DIA 12. FLORIDA. Volcano Bay

6 de Septiembre de 2017.

Dejábamos atrás los parques Disney, tras cuatro días inolvidables en ellos y un montón de emociones y experiencias que ya nadie nos podría quitar, y comenzábamos una nueva etapa en el mundo de Universal, el competidor por excelencia y más directo de aquel.

Si hay una cosa que teníamos clara para la jornada de hoy es que tenía que ser una especie de día de tránsito, donde descansar de los tradicionales parques temáticos y poder hacer algo diferente sin tener que madrugar, por lo que tras estudiar las diferentes opciones que ofrecen los alrededores de Orlando, nos decantaríamos por experimentar un parque acuático americano, que están considerados como los mejores del mundo.

Cuatro serían las opciones que nos plantearíamos. Las dos primeras seguían estando vinculadas a Disney y suponía probar uno de sus dos parques acuáticos, llamados Typhoon Lagoon y Blizzard Beach. La tercera era conocer el también famoso Sea World, mundialmente conocido por sus espectáculos con orcas, aunque cuenta también con un buen número de atracciones y shows con otros animales. Por último, valoraríamos, como cuarta posibilidad, acudir al casi recién inaugurado Volcano Bay, cuyas críticas eran buenas y hasta le situaban con posibilidades de competir, en igualdad de condiciones, con los parques acuáticos de Disney.

La decisión al final vendría motivada por un tema puramente económico y es que había una oferta de Universal en la que cogiendo el pack de sus ahora tres parques, podías ahorrarte bastantes dólares, así que no nos lo pensaríamos mucho y nos decantaríamos por Volcano Bay.

Volcano Bay

Este sería inaugurado el 25 de Mayo de este mismo año, por lo que íbamos a acudir a sus instalaciones sólo algo más de tres meses después del día de su inauguración, lo que tenía muy buena pinta, aunque nos preocupaba bastante el tema de las aglomeraciones al tener tan poco tiempo y haber muchísima gente que quería acudir a conocerlo.

No saldríamos de casa hasta las 10:30, llegando al parque sobre las 11:00 y teniendo que abonar veinte dólares por dejar el vehículo en el tradicional parking situado en un edificio con varias plantas, lo que sin haber excesivo tráfico nos supuso una pequeña espera de cinco minutos hasta que pudimos acceder al piso correspondiente.  Es evidente, por tanto, que son mucho más efectivas las grandes explanadas de Disney que unidas a la perfecta coordinación de sus empleados hacen que no esperes nada. Así que punto para ellos.

Acto seguido, tomaríamos un autobús gratuito que en no más de diez minutos nos dejaría en la entrada del parque, donde nos acercaríamos a las taquillas para informarnos de si había que canjear nuestras entradas en papel por alguna otra tarjeta o dispositivo similar, pero no fue necesario, así que sólo tendríamos que acudir ya a los tornos donde estaban los empleados, pasar los códigos de barras por las máquinas, recibir una pulsera que más tarde contaré cuál es su función, y ya estábamos dentro listos para acudir a los vestuarios.

Volcano Bay

Por cierto que la entrada conjunta de los tres parques de Universal (Volcano Bay, Universal Studios e Islands of Adventure) nos supondría 300 euros por persona. Como se ve más cara que los cuatro días en Disney World y sin pases rápidos, como ya contaré también después.

Una vez cambiados y cuando nos dispusimos a dejar nuestras pertenencias en las taquillas respectivas, nos encontraríamos con una desagradable sorpresa y es que por utilizarlas tienes que desembolsar veinte dólares por las grandes y doce por las más pequeñas, lo que nos pareció un robo a mano armada, después de lo cara que es ya de por sí la entrada. El problema es que no tienes otra opción para dejar las cosas seguras, salvo que te vayas turnando entre los miembros del grupo para que siempre haya alguien con las pertenencias, lo que creo que no merece la pena.

Volcano Bay

Tampoco íbamos a dejar que lo anterior nos amargase el día así que corrimos un tupido velo y comenzamos a disfrutar de Volcano Bay.

