GRECIA - DIA 05. Peloponeso: Acrocorinto, Corinto, Nemea y llegada a Nauplia

30 de Agosto de 2022.

Como comentaba al final del capítulo anterior, hoy tocaba madrugar bastante y es que a las 07:30 tenía que estar en el aeropuerto para recoger el coche de alquiler con el que iba a afrontar el resto del viaje. Por eso, si tenemos en cuenta que tenía aproximadamente una hora de camino hasta allí, sumado a asearme y hacer el check out, pues al final eran unos minutos antes de las seis cuando sonaba el despertador.

Con todo en orden, cogía el metro en la plaza Syntagma y me bajaba en la parada del aeropuerto, donde me dirigiría a las puertas cuatro y cinco de salidas en las que me estaba esperando un trabajador de la empresa Volta4u, una filial de Europcar, para llevarme en coche hasta el centro de recogida de vehículos de la misma. Allí realizaría todo el papeleo sin el mayor problema y me darían un Fiat 500, pequeño pero suficiente para mí sólo y la maleta de 23 kg que llevaba conmigo. El alquiler lo había realizado, como siempre, a través de www.rentalcars.com que son una garantía de seguridad y buenos precios. De hecho el precio total por veinte días y con seguro Premium, que te cubre todos los daños que pueda sufrir el vehículo, me saldría por 348 euros. Una auténtica ganga y lo mejor de todo contratándolo tan sólo cinco días antes. Incluía además kilometraje ilimitado por lo que no se podía pedir más.

Fiat 500 en mi recorrido por el Peloponeso

En cualquier caso tendría mucha suerte, porque se aliarían todos los astros para encontrarme este auténtico chollo, ya que inicialmente y con más de cinco meses de antelación el alquiler lo había realizado con la empresa AVIS, unos auténticos timadores como se puede ver en las siguientes líneas.

Y es que después de conseguir con ellos el mejor precio que pude ver en la web por el mes de marzo, saliéndome el alquiler por 520 euros, cinco días antes de la recogida del vehículo me mandan un mail pidiéndome que rellene todos mis datos personales en un formulario llamado Quick Pass para que todo fuese rápido y sencillo a la hora de la recogida del vehículo. Hecho esto y en el paso final, cuando se actualiza toda la información, de repente el precio cambia y se incrementa en casi 200 euros, pasando a costarme 717 euros. Mi cara sería un poema, pero mi sorpresa sería mayor cuando después de llamar a Atención al Cliente, aquí me comunican que ellos no pueden hacer nada y que tengo que esperar a llegar a Atenas para solucionar el problema. Verlo para creerlo. Acto seguido sería cuando me pondría en contacto telefónico con rentalcars y me encontraría con la pedazo de oferta que he contado en el párrafo anterior, procediendo a contratar esta y cancelar ipso facto la reserva con AVIS FRAUDE, que afortunadamente podría hacer hasta 48 horas antes de recoger el vehículo sin ningún coste.

También saldría ganando en cuanto al kilometraje ya que con los estafadores este estaba limitado a 5000 kilómetros y con la nueva compañía no había límite de estos como ya he comentado. Por si fuera poco, esos 520 euros que hubiese pagado en caso de que no hubieran tratado de engañarme no incluían la cobertura total del vehículo, por lo que hubiese tenído que contratarla a parte, mientras que con www.rentalcars.com el precio total con ella incluida era de 348 euros. En fin que tendría mucha suerte y todavía no me lo creo.

Ahora sí, con todo listo me ponía en marcha hacia la península del Peloponeso, donde iba a permanecer una parte muy importante del viaje, pues es una de las zonas del país helénico que más ilusión tenía en conocer.

Y es que esta región, que los antiguos llamaban isla de Peplos, ya que era realmente casi una isla puesto que sólo el istmo de Corinto la unía al continente, cuenta con espléndidos y variados paisajes, donde la montaña disputa a la llanura y al mar la búsqueda de esa belleza tranquila y apacible, donde se inscribe parte de la historia griega. Basta con evocar las primeras leyendas, desde la Argólida a Micenas y Tirinto; Olimpia, madre de los juegos y su idílico marco; la Corinto romana; la ruda Esparta, construida a los pies de las más bellas montañas del país, cantando a la dulce Mistra y sus iglesias bizantinas. O el recuerdo de los francos, de Venecia, de los turcos, que perdura en las inmensas fortalezas; e incluso también hay lugar para la historia moderna que se plasma en la sublime bahía de Navarino (Pilos).

