PATAGONIA SUR - DIA 11. Llegada a Torres del Paine e inicio del Circuito O. Hacia el campamento Serón.

1 de Enero de 2018.

Esta fue, sin dudarlo, la parte del viaje más complicada y dura de preparar, que más preocupaciones me trajo y a la que más tiempo dediqué, y es que aunque era lo que más ilusión me hacía, es cierto que también suponía tener todo más que atado para que no fallara nada, pues cualquier error podía suponerme que todo se estropease y no pudiera llevar a cabo los planes con los que había soñado durante tanto tiempo.

El Parque Nacional Torres del Paine puede ser considerado uno de los paisajes más espectaculares de todo el territorio patagónico. La fuerza de la naturaleza y la belleza desnuda constituyen un escenario magnético, y hasta poético. Los Aonikenk lo bautizaron con ese nombre, que en su idioma significaba azul.

Este parque fue creado en 1959 y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978, siendo una de las ocho reservas que cuentan con dicha nominación en Chile. Su superficie es equivalente al territorio de Luxemburgo y se encuentra formada por un impresionante grupo de montañas que emergen al interior de una extensión de sinuosas colinas pobladas por guanacos, ñandúes, cóndores, liebres, zorros, caiquenes y algún que otro puma.

El macizo del Paine conforma un pequeño sistema montañoso relativamente joven e independiente de la Cordillera de los Andes. Las Torres y Los Cuernos del Paine son el producto de las fuerzas telúricas que azotaron estas latitudes hace unos doce millones de años atrás.

Lago Grey camino hacia Refugio Paine Grande

Para disfrutar en todo su esplendor de sus lagos, lagunas, ríos torrenciales que forman un paraíso de prados y bosques, glaciares y ventisqueros lo ideal es realizar alguno de los grandes circuitos que ofrece el Parque Nacional. Son dos los de más renombre:
  • W: Que supone unos cuatro días de trekking y unos 80 kilómetros de distancia, siendo el más famoso y el que más gente se decide a realizar.
  • O: También llamado circuito Paine, pues da la vuelta completa a todo el macizo del mismo nombre. Esta ruta puede realizarse entre 7 y 10 días, según la preparación física de cada uno e incluye dentro de la misma la anterior, la de la W, suponiendo 130 kilómetros en total.

Teniendo en cuenta lo anterior, tenía muy claro que si algún día me dejaba caer por estas latitudes, me animaría con la segunda de ellas, pues quería llevarme todas las panorámicas posibles que las montañas escarpadas de Torres del Paine ofrecen, además de poder disfrutar de sus iconos más populares como las míticas Torres, el Valle del Francés, el mirador Británico, el lago Dickson o el paso John Gardner.


Lago Nordernskjöld camino al Refugio Torre Central

Dicho lo anterior, me refiero a continuación a algunas cuestiones importantes a la hora de preparar esta ruta:
  • Sólo puede realizarse entre Noviembre y Abril, pues fuera de esta temporada cierran muchos refugios, además del paso John Gardner, nexo de unión entre las dos rutas, debido a la nieve y a las condiciones meteorológicas adversas.
  • Desde octubre de 2016 hacer cualquiera de los dos circuitos anteriores puede suponer una odisea y más que un disgusto, pues el organismo chileno que regula los parques nacionales (CONAF) ha establecido un sistema que implica no pocos quebraderos de cabeza. Ello implica que has de contar con reserva obligatoria en los refugios o campings correspondientes, lo que supone que si no consigues en alguno de ellos, lo cual no es demasiado difícil que suceda,  sólo te quedan dos opciones: o claudicar o realizar la distancia de dos días en uno, lo cual creo que es una locura salvo para auténticas máquinas, físicamente hablando. Muchos pensaran  que como es posible esta situación, pues porque la gestión de todos esos refugios y campamentos la llevan dos empresas diferentes, que no tienen ningún tipo de coordinación entre sí, además de tener una guerra abierta desde hace años, perjudicando claramente a los usuarios. Esas empresas son Fantástico Sur y Vértice. Cada una de ellas lleva, como ya he mencionado, sus refugios, de tal manera que podría darse que después de tener las reservas con una, te encuentres que no hay plazas en los alojamientos de la otra o sólo en parte de ellos, teniendo un verdadero problema y más si ya has desembolsado parte de tú dinero.
  • Aunque las dos empresas tienen su página web y las reservas se pueden hacer, supuestamente, por ahí, (Fantástico Sur funciona bastante mejor que su rival por este medio), el hecho de ser una época tan masificada hace que tengas que estar muy pendiente de la disponibilidad y de cuando actualizan la página para la nueva temporada, con el cambio de tarifas y precios. Es por ello que hay que tener muy claro cuáles van a ser las fechas exactas de tu viaje, pues apenas hay lugar para la improvisación.
  • De todas maneras y para evitar la incertidumbre que puede suponer estar pendiente de lo anterior, te recomiendo el método que seguí yo, que no fue otro que, unos seis meses antes, escribir un mail a las dos empresas, contestándome en ambos casos los pasos que tenía que seguir y gestionándolo todo por esta vía, pagos y envío de reservas y vouchers incluidos. Sus mails son:
        -  online@fantasticosur.com : Campamentos Serón y Francés – Refugios Torre Central y Cuernos.

