista pintó en la bóveda en 1683 “La apoteosis de los Médicis” en estilo barroco tardío. No habría que olvidar tampoco la sala Sonnino, en la que se pueden apreciar 31 bajorrelieves del siglo XVI atribuidos a la escuela de Bartolomeo Ammannati. En el sótano, por su parte, se puede ver la colección de esculturas romanas que la poderosa familia se dedicó a coleccionar entre los siglos XVI y XVII.

Palacio Medici Riccardi

Palacio Medici Riccardi

Capilla de los Magos. Palacio Medici Riccardi

Galería de los Espejos.Palacio Medici Riccardi

El acceso al edificio tiene lugar desde Via Ginori, 2. Su horario es de 09:00 a 18:00 todos los días, excepto los miércoles que cierra al público. El precio de la entrada es de siete euros.

SANTA MARÍA MAGGIORE

Se trata de una de las iglesias más antiguas de la ciudad y su sobrio exterior indica ya que conserva vestigios de la construcción románica del siglo X, aunque posteriormente, en el siglo XII, el templo pasaría a estilo gótico.

Santa María Maggiore

Su nombre “Maggiore” hace referencia a que fue la iglesia más grande dedicada a la Virgen María antes de la construcción de la catedral.

Su interior es sobrio, aunque posee importantes obras de arte como los frescos de la Capilla Mayor referentes a la historia de Herodes, o un bajorrelieve bizantino de la Virgen con el Niño.

Santa María Maggiore

También se pueden ver varias tumbas, una de ellas la del maestro de Dante conocido como Brunetto Latini.

Su entrada es gratuita y su horario es de 07:30 a 12:00 y de 16:00 a 19:00.

VIA ROMA

Me apetecía evadirme un poco de tanto arte, por lo que me pareció buena idea pasear por esta importante calle comercial flanqueada de palacios y edificios elegantes que une la plaza de la República con la plaza San Giovanni. Se encuentra llena de tiendas de moda, elegantes cafés y caros restaurantes, por lo que no es el lugar ideal para tomar algo salvo que estés preparado para pagar sus altos precios.

Via Roma

Emporio Armani en Via Roma

PLAZA DE LA REPÚBLICA

Aunque pueda parecer mentira, desde mi llegada a la ciudad, todavía no había hecho incursión en esta increíble plaza abierta en 1890 y cuya función hasta ese momento había sido la de mercado y antes de este, la de foro romano. En la parte oeste de la plaza se alza un arco del triunfo, erigido en 1895 para conmemorar la elección de Florencia como capital de Italia. También se puede observar la llamada columna de la Abundancia que marca el punto de intersección de las vías principales de la ciudad.

Plaza de la República

Columna de la Abundancia. Plaza de la República

La plaza, muy popular, está llena de cafés y restaurantes, así como un bonito carrusel. Igualmente destaca el café Giubee Rosse, llamado así por las chaquetillas rojas de los camareros, el cual era el centro de reunión de muchos jóvenes escritores y artistas, entre ellos los del movimiento futurista italiano.

IGLESIA DE ORSANMICHELE

Se sucedería tras las anteriores, esta otra iglesia que al principio de su construcción se utilizaría como mercado de grano, pasando poco después a utilizarse como templo. Las arcadas se convirtieron en ventanas que aún revelan sus tracerías góticas. En los muros exteriores se abren hornacinas con esculturas de los santos patronos de los principales gremios florentinos. El interior tiene dos naves laterales. A la derecha se encuentra un tabernáculo de 1350, cubierto de relieves escultóricos y querubines con incrustaciones de mármol y cristal. En su interior, la Virgen con el Niño, destaca en un marco labrado y decorado con ángeles.

Iglesia de Orsanmichele

Iglesia de Orsanmichele

Iglesia de Orsanmichele

Su horario es de 10:00 a 16:50 a diario.

CALLEJÓN VICOLO DELL ONESTA

Tenía curiosidad por encontrar este pequeño callejón que, sin llamar especialmente la atención, sí me interesaba por la historia que encierra. Y es que aquí se reunían, a principios del siglo XV, los llamados “ocho de la Honestidad”, un grupo de funcionarios de justicia que luchaban para combatir la prostitución y la inmoralidad. Estos se caracterizaban por ser hombres de gran rectitud y moralidad durante toda su vida.

Callejón Vicolo dell Onestá

PALAZZO STROZZI

Muy cerca, hallaría también el imponente edificio del palacio Strozzi, cuyas dimensiones impresionan. Lo encargó en el siglo XV el banquero Filippo Strozzi, quién tras hacer fortuna en Nápoles, volvió a Florencia con un objetivo: levantar un palacio de mayor tamaño y esplendor que el de sus grandes rivales los Médicis. Para tal fin, compró y ordenó demoler quince edificios y su propia casa, y la primera piedra se puso en 1489. Dos años después, Strozzi murió, y sus herederos tuvieron que lidiar con las dificultades económicas de completar su grandioso proyecto.