CANAL DE CORINTO

Mi primer destino en esta región estaba situado a 105 km del aeropuerto y necesitaría de una hora para llegar hasta él. Este no era otro que el famoso canal de Corinto, gracias al cual quedan unidos los mares Jónico y Egeo, a través de una estrecha zanja  de casi 6,5 km de largo por 23 metros de ancho, que ha acabado convirtiendo al Peloponeso en la isla que hace honor a su nombre y de la que hablaba líneas atrás.

La idea de ahorrar a los barcos los peligros que presentaba el tormentoso cabo Matapan al sur del Peloponeso y de reducir el trayecto en 185 millas para los barcos que iban del Pireo a los puertos del Adriático, se remonta a los siglos VII y VI a. C. Pero prohibiciones religiosas o incapacidades técnicas, retrasaron la realización hasta Nerón, quién empezó las obras empleando 100.000 prisioneros de las guerras de Palestina. La tentativa se paró muy pronto debido al esfuerzo que representaba. No sería hasta mayo de 1882 cuando una compañía francesa empezó las obras definitivas, terminadas por una compañía griega en 1893.

Canal de Corinto

Contemplar la enorme falla de noventa metros sobre el nivel del mar que es el canal de Corinto, impresiona sobremanera desde cualquiera de los puntos desde los que se puede observar. La sensación es todavía más impactante si se puede observar como navega un barco a través del mismo.

Canal de Corinto

Otro dato curioso hace referencia a cuando el istmo todavía no estaba horadado, y los corintios construyeron una vía pavimentada por la que transportaban los navíos sobre carromatos acondicionados para este fin, entre el golfo de Egina y el de Corinto. Se pueden ver las huellas, descubiertas en 1956, a ambos lados del puente.

Por cierto, para llegar con éxito al punto de observación es necesario poner en google maps: “Corinth canal old bridge”.

ACROCORINTO

Después de disfrutar durante casi una hora de las maravillosas vistas y de su entorno sólo tendría que afrontar 16 km y veinte minutos para llegar hasta Acrocorinto, situada a sólo 4 km de la Antigua Corinto, a la que domina desde lo más alto.

Fortaleza de Acrocorinto

Acrocorinto se cuenta entre las más impresionantes fortalezas naturales de Europa y cualquiera que en el curso de la historia quería asegurarse el control del Peloponeso debía primero conquistar esta. La cumbre está encerrada en un recinto de unos 3 km de circunferencia y los accesos naturales están protegidos por una triple línea de fortificaciones.

Fortaleza de Acrocorinto

La entrada se realiza a través de tres puertas sucesivas de distintas épocas. La primera es principalmente otomana; la segunda, franca: y la tercera y más alta, bizantina, aunque la puerta y las dos torres que la flanquean incorporan mampostería antigua. A continuación se extienden, dispuestas en terrazas, restos de minaretes, tumbas árabes, mezquitas y capillas, lo único que se ha conservado de la ciudad, abandonada hace casi 200 años cuando sus últimos defensores, los otomanos, fueron derrotados.

Fortaleza de Acrocorinto

Fortaleza de Acrocorinto

Fortaleza de Acrocorinto

Una elevación menor, en el extremo suroeste de la muralla, está coronada por una torre veneciana, mientras que en la cumbre noreste se encuentran los cimientos de un templo de Afrodita, deidad protectora de la ciudad, atendido en la Antigüedad por 1000 prostitutas sagradas. Fueron estas prácticas contra las que escribió San Pablo en sus dos Epístolas a los corintios.

Fortaleza de Acrocorinto

Entorno de Acrocorinto

Acrocorinto podría soportar largos sitios gracias a la fuente Peirene, situada en el lado sureste de las murallas, y una de las dos que suministraban agua a la ciudad. Hay una escalera que desciende en ángulo recto a una sala subterránea abovedada llena de agua; en época de sequía el agua se retira y descubre una columna que soporta un frontón helenístico.

Almacén de Agua. Fortaleza de Acrocorinto

En definitiva, la visita es una auténtica maravilla, tanto por la espectacularidad de los sistemas defensivos como por los espléndidos paisajes que te rodean desde cualquier perspectiva y que invitan a detenerte a contemplarlos y no poder parar de hacer fotografías.

