VALLE DE IREGUA - DIA 02. Sierra de Cebollera, pueblos singulares y Logroño

21 de Abril de 2007.

Sobre las 08:00 estábamos en pie, para después de asearnos y disfrutar de un contundente desayuno, partir a nuestro primer destino del día: la sierra de Cebollera.

SIERRA DE CEBOLLERA

Este excepcional paraje sería declarado Parque Natural en 1995, situándose en el extremo sur de La Rioja, en pleno sistema ibérico y haciendo frontera con Soria. Cuenta con un cordel de cumbres de unos treinta kilómetros, entre los puertos de Piqueras y Santa Inés. Cebollera, con 2146 metros de altitud, y La Mesa, con 2168, son sus cimas más señeras. Desde las crestas, los cursos de los ríos Iregua, Mayor y Lumbreras trazan pequeños valles de montaña. Rebollares, hayedos y pinares, tilos y acebos forman parte de su vegetación. Y en cuanto a su fauna quedan lobos, aunque han estado al borde de la extinción; ciervos, corzos, ardillas, jabalíes, gatos monteses, tejones y diferentes rapaces.

Sierra de Cebollera

Como se aprecia una auténtica maravilla natural que para conocer lo más esencial no dudamos en dejarnos asesorar en el Centro de Interpretación situado en Villoslada de Cameros. En él nos recomendaron realizar la ruta conocida como “Senda de las Cascadas de Puente Ra”.

Dicho y hecho, tomaríamos la carretera situada justo enfrente del mismo, la cual nos llevaría hasta la ermita de Lomos de Orio, el punto habitado más alto de La Rioja y lugar donde se celebra la concurrida romería de la Caridad Grande durante el primer domingo de julio. La ermita es un enorme edificio del siglo XVII que incluye una casa anexa del XVIII, para el santero. Pasa por ser una de las mejores construcciones barrocas de la Comunidad.

Ermita Lomos de Orio. Sierra de Cebollera

Sería aquí donde estacionaríamos el coche y comenzaríamos a caminar. El nombre de la excursión que estábamos a punto de comenzar desde luego que es cuanto menos curioso, por lo que cuando nos hablaron de ella no tardamos mucho en preguntar acerca de dónde provenía. Este se refiere al nombre de uno de los afluentes del río Iregua que discurre por la cara norte de la Sierra de Cebollera.

Y ya sin darle más vueltas comenzamos a caminar por una amplia pista de tierra que comienza justo donde termina el asfalto del aparcamiento. Paso a paso iríamos ganando altura para sin mucho tardar deleitarnos con unas impresionantes vistas de los bosques que cubren Sierra de Cebollera.

Poco después abandonaríamos la mencionada pista por un desvío hacia la derecha y nos internaríamos en la masa arbolada que domina estos montes y entre los que destacan, por su extensión y belleza, los pinares y las hayas.

A continuación llegaríamos a un paisaje conocido como Majada de las Disecadas, un importante lugar en otros tiempos donde la trashumancia y el pastoreo eran esenciales en la zona. Así lo señala un cartel informativo colocado  en un árbol. En este lugar podríamos observar una fiel reproducción de una choza de pastor y un cerco de piedra empleado para guardar el ganado y protegerlo así de lobos y otros animales.

Majada de las Disecadas. Sierra de Cebollera

De todas maneras aunque así narrado pueda parecer complicado, el camino no tiene perdida alguna ya que en todo momento la ruta está perfectamente indicada con marcas de pintura verde y naranja que hacen imposible perderte.

Tras lo anterior volveríamos a sumergirnos entre altos pinares, esta vez con un mayor y acusado descenso que haría que nuestras rodillas sufrieran más de la cuenta, debiendo parar en alguna ocasión para no cargarlas en exceso. Superado este escoyo del camino, la vegetación ya nos dejaría entrever el cauce del arroyo de Puente Ra, al fondo del barranco.

Sólo necesitaríamos seguir por una pista ascendente, entre un hermoso hayedo y rocas cubiertas de musgo, para acercarnos cada vez más al cauce del rio y poder deleitarnos con numerosos saltos de agua que originan pequeñas cascadas de gran belleza de tres o cuatro metros de altura, destacando especialmente la mayor y principal de todo el conjunto.

Cascadas de Puente Ra

Cascadas de Puente Ra

Cascadas de Puente Ra

Poco después una enorme aspa pintada en un árbol nos indicaría que allí concluía la ruta, debiendo desandar parte del camino y dejándonos guiar en todo momento por las marcas de colores que nos llevarían hasta un puente de hormigón que desentona profundamente con el paisaje, debiendo desde aquí seguir las indicaciones que nos conducirían, en un moderado ascenso, de unos veinte minutos, a la ermita de Lomos de Orios, donde habíamos dejado el coche a primera hora de la mañana.