Palacio Strozzi

El norme edificio no se terminó hasta 1536. Aunque sólo tiene tres plantas, cada una posee la altura de un palacio normal. El exterior está formado por enormes bloques de sillería. Aún se pueden ver los antorcheros, lámparas y anillas para atar a los caballos que adornan las esquinas y fachadas desde época renacentista.

El palacio es en la actualidad un destacado centro cultural, con exposiciones de arte y antigüedades de primer nivel, pero por falta de tiempo optaría por entrar sólo a su patio central y continuar después mi camino.

VIA TORNABUONI

Mis pasos continuarían hacia esta calle, que se extiende desde la plaza degli Antinori al puente de la Santa Trinitá, la cual ha sido la más elegante de la ciudad desde el Renacimiento, cuando las grandes familias construyeron sus palacios en ella. En la actualidad está llena de tiendas de alta costura como Salvatore Ferragamo, Gucci, Roberto Cavalli, Enrico Coveri o Emilio Pucci. Y es que no hay que olvidar que Florencia fue la capital de la moda italiana durante siglos, mucho antes que Milán.

Via Tornabuoni

MERCATO NUOVO

Para cambiar un poco de aires, me desplazaría al Mercado Nuevo, conocido también como Mercato del Porcellino, y es que aquí se encuentra la famosa fuente con un jabalí de bronce, del que dicen que si frotas su nariz volverás a la ciudad. También se puede realizar un ritual que consiste en situar una moneda en su boca y dependiendo de si cae dentro o fuera de la rejilla del suelo, tendrás más o menos suerte, respectivamente.

Mercado Nuevo o del Porcellino

Fuente del Porcellino

Al mercado también se le conoce como el de la paja, porque desde finales del siglo XIX hasta la década de 1960 aquí se vendían objetos hechos con este material, como sombreros o cestos. Ahora se encuentran en sus puestos artículos de cuero y recuerdos, aunque en las tardes de verano también se llena de músicos ambulantes.

Su horario es de 09:00 a 18:30 a diario.

SANTO STEFANO AL PONTE

Una nueva iglesia se sucedería en mi camino. En este caso se trataba de Santo Stefano al Ponte de 969, la cual recibe este nombre por su proximidad al Ponte Vecchio. El elemento arquitectónico más destacado de la iglesia es su fachada románica de 1233. En la actualidad, desacralizada, alberga conciertos y exposiciones artísticas. Es perfectamente prescindible.

Iglesia Santo Stefano al Ponte

JARDINES BARDINI

Para ir alternando y evadirme un poco de tanto arte, decidiría recrearme visitando los hermosos jardines Bardini que cautivan a cualquier visitante con su peculiar decoración. A pesar de encontrarse tan cerca del Palacio Pitti y de los Jardines Boboli, el día de la visita de estos no me daría tiempo a conocerlos, ya que opté por priorizar el poder entrar a la Galería de la Academia sin pagar, pero en condiciones normales, lo ideal es continuar la visita por estos, antes o después de los anteriores.

Jardines Bardini

Aunque son mucho menos conocidos que los Jardines Boboli, también merecen una visita ya que en ellos se puede disfrutar de diferentes secciones como una gran escalinata barroca del siglo XVII, flanqueada por estatuas y fuentes, que culmina en un increíble mirador con vistas panorámicas de la ciudad; o el área de un peculiar estilo chino – inglés en la que abundan canales de agua localizados entre tupidos bosques que rodean una elegante villa; o la sección dedicada a las variedades frutales toscanas, donde se pueden observar un buen número de este tipo de plantas.

Florencia desde Jardines Bardini

Jardines Bardini

El horario de los jardines Bardini es de 10:00 a 16:00 y su entrada cuesta ocho euros.

SAN MINIATO AL MONTE

No me conformaría con los miradores que llevaba vistos y todavía ascendería un poco más, para disfrutar de unas panorámicas más amplias todavía de las logradas hasta ahora.

Es así como llegaría hasta la cercana San Miniato al Monte, una pintoresca iglesia románica del siglo XI que domina la ciudad.

Florencia desde San Miniato al Monte

Originariamente, la iglesia fue fundada en el siglo X por el obispo de Florencia y se dedicó al patrón de la ciudad: San Miniato. Se dice que este recogió su cabeza y subió la colina, tras ser decapitado por el emperador romano.