Tras elegir un punto para ubicarnos en Waturi Beach, comenzaríamos a movernos a nuestro antojo por el parque, sin ningún tipo de estrategia previa y sin tener que soportar filas de más veinte minutos de espera y es que por primera vez en este viaje tengo que hacer referencia al huracán Irma, cuya trayectoria ya veníamos siguiendo desde hacía unos días y ya empezaba a dar sus primeros problemas por los países del Caribe, y aunque de momento a nosotros parecía que no tenía por qué afectarnos y todavía no había motivos para alarmarse porque incluso el vuelo de vuelta seguía sin cambios, sin embargo, es verdad que como consecuencia de todo ello estaba empezando a afectar al ocio en algunos lugares, siendo este uno de ellos, no estando ni a la mitad de su capacidad.

Volcano Bay

Si a lo anterior le sumamos que una repentina tormenta nos pillaría de improviso, causando que cerraran las atracciones durante media hora y haciendo que se vaciase más el parque, pues ello haría que casi que lo tuviéramos para nosotros solos y pudiéramos montar una y otra vez en todas las atracciones, por lo que esta vez contaré nuestra experiencia de una forma más genérica sin ser demasiado explícito.

Ante todo lo anterior tampoco tendríamos que utilizar la pulsera que nos darían en la entrada y que en días de mucha afluencia es un elemento fundamental, pues te permite acudir a la atracción en la que estés interesado, acercarla a un lector y obtener de este un margen de tiempo concreto en el que tendrás que volver e ingresar de forma rápida sin esperar así demasiadas filas. Aun así y todo en jornadas con muchas masificación puede darse el caso de no conseguir acceder a todas las atracciones.

La pieza central de Volcano Bay, Krakatau, se encuentra a sesenta metros sobre el parque, siendo el pico más alto de Florida, lo que pudiendo parecer una broma no lo es, consiguiendo creértelo una vez que llegas a su cima. El volcán Krakatua, sin duda que es el elemento más asombroso del parque, el más espectacular, con cascadas que fluyen por sus laderas y sus diferentes toboganes que parecen desafiar a la muerte.

Volcano Bay

Su parte trasera está abierta con un conjunto de escaleras que te llevan hacia sus atracciones más altas y una gran cantidad de tubos. Cuatro son las intensas experiencias que se pueden disfrutar en esta área:
  • Krakatua Aqua Coaster: Para mí una de las atracciones más divertidas y diferentes de Volcano Bay donde montaríamos hasta en cuatro ocasiones. Te sitúas en una canoa de cuatro plazas en la que experimentas las mismas sensaciones que en una montaña rusa pero sobre un tobogán, con curvas, caídas, giros y cascadas dentro del mismo volcán. Creo que es acta para toda la familia y no se hace desagradable en ningún momento.
  • Kala & Tai Nui Serpentine Body Slides: Es una experiencia única, aunque hay que pensárselo dos veces antes de atreverse con ella, pues supone entrar en una cápsula, donde una vez clausurada, el suelo que te sostiene se abate y te hace caer casi cuarenta metros, en los que te vas deslizando en un tobogán completamente cerrado hasta llegar a la piscina. Nosotros elegiríamos el verde que es más intenso que el azul.
  • Ko´okiri Body Plunge: Debe ser la edad y que nos hacemos mayores, pero sería con la única atracción del parque con la que no nos atreveríamos y es que impresiona demasiado. Es exactamente igual que la anterior, pero con la diferencia de que la caída libre, una vez que se abre el suelo que te sostiene, es casi vertical y de unos setenta grados. Además, para mayor emoción, al final no llegas directamente a la piscina sino que caes en ella desde varios metros por encima.
  • Punga Racers: Es la clásica atracción que se encuentra en todos los parque acuáticos y en la que te sitúas sobre colchonetas para luego lanzarte con ellas sobre el tobogán, compitiendo entre cuatro participante por llegar primero al agua. Entretenida pero nada del otro mundo.
Volcano Bay

Una zona mucha más tranquila que la anterior es la situada en la base del volcán y conocida como Wave Village, basándose sobre todo en áreas de descanso con playas y piscinas artificiales. La componen:
  • Waturi Beach: Aquí fijaríamos nuestra base de operaciones al estar bastante céntrica y poder llegar rápidamente a todos los lugares. Además cada poco tiempo se pone en funcionamiento el  sistema de olas donde se disfruta una barbaridad saltándolas. Cuenta también con numerosos asientos donde poder relajarse.
  • The Reef: Esta piscina adyacente a la anterior ofrece aguas mucho más tranquilas, así como poder observar, desde primera fila, a los valientes que pasan de forma fulminante por el tubo transparente de Ko´okiri Body Plunge.
Volcano Bay

La siguiente área a comentar sería River Village, mitad de la cual está reservada a los más pequeños con dos zonas para que disfruten de pistolas de agua, pequeños toboganes y otros detalles que harán que no quieran marcharse de allí en todo el día. Se conocen como:

  • Runamukka Reef: Dedicado a los pequeños que ya van al colegio.
  • Tot Tiki Reef: Pensado para los más chiquitines.

