COSTA CÁNTABRA

Antes de empezar a viajar por Europa y el mundo, fueron muchos los veranos que pasé por España, primero en familia y luego ya con amigos y en solitario y dado que siempre nos tiraba más el norte, entre las múltiples posibilidades que nos ofrecía su costa, Cantabria sería una de las Comunidades a la que recurríamos con asiduidad, pues pronto nos sedujo el encanto de sus playas, los acantilados, los miradores y las villas marineras, donde el mar Cantábrico siempre nos acompañaba como telón de fondo mientras descubríamos enclaves turísticos por excelencia, con joyas como la engalanada Santillana del Mar, la fortificada Santoña o la pesquera Castro Urdiales, entre otras.

Y es que ya lo dice su eslogan más famoso, Cantabria es infinita y reconozco que para tanto como ofrece no fueron demasiados los destinos que visitamos durante aquellos años, no sé si por pereza, porque todavía no había hecho demasiado mella en mí la necesidad de conocer lugares o porque eran otras las preferencias las que teníamos como la gastronomía o el descanso, pero al final las visitas siempre se centraron en los destinos que verás a continuación, exponiendo aquí sus lugares más significativos e importantes. No esperes tampoco muchas fotografías, pues eran otros tiempos y no siempre iba con una cámara en la mano, ni ponía el interés que pongo ahora en realizarlas. En cualquier caso este es un diario que me apetecía hacer y que me parecía imprescindible que estuviese en este blog, por lo que paso ya, sin más preámbulos, a exponer esos pueblos y parajes que tanto nos sorprendieron por aquel entonces y que todavía hoy causan admiración nada más poner un pie en ellos.

POSIBLES VISITAS EN LA COSTA CÁNTABRA:

1. SAN VICENTE DE LA BARQUERA

Situada en el litoral occidental de Cantabria y fundida en la magia del Parque Natural de Oyambre, San Vicente de la Barquera es una antigua villa que en la Edad Media alcanzó su esplendor, cuando sus habitantes protagonizaron gestas marineras. Además, fue un importante paso del Camino de Santiago por la ruta costera, cuyo extenso patrimonio monumental le ha valido su declaración como conjunto histórico – artístico. Veamos cuales son los principales motivos por el que ha obtenido tan importante designación:

PUEBLA VIEJA: la antigua villa medieval contaba con un completo recinto fortificado, constituido  por el castillo y la muralla que rodeaba la ciudadela. En la actualidad, se conservan varios lienzos de murallas y algunas puertas: Asturias, del Peregrino, La Barrera y del Mar. Su Calle Alta, irregular, estrecha y empinada es la principal y más importante que recorre el casco histórico. Avanzando por la misma encontrarás también las ruinas del Hospital de la Concepción, antiguamente dedicado a atender a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago.

Puebla Vieja

CASTILLO DEL REY: el origen remoto de esta fortaleza, defensora del recinto amurallado y del puerto, le da un carácter misterioso y a la vez fascinante. Sí se sabe que la actual construcción comenzó en 1210, año en que Alfonso VIII concedió el fuero a la villa. Los reyes de Castilla se reservaron el señorío sobre el castillo, cediendo su alcaldía de forma indiscriminada, hasta que se otorgó a los vecinos en el siglo XV. En su interior, abierto al público, se halla el Museo de la Villa.

Castillo del Rey

TORRE DEL PREBOSTE: este torreón con misión defensiva flanquea la puerta de La Barrera o de Santander. Según la tradición, fue sede del preboste, oficial real encargado de la recaudación de impuestos en la Edad Media. Posteriormente desempeñó la función de cárcel pública.

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES: edificada entre los siglos XIII y XVI sobre una iglesia anterior, este templo presenta claras pinceladas del gótico montañés. En su exterior destacan la gran torre y dos puertas románicas; en el interior, el sepulcro del inquisidor Antonio del Corro. Merecen mucho la pena las panorámicas que se consiguen desde aquí.