San Miniato al Monte

Su exterior es una maravilla, con una impresionante fachada de mármol que probablemente comenzó a construirse en 1090, decorada con patrones geométricos, incrustaciones de mármol y esculturas intrincadas. Su interior posee excepcionales frescos, un impresionante altar de mármol y una fascinante cripta, además de destacar por su perfecta acústica, donde se puede escuchar cada susurro.

San Miniato al Monte

Destaca también la capilla del Cardenal del Portogallo, a la izquierda de la nave, siendo uno de los monumentos funerarios más magníficos del Renacimiento italiano. No hay que perderse tampoco el mosaico del techo abovedado de la Virgen con el Niño del siglo XIII.

A la derecha de la iglesia se encuentra el monasterio olivetano, todavía en funcionamiento, donde son famosas las vísperas nocturnas que realizan los monjes.

Detrás de la iglesia se encuentra el cementerio de la Basílica de San Miniato al Monte. Se encuentra totalmente rodeado por murallas encargadas por Cosme de Médici cuando el complejo se utilizaba como fortaleza. Aquí se encuentra enterrado el creador de Pinocho, Carlo Lorenzini.

Cementerio San Miniato al Monte

Panteón Familia Lorenzini. Cementerio San Miniato al Monte

Sin duda, un lugar encantador donde se respira paz y tranquilidad y por donde da gusto pasear o sentarse en los bancos rodeados de cipreses que ofrecen un agradable descanso del ruido del concurrido centro de la ciudad.

PUENTE SANTA TRINITÁ

Era el momento de volver a atravesar el río Arno, pero en esta ocasión por el puente de Santa Trinitá, que a pesar de quedar eclipsado por el archiconocido Puente Vecchio, también es muy popular. Y es que desde él se consigue una perspectiva casi perfecta del mismo.

Pero más allá de sostener a los cientos de fotógrafos que luchamos por hacer la foto perfecta, el puente de Santa Trinitá también posee una elegante arquitectura y sus detalles decorativos hacen de este puente una maravilla por derecho propio, empezando por sus tres magníficos arcos y pilones salientes. Y continuando con sus estatuas manieristas, situadas en los extremos, que se retuercen, giran, tiemblan y dan la bienvenida, representando las cuatro estaciones.

Puente Vecchio desde Puente Santa Trinitá

Su nombre se debe a la cercana basílica de Santa Trinitá y fue diseñado por Miguel Ángel, para dirigir su construcción Vasari y Ammannati, consiguiendo este último que el puente aguantase definitivamente las embestidas del río Arno que habían provocado la destrucción de los que estuvieron antes en este lugar. Desgraciadamente, la Segunda Guerra Mundial, volvería a terminar con él, debiendo ser otra vez construido siguiendo los planos y las técnicas de los artistas que lo crearon y recuperando las estatuas del lecho del río. Es, sin duda, uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de Florencia.

CONVENTO OGNISSANTI

A pocos metros de la anterior, me toparía con este convento construido en el siglo XIII y remodelado trescientos años después. Fue la parroquia de los Vespucci, uno de cuyos miembros fue Américo, navegante del siglo XV que dio nombre al Nuevo Mundo.

Convento Ognissanti

El interior barroco conserva los frescos de Ghirlandaio, donde en la segunda capilla el pintor retrató a Américo. En el muro sur se puede observar el fresco San Agustín de Botticelli, el cual se encuentra aquí enterrado. Pero la obra más destacada es el Crucifijo de Giotto, pintado sobre madera en tonalidades brillantes.

Convento Ognissanti

Crucifijo de Giotto. Convento Ognissanti

Tumba de Sandro Botticelli. Convento Ognissanti

Junto a la iglesia se hallan el claustro y el refectorio, que contiene otro fresco de Ghirlandaio conocido como La Última Cena, con un bello fondo de pájaros y árboles.

Su horario es de 09:00 a 13:00 y de 15:00 a 19:30, cerrando los martes. La entrada es gratuita.

SANTO SPIRITO

Los agustinos fundaron esta iglesia en 1250. El edificio actual tiene una fachada inconclusa del siglo XVIII que domina el extremo norte de la plaza del Santo Spirito. El templo lo diseño Brunelleschi en 1435, pero no se terminó hasta finales del siglo XV, años después de su muerte. La armonía interior de sus proporciones queda rota por el barroquismo del baldaquino y del altar mayor. La iglesia tiene, ni más ni menos, que 38 altares laterales, decorados con pinturas y esculturas renacentistas de los siglos XV y XVI, de Cosimo Rosselli, Ghirlandaio y Lippi.