Fortaleza de Acrocorinto

Vistas desde Fortaleza de Acrocorinto

El horario de entrada a Acrocorinto es de 08:30 a 15:30 y es gratis. Existe un parking gratuito justo al lado del acceso al recinto, por lo que es recomendable llegar hasta aquí en coche, ya que así se ahorra esfuerzo y tiempo, teniendo en cuenta que el propio recorrido por su interior ya implica también estar constantemente subiendo y bajando. También es aconsejable traer una gorra, crema protectora y agua pues el sol aprieta desde primera hora de la mañana.

ANTIGUA CORINTO

Como no podía ser de otra manera, la siguiente visita la iba a destinar al recinto arqueológico de la Antigua Corinto, que como ya comentaba está sólo a 4 km de Acrocorinto.

Las tradiciones y leyendas sobre los orígenes de Corinto son tan numerosas como contradictorias. La ciudad debe su desarrollo a la conjunción de una posición geográfica (entre los mares Egeo y Jónico) y la abundancia de aguas en su territorio (manantiales de Pirene y Glaucé). Se estima que la ciudad pudo ser fundada sobre el año 1000 a.C.

Antigua Corinto y Acrocorinto, al fondo

Tras una historia demasiado intensa y complicada que no me entretendré en contar aquí, sin embargo sí que es interesante saber que sería reconstruida, tras ser saqueada e incendiada, por Julio César en 44 a.C., encontrándose a partir de este momento con tres siglos de prosperidad. Adriano la colma de privilegios  honores y Corinto se convierte en una de las más hermosas ciudades de la Grecia romana. Tras tan grato periodo, la ciudad es objeto de diferentes invasiones, guerras e incluso terremotos, que la llevan a la destrucción, debiendo imaginar hoy lo que fue.

Es recomendable, incluso diría que indispensable, un plano para situarse en las ruinas. Corinto no tiene el encanto de Delfos u Olimpia, pero creo que no por ello deja de ser menos interesante, ya que permite entender con gran claridad la concepción urbana de una gran ciudad de la Grecia romana.

Mi visita partiría de la entrada principal situada en la calle Lechaion y que unía antiguamente el ágora y el puerto norte en el golfo de Corinto. En su estado actual data sólo del siglo I d.C. Es, pues, una obra romana. Está bordeada con aceras y flanqueada por pórticos en toda su longitud. A la derecha se encontraba una hilera de tiendas y a la izquierda, en el espacio que antecede al templo de Apolo, se podía ver una estatua en bronce del dios.

Calle Lechaion. Antigua Corinto

Calle Lechaion. Antigua Corinto

Más adelante se halla la fuente Pirene, que data en su estado actual del siglo II y de la que cuenta la leyenda cómo Pirene, de tanto llorar la muerte de su hijo Cencrias, muerto por Artemisa, se encontró transformada aquí en fuente de agua clara.

Fuente Pirene. Antigua Corinto

Efectivamente, si alguien está leyendo esto con detenimiento habrá comprobado que había dos fuentes Pirene: una en la cumbre de Acrocorinto y otra esta, que probablemente estaban conectadas.

De los propileos romanos  que marcaban el acceso al ágora y se presentaban como una especie de arco de triunfo adornado con las cuadrigas de Helios y de Faetón, ya no queda hoy en día más que algunos peldaños y restos de sus cimientos.

El fórum, puesto que la construcción data de los romanos, es una amplia explanada de más de 200 metros sobre 100 metros, nivelada y recubierta con baldosas de mármol. Es sensiblemente mayor que el ágora de época griega.

Fórum. Antigua Corinto

Fórum. Antigua Corinto

Toda la fachada oeste  del fórum estaba decorada con una serie de seis pequeños templos romanos y un monumento circular elevado por un magistrado.

A su derecha, un poco aisladas, se alzan las siete columnas dóricas del templo de Apolo, el monumento más espectacular de Corinto. Construido en 550 y 525 a.C., este templo se cuenta entre los más antiguos de Grecia. Parece ser que se eleva en el lugar de un templo todavía más antiguo. El inmenso pórtico sur, del que no quedan más que unos pocos vestigios, pasaba por ser una de las mayores construcciones de la Grecia antigua, contando con dos pisos y dos hileras de 33 tiendas, en su mayor parte tabernas.

Templo de Apolo. Antigua Corinto

Templo de Apolo. Antigua Corinto

En el centro del recinto se encuentra situada la Bema, tribuna monumental donde el gobernador romano aparecía en público. Fue allí donde el apóstol Pablo llevó a cabo su defensa contra las acusaciones de la comunidad judía ante el gobernador Galieno, del que sería absuelto finalmente.

