DIA 08. ROMA. Nuevos paseos por la capital de mundo antiguo

2 de Octubre de 2000.

La plaza del Campidoglio fue diseñada por Miguel Ángel a mediados del S. XVI, en una de las colinas más altas de la ciudad, y es una de las más elegantes de Roma. En ella hay tres edificios muy importantes: el Palazzo Senatorio, al fondo, alberga el Ayuntamiento de Roma; a la derecha el Palazzo del Conservatori; y a la izquierda, el Palazzo Nuovo. El centro de la plaza se encuentra presidido por una copia de la estatua ecuestre de Marco Aurelio, labrada en bronce, del siglo II. Y en uno de los laterales se puede observar otra copia de la famosa escultura de la Loba Capitolina amamantando a Rómulo y Remo.

Plaza del Campidoglio


Loba Capitolina. Plaza del Campidoglio

Pero nuestro interés no sólo era por los exteriores de este escenario inolvidable, sino también por las colecciones que en su interior albergan los dos palacios gemelos recién mencionados y que se consideran uno de los mayores tesoros de Roma. Hablo de los impresionantes Museos Capitolinos.

No teníamos mucho tiempo, por lo que tendríamos que ceñirnos a lo esencial y más destacado, viendo así obras como: la Venus Capitolina; Galo moribundo; Cúpido y Psique; la Sala de los Filósofos; los originales de la estatua ecuestre de Marco Aurelio y de la Loba Capitolina; o algunos fragmentos de la colosal estatua de Constantino. También tendríamos tiempo de ver algunos de los mejores cuadros de la Pinacoteca Capitolina, situada en el segundo piso, y donde están reflejadas todas las escuelas desde la época medieval. Destacan cuadros de Tiziano, Tintoretto, Veronés, Van Dyck y Rubens, entre los más importantes. Pero si tuviera que quedarme con uno, no tendría duda, que sería “El rapto de las sabinas” de Pietro da Cortona, del que se dice que inaugura la pintura barroca, abandonándose la simetría y donde todo en él es movimiento dinámico y ondulante.

Habíamos comenzado con un nivel muy alto, nuestras primeras visitas de la jornada, y que mejor para que el nivel no decayera que desplazándonos a otro lugar cercano y también imponente: la plaza Venecia, dominada por el monumento a Víctor Manuel II. Este fue construido en honor a dicho rey para conmemorar la unificación del país tras la dominación austriaca. En los años veinte fue incorporado el Altar de la Patria, donde posteriormente se colocó la Tumba al Soldado Desconocido, custodiada por soldados todos los días del año. Los días festivos abren las cancelas al público. Sería aquí también donde Mussolini daba sus eternos discursos.

Monumento a Víctor Manuel II. Plaza Venecia
A sólo diez minutos caminando se encontraba la pequeña iglesia de Santa María in Cosmedin, situada en uno de los enclaves más romanos que puedan imaginarse, junto al río Tiber y frente a una puerta de muralla. Nuestro interés, más que por la iglesia, era por meter la mano en la boca del dios del río que adorna el pórtico, la famosa Bocca della Veritá. Según la leyenda, muerde a quien no dice la verdad. Todo cinéfilo recordará la escena de Vacaciones en Roma, en la que Audrey Hepburn y Gregory Peck bromean y tontean con sus manos ante la boca de la fuente.

Por su monumentalidad e historia, tampoco pueden dejarse de visitar en la Ciudad Eterna, las llamadas Basílicas Mayores: San Pablo, San Juan y Santa María Maggiore. Nosotros debido a que la primera de ellas se encuentra a las afueras de la ciudad, nos conformaríamos con las otras dos.

Comenzaríamos con San Juan de Letrán, catedral de Roma, a la que llegaríamos en transporte público pues los más mayores empezaban a acusar tantos días sin parar. En este imponente edificio oficiarían los papas hasta que se marcharon al Vaticano, por lo es de imaginar la importancia del templo católico.

Basílica de San Juan de Letrán

Su interior es de los más bellos y lujosos que pueden encontrarse no sólo en Roma sino en el mundo, por lo que recomiendo no marcharse de la ciudad sin visitarlo.

De los elementos más destacables están los mosaicos situados en el ábside, el precioso suelo, así como la Santa Escalera, cuyos escalones serían pisados por Jesús para acceder al palacio de Poncio Pilato.

Tampoco hay que perderse el cenotafio del papa Silvestre II, ya que esconde una historia curiosa, pues se dice que si el monumento está húmedo, está a punto de morir un cardenal o un obispo. Si le caen gotas, es el turno del papa. Por cierto que Silvestre II sería papa hace mil años y era un estudioso de las matemáticas y la astronomía, haciendo que sus enemigos le acusaran de brujería y de pactar con el diablo.

A muy poca distancia de la anterior se encuentra Santa María Maggiore, que según la leyenda se construiría como consecuencia de una gran nevada que caería en pleno mes de Agosto, dibujando en el suelo la planta del templo, interpretándose como una señal de la Virgen María para indicar donde se debía construir la iglesia. De hecho este acontecimiento se representa cada año en un festival donde se lanzan pétalos de rosas blancas que conmemoran aquel supuesto acontecimiento.

Santa María Maggiore

Su interior no te deja indiferente y hay que prestar atención a la cúpula que fue dorada con el primer oro proveniente del Nuevo Mundo, a los mosaicos situados en los muros de la nave central y del ábside, así como el sarcófago en el cual se custodian las reliquias de San Mateo y otros mártires localizado en el altar.

Los escalones que hay debajo del altar conducen a la cripta, donde una urna de plata contiene supuestos fragmentos del pesebre donde nació Jesús.

Y aunque hay mil detalles más no era plan de eternizarnos aquí, por lo que no dudaríamos, después de picar algo, en marcharnos a pasear, lo que quedaba de tarde y después de atravesar la isla Tiberina, al célebre barrio bohemio del Trastévere, el cual aparenta ser un pueblo en medio de la ciudad, con sus calles y puertas abiertas al extranjero, sus torres medievales, románticos callejones y pequeñas y encantadoras iglesias, siendo un buen ejemplo de estas últimas Santa María in Trastévere, la más antigua de la ciudad y que según otra leyenda, el día que nació Jesús, una fuente de aceite puro brotó en el lugar donde se alza esta iglesia. Una columna junto al altar marca el punto  exacto del milagro. Otro de los tesoros del templo es la cabeza de santa Apolonia, mártir cristiana que perdió la vida en la Antigua Roma. Sus enemigos le arrancaron los dientes y por eso fue elegida patrona de los dentistas.

Santa María in Trastéver

Antes de que la luz nos abandonase aprovecharíamos para seguir perdiéndonos por las estrechas callejuelas adoquinadas, hasta que nuestros pies empezaron a reivindicar más que nunca un descanso, por lo que qué mejor que poner fin a la jornada y a nuestra estancia en Italia que cenando unas pizzas en una de sus encantadoras Trattorias.

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