DIA 07. FLORIDA. De compras en un Outlet y viaje a Orlando

1 de Septiembre de 2017.

Fort Lauderdale es una pequeña ciudad situada al norte de Miami que cuenta con kilómetros de playas en su costa, locales de moda y muchos otros atractivos que se acercan a disfrutar cada año un buen número de universitarios, famosos de Hollywood que buscan algo de paz, así como familias con alto poder adquisitivo, pero si por algo es famosa es por el intrincado número de canales que la atraviesan y que le han dado el sobrenombre de la “Venecia de América”.

Aprovechando que nuestro hotel estaba localizado en parte de los anteriores, me pareció una buena idea levantarme un poco antes que el resto y dar un paseo por los muelles que recorren los mismos, sorprendiéndome el gran número de yates, barcos y fuerabordas de lujo que se pueden ver casi a cada paso.

Canal de Fort Lauderdale

Canal de Fort Lauderdale

Canal de Fort Lauderdale

También tendría tiempo de sentarme durante unos instantes en un pequeño rincón escondido y en él poder leer algo más de este lugar, conociendo en ese momento que aquí nacieron famosos como Scottie Pipen, el jugador de los Chicago Bulls que tantas veces acompañó en aquellos partidos gloriosos a Michael Jordan, o el excéntrico Marilyn Manson. Igualmente desconocía que aquí se rodaron películas tan taquilleras como Porky´s, El Cabo del Miedo o Las Horas.

Canal de Fort Lauderdale

Canal de Fort Lauderdale

Canal de Fort Lauderdale

Puente y Canal de Fort Lauderdale

Momentos después estaba otra vez en el área de la piscina del Hilton, tumbado en una tumbona y disfrutando de la tranquilidad imperante en esos momentos, hasta que sobre las 10:00 aparecerían mis amigos, señal de que había que empezar a moverse.

Hilton de Fort Lauderdale

Hilton de Fort Lauderdale

Esta vez la gran mayoría teníamos antojo de dulce para desayunar, por lo que mejor que ponerle solución dirigiéndonos con el coche hacia un Dunkin Donuts cercano, donde nos pediríamos una enorme bandeja de los sabrosos bollos, tocando entre dos y tres cada uno.

Sin más preámbulos, ahora sí, que era el momento de encaminarnos hacia el inmenso outlet que habíamos elegido para pasar un día de compras. Nos habíamos decantado por el llamado Sawgrass Mill, el cual nos habían aconsejado varias personas por ser el más grande de todo el estado de Florida y cuyas tiendas tienen fama de ofertar los mejores precios con respecto a sus competidores más directos.

Existen otros como pueden ser el Dolphin Mall o Mall of Americas, ambos muy cerca del aeropuerto, pero creo que no son tan baratos como al que me estoy refiriendo.

La decisión de pasar un día en un outlet vendría motivada, especialmente, por las buenas experiencias que ya tendríamos en Las Vegas y en Nueva York, donde conseguiríamos renovar nuestro vestuario a unos precios irrisorios y que en España jamás hubiéramos podido lograr y es que en aquellos momentos la diferencia entre el dólar y el euro era tal que podías comprar lo que quisieras. Hoy, sin llegar a aquel cambio, tampoco nos podíamos quejar y se preveía que no nos íbamos a marchar con las manos vacías.

Sawgrass Mills

Llegaríamos sobre las 11:00 y lo que ya nos impresionaría sobremanera sería su inmenso parking en el que podría aparcar toda la Comunidad de Madrid y sobrar espacio. No había demasiada gente y conseguiríamos estacionar cerca de la puerta.

Una vez dentro lo primero que haríamos sería preguntar a una amable chica para organizarnos, la cual nos facilitaría un plano para que pudiéramos ubicarnos y nos señalaría donde estaban los establecimientos más famosos y de más renombre, pues nos enfrentábamos a más de 300 tiendas de todas las marcas posibles. Es por esta razón por lo que conviene traer al menos una idea de lo que se desea comprar y cuáles son las marcas en las que uno está más interesado, para así ganar tiempo, ya que si no es así, lo mismo te queda una sensación agridulce por lo rápido que puede llegar a pasar el tiempo y apenas haber conseguido nada, si vas dando tumbos de una tienda a otra, sin una idea precisa.

Cada uno teníamos unos objetivos claros, por lo que tras los momentos iniciales, decidiríamos separarnos, ya que si no veíamos que no íbamos a conseguir ni la mitad de todas las cosas que traíamos en la cabeza.

En mi caso tenía claro hacía donde me iba a dirigir, entrando a tiendas como Tommy Hilfiger donde conseguiría polos por 28 dólares, Levi´s en la que los pantalones se ofrecían a 40 dólares o North Face donde me haría con dos prendas de montaña por 60 dólares ambas, cuando sólo una de ellas en Madrid puede llegar a costar 90 o 100 euros.