Tardaríamos algo más de dos horas en realizar la ruta, pero teniendo en cuenta que pararíamos a descansar y a realizar fotografías en el salto de agua principal, por lo que se puede hacer en menos tiempo.

Tras comer unos ricos bocadillos en el área de la ermita, nos dispusimos a continuar la ruta por La Rioja más desconocida, siendo nuestra siguiente parada Villoslada de Cameros.

VILLOSLADA DE CAMEROS

En sólo un cuarto de hora y no más de diez kilómetros llegábamos a esta población por la que hacía unas horas tan sólo habíamos parado para recoger información en su Centro de Interpretación. Ahora la íbamos a conocer en mayor profundidad.

Villoslada de Cameros

Nos recibiría un hermoso puente medieval de seis ojos y magnífica factura que cruza el río Iregua, siendo, por tanto, la primera localidad que lo ve pasar en su recorrido hacia el Ebro.

Puente Medieval. Villoslada de Cameros

Las casas de la población se recuestan sobre la pendiente soleada de la montaña, y sus calles estrechas y sinuosas, acaban conduciendo a la iglesia de Nuestra Señora del Sagrario. En el camino se descubren numerosas muestras de arquitectura tradicional serrana y notables caserones de piedra de porte hidalgo con balconadas, rejas de forja y sus escudos.

Iglesia Ntra Señora del Sagradio. Villoslada de Cameros

Es curioso saber que en Villoslada se realiza una peculiar tradición artesana: la elaboración de almazuelas, mantas, colchas  y cubrecamas fabricados con pequeñísimos trapos. El origen de esta técnica parece estar en la necesidad que hubo en otra época de aprovechar al máximo las prendas. Así, tras ser desechadas por inservibles para otro uso, eran cortadas en pequeños trozos para volver a unirlos de nuevo combinando colores y texturas.

LAGUNA DE CAMEROS

Nuestro viaje continuaría hacia Laguna de Cameros, situado a 26 kilómetros del anterior, tardando en llegar unos 35 minutos. En este pequeño pueblo, vuelve a destacar su arquitectura tradicional, como en todos los de la zona, pudiendo observar algún que otro escudo en las fachadas de las viviendas. Su construcción más importante es la iglesia de la Virgen de la Asunción, construida en el siglo XVI en sillería y mampostería.

SAN ROMÁN DE CAMEROS

Sólo diez kilómetros nos separaban de esta nueva y agradable localidad, donde también haríamos una breve parada para pasear por sus calles tradicionales y visitar, en lo más alto del mismo, la iglesia parroquial de la Asunción, construida en el siglo XVII y donde se muestra una colección de tallas provenientes de otros pueblos abandonados de los alrededores. Cuenta también con un Ecomuseo que no visitaríamos por falta de tiempo.

San Román de Cameros

Iglesia de Asunción. San Román de Cameros

SOTO EN CAMEROS

Y en otros diez kilómetros más llegábamos a Soto en Cameros, tradicionalmente dedicada a la producción textil, quedando en la localidad restos de antiguas fábricas de paños y de los molinos de las riberas del Leza, por las que pasearíamos, entre los buenos ejemplos de arquitectura tradicional que componen la población. También tiene fama por fabricarse aquí sus célebres mazapanes. Un puente salva el curso del río en un paraje de gran belleza.

Soto en Cameros

Respecto a sus edificios religiosos habría que destacar su iglesia de San Esteban Protomártir de estilo barroco la cual vigila el pueblo desde su parte más alta y la ermita de Nuestra Señora del Cortijo, también en lo alto de un cerro. También hay numerosas casas y palacios con escudos que blasonan sus fachadas, como el del Marqués de Vallejo.

Ribera Río Leza. Soto en Cameros

CAÑÓN DEL RÍO LEZA

Un mirador situado a tan sólo dos kilómetros de Soto en Cameros nos permitiría admirar la hoz que compone el Leza al atravesar la sierra de Cameros, conformando un paisaje de estremecedora belleza. Y es que a lo largo de siete kilómetros, este río se encajona entre rocas peladas que guardan la huella de los dinosaurios. Sobre este insólito paraje es habitual contemplar el vuelo de los buitres que habitan la zona. Además junto a la hoz, existen varias ermitas casi arruinadas que forman parte de este lugar tan especial.

Cañón del Río Leza

Cañón del Río Leza

Eso sí, nos quedaríamos con las ganas de realizar una hermosa ruta que partiendo de la población de Leza, por su puente medieval, discurre junto al río hasta Soto. Tal vez en otra ocasión.

