SUECIA - DIA 17. Västeras y Uppsala

8 de Septiembre de 2019.

Mi vuelo hacia Madrid no salía hasta las 19:20, pero mi idea no era ir de forma directa hasta el aeropuerto de Arlanda, sino que quería realizar varias paradas en dicho trayecto, por lo que no tocaba otra que pegarme un buen madrugón para que me diese tiempo a realizar todos los planes que tenía en mente. A las 07:00 ya estaba desayunando, en la bonita cocina de la casa, unos platos que había dejado preparados la señora del bed & breakfast compuestos por fiambre, tostadas, algo de fruta y mermeladas. Además de poder servirte la cantidad de zumos y leche que te apeteciese.

Después de cien kilómetros llegaría a Västeras, otra importante ciudad dedicada al comercio ya desde época vikinga y que durante la Edad Media fue un importante centro religioso, siendo aquí donde la iglesia Reformista fue proclamada la oficial de Suecia en el siglo XVI y donde se decidió que la monarquía sueca se convirtiera en hereditaria.

Y aunque no suele estar dentro de las grandes rutas turísticas, el caso es que a mí me apetecía dar un paseo por su centro histórico, empezando sin lugar a dudas por su Catedral de estilo gótico, aunque ha sido remodelada en numerosas ocasiones. En el siglo XVII se añadiría una torre de 102 metros de altura. El interior está dividido en cinco naves y guarda numerosas obras de arte, como un retablo alemán del siglo XVII y una interesante pila bautismal de madera y estilo renacentista. En el altar se puede contemplar un magnífico retablo del siglo XV de la escuela flamenca.

Catedral de Västerås

Catedral de Västerås

Detrás del altar, a la derecha está el sarcófago de mármol del rey Erik XIV, que según la leyenda murió envenenado por una sopa que le dio su hermano Juan III. Delante de la Catedral se encuentra la estatua del obispo Johannes  Rudbeckius, fundador del primer centro de enseñanza secundaria de Suecia en el siglo XVI.

Catedral de Västerås

A la derecha de la Catedral se encuentra el antiguo Palacio Episcopal, así como el peculiar campanario y otros edificios anexos correspondientes al conjunto religioso.

Campanario. Catedral de Västerås

Desde aquí avanzaría hasta el cercano y moderno Ayuntamiento con una torre de 66 metros de altura, aunque no se puede decir que sea bonito, más bien todo lo contrario, para en pocos pasos más llegar hasta la ribera del río Svartan que me introduciría en el Vasaparken, un enorme parque repleto de praderas verdes, esculturas como la de Gustav Vasa o el Castillo, que no aparenta ser tal construcción, albergando en su interior un museo dedicado a la historia de la región que decidiría no visitar. Por cierto que aquí estaría encarcelado Erik XIV cuando empezó a mostrar signos de locura y antes de ser envenenado como comentaba párrafos atrás.

Canal Svartan y Castillo. Västerås

Vasaparken. Västerås

Busto de Gustav Vasa. Vasaparken. Västerås

Ayuntamiento de Västerås desde Canal Svartan

Pero si hay otra razón por la que merece la pena parar en Västeras, además de por su catedral, es por el bonito barrio de Kyrkbacken, el distrito más antiguo y dulce de la ciudad. Es un laberinto de callejones flanqueado por casas de madera de una y dos plantas y atravesado por un canal.

Barrio de Kyrkbacken. Västerås

Barrio de Kyrkbacken. Västerås

Parece mentira que en otra época fuese el barrio más humilde y marginal de la ciudad, viviendo aquí incluso el verdugo a quien ni siquiera se le permitía compartir agua con otros ciudadanos y tenía que beber de un pozo que se ha mantenido como jardín.

Sin embargo, todo cambiaría y cuando, tras la Segunda Guerra Mundial, todo Västeras recibió un lavado de cara, Kyrkbacken se salvó de la demolición, manteniendo sus lindas calles adoquinadas y sus cabañas de madera pintadas.

Barrio de Kyrkbacken. Västerås

A sólo ocho kilómetros de Västeras encontraría otro de esos lugares místicos que tanto me gustan y que no tiene nada que envidiar a otros más famosos como Stonehenge. Me estoy refiriendo al túmulo funerario de Anundshög, por el que puedes pasear y no hay ningún tipo de barreras como aquel y todo totalmente gratuito y es que las consecuencias de la fama son las que son.

Túmulo Funerario de Anundshög

Túmulo Funerario de Anundshög

Sus dimensiones son realmente espectaculares, siendo el más grande de toda Suecia. Se pueden ver hasta cinco configuraciones de barcos, siendo restauradas hasta cuatro de ellas. Es probable que al considerarse estas configuraciones paganas, se volcaron las piedras cuando el cristianismo ganó terreno. La más grande posee 53 metros de largo y 16 metros de ancho.

Túmulo Funerario de Anundshög

Túmulo Funerario de Anundshög

Además de poder pasear por todo el recinto con total libertad, como comentaba, sin restricciones, lo mejor es subir a una pequeña colina para poder ver las formaciones desde lo alto y hacerse así una mejor idea de la composición de las mismas.

De nuevo en el coche, me tocaba afrontar unos 75 kilómetros para llegar hasta Uppsala, una de las ciudades más míticas e históricas de toda Suecia.

