BARCELONA - DIA 03. Santuario del Far, Rupit y embalse de Sau

25 de Noviembre de 2010

SANTUARIO Y MIRADOR DEL FAR (GERONA)

Si ayer con la visita a Solsona, en la provincia de Lérida, hacíamos una primera excepción al salir de la provincia de Barcelona, hoy haríamos la segunda y última, ya que empezaríamos por un lugar emplazado en Gerona, aunque sea por pocos kilómetros. Este lugar, como ya lo dice el enunciado principal, era el Santuario del Far, enclavado en el macizo del Collsacabra y situado en lo alto de un espectacular risco con forma de proa de barco que lo hace inconfundible.

Aunque el santuario original data del siglo XIII, este sería destruido por los terremotos que afectaron a esta región allá por el año 1428, aunque sería reconstruido poco tiempo después. No obstante, de esa etapa se consiguieron salvar parte de la fachada y una de las capillas interiores de estilo gótico. Pero tal vez lo que más llame la atención del complejo sea el campanario de la torre de 1720 que le da cierto aire característico al Santuario.

En el interior se puede ver la imagen hecha en alabastro de la Virgen del siglo XV y que como tantos otros sitios también tiene su propia leyenda. Según esta unos marineros que estaban a punto de naufragar, al ver a lo lejos la cima del santuario, prometieron que construirían una ermita si conseguían salvarse. Y así fue.

Pero más allá del edificio religioso, lo más espectacular, no cabe duda, que es el mirador que se encuentra situado en la punta del acantilado de 500 metros sobre el pantano de Susqueda, a pocos metros del santuario. Desde él se consiguen unas panorámicas espectaculares del parque Natural del Montseny, del entorno de Tavertet y Rupit, los Pirineos y el mar. Dicen que incluso se llega a ver Mallorca, pero nosotros no la apreciamos.

Mirador del Far

Mirador del Far

La carretera que permite acceder a ambos sitios está en muy buen estado y no supone ningún problema, por lo que no hay excusa para acercarse a disfrutar de un sitio tan espectacular.

RUPIT Y SALTO DE SALLENT

En sólo veinte minutos y trece kilómetros llegaríamos a Rupit, uno de esos pueblos maravillosos que compiten por recibir el título de más bello. Y el espejo les dice que sí, que están en el pelotón de cabeza. Declarado conjunto histórico – artístico, la esbelta torre octogonal barroca de la iglesia parroquial vigila un fabuloso caserío aferrado a un espolón rocoso y que se acopla a la difícil orografía del terreno.

Rupit

Lo más interesante de todo es la homogeneidad del conjunto y por tanto pasear sin prisas por él, disfrutando del entorno y de cada rincón del mismo. No obstante, si tengo que ser más explícito recomendaría internarse por la empinada calle del Fossar, la arteria principal de Rupit, con su irregular firme de piedra, flanqueada por casas de los siglos XVI, XVII y XVIII. La cruz de piedra con la que te topas es un magnífico mirador sobre el pueblo y su extraordinario enclave natural.

Calle del Fossar

La calle Cavallers y pequeñas plazas como la del Obispo Font, la de La Vila y la Major compiten en recabar la mejor estampa. Además Rupit enseña con orgullo edificios como el Palau, con sus arcadas de piedra y jardín colgante; la iglesia parroquial de Sant Miquel, barroca con elementos neoclásicos; o la capilla de Santa Magdalena, junto a un espolón desde el que se tienen unas bonitas vistas.

Rupit y su entorno

Torre Iglesia de Sant Miquel

Otra parte obligada de la visita es cruzar la riera de Rupit por el puente colgante construido en 1945 y llegar hasta la Casa de la Ferrería, la cual se aloja en un notable edificio del siglo XVIII. Aún sigue funcionando como herrería y está reproducida en el Pueblo Español de Barcelona.

Puente Colgante

Y ya que estábamos aquí y tras la visita del pueblo, no queríamos prescindir de hacer una ruta de senderismo hasta el Salto de Sallent, un sencillo recorrido circular, convenientemente señalizado que te permite llegar hasta el mirador situado a 300 metros del salto. Los cien metros de cascada por la que se precipita el agua de la riera de Rupit constituyen un soberbio espectáculo. Desde el mirador son visibles también los despeñaderos del Pla Boixer y el cercano pantano de Susqueda. El camino continúa cuesta abajo por la pista de Sant Joan de Fábregues hasta llegar de nuevo a nuestro punto de partida. La distancia no llega a los cinco kilómetros y nosotros tardaríamos dos horas en realizarla, pero se puede hacer en menos, ya que nos recreamos bastante.

Entorno Salto de Sallent

Salto de Sallent

Tras terminar la caminata optaríamos por comer un menú en un agradable restaurante del pueblo, lo que haría que ya tuviéramos poco margen para hacer algún plan más ambicioso. Así que tras deliberar e investigar un poco, decidiríamos terminar el día en el siguiente destino.

EMBALSE DE SAU Y PARADOR DE VIC - SAU

Por delante teníamos menos de cuarenta kilómetros que tardaríamos en hacer casi cincuenta minutos y es que la primera parte del recorrido estaría repleto de curvas que nos ralentizarían bastante.

El entorno del pantano es espectacular pues se encuentra rodeado de enormes riscos que superan los mil metros de altitud, además de acantilados y precipicios que forman parte del macizo del Collsacabra. Y si por todo ello fuera poco se complementa con frondosos bosques.

Embalse de Sau

Es interesante saber que antes de la construcción del pantano, aquí se hallaba el pueblo de San Román de Sau que contaba con unas 300 almas que se dedicaban a la agricultura y a la ganadería y que quedaría sumergido bajo las aguas del pantano en agosto de 1962. De hecho en épocas de sequía e incluso si no está demasiado lleno, se llega a ver el campanario.

Tras diferentes paradas en varios miradores naturales improvisados, llegaríamos hasta el Parador de Turismo, ubicado en una auténtica masía catalana que permite hacerse una idea de cómo era la vida tradicional en los pueblos catalanes.

Embalse de Sau

Al situarse en un alto, permite tener una panorámica espectacular del pantano de Sau al fondo, lo que haría que fuese el lugar perfecto para relajarse, disfrutando de una buena cerveza fría, mientras la oscuridad se volvía la protagonista.


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