PALACIO DEL CORRO: edificación renacentista que fue construida en el siglo XVI por el inquisidor Antonio del Corro para acoger a los pobres enfermos de la villa, hoy sede del Ayuntamiento. En su fachada clasicista y de decoración plateresca destacan los dos escudos blasonados.

SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA BARQUERA: en este templo medieval se venera en su interior a la patrona del municipio que, según la leyenda, llegó a este lugar a bordo de una pequeña barca sin tripulación, ni velas, ni remeros. En recuerdo de este suceso se celebra anualmente la popular fiesta de La Folía.

PUERTO PESQUERO Y PLAYA: el puerto pesquero, sobre el que ha girado el desarrollo de esta villa, continúa siendo una de las lonjas pesqueras más importantes de la región. En sus inmediaciones se concentran un buen número de restaurantes donde poder degustar su rica gastronomía. También su playa es otro de los más importantes reclamos turísticos de la localidad y de toda Cantabria.

PUENTE DE LA MAZA: esta importante obra de ingeniería medieval empezó a construirse en piedra durante el siglo XV sobre otro anterior de madera. En su época, en la que llegó a contar con un total de 32 arcos, fue considerado como uno de los puentes más grandes del reino. Merece mucho la pena atravesarlo caminando para así disfrutar de las preciosas vistas de la Ría de San Vicente. Por cierto, dice una leyenda que si eres capaz de atravesarlo aguantando la respiración se cumplirá el deseo que hayas pedido.

Vistas desde Puente de la Maza

2. PARQUE NATURAL DE OYAMBRE

Con el fin de preservar la biodiversidad de este singular paraje, Oyambre fue declarado Parque Natural en el año 1988. Su casi 6000 hectáreas, repartidas entre los municipios de San Vicente de la Barquera, Valdáliga y Comillas, invitan a descubrir este humedal litoral donde las extensas áreas de marisma constituyen el refugio perfecto de la avifauna que transita por esos pagos.

Parque Natural de Oyambre

No serían pocos los paseos que daríamos por su tranquila y alargada ensenada ideal para el descanso y la relajación. Hacia el oeste, la playa se dirige al cabo de Oyambre, donde se hallan impresionantes acantilados cortados a pico sobre el barrio de Jerra, y hacia el este, discurre junto a un sistema de dunas que lleva hasta la desembocadura de la ría de La Rabia, un fascinante enclave donde el cauce del río se ensancha  antes de abrirse en ensenada para su definitivo trasvase al mar. En las primeras horas del día no es raro ver a pescadores y fotógrafos en busca de fortuna. Es aconsejable el observatorio, de gran interés ornitológico, especialmente en otoño. La mejor perspectiva se aprecia desde la peña de la Barra.

3. COMILLAS

Situada entre Santillana del Mar y San Vicente de la Barquera, la altanera Comillas es un delicioso delirio arquitectónico asomado al Cantábrico y rodeado de montes y prados verdes que enamoró a reyes e ilustrados, cuya privilegiada situación, linda con el Parque Natural de Oyambre, hace de ella una atractiva propuesta turística. Denominada antaño la villa de los Arzobispos, debe sus nombre a un indiano que hizo fortuna bajo sospecha – dicen que fue traficante de esclavos – pero al que el rey Alfonso XII le concedió el marquesado de Comillas.

Es mucho el patrimonio de esta población por lo que recomiendo un día para poder visitarlo todo con tranquilidad. Veamos que ofrece:

UNIVERSIDAD PONTIFICIA: majestuosa en el alto de La Cardosa, el modernismo catalán tiene en ella uno de sus máximos exponentes. Un amigo jesuita del marqués de Comillas le convenció para que creara un gran seminario y centro de cultura, naciendo así dicha Universidad. Sería proyectada por los arquitectos Martorell, Cascante y Doménech, la primera piedra se puso en 1883 y se tardaron tres años en terminar, parcialmente, la obra. Por cierto, Antonio López, su mecenas no llegó a verla. Merece la pena la visita de su interior y deleitarse así con su arquitectura gótico – mudéjar de la primera fase y el modernismo más puro de la segunda con espacios como el Paraninfo, la puerta de bronce, la iglesia pública o las fabulosas vistas que se obtienen desde su jardín. Las visitas son guiadas a las horas en punto.