Para todo el público esta zona reserva dos atracciones:
  • Honu Ika Moana: Se trata de dos toboganes diferentes a los que se accede por escaleras separadas. El azul es el más intenso y representa a una tortuga, montándote en un inmenso flotador con capacidad hasta para cinco personas en el que afrontas dos inmensas paredes que te hacen ponerte casi vertical en algún momento, mientras te balanceas de una a otra. El verde representa a una ballena y es un simple paseo en un flotador grupal de cinco plazas sin ningún tipo de emoción.
  • Kopiko Wai Winding River: En el que montado en flotadores puedes dar un relajante paseo a través de un río, internándote durante una parte del mismo en las cavernas y cascadas que se encuentran en las inmediaciones y bajo el volcán Krakatau.
Volcano Bay

La última zona a comentar sería Rainforest Village que cuenta con las siguientes atracciones:

  • Maku Puihi Round Raft Rides: De nuevo se recurre a los grandes flotadores compartidos para realizar dos recorridos  de diferente intensidad tipo rafting. El camino Puihi es más intenso que el Maku, ya que en el primero tienes alguna que otra sorpresa en la que seguro no permaneces indiferente.
  • Ohyah & Ohno Drops Slides: Son dos divertidos toboganes cubiertos con intensos giros que terminan lanzándote a una altura de tres metros de la piscina sobre la que caes. El tubo violeta es más intenso que el verde, pero ambos son asequibles para la gran mayoría.
  • Puka Uli Lagoon: Es una tranquila laguna con arena blanca donde relajarse mientras ves caer a los que se animan a montar en los toboganes anteriores.
  • Taniwha Tubes: Esta atracción se basa en la Isla de Pascua y puedes elegir entre cuatro toboganes llenos de curvas, para deslizarte sobre uno de ellos en un flotador doble o individual, según prefieras ir sólo o acompañado.
  • Te Awa The Fearless River: Se puede decir que es la versión rápida de Kopiko Wai Winding River, ya que las corrientes son más fuertes y te desplazas, montado en tu flotador, a mayor velocidad. Es más divertida que la otra.
  • Hammerhead Beach: Otra playa más donde relajarse y tomar el sol.
Volcano Bay

Como se ha podido comprobar no hay tiempo para aburrirse, al tener una gran variedad de atracciones, algunas bastantes originales. Como ya comentaba si te toca un día con poca afluencia de público no tienes problemas en montar en todo y las veces que te apetezca, pero si te sucede justo lo contrario y te corresponde una jornada masificada, tengo dudas de que, aún madrugando, se consiga probar todas las posibilidades de este parque, teniendo en cuenta que cierra a las 18:00.


Respecto a la comida, optaríamos por unas pizzas más la bebida, suponiéndonos unos 16 dólares por persona, por lo que está más o menos en la media de lo que te supone almorzar en los parques.

Decidiríamos apurar hasta el límite de cierre de las atracciones, que como ya he comentado era a las 18:00, por lo que puedes estar montando en la mayoría de ellas hasta esa hora y luego ya dirigirte tranquilamente a los vestuarios a cambiarte, por lo que saldríamos del parque como a las 18:30.

Sinceramente me parece una buena idea, si se tiene tiempo, pasar un día en un parque acuático americano, pues te permite experimentar sensaciones y vivencias que no consigues en otros países y es que una vez más los americanos saben cómo hacerlo para que te lo pases en grande.

De vuelta a casa volveríamos a parar en el supermercado para comprar alguna que otra cosa que escaseaba y a las 19:30 entrábamos al hogar, lo que sería perfecto para coger fuerzas y acabar de reponernos para los días que nos quedaban.

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