Bema. Antigua Corinto

En el extremo este del ágora se elevaba la basílica Juliana, construida en tiempos del emperador Augusto. Su planta se dibuja claramente en el suelo. Justo delante, todavía en el ágora, se han encontrado restos bien visibles de la línea de salida de un estadio griego.

No hay que olvidar tampoco el templo de Octavia, que por sus dimensiones pudo competir con el mismísimo templo de Apolo en importancia y estaba dedicado a la hermana del emperador Augusto.

Otras edificaciones importantes que también habría que citar entre los restos y que se encuentran algo más alejadas de los anteriores serían la célebre fuente de Glauce, la hija del rey Creonte y segunda esposa de Jasón, jefe de los argonautas, la cual se habría arrojado a ella para calmar las quemaduras provocadas por el vestido envenenado ofrecido por Medea, la primera esposa abandonada de Jasón. Lo único que queda de la fuente es un grueso bloque rocoso.

Fuente de Glauce. Antigua Corinto

O las ruinas de un teatro con un aforo para 15.000 personas reconstruido en época romana sobre unos cimientos que se remontan al siglo V a.C. Transformado después en una arena, se convirtió en el marco de espectáculos náuticos. Ha conservado algunas gradas y su muro de la escena, rodeado de nostálgicos cipreses.

La visita la terminaría visitando el pequeño museo que alberga la mayoría de las piezas descubiertas en las excavaciones del ágora, con hermosas colecciones como una de ánforas de barro cocido, un grupo de siete estatuas romanas procedentes de la basílica Juliana y los llamados Kuros gemelos de Klenia los cuales representan a soldados jóvenes inexpresivos, transmitiendo así una sensación de triunfo y fortaleza.

Museo Antigua Corinto

En verano el yacimiento se encuentra abierto de 08:00 a 20:00 y el precio de la entrada es de 8 euros, estando también incluido el museo. Fuera de la estación estival consultar los horarios ya que estos varían bastante e incluso se cierra los martes.

Sería el momento de hacer un alto en el camino y detenerme para comer, lo que haría en un restaurante situado a la derecha de la puerta de salida del recinto arqueológico. Optaría por albóndigas fritas con tzatziki (salsa de yogur) y una coca cola, por lo que me cobrarían once euros.

Comiendo Albóndigas fritas en Antigua Corinto

ANTIGUA NEMEA

Era el momento de volver al coche y recorrer 33 km, lo que tardaría una media hora, hasta llegar al yacimiento arqueológico de la antigua Nemea, situado en un aislado valle rural que en la antigüedad más remota era el corazón de un espeso bosque  poblado de fieras y en el que se dice que fue allí donde Heracles mató al león que sembraba el terror en la región.

Lo más interesante del yacimiento son las nueve columnas dóricas restituidas de su templo de Zeus (siglo IV), las cuales son visibles desde la lejanía. Bajo ellas yacen los restos de tambores de columnas derribados por los vándalos entre los siglos IV y XIII. De ellas tres son originales y el resto reconstruidas.

Templo de Zeus. Antigua Nemea

Templo de Zeus. Antigua Nemea

En el extremo oeste del suelo del templo ha quedado al descubierto una cripta subterránea.

A un corto paseo hacia el sur, bajo una carpa moderna, se encuentra la piscina y el sistema de abastecimiento de agua de una casa de baños helenística. Las excavaciones también han descubierto un pueblo bizantino que se asentó aquí en el siglo IV, con tumbas, hornos y una basílica construida sobre la antigua posada de peregrinos.

Casa de Baños. Antigua Nemea

El museo, por su parte, exhibe reconstrucciones interesantes y grabados.

No hay que olvidarse tampoco de llegar hasta el estadio helenístico, situado como a 500 metros al sureste, el cual cuenta con la entrada en forma de túnel más antigua que se conoce y la línea que marcaba el inicio de las carreras. Se usa cada 4 de junio durante los juegos de Nemea, recuperados por el arqueólogo estadounidense Stephen Miller, que excavó aquí hasta 2005.

Túnel Estadio. Antigua Nemea

Estadio. Antigua Nemea

Su horario es de 08:00 a 20:00 y el precio de la entrada es de seis euros. Como en el caso anterior conviene mirar los horarios fuera de la temporada estival ya que varían bastante y cierra los martes durante varios meses.