Iglesia Santo Spirito

Una puerta situada en la nave lateral norte, bajo el órgano, conduce a un vestíbulo con un bonito artesonado.

Pero mi mayor interés en esta pequeña iglesia residía en poder observar el Cenacolo di Santo Spirito situado en una sala contigua que hace las veces de museo. En ella se encuentra un inmenso fresco de estilo gótico del siglo XIV que representa la Crucifixión y la Última Cena de Andrea Orcagna, siendo de las mayores pinturas de este periodo y de las pocas de este estilo que hay en la ciudad. Desgraciadamente, se encontraba cerrada y me quedaría con las ganas.

Este sólo abre los sábados y lunes de 10:00 a 17:00 y los domingos de 13:00 a 17:00.

Y desgraciadamente, había llegado el triste momento de dejar Florencia atrás. Sin discusión, una de las ciudades más bellas de Italia, en la que había podido disfrutar de una de las mayores densidades de tesoros artísticos del planeta, marchándome, esta vez sí, con el gusto y la satisfacción de haber podido conocer muchos de los lugares que me quedaron pendientes aquella primera vez.

LLEGADA A VENECIA

Por tanto, una vez reconciliado con Florencia, Pisa y Siena tocaba hacer lo mismo con la siempre maravillosa Venecia, donde pasaría los próximos cuatro días, antes de regresar a Madrid.

Así que tras recoger la maleta del hotel, me desplazaría a la cercana estación de Santa María Novella y esperaría al tren que a las 18:20 partiría hacia la estación de Santa Lucía de Venecia, llegando a la ciudad de los canales a las 20:34, por lo que como se ve sólo tardaría dos horas y cuarto. El precio del billete sería de 42,90 euros. Por tanto, como podéis observar, si queréis ir al centro de Venecia tenéis que ir a la mencionada estación y no a la de Mestre que está mucho más alejada.

Estación de Santa Lucía

Nada más salir al exterior optaría por llegar a mi hotel caminando, ya que este se encontraba a sólo a quince minutos de la estación. El frío era considerable, probablemente no debía hacer más de dos o tres grados, pero la sensación de encontrarme de nuevo en Venecia, sabiendo que iba a poder disfrutarla durante cuatro días, parecía que me hacía inmune a cualquier inclemencia meteorológica.

Poco a poco empecé a caminar y a ir cruzando puente y canales, en completa soledad, no había nadie por la calles, y tenía la sensación de estar en una película de ciencia ficción. De vez en cuando incluso me sobresaltaba algún alma solitaria que se cruzaba en mi camino, para instantes después volver a encontrarme totalmente sólo.

Gran Canal

Canal de Venecia

Lo que tenía que haber sido cuarto de hora al final se convertiría en el doble y es que reconozco que haría constantes paradas, costándome avanzar, al verme sorprendido por las hermosas perspectivas que las sombras y las luces tenues de las farolas iban creando en las pequeñas calles, plazas y canales.

RESIDENZA D´EPOCA SAN CASSIANO

Pasadas las 21:00 entraba en el hotel Residenza d´Epoca San Cassiano, situado a las orillas del Gran Canal y en el distrito de San Polo, probablemente el más famoso de los seis que conforman el centro histórico de Venecia. La habitación era pequeña pero muy limpia, así como el baño que estaba impecable. Estaba decorada con muebles de época que le daban un encanto especial.

Hotel San Cassiano

Hotel San Cassiano

La cama era cómoda y poseía un pequeño escritorio. El personal fue amable y servicial y el desayuno no estaba incluido, aunque lo contraté por ocho euros más por día, ofreciéndose en un comedor con un gran ventanal con vistas al Gran Canal, por lo que era imposible empezar mejor el día. Dicho desayuno era bastante completo y suficiente para salir con fuerzas a descubrir la ciudad. Y ahora diréis si me había tocado la lotería para alojarme en un hotel tan céntrico y correcto, Ni mucho menos, las cuatro noches me saldrían por 208,66 euros a los que tendría que sumarles 4,50 euros por persona y noche del impuesto municipal, es decir otros 18 euros. Como veis una ganga el total, seguramente motivado por dos causas. Una por las fechas que eran, correspondiendo a la temporada baja, y otra por ser uno de los hoteles más económicos de la zona, reservándolo con nueve meses de antelación.

Hotel San Cassiano

Hotel San Cassiano

Afortunadamente, respecto a la cena, venía preparado para no tener que salir ya del cuarto y me había comprado unos sándwiches en la estación de Florencia, por lo que tras comérmelos, me acostaría sin mucho tardar, dispuesto a absorber cada detalle y a disfrutar cada rincón, en los días sucesivos, de la maravillosa Venecia.


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