Universidad Pontificia

PALACIO DE SOBRELLANO: fue edificado en 1888 como residencia palaciega de los marqueses de Comillas, donde el arquitecto catalán Joan Martorell desbordó su arte con una fachada de abigarrada ornamentación y una decoración gótica y modernista. Su visita guiada bien merece la pena, pudiendo destacar en su interior el mural de la entrada en el que aparecen el marqués y el rey o el gran salón, una galería histórica de la vida del marquesado a través de los paneles pintados por Eduardo Llorens.

Palacio de Sobrellano

Tras esta visita no hay que olvidarse de la anexa Capilla – panteón de los marqueses de Comillas, proyectada también por Joan Martorell hacia 1878 e inaugurada por el rey Alfonso XII tres años más tarde. Fue concebida como una gran catedral gótica inspirada en los entonces vigentes modelos centroeuropeos, pero en miniatura. En el interior destacan los panteones de la familia López con esculturas de mármol realizadas por Llimona y el mobiliario diseñado por el joven Gaudí que, previo encargo de Martorell, sigue un planteamiento gótico con determinados esbozos de su gran futura obra modernista.

Capilla - Panteón de los Marqueses de Comillas

EL CAPRICHO DE GAUDÍ: construido en 1885, es una de las tres creaciones de Gaudí que se conservan fuera de Cataluña. (Las otras serían la Casa Botines de León y el Palacio Episcopal de Astorga). El arquitecto puso especial esmero en la originalidad de la torre, la decoración con mosaicos y la utilización de la arquitectura como efecto óptico. Sería un encargo del concuñado del primer marqués de Comillas, para una exótica villa de veraneo tipo palacete oriental con motivos arabescos. Los bajos están ocupados por un restaurante. En verano puede visitarse todos los días de 10:00 a 21:00. En invierno hasta las 17:30 y el resto de meses hasta las 20:00.

El Capricho de Gaudí

CEMENTERIO MUNICIPAL: seguro que más de uno se pregunta cómo es que incluyo aquí el cementerio de la localidad, pues porque el de Comillas es especial ya que fue remodelado en clave modernista por el arquitecto Doménech i Montaner. Llama especialmente la atención la gran escultura del Ángel exterminador de Llimona, así como el panteón de Joaquín del Piélago. Su situación privilegiada sobre una colina te obsequia además con fantásticas vistas.

Cementerio Municipal

CORRO DE CAMPIOS Y AYUNTAMIENTO: la plaza de José Antonio Primo de Rivera, popularmente conocida como Corro de Campios, está presidida por la iglesia parroquial de San Cristóbal, construcción barroca que destaca por su torre campanario. La plaza muestra vivos ejemplos de arquitectura popular y robustos castaños. En este espacio también se encuentra el Ayuntamiento, elegante casona montañesa del siglo XVIII, con un bello pavimento empedrado. Junto a ella también sobresalen varias casonas porticadas con sillarejo y tribunas acristaladas.

Iglesia de San Cristóbal. Corro de Campios

PUEBLA VIEJA: ascendiendo desde la hermosa plaza del Ayuntamiento, la villa derrocha encanto en cada rincón. Una vez en el monumento al marqués de Comillas, obra de Doménech i Montaner, cerca de la Casa de la Marquesa de La Puebla, se domina el casco histórico y la playa en un abrir y cerrar de ojos.

FUENTE DE LOS TRES CAÑOS: esta monumental fuente farola se localiza en el centro de Comillas y es un homenaje a Joaquín de Piélago, quien financió la traída de aguas a la población. Recuerda un candelabro barroco, decorado con motivos florales y vegetales. El punto de luz que se ve en lo más alto de la columna simboliza que Comillas fue el primer pueblo en España con luz eléctrica.

Fuente de los Tres Caños

PUERTO: el pequeño puerto pesquero evidencia un tradicional sabor marinero. Desde él se divisa, alzando la vista, una Comillas altiva y monumental. El color de los barcos amarrados y los trabajos en tierra de los hombres de mar hacen de este rinconcito un lugar ideal para recuperar fuerzas.

