ARRIBES DEL DUERO - DIA 02. Pozo de los Humos, Pereña, Pozo Airón, Saucelle

15 de Mayo de 2016.

El comienzo del día del hoy lo íbamos a realizar con probablemente el lugar más espectacular y más conocido de las Arribes del Duero, ni más ni menos que con la espectacular cascada del Pozo de los Humos, una gigantesca cola de caballo que recibe su nombre de la vaporosa cortina de agua que se forma como consecuencia de un salto que ronda los setenta metros de desnivel.

Se encuentra en el corazón de la Ribera salmantina, un poco más abajo de donde a Los Arribes se le suman las caudalosas aguas del Tormes. Por un cortado rocoso  la exuberante cascada se precipita configurando un paraje sorprendente, casi inimaginable en medio del paisaje castellano que predomina  hacia el oeste de la provincia, un área de escasas precipitaciones y peculiar arboleda.

Dos son los puntos desde donde se puede acceder. Por un lado desde la localidad de Masueco donde existe un espectacular conjunto de pasarelas y miradores suspendidos situados justo en el lugar desde el que se precipita el agua. Se puede decir que desde aquí se siente la cascada pues escuchas su ruido ensordecedor e incluso te refrescas con la bruma que se forma.

Pozo de los Humos. Masueco

Pozo de los Humos. Masueco

Pozo de los Humos. Masueco

Pero estoy seguro que habrá mentes inquietas, como nuestro caso, que seguro se han planteado si no es posible contemplar la catarata desde abajo, observando así su brutal caída desde esa perspectiva inusual. La respuesta es que sí y nosotros seríamos testigos de ello.

Para conseguirlo tendríamos que dejar los miradores y retroceder sobre nuestros pasos unos metros y buscar una pequeña senda escondida entre la maleza. Una vez localizada comenzaríamos el descenso con bastante cuidado pues la bajada es muy empinada y en algunos sectores hay barro que puede hacerte resbalar, por lo que hay que ir con todos los sentidos para no caerte. Tras el esfuerzo, pues de ir reteniendo las rodillas quedan algo tocadas, llegaríamos al cauce del río Uces, donde por su margen derecho, un camino estrecho nos llevaría hasta la pequeña laguna donde van a caer las aguas de la cascada. El panorama es espectacular e impacta sobremanera al ver caer tal cantidad de agua tan cerca de ti.

Hacia la base del Pozo de los Humos. Masueco

Base del Pozo de los Humos. Masueco

Base del Pozo de los Humos. Masueco

Tras tremendo espectáculo retrocederíamos sobre nuestros pasos y tras afrontar la matadora subida que nos había permitido llegar a ese lugar privilegiado, volveríamos al coche y nos dirigiríamos a la localidad de Pereña de la Ribera, donde haríamos una nueva ruta para contemplar en esta caso la cascada a lo lejos y en todo su esplendor, pues si desde Masueco se siente, desde Pereña se consigue la mejor perspectiva de la misma.

Pozo de los Humos. Pereña de la Ribera

Es obligatorio dejar el vehículo en el pueblo en un gran parque habilitado para ello. Desde el se afrontan sólo algo más de dos kilómetros hasta llegar al punto panorámico donde se disfruta de todo el cañón del río Uces, además de la propia cascada. Es una visión totalmente diferente a la obtenida desde Masueco y por tanto complementaria a la misma e igualmente recomendable.

Pozo de los Humos. Pereña de la Ribera

Sería este el lugar elegido para comer nuestros bocadillos antes de desandar lo andado y volver a Pereña por donde daríamos un paseo, resaltando la iglesia de Santa María con su espadaña y su portalillo.

Iglesia de Santa María. Pereña de la Ribera

Y acto seguido podríamos utilizar el mismo Pereña para iniciar una nueva ruta de senderismo que nos llevaría hasta otra de las cascadas más famosas de los Arribes. Me estoy refiriendo al Pozo Airón, no tan famoso como el Pozo de los Humos, ni de su mismo caudal, pero igualmente hermoso y con la particularidad de que gracias a una cavidad que posee justo detrás de él, se puede acceder a la misma y ver la caída del agua desde esa otra perspectiva, al igual que ocurría ayer con la cascada del Pinero.

La ruta tiene una distancia de unos siete kilómetros, ida y vuelta, y es apta para cualquiera, pues no presenta ninguna dificultad.

Comienza con una amplia pista de tierra por donde también pueden circular vehículos, pues tras algo más de un kilómetro hay un gran aparcamiento para estos. A partir de aquí una barrera impide el tráfico rodado y sólo se permite ya el paso a personas. Es en este momento donde el paisaje se transforma y se vuelve mucho más agradable a la vista, discurriendo por un pequeño sendero que va descendiendo progresivamente, permitiendo observar el discurrir de un pequeño arroyo que va creando pequeñas pozas de aguas cristalinas.

Ruta hacia el Pozo Airón. Pereña de la Ribera

Llegado el momento el camino cambiará completamente de dirección, haciéndonos girar a la izquierda, conduciéndonos sin pérdida posible hasta el Pozo Airón, un lugar que no tiene nada que envidiar a otros competidores cercanos.

Pozo Airón. Pereña de la Ribera

Era el momento de relajarse, de reposar, de observar el entorno mientras descansábamos, antes de disfrutar de la mejor experiencia que ofrece este paraje que es atravesar el salto de agua por detrás, gracias a la cueva que la erosión ha ido formando con el tiempo. Es fantástico ver la cortina líquida de forma tan diferente, recordándote muchas películas de piratas y aventureros, donde su escondite se encontraba justo detrás de escenarios similares, por lo que te hace ser protagonista de tu propia historia.

Pozo Airón. Pereña de la Ribera

Pozo Airón. Pereña de la Ribera

Pozo Airón. Pereña de la Ribera

No sería poco el tiempo que estuvimos en este maravilloso entorno, por lo que cuando quisimos regresar al coche sólo tendríamos ya tiempo de elegir un último lugar antes de que el día concluyese. Y nos decantaríamos por el mirador de El Salto de Saucelle desde donde la vista es preciosa al ver al Duero serpentear entre campos de cultivos mientras el río Huebra, uno de sus afluentes, se le incorpora sutilmente. También son visibles desde este punto el pico de Penedo Durao, la Central de la presa de Saucelle, así como el antiguo poblado de trabajadores, hoy convertido en complejo residencial.

Mirador del Salto de Saucelle

Los profundos cañones de Los Arribes, sus distintos enclaves naturales, cada rincón, cada paisaje nos había hecho enamorarnos de esta maravillosa región a la que no tenemos duda de que volveremos algún día, pues mañana no habría ya tiempo para nuevas sorpresas en la zona, tan sólo de elegir algún destino significativo de regreso a Madrid.

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