        -  central@verticepatagonia.com : Campamento Los Perros – Refugios Dickson y Grey.
  • Una vez en el parque, si realizas el circuito O, tendrás que pasar por el punto de control de CONAF llamado Coirón, donde te pedirán las reservas y en el caso de no tenerlas no te dejarán pasar, teniéndote que dar la vuelta, por lo que estáis avisados. Son muy estrictos en este punto, por lo que no intentéis llegar aquí pensado que poniendo cara de pena o insistiendo te van a dejar seguir el camino, porque no lo harán. Esto está creando muchísimos problemas y auténticas decepciones de mucha gente como pude ver en persona, pero también creo que es fundamental informarse y preparar un poco este tipo de expediciones y no venir sin saber nada.
  • Ante un trekking de tales características no te queda otra que llevar mochila y lo ideal sería con el menor peso posible, siendo aún así complicado que no pese. Todos los refugios y campamentos ofrecen cenas y desayunos, además de gran parte de los servicios básicos, pero todo ello se paga a precios de infarto y es que estar perdido en los confines del mundo es lo que tiene. Mi opción sería combinar campamentos con refugios y llevar la mitad de la comida, reservando la otra mitad en los mismos, suponiéndome, aún así: 395,86 euros con Fantástico Sur (alojamiento y comida en pensión completa) y 88,31 con Vértice (sólo alojamiento). Respecto al peso de la mochila no conseguiría bajar de 15 kilos, así que qué cada uno saque sus propias conclusiones.
  • Las etapas van de los 12 kilómetros la más corta a los 22 kilómetros la más larga, aunque se pueden acortar las distancias si te quedas en otros refugios intermedios como Paso o Chileno. Las rutas no tienen excesivas complicaciones, salvo la distancia y algunos desniveles, a parte de los resbalones por el suelo mojado, pero cualquiera puede hacerlo, siempre que tenga una forma física aceptable. Para mí lo peor sería el peso de la mochila con diferencia.

Creo que en esencia me he referido a lo más importante, así que comienzo a contar ya mi primer día en el Parque Nacional de Torres del Paine.

Volvía a tocar levantarme temprano, todo un clásico ya, suponiendo, en esta ocasión, que el despertador sonase a las seis de la mañana, con el fin de que me diera tiempo a desayunar, acabar de prepararlo todo y a las siete estar listo en la puerta del hostal para montar en el taxi que, amablemente, me había pedido Celine para que me llevara a la estación de autobuses Rodoviario, la misma a la que llegaría ayer. Desde aquí tomaría el de la empresa Buses Gómez (14 euros) hacia el sector de Laguna Amarga de Torres del Paine, que ya había reservado mandando un correo a la dirección: info@busesgomez.com , unos cuantos meses atrás. A través de este medio me dirían la forma de pago y una vez realizado este me enviarían un voucher que canjearía en la ventanilla de la empresa.

El autobús salió a las 07:15 e iba hasta arriba, de hecho tuvieron que fletar otro porque no cabía todo el mundo que lo tenía contratado. Tardaría una hora y media hasta la entrada del parque (Laguna Amarga), haciéndonos bajar a todos aquí para rellenar una ficha en la que asumes tú responsabilidad si infringes las normas del Parque, pagar la entrada (21000 pesos) y ponernos un video donde te muestran las normas a las que me acabo de referir.

Hecho todo lo anterior, una parte de los pasajeros, los que iban hacia el sector Pudeto, se volverían a montar en el mismo autobús del que habían bajado, y el resto bajamos nuestras mochilas y nos dirigimos con ellas a otro que nos llevaría hasta el Hotel Las Torres, donde comienza el circuito O, entre otras excursiones. También se puede hace este tramo andando pero supone unos seis kilómetros y creo que bien merece la pena pagar los 3000 pesos que cuesta el transporte y dejar las fuerzas para el resto de etapas que no son cortas.

Y ahora sí que había llegado el momento de la verdad, sonaba el pistoletazo de salida y comenzaba a realizar otro de los sueños de mi vida: la ruta circular al Macizo Paine o circuito O.

Empezaba a andar a las 10:00, desde el edificio destinado a los servicios para turistas, enfrentándome de primeras a una loma que me hizo darme cuenta de lo mal que iba a llevar el peso de la mochila, ¡casi me echa para atrás!, aunque me imagino que sería cuestión de acostumbrarse a la misma. Poco después hallaría algo así como un campamento de iglús llamado Ecocamp Patagonia, otro de los alojamientos que uno puede elegir en este entorno privilegiado y en el que me metería sin querer, pero uno de los encargados, muy amablemente, me diría que lo atravesara y me indicó por donde seguir, andando a continuación por una pista de tierra que prácticamente no abandonaría ya en buena parte del recorrido.