PLAYAS: buscando la carretera de circunvalación se llega a la playa de Comillas, una ensenada frecuentada por el rey Alfonso XII y su familia. Sin embargo, son las playas, dunas y marismas del entorno de Comillas, el maravilloso Parque Natural de Oyambre, las que acaparan toda la atención.

4. SANTILLANA DEL MAR

Es, sin duda, uno de los pueblos más monumentales de España. Pequeña y compacta, de calles empedradas que son todo un festival arquitectónico de torres, palacetes, casonas y templos en los que se dan la mano Románico, Renacimiento y Barroco. Cuando la descubrió, Jean Paul Sartre dijo de ella que era el pueblo más hermoso de nuestro país, y de lo que no hay duda es que razones no le faltaban para realizar esa afirmación. Santillana es monumento histórico artístico desde 1889 y como todos sabemos ya es conocida como “la villa de las tres mentiras”, porque ni es santa, ni es llana, ni tiene mar. Lo que sí tiene es un gran patrimonio que paso ya a desmenuzar sin más tardar:

COLEGIATA DE SANTA JULIANA: es la construcción más emblemática de la villa, levantada en el siglo XII sobre la primitiva ermita y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985. En sus orígenes fue un antiguo eremitorio fundado para cobijar los restos de Santa Juliana de Bitinia. Los primeros datos sobre su construcción la fechan en el siglo X, como monasterio benedictino consagrado a la santa. Dos siglos después fue derruido para erigir el actual templo, que sufrió cambios y añadidos posteriores. Destaca la puerta de ingreso definida por un arco de medio punto del que irradian cinco arquivoltas, así como su espectacular claustro, levantado en los siglos XII y XIII, el cual muestra un variado repertorio iconográfico en los capiteles que decoran sus columnas, con temática bíblica, trazados geométricos y motivos vegetales. Otros elementos de interés son dos sepulcros góticos y varios sarcófagos. Su horario es de 10:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00 excepto los lunes que está cerrada.

Colegiata de Santa Juliana

Claustro. Colegiata de Santa Juliana

PALACIO DE LOS VELARDE: situado en la amplia plaza de las Arenas, detrás de la Colegiata de Santa Juliana, pasa por ser un ejemplo más de las sobresalientes  construcciones civiles de la villa. Construido en el siglo XVI, cuenta con pináculos exteriores y bellas ventanas. Esta importante familia tuvo otras casonas en la población y patrocinaron algún convento.

Palacio de los Velarde

PLAZA MAYOR (RAMÓN PELAYO): es la plaza más tradicional y con mayor encanto de la población, flanqueada por importantes edificios como la Torre del Merino del siglo XIV la cual era residencia del representante del rey en la villa y con una finalidad militar, con grueso muros y atalaya almenada; la Torre de Don Borja, bello ejemplo de la arquitectura civil fortificada del siglo XV, albergando en la actualidad la Fundación Santillana, institución pública cuyo objetivo es la divulgación del legado de la villa. Otros edificios destacables en este mismo espacio serían el Ayuntamiento del siglo XVIII, a cuyas espaldas se encuentra el Parador de Turismo; la Casa del Cura o las Casas de la Parra y del Águila, otros dos buenos ejemplos de arquitectura señorial cántabra y cuyas estancias se han acondicionado para albergar exposiciones temporales, generalmente dedicadas al arte contemporáneo. No podemos olvidarnos tampoco del monumento en piedra que rinde homenaje al Hombre de Altamira.

Plaza Mayor

CALLES DE JUAN INFANTE Y SANTO DOMINGO: estas dos calles concentran un buen número de casas blasonadas y palacetes, como la de los Villa, vecina del convento de las Clarisas; el palacio de Peredo, barroco y neoclásico, y otros muchos en los que cabe destacar también su hermosa decoración en los balcones repletos de flores. En muchos de ellos se encuentran además tiendas de artesanía donde poder comprar algún recuerdo de tu estancia en Santillana.