LOGROÑO

La tarde empezaba a caer y por si todo lo anterior no había sido suficiente, mi amiga me tenía reservada una última sorpresa. Tras parar y disfrutar del anterior mirador, volveríamos a subir al coche y sólo unos kilómetros más adelante pararía en una amplia llanura donde tendríamos que cambiar la vestimenta de senderismo, con la que habíamos pasado el día, por un atuendo un poco más decente antes de continuar al último destino de la jornada del que todavía no era conocedor. Las evidencias cada vez eran más claras y sin mucho tardar descubriría que esa sorpresa final no era otra que la capital riojana: Logroño, donde llegaríamos después de otros 25 kilómetros y media hora.

De clara vocación jacobea, la ciudad de Logroño se encuentra situada en pleno camino de Santiago, está marcada por su proximidad al río Ebro y por ejercer la capitalidad de una de las más célebres regiones gastronómicas y vitivinícolas españolas: La Rioja. De confuso origen histórico, estuvo varios siglos bajo dominio musulmán y comenzó su desarrollo como núcleo urbano a finales del siglo XI, con la consolidación de las peregrinaciones.

Aunque no quedaba mucho tiempo de luz, sí que podríamos dar un paseo por el centro de la ciudad y conocer sus principales monumentos entre los que destacan los siguientes:

CATEDRAL DE SANTA MARÍA DE LA REDONDA: es conocida también como concatedral, ya que por razones históricas comparte sede episcopal con los templos mayores radicados en Calahorra y Santo Domingo de la Calzada. La singular fachada alza sus llamativos volúmenes sobre la plaza del Mercado. Construida en el siglo XVIII en un recargado estilo barroco, consta de una enorme portada flanqueada por dos elevadas torres gemelas de la misma época. En su interior destacan sus bóvedas estrelladas y el cuadro de la Crucifixión atribuido al genial Miguel Ángel. También son muy valiosas la renacentista sillería del coro, el retablo mayor barroco y las diversas tallas y pinturas hispano – flamencas, visibles en distintas capillas.

Concatedral de Sta María La Redonda

IGLESIA DE SANTIAGO: este templo conmemora la legendaria batalla de Clavijo, en la que el Apóstol Santiago montado en un brioso corcel, tomó partido por las tropas cristianas del rey asturiano Ramiro I. Un descomunal Santiago Matamoros preside la fachada principal del edificio.

Iglesia de Santiago

IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ: la mayor parte de su fábrica se corresponde con el estilo protogótico, de comienzos del siglo XIII. Entre todos sus restos destaca una portada apuntada de aires románicos y profusamente decorada, en la que sobresalen las escenas alusivas al martirio del santo titular.

Iglesia de San Bartolomé

PUENTE DE PIEDRA: desde el año 1884 sustituye al famoso y fortificado puente románico de doce arcadas por el que los peregrinos salvaban el Ebro. Fue diseñado por los santos ingenieros Domingo de la Calzada y Juan de Ortega. Desde sus inmediaciones se contempla una bella panorámica de la ciudad.

Puente de Piedra

Río Ebro a su paso por Logroño

ARCO DEL REVELLÍN: también llamado del Camino o de Carlos V, es el único resto conservado de la muralla medieval que rodeaba la ciudad de Logroño. Por esta puerta, a la que se llega siguiendo la larga y medieval calle de Barriocepo, salían los peregrinos en su marcha hacia Navarrete.

RÚA VIEJA: el casco antiguo de Logroño sigue girando en torno al trazado del Camino Francés. La rúa Vieja  es su arteria más ilustre, pero también merecen una detenida visita, en la zona de la antigua e importante judería, las largas calles Barriocepo, Marqués de San Nicolás y Portales.

La noche se nos había echado encima y aunque nos habían quedado lugares importantes por conocer en la capital riojana decidimos dejarlo aquí con la excusa de poder volver algún día, poniéndole la guinda a un día tan intenso dirigiéndonos a las famosas calles del Laurel y de San Juan, repletas de bares en los que podríamos disfrutar de un chiquito de rioja y degustar un pimiento relleno de bacalao, un pincho de embuchados o una tapa de setas, el colofón perfecto a un día realmente complicado de superar.

Lo bueno de La Rioja que todo está cerca y para regresar a nuestra casa rural en El Rasillo de Cameros sólo teníamos por delante unos cuarenta kilómetros que no tardaríamos más de tres cuartos de hora en realizar, realizados los cuales y después del día tan intenso no tendríamos ningún problema en dormir a pierna suelta.


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