Y esta sería la última visita del día, ya que estaba cansado y tenía ganas de tomarme lo que quedaba de tarde con tranquilidad por lo que me dirigiría hasta Nauplia, la localidad en la que me iba a alojar las dos siguientes noches. Para llegar tendría que recorrer 41 km en lo que tardaría uno 45 minutos.

El alojamiento que había elegido se llamaba Dias y cada noche me había salido por 50 euros con el desayuno incluido. Al estar en pleno centro no se puede llegar con el coche hasta la puerta pero existe un parking cercano a sólo unas manzanas. La habitación era grande y confortable y el personal muy amable. El desayuno fue magnífico con productos caseros y muy ricos.

Justo antes de llegar, el cielo había empezado a cubrirse y amenazar tormenta, por lo que mis planes de pasar lo que restaba de tarde en una playa conocida como Karathonas, con una característica forma de media luna, aguas poco profundas y a sólo tres kilómetros de la ciudad, se desvanecían. Así lo habían querido los dioses, por lo que tampoco le di la mayor importancia y cambié mis planes sobre la marcha.

FORTALEZA DE PALAMEDES (NAUPLIA)

No me lo pensaría mucho y me decantaría por realizar una de las visitas que tenía pensada para mañana y que me llevaría lo que me restaba de tarde.

Se trataba de la espectacular fortaleza de Palamedes, una enorme ciudadela veneciana construida entre 1711 y 1714, y que debe su nombre al héroe homérico Palamedes, hijo de Nauplio y Klymene, y supuesto inventor del ajedrez y el juego de dados. Fue diseñada para soportar la artillería de su tiempo, pero cayó ante los otomanos en 1715, después de tan solo una semana de asedio, y ante los rebeldes griegos en noviembre de 1822, tras una campaña de 18 meses.

Fortaleza de Palamedes

Fortaleza de Palamedes

Palamedes, en excelente estado de conservación, es el complejo más grande de este tipo en Grecia, comprende una muralla con siete fortalezas autosuficientes, que ahora llevan nombre de héroes griegos. El fuerte Andréas era el cuartel veneciano y el que estaba mejor armado, con un relieve del león de San Marcos sobre la entrada. En la cima hay un octavo fuerte, otomano, orientado al sur, hacia la playa de Karathóna. Todos ellos al ser independientes, tenían la ventaja de que si uno era conquistado, podía seguir la defensa de los demás.

Fortaleza de Palamedes

Fortaleza de Palamedes

Palamedes también tuvo la función de cárcel, encerrando en ella a uno de los protagonistas de la Revolución griega acusado de alta traición. Fue una de las más duras cárceles para los que eran condenados a cadena perpetua, funcionando hasta 1926, aproximadamente.

Fortaleza de Palamedes

Fortaleza de Palamedes

Fortaleza de Palamedes

Entre lo más destacable que se puede admirar en su interior son sus baluartes, la capilla de San Andrés y las fabulosas cisternas que todavía hoy siguen recogiendo el agua de la lluvia.

Fortaleza de Palamedes

Nauplia desde Fortaleza de Palamedes

Para subir hasta ella optaría por hacerlo en coche, ahorrándome así sus 999 escalones, aunque dicen que son menos. Justo en la puerta existe un parking donde se puede dejar este.

Su horario es de 08:00 a 20:00 en verano y el precio de la entrada es de 8 euros. Pero acordaros que existe la entrada combinada a diferentes monumentos de la zona por 20 euros, que sería la que yo compraría, ya que sólo con las visitas de hoy el coste me hubiera supuesto 24 euros, siendo válida para tres días sucesivos. Por lo que conviene tener claro lo que se quiere visitar y hacer cuentas.

Casi de noche, regresaba al centro histórico de Nauplia y buscaría un lugar para cenar. Optaría por un restaurante llamado Kakanarakis 1986, en el que pediría una ensalada griega y algo así como un puré de judías con cebolla para untar en pan, además de una cerveza. Todo por 19 euros. La comida estaba rica, pero el trato de los camareros no me pareció el mejor, de hecho me resultó algo desagradable.

Tomando Puré de Judias en Kakanarakis 1986

Tomando Ensalada Griega en Kakanarakis 1986

Y de esta manera terminaba mi primer e intenso día en el Peloponeso, una región que en tan poco tiempo ya me había fascinado y lo mejor que todavía quedaban un buen número de jornadas por delante para seguir descubriéndola.


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