Calle de Juan Infante

OTROS PALACIOS Y CASONAS: Por si todas las construcciones mencionadas hasta ahora fueran pocas, Santillana cuenta con otros muchos ejemplos de palacetes y casas nobiliarias importantes que se pueden seguir descubriendo en diferentes paseos. Tal es el caso de las Casas de los Cossío y Quevedo, con espléndidos blasones que lucen sus bellísimas fachadas situadas frente al abrevadero, y en cuyos bajos  es casi un ritual para el forastero tomarse un vaso de sabrosa leche fresca y un poquito de quesada. La Casa de Leonor de la Vega, la que fuera madre de Don Iñigo López de Mendoza – a la sazón Marqués de Santillana – es una construcción civil del siglo XV que actualmente ha sido transformada en hotel de lujo. O la Casa de los Hombrones, levantada en el siglo XII, abierta por poderosas arcadas y llamada así porque dos forzudos aguantan el pesado blasón.

MUSEO DIOCESANO REGINA COELI: se encuentra en el interior del convento de las clarisas y fue creado en 1969 a extramuros del casco antiguo de Santillana y alberga una importante colección del siglo XVIII. De estilo clasicista, sobresale el retablo mayor de la iglesia y diversas piezas de imaginería medieval y barroca.

MUSEO DE LA INQUISICIÓN: también llamado el solar, este museo de los horrores muestra con aparente crudeza más de setenta instrumentos de tortura y pena capital que antaño fueron utilizados como pasatiempo favorito en Europa. Es el caso del aplastacabezas, la guillotina, la silla de interrogatorios, el cinturón de castidad, la cuna de Judas, la doncella de hierro, la máscara infamante, los collares para vagos o la rueda para despedazar. Por si fuera poco, hay una sección dedicada a distintas especies de animales venenosos.

CUEVA DE ALTAMIRA: lo primero que hay que decir es que es casi imposible poder visitar la cueva original, salvo que se gane un sorteo. Es el más importante conjunto de arte paleolítico no sólo de España, sino del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. Se encuentra a sólo dos kilómetros de Santillana del Mar. La cueva, de morfología irregular y unos 270 metros de desarrollo, presenta una serie de salas con grabados y pinturas paleolíticas cuyo origen se sitúa hace 16.000 años, aunque la producción artística fue escalonada en el tiempo. La sala de los bisontes está considerada la Capilla Sixtina del arte rupestre. Tiene 18 metros de largo por 9 de ancho y en ella hay hasta 27 bisontes, 4 ciervas, dos caballos y un ciervo de una calidad artística que impresiona. En Julio de 2001 se inauguró la Neocueva, el soberbio conjunto museístico, junto a la entrada de la cueva original. Supone una réplica exacta de la sala del gran techo polícromo de Altamira y recrea el hábitat de los cavernícolas del Paleolítico Superior. Antes de entrar a esta es interesante fijarse en la exposición que muestra más de 400 objetos originales de Altamira y otras cuevas de la zona.

5. SANTOÑA

En Santoña ha pasado de todo – ocupaciones, batallas, pactos – pero hay algo que permanece, y es el sabor de sus inconfundibles anchoas, un producto gastronómico de primer orden que ha desatado la fiebre turística en esta villa tradicional de pescadores. Hoy la localidad posee el más importante puerto pesquero de bajura de Cantabria y uno de los principales del Cantábrico. Lo que más destaca en esta localidad son sus imponentes fortificaciones, con el trío defensivo San Martín, San Carlos y Napoleón, siendo buena prueba de los muchos ataques que sufriría la localidad en el pasado. Hay que citar también la iglesia de Santa María del Puerto, declarado Monumento Nacional y que da cobijo a un crucero del siglo XVI que pasa por ser la más bella obra del gótico clásico cántabro. Igualmente es interesante el Palacio de los Chiloeches, una construcción barroca del siglo XVII con una bellísima fachada. Sus múltiples usos como hospital militar, cárcel y escuela no han modificado su peculiar esencia. Es cierto que habrá personas que echarán en falta algún que otro monumento más en esta localidad, pero en nuestra estancia no nos daría tiempo a visitar nada más.