En 1164 el rey Erik IX fundó una iglesia en torno a la cual surgiría Gamla Uppsala, que fue la capital del Reino de Suecia. En 1273 Estocolmo pasó a ser la capital, mientras que Uppsala era el principal centro religioso y universitario del país, al haberse fundado allí en 1477 la primera universidad de Escandinavia.

Comenzaría mi visita por la recién mencionada Gamla Uppsala, es decir la Vieja Uppsala, situada a cinco kilómetros al norte de la ciudad. Se cree que fue la residencia de los reyes de Suecia durante la prehistoria, así como el hogar de la legendaria dinastía Yngling, según narra la historia escandinava.

Hasta la Edad Media fue un lugar de gran relevancia política porque era el punto de encuentro del Thing – la asamblea general – de todos los suecos, que se reunía anualmente para que el monarca llamase a las armas a su pueblo. Entre los siglos XIII y XIV también se convirtió en un importante núcleo comercial, económico y religioso.

Lo más relevante de Gamla Uppsala son sus montículos reales. Originariamente había entre 2000 y 3000 montículos en la zona, pero la mayoría se transformaron en tierras de labranza. No obstante se han extraído más de mil piezas arqueológicas de estos que han proporcionado información importante acerca de la vida de los antiguos habitantes de la zona. Se cree que los montículos reales fueron el cementerio de los reyes del siglo VI y se consideraban un símbolo de la divinidad y del poder. Los más antiguos – de la época pre vikinga – son los tres enormes situados a la llegada al recinto.

Túmulos Reales de Gamla Uppsala

Túmulos Reales de Gamla Uppsala

Hay una leyenda que dice que cada nueve años se celebraba un festival en el que se mataban a nueve hombres, cuyos cadáveres se colgaban en un árbol cercano hasta que estuvieran descompuestos. En el lugar del templo pagano donde supuestamente se celebraban esos ritos se alza hoy, el otro monumento fundamental de Gamla Uppsala, su iglesia, construida cuando los reyes suecos se bautizaron para convertirse al cristianismo en 1164.

Catedral de Gamla Uppsala

Campanario de la Catedral. Gamla Uppsala

En la zona también hay un museo en el que pueden admirarse muestras de la historia y de los mitos de Uppsala, reflejando el valor histórico de uno de los lugares más importantes de Suecia.

Tras la visita de su parte vieja, me desplazaría en coche a la parte más moderna, donde no tardaría mucho en encontrar un sitio gratuito para aparcar, ya que los domingos no son de pago en muchos puntos.

Mi objetivo esencial era su espectacular Catedral (abierta todos los días de 08:00 a 18:00. Entrada Gratuita), en pleno centro de su casco antiguo medieval, siendo la más grande de toda Suecia. Mide 27 metros de altura, 118 de largo y 45 de ancho. Además de estas colosales dimensiones es la más bella de las catedrales suecas, mostrándose en la fachada algunas esculturas del siglo XV, como imágenes de la Anunciación y la Flagelación de Cristo. La portada de la fachada izquierda es de estilo neogótico, mientras que en la de la fachada opuesta se pueden ver una serie de figuras, ángeles y escenas del Antiguo Testamento en los contrafuertes.

Catedral de Uppsala

Catedral de Uppsala

El interior consta de tres naves sujetas con columnas, un crucero, coro, deambulatorio y algunas capillas funerarias laterales. En la nave central se puede ver un impresionante púlpito y en el altar hay una gran cruz de cristal de roca.

Catedral de Uppsala

Sepulcro Catedral de Uppsala

A la salida apenas me quedaba ya tiempo para visitar nada más, pero decidiría apurar al máximo y subir a paso ligero hasta el castillo de Uppsala, confirmando que no merece la pena la construcción, aunque sí las vistas que se obtienen de la ciudad. En la actualidad alberga una residencia oficial.

Castillo de Uppsala

Uppsala desde  su Castillo

Jardín Botánico desde Castillo de Uppsala

No había tiempo para más, de hecho tendría que encaminarme hacia el coche a paso ligero para deshacer los últimos cuarenta kilómetros que me faltaban para llegar hasta el aeropuerto de Arlanda, echando antes gasolina para entregar el coche de alquiler impoluto y sin un rasguño. Luego cogería el autobús que me llevaría a la terminal cinco, facturaría la maleta, pasaría los controles y me dirigiría a la puerta de embarque, sobrándome después de todo ello escasa media hora hasta el momento de embarcar. Una vez más lo había conseguido por los pelos.

Atrás quedaba Suecia, un país que me había sorprendido tanto por su increíble capital como por sus otras ciudades históricas, sin olvidarme de su preciosa región de Bohuslän, en la costa oeste del país, con bonitos pueblos encaramados en las rocas y paisajes salvajes e increíbles. Me llevaba también la educación de su gente, su perfección, su respeto por las normas y el civismo, la puntualidad y el saber hacer las cosas con dedicación, esmero y cariño. Una vez más los nórdicos me demostraban que se encuentran a años luz de otros muchos países europeos.

Llegaba rendido a Madrid y más después del viaje insoportable que me dieron dos hermanos, que llevaba al lado, que no dejaron de pelearse en todo el vuelo, pero poco iba a poder relajarme, pues tras sólo unas horas de descanso, emprendía un nuevo viaje, de una semana, que me llevaría principalmente a la zona este de Suiza, aunque también me permitiría conocer Liechtenstein y algo más de Alemania y Austria, por lo que te animo a seguirme si te apetece.

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