VALLE DE IREGUA - DIA 03. El Rasillo y Ortigosa de Cameros

 22 de Abril de 2007.

EL RASILLO DE CAMEROS

El desayuno que nos esperaba en la mesa, puesta con todo detalle por nuestra anfitriona, no podía ser mejor: queso y membrillo, pan tostado, pasteles y bizcocho recién hecho, acompañado con zumo de naranja natural, leche y café.

Tras despedirnos de la encantadora dueña decidiríamos dar un paseo por este pueblo que nos había acogido durante el fin de semana.

El Rasillo de Cameros

Dominado por la cumbre de San Cristóbal, El Rasillo cuenta con una arquitectura popular en muy buen estado de conservación, caracterizada por viviendas con portadas de medio punto y esquineros y dinteles de sillería. Por su proximidad al embalse de González Lacasa y su ubicación, la localidad es, sobre todo, un importante centro turístico con una amplia oferta de casas rurales y un lugar de referencia para la práctica del senderismo y, sobre todo, de los deportes acuáticos.

Arquitectura Tradicional. El Rasillo de Cameros

Entre sus casas de piedra roja, sobresale la iglesia de las Eras, así como una vieja olma de hace siglos.

ORTIGOSA DE CAMEROS

Nuestra última visita antes de regresar a Madrid sería a Ortigosa de Cameros, una singular localidad declarada conjunto Histórico – Artístico poseedora de un rico patrimonio monumental y ejemplo de urbanismo de montaña adaptado de forma natural a la topografía, con puentes airosos, casonas nobles y cuevas. Sería por estas últimas por las que comenzaríamos la visita y más concretamente por las que se conocen con el nombre de grutas de La Paz y La Viña, situadas a la entrada de la localidad y bajo el macizo calcáreo del Encinedo, cubierto por encinas y cantera de donde se extrajo la piedra para la construcción del embalse González Lacasa. La Paz tiene un recorrido de 236 metros y se encuentra en la parte superior de la cantera, mientras que La Viña, de 114 metros se halla en el frente. Las espectaculares  estalactitas, estalagmitas y columnas que guardan su interior son el reflejo de la acción del agua y de su poder disolvente frente a las calizas. Un auténtico capricho de la naturaleza. La visita es guiada en ambas cuevas y dura una hora.

Ortigosa de Cameros desde inmediaciones Gruta de la Paz

Las entradas se compran en la taquilla y cuestan cinco euros. Hay dos pases por la mañana a las 11:30 y 12:30 y dos por las tardes a las 16:30 y 17:30. En verano hay otro a las 18:30. Los lunes están cerradas.

Tras la visita anterior era el momento de dirigirnos a conocer el caserío de Ortigosa que con sus calles estrechas, cuestas pronunciadas y alineaciones irregulares se desparrama por las dos laderas del barranco del río Albercos, dividiendo la villa en dos barrios: el de San Martín y el de San Miguel, con sendas iglesias.

Ortigosa de Cameros desde Puente de Hormigón

Dos airosos puentes salvan el tajo que divide el pueblo: uno de hierro de principios del siglo XX, junto a las cuevas; y otro de hormigón, también antiguo que comunica las dos iglesias y barrios de la localidad.

Puente de Hormigón y barrio de San Miguel

Si se soportan bien las cuestas, Ortigosa es buen lugar para callejear, alternando viviendas tradicionales con casonas de piedra y escudo. La Casa Grande y la Casa Brieva, con detalles platerescos son buenos ejemplos. Otro edificio singular es el Ayuntamiento, del siglo XVIII.

La iglesia de San Martín es también interesante, ubicada en la parte alta del pueblo. Es un edificio de mampostería y sillería que se remonta al siglo XVI, aunque el último cuerpo de la torre y la sacristía se añadieron en el XVIII. En el interior posee un interesante retablo mayor de estilo rococó.

Desde esta se puede descender hasta la plaza, con buena parte del recorrido al abrigo de los cobertizos que cubren las calles.

Sólo había tiempo ya para realizar una contundente comida basada en filetes de lomo y patatas, antes de emprender el camino de regreso con dos breves paradas para observar el embalse de Pajares y disfrutar de las vistas que ofrece el puerto de Piqueras, que marca los límites entre Soria y La Rioja. No había mejor manera de concluir este viaje marcado por las continuas y siempre acertadas sorpresas.

Puerto de Piqueras


No hay comentarios :

Publicar un comentario