Fuerte de Santoña

6. CASTRO URDIALES

Por aquí, por la villa costera más oriental de Cantabria, limítrofe con Vizcaya, pararon las huestes del emperador Flavio Vespasiano en torno al año 74 de nuestra era, pero es en el Medievo, con la concesión del Fuero Real a Castro Urdiales en 1174, cuando se crea un gran conjunto monumental. En la actualidad con la apertura de la autovía del Cantábrico se ha acelerado una construcción masiva, convirtiéndose en ciudad dormitorio de Bilbao. Veamos cuales serían las principales visitas que realizamos en nuestras dos estancias en esta localidad:

PLAZA DEL AYUNTAMIENTO: presidida por la casa consistorial, que ocupa un edificio de sillería del siglo XVIII con balcón corrido, escudo y torre del reloj. La plaza también cuenta con dos lados de soportales que sustentan casas como las de los Chelines, ejemplo del neogótico imperante.

Plaza del Ayuntamiento

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN: tan bella es esta construcción que las villas de Laredo y San Vicente copiaron la idea de tener su propia iglesia gótica. La proliferación de estos templos y castillos en las villas de la costa obedeció al fuerte despegue económico de estas poblaciones en los siglos XII y XIII al obtener sus fueros. Es, además, la primera iglesia gótica de todo el litoral cántabro, edificada bajo el reinado de Alfonso VIII y de la misma época en la que se estaba construyendo la catedral de Burgos, por lo que guarda también relación con el gótico francés de la región normanda. Su interior no le va a la zaga al exterior, albergando la popular Virgen Blanca, de piedra policromada; el Cristo Yacente, de Gregorio Fernández, y un Cristo atribuido a Zurbarán.

Castro Urdiales

MILIARIO ROMANO: situado en la plazoleta junto a la iglesia de Santa María, se encontró en Otañes y data del año 61, en tiempos del emperador Nero Claudio. Señala la distancia desde Otañes hasta Pisoraca, en tierras palentinas (180 millas), a través de la calzada que unía la costa con la meseta.

CASTILLO – FARO: ubicado junto a la iglesia de Santa María, es uno de los pocos castillos que se han conservado en Cantabria. Hoy acoge exposiciones temporales. Su estructura tiene forma pentagonal con cubos angulares, es de mampostería y su construcción se cree que es similar a la de la iglesia.

PUENTE MEDIEVAL Y ERMITA DE SANTA ANA: el puente, la iglesia y el castillo forman el conjunto monumental de Castro Urdiales. En uno de sus sillares se puede leer: MC y los números 617, que pueden corresponder a alguna fecha de construcción. La ermita está abierta al exterior a través de un pórtico adintelado.

Conjunto de Puente, Ermita e Iglesia

PALACIO Y CASTILLO DE OCHARAN: conjunto ecléctico, construido en 1901, rodeado de frondosos jardines. El palacio diseñado a modo de villa italiana, está decorado con azulejos vidriados de Zuloaga y columnas jónicas en el pórtico. El castillo – observatorio es neogótico.

PASEO MARÍTIMO: al final de la calle Ataúlfo Argenta, músico local cuya estatua se levanta en la plaza de los jardines, comienza un recorrido que discurre entre la playa Brazomar y los muelles de Don Luis y Eguilior hasta la Puebla Vieja, y acaba en el hermoso rompeolas del puerto.

Rompeolas del Puerto

PUERTO DE PESCADORES: desde la plaza del Ayuntamiento se llega directamente al puerto de pescadores, que constituye la arteria más auténtica de la villa. Allí se concentran barcos, bares, restaurantes y, sobre todo, turistas. En la Edad Media, Castro Urdiales gozaba de una merecida fama como puerto ballenero.

Puerto de Pescadores

Y hasta aquí los destinos que pudimos conocer en la costa de Cantabria, todos llenos de autenticidad, historia y notoriedad, conjugando importantes obras arquitectónicas con espacios naturales únicos y sorprendentes que nos harían darnos cuenta de que esto es sólo una mínima parte de lo que ofrece esta maravillosa Comunidad y es que por algo Cantabria es infinita.


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