Monte Almirante Nieto camino hacia Serón

Atravesando Ecocamp Patagonia

La verdad que, de primeras, la ruta no me estaba llamando la atención, aunque es cierto que los valles verdes que tenía como acompañantes eran bonitos, no tenían nada que envidiar a los de algunas zonas de España.

Pronto llegaría a una cerca de madera que atravesaría. El día estaba gris, aunque no llovía, pero no había ni un alma en el camino lo que me producía cierta intranquilidad, pues no tenía muy claro si estaba siguiendo el camino correcto. Había dejado ya atrás el monte Almirante Nieto y la Laguna Amarga, las primeras panorámicas que tendría durante mis primeros momentos en Torres del Paine.

Rumbo hacia el Campamento Serón

Laguna Amarga camino hacia Campamento Serón

Lo siguiente con lo que me encontraría sería con una zona boscosa delimitada por una valla a mi derecha, donde podría ver algunas balizas rojas semicaídas, señal de que parecía que iba por el camino correcto. Minutos después los tres integrantes de una familia, que iban en sentido contrario al  mío, me verificaban que mi dirección era buena, por lo que recuperaba, de nuevo, la confianza.

Después de atravesar un arrollo e intercalar nuevas zonas boscosas con tramos al aire libre, llegaría a un alto donde me encontraría con una bonitas vistas de la laguna Azul, a lo lejos, así como el Valle Encantado del río Paine, en primer plano, la mejor perspectiva que había tenido hasta ahora en la ruta. Aquí me detendría unos minutos hasta que decidiría empezar a descender por la siempre pedregosa pista, perdiendo, poco a poco, la preciosa imagen.

Laguna Azul camino al Campamento Serón

Valle Encantado camino hacia Serón

Valle Encantado camino hacia Serón

No he comentado que el camino por el que se transita se comparte, muchas veces, con caballos y es por ello que pronto me encontraría con dos jinetes que me saludarían a trote desde lo alto de sus monturas.


Caballos camino hacia Serón

El paisaje volvía a cambiar y ahora ante mí se mostraban inmensas explanadas repletas de margaritas, otra imagen idílica que aprovecharía para volver a descansar, pero no duraría mucho en esta zona, pues pronto los mosquitos vendrían a hacerme compañía, pues el sol se había empezado a mostrar tímidamente y la temperatura había subido unos grados, lo que haría que saliesen de sus escondites.

Valle Encantado camino hacia Serón

Valle Encantado camino hacia Serón

Seguiría caminando, cruzando varios riachuelos por pasarelas de madera y puentecillos formados por tablones que bien parecían que podían caer en cualquier momento, pero según ponías un pie en ellos, te dabas cuenta que estaban sujetos a cal y canto y no había peligro alguno.

Valle Encantado camino hacia Serón

A sólo una hora de mi destino, empezaría a encontrarme con gente, pero en sentido contrario, y poco después me adelantarían tres ingleses que iban a un ritmo bastante más intenso que el mío.

Después de algún que otro bosquecillo, nuevas explanadas y una última alambrada  que hay que atravesar, hacía la entrada triunfal en el campamento Serón, tras cuatro horas y cuarto exactas de caminata, por lo que llegaba a las 14:15.

Río Paine llegando al Campamento Serón

Llegando al Campamento Serón

Campamento Serón

Encontraba un agradable campamento sobre un gran prado verde con las tiendas distribuidas sobre él y un domo con literas. En este lugar había reservado una tienda sobre una plataforma  de madera que me saldría por 27.000 pesos por lo que como se ve es caro para donde está situada. Al menos su interior estaba impoluto y contaba con dos sacos de dormir, aunque estos no los utilizaría ya que llevaba el mío propio y es que en esto sí que la edad me ha vuelto más escrupuloso. Pero no quedarían sin utilizar pues me servirían para que hicieran las veces de un mullido colchón, situado encima de la esterilla que también te facilitan, así que iba a descansar realmente bien. La reserva la haría en julio lo que da una idea de las demandas que hay en campamentos y refugios.

Campamento Serón

Campamento Serón

Campamento Serón

El chico que me recibiría sería de lo más amable y me dio las pautas básicas de uso de las instalaciones. Había contenedores para poder deshacerte de la basura y baños con duchas de agua caliente, por lo que no dudé un instante en utilizar una de ellas. Como además era de los primeros en llegar estaba limpia, por lo que me sentó de maravilla.

Acto seguido me sentaría en una pequeña piedra plana y me dispuse a disfrutar de una lata de espaguetis con tomate, para comenzar a quitar peso de la mochila y ya con la tripa llena me echaría una buena siesta de casi dos horas en la tienda. Continuaría con un tranquilo paseo por el entorno privilegiado que me rodeaba y a eso de las 21:00 me prepararía un bocata de jamón serrano que junto con unas galletas de chocolate, serían la manera perfecta de concluir la jornada, introduciéndome así en mi calentito saco y durmiendo del tirón toda la noche.

Entorno del Campamento Serón

Mi tienda en el Campamento Serón


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