Así que como se puede ver estamos hablando de una reducción en muchos casos del 50% al 70% de sus precios en España, por lo bien merece la pena aprovechar una oportunidad así.
He puesto ejemplos relacionados con ropa, pero mis amigos también compraron gafas de sol, relojes y aparatos electrónicos y también consiguieron auténticas gangas.

Emplearíamos uno cuarenta minutos en comer, utilizando el resto del tiempo para las compras y saliendo de allí a las 17:30 por lo que estaríamos unas seis horas de tiempo útil y tengo que decir que aunque parece mucho tiempo, al final entre unas cosas y otras, se te quedan en nada, por lo que lo ideal es dedicar un día completo para ir con cierta tranquilidad.

La verdad que me daría rabia porque me quedaría sin poder comprar muchas cosas para mi familia y bastantes más para mí, aparte que incluso hubo un sector del gran centro comercial que ni siquiera nos dio tiempo a llegar, por lo que ello da muestra de las dimensiones del lugar.

Como ya he comentado no hace falta salir fuera para comer, pues dentro también se dispone de un gran hall, alrededor del cual se encuentran las franquicias de muchas de las grandes cadenas de hamburguesas, pizzas y demás restaurantes de comida rápida, hallándose en el medio de todas ellas un enorme espacio de mesas para sentarte.

Efectivamente habíamos optado por no salir más tarde de las 18:00 de allí y es que todavía teníamos un largo camino hasta llegar a nuestro siguiente destino: Kissimmee, a muy pocos kilómetros de los parques de Disney World y de Universal Studios, nuestros objetivos para la siguiente semana y, tras el día de tránsito de hoy, nuestra segunda fase del viaje.

Serían casi 200 millas que tardaríamos en recorrer una tres horas, pero hay que tener en cuenta que nosotros salíamos ya desde Fort Lauderdale, al norte de Miami y por tanto nos habíamos quitado ya los grandes atascos que se suelen formar y una media hora de camino. Ello supone que si se sale desde Miami el trayecto puede suponer aproximadamente unas cuatro horas.

Habíamos elegido la pequeña población de Kissimmee porque consideramos que era mejor centro de operaciones que la propia Orlando, al encontrarse más cerca de los parques temáticos y ofrecer alojamientos espectaculares a unos precios bastantes económicos para grupos.

Es por ello que tras buscar un poco en la página www.airbnb.com no tardaríamos mucho en decantarnos por la vivienda de nuestros sueños. Una preciosa casa de dos plantas situada en una urbanización de chalets adosados llamada Storey Lake, al lado de un lago, cuyo desvío está en la misma autovía que te lleva a los parques Disney. Contaba con un inmenso salón cuya cocina se encontraba incorporada al mismo con barra americana, dos habitaciones en la planta baja, tres en la segunda planta y dos baños, cada uno de ellos en una planta. También poseía una pequeña piscina privada cubierta, donde poder refrescarnos cada noche después de los agotadores días. Con esta descripción muchos se aventurarían a decir que seguramente el precio es inalcanzable para buena parte de las economías medias, pero si digo que siendo siete adultos y cuatro niños, pues se habían incorporado con nosotros, otra vez, Ernesto y Sonia y sus hijos, pagaríamos 220 euros por persona por ocho noches (contando a cada dos niños como si fueran uno), por lo que no se llega a los treinta euros por día, lo que creo que es un auténtico chocho para unas instalaciones de tal categoría.

Chalet de Storey Lake en Kissimmee

Chalet de Storey Lake en Kissimmee

Chalet de Storey Lake en Kissimmee

Eran las 21:15 cuando estábamos entrando por la puerta de nuestra increíble casa, tomándonos nuestro tiempo para asimilar donde estábamos, distribuir las habitaciones y deshacer parte del equipaje.

Acto seguido, varios de nosotros volveríamos al coche y nos marcharíamos al supermercado de la cadena Walmart que sólo estaba a cinco minutos. La verdad que cuando entramos me quedaría con la boca abierta, pues no había visto una superficie tan grande en ninguno de los viajes por Estados Unidos que había hecho hasta ahora. Era tan inmenso que había incluso pequeños coches eléctricos para que la gente más mayor o con sobrepeso no tuviera que andar tan enormes distancias.

Aquí haríamos la compra para la semana que íbamos a estar por aquí, saliendo de allí a las 23:15. Sí, abre las 24 horas, por lo que puedes ir cuando te plazca.

Hoy cenaríamos unos sándwiches mixtos y sobre las 00:30 nos íbamos a la cama rendidos, algo más tarde de lo que nos hubiera gustado, teniendo que madrugar mañana y esperándonos una jornada de lo más intensa, pero al final, como se ha visto, entre unas cosas y otras, no logramos hacerlo antes.

No hay comentarios :